Autor: Dr. .C Esteban Morales.
UNEAC
ALGUNOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
El conflicto entre Cuba y Estados Unidos no comenzó en 1959, como particularmente
muchos ideólogos de este último país pretenden hacernos creer.
Ese conflicto comenzó desde principios del siglo XIX (1805-1823), cuando las
administraciones norteamericanas pusieron en cautiverio preventivo a la nación
que un día emergería de la entonces colonia caribeña de España. [1]
Es de sobra conocido que desde esa época Estados Unidos ya había diseñado la
política a seguir con Cuba. Esta última tenía como núcleo esencial apoderarse de la Isla,
conjuntamente con la Isla de Pinos y demás cayos e islas adyacentes, haciendo de ellas
una extensión del territorio continental de la emergente nación norteamericana.
Cuba, según la concepción de las elites de poder norteamericanas de la época, era el
resultado de la sedimentación de las arenas del Mississippi en el Golfo de México.
Concepción geopolítica que aun, con sus variantes modernas, se mantiene.
Tales ideas estuvieron siempre presentes y con muy limitadas excepciones, formaron
parte del pensamiento de los Padres Fundadores de la nación norteamericana. Por lo
cual, la lucha que Cuba ha tenido que librar por más de 200 años, para llegar a ser
una nación independiente, no ha sido entonces solo contra una clase política o un
conjunto de sus administraciones, sino contra una cultura política dominante, dentro
de la cual el archipiélago cubano, siempre aparece como parte del territorio continental
de la nación norteamericana y que hace aparecer como legítimo, todo lo que se haga
por recuperarla, después de que la Revolución Cubana, en guerra desigual, se la
arrebató a Estados Unidos.
La llamada “Doctrina de la Fruta Madura”, como corolario complementario de tal teoría,
expresaba que Cuba debía permanecer en las manos de España y que, al liberarse de ella,
caería en manos de Estados Unidos, como una fruta madura, desprendida del árbol de
España. Ese principio primó en lo adelante en el comportamiento de ese país respecto a
La Isla, guiando la actitud de las elites políticas norteamericanas, dentro de los
acontecimientos que tuvieron lugar en Cuba durante todo el período colonial y a
posteriori, hasta 1959.
A organizar esta política se dedicaron casi todas las administraciones norteamericanas,
desde Thomas Jefferson (1801- 1809), hasta William Mc Kinley (1897-1901) y
Teodoro Roosevelt (1901-1909), que fueron los que finalmente lograron coronarla con
el triunfo al apoderarse de la Isla. [2]
Mientras ello no tuvo lugar ¿Qué hicieron entonces las administraciones
norteamericanas particularmente, durante el periodo colonial?
a) Trataron de comprar la Isla de Cuba a España en no menos de seis ocasiones.
b) Desarrollaron una política hacia Cuba, dirigida a sustituir a España en las
relaciones económicas con la Isla, de modo que ésta pasó a tener una relación
neocolonial con Estados Unidos, antes de dejar de ser colonia de España.
c) Se opusieron denodadamente a que Cuba quedara enrolada en los procesos
independentistas de América Latina. Recordemos los frustrados esfuerzos de
Simón Bolívar en 1826.[3]
d) Después de formular la política de la fruta madura, diseñaron la Doctrina
Monroe; “ América para los americanos”. A modo de afianzar su posición
frente a las intenciones de Inglaterra, especialmente, por apoderarse de Cuba.
e) Colaboraron abiertamente con España para evitar los intentos de los
independentistas cubanos, desde el territorio de los Estados Unidos,
denunciando las actividades de los patriotas y frustrando sus expediciones,
entre otras.
f) Presionaron sobre España para que ésta concediera la autonomía a Cuba,
como un modo de crear las condiciones internas en la Isla, para su posterior
anexión.
g) Una vez iniciada la Primera Guerra de Independencia en Cuba 1868-1878
y la segunda, 1895-1898, desconocieron sistemáticamente a las instituciones
independentistas de La Isla, el Ejército libertador, la Asamblea, etc. A tal punto
llegó ese desconocimiento, que prefirieron donar el dinero para el licenciamiento
del Ejercito Libertador, antes que reconocer a la Isla concediéndole un empréstito
para tales fines.
h) Inventaron el incidente de la voladura del acorazado Maine para intervenir
en la Guerra Cubano-Española. Pues todo parece indicar que se trató de un
autogolpe, o al menos, obra de un descuido irresponsable y programado.
i) Manipularon la llamada Resolución Conjunta, aprobada por el congreso
norteamericano, convirtiéndola en un simple instrumento de intervención.[4]
j) Se inventaron una guerra que les permitió tratar a sus colaboradores, el Ejército
Libertador, como enemigos y a los españoles, autonomistas y burócratas de la
administración colonial, como aliados. A las tropas cubanas que colaboraron, no
les seria permitido entrar en Santiago de Cuba, que después se enterarían de esa
infamia.
k) El Tratado de Paris, por medio del cual España abandonaba a Cuba, se firmó
sólo por Estados Unidos y España, sin la presencia de los patriotas cubanos.
l) Engañaron, manipularon, extorsionaron y se aprovecharon de las debilidades,
sobre todo, filo anexionistas de personalidades como Tomás Estrada Palma,
Gonzalo de Quesada y otros, para finalmente licenciar al Ejército Libertador y
disolver el Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí. Estrada Palma,
cobró el favor, accediendo a la presidencia de la Isla, a pesar de ser ciudadano
norteamericano.
ll) Finalmente, implantarían la funesta Enmienda Platt, a la Constitución de 1901,
imponiendo el tipo de relaciones que debían existir con la Isla y bajo este contexto
negociaron las relaciones con La Isla.
Los Estados Unidos sin embargo, no lograron anexarse a Cuba; la tozudez de
España de no venderles la isla, todas las veces que se lo propusieron y las
consecuencias que dejaron tres guerras de independencia en la conciencia y el
cuerpo de la nación, le impidieron que Cuba pasara a ocupar un lugar similar
al de Puerto Rico.
Comienza a modificarse el escenario
Resultó algo diferente, cuando Estados Unidos formulaba su política para arrebatarle la
isla a España, a cuando a partir de 1898 tomó el control de Cuba, diseñando una república
conveniente a sus intereses; a lo que tuvo lugar a partir de 1959, cuando una revolución
nacional liberadora, agraria y antimperialista, tomó el poder en Cuba, comenzando a variar
el modelo de república y de relaciones, que Estados Unidos había diseñado y aplicado por
casi más de sesenta años.
Se trataba entonces, de que la república comenzaba a remodelarse a sí misma, a partir de
una voluntad popular interna, en la que por demás, Estados Unidos no sólo perdía su
capacidad de influir en los destinos políticos de Cuba, sino que perdía claramente la
capacidad, como hasta ese momento, de facturar en Washington los asuntos importantes,
e incluso, no tan importantes, de la vida nacional cubana. Eso fue algo mucho más allá
de lo que las élites políticas de ese país, estaban en condiciones de entender y sobre todo
de aceptar.
Estados Unidos frente a la revolución cubana triunfante.
Comenzaba un período nuevo para Cuba en sus relaciones con Estados Unidos.
La revolución cubana triunfó en 1959, al final del segundo mandato de la administración
de Dwight E. Eisenhower (1953-1961). Todos los instrumentos de la guerra fría, inaugurada
por el famoso memorando NSC-68 de George F Kennan, las reminiscencias de la llamada
“Doctrina Truman” y otros legados recibidos por la administración Eisenhower, matizaron
el panorama político de la época. [5]
Eisenhower, había apoyado al régimen del dictador Fulgencio Batista, desde que asumió la
jefatura de Estados Unidos en 1953; por lo cual, no estaba en condiciones de entenderse con
la Cuba que emergía a partir de enero de 1959.
Es por ello, que el advenimiento del triunfo revolucionario no conllevó un nuevo diseño de
la política norteamericana hacia Cuba, sino su continuidad; dado que el equipo presidencial
que había fracasado, tratando de hallar una alternativa para frustrar la toma del poder por las
fuerzas revolucionarias, era el mismo que tenía entonces que entendérselas con la Cuba de
Fidel Castro.
Eso explica que la política agresiva desplegada desde ya desde 1958, para sustituir al dictador
Fulgencio Batista, por un “candidato plausible”, ahora se empleaba con la pretensión de
eliminar al máximo líder de la revolución cubana; y que el núcleo rector de tal política fuera
entonces, “…si no pudimos evitar que tomaran el poder, al menos podemos impedir que lo
consoliden”. [6]
Luego, la actividad contrarrevolucionaria de Estados Unidos contra Cuba, había comenzado
antes del triunfo de la revolución cubana y entre 1959-1961, se caracterizó por el diseño y
puesta en práctica de un conjunto concepciones, medidas y acciones, entonces dirigidas a evitar
a toda costa la consolidación de la toma del poder político por parte de las fuerzas revolucionarias
en Cuba.
Tales pretensiones políticas y acciones agresivas, abarcaron un espectro tan amplio que, más de
60 años después, prácticamente no hay nada nuevo que diseñar o poner en práctica para agredir
a Cuba, que ya no haya sido puesto en práctica por la administración de Eisenhower en esos años [7].
Es decir, la esencia de la matriz política que las administraciones norteamericanas, han
continuado aplicando contra Cuba hasta hoy (excepto en las administraciónes de James Carter
y Barak Obama) surgió con la administración de Dwight E. Eisenhower [8].
La política de Kennedy.
Hacia el comienzo de la administración de J.F. Kennedy, ya se puso de manifiesto que con
Cuba nada cambiaría. Durante la campaña, el nuevo presidente, había calificado a los
contrarrevolucionarios como “luchadores por la libertad”, pidiendo apoyo para ellos y
asumiendo los planes de invasión heredados de Eisenhower.
La CIA entonces, asumió un astuto juego para liderar los planes de invasión y enrolar a
Kennedy lo más posible en ellos, tratando de que el presidente se viese finalmente obligado
a lanzar los Marines contra Cuba.
A su vez, el 3 de enero de 1961, el gobierno norteamericano ya rompía relaciones con la Isla,
lo cual era una aspiración también heredada de la administración anterior.
Kennedy, no solo siguió las acciones diseñadas por su antecesor, sino que también aportó el
llamado “libro blanco”, donde se situaba a Cuba como un “satélite de la URSS”, como
“revolución traicionada” y “peligro presente en el hemisferio”, continuando junto a ello la
política de sabotajes, ataques piratas y planes de asesinatos contra los líderes de la revolución. [9]
La invasión de Girón, en particular, a pesar del factor sorpresa, fue un rotundo fracaso para
la administración de Kennedy; lo que le permitió al presidente comprobar que sus preocupaciones
respecto a las instituciones de su gobierno, no eran infundadas y hasta qué punto había sido
mal asesorado e incluso engañado, por sus colaboradores más cercanos.
Girón-Bahía de Cochinos para los norteamericanos- fue una derrota de Estados Unidos en su
confrontación con la revolución cubana; un descalabro para el aparato institucional, en particular
el de la defensa, agravado esto por la visión idílica que Kennedy tenía de la CIA. La estructura
de poder vertical no funcionó, como tampoco funcionó la intención del presidente de que el
Pentágono fiscalizara la preparación de la invasión, por haber sido esto siempre obstruido por
la CIA.
Si el plan de la invasión de Girón había sido asumido por el presidente como una herencia,
la derrota se convertía en una fuerte humillación personal, de la cual Kennedy sentía que debía
desquitarse. [10]
Por tanto, la Dirección Cubana, como resultado del descalabro sufrido por Kennedy, estuvo
siempre consciente después de que algo muy serio y en gran escala se preparaba contra Cuba;
que los preparativos avanzaban y que las fechas de una posible invasión armada, apoyándose
en el ejército norteamericano, coincidían con los días finales del mes de octubre de 1962.
En esta ocasión, la sorpresa de Girón no funcionó, Cuba se preparaba para lo que sabía se
avecinaba. Y la ex Unión Soviética también. [11]
La llamada entonces “Operación Mangosta”, el plan subversivo más grande puesto en marcha
contra Cuba, después de Girón, funcionaba como un instrumento de ablandamiento, que debía
preparar las condiciones para la operación en gran escala contra La Isla. [12]
Por tanto, consideramos, que de no haber estado precedidos de esos peligros mortales que se
cernían sobre Cuba, los cohetes nucleares de alcance medio, nunca habrían emergido como
una alternativa para la defensa dé la revolución. Ni aún con la aspiración de buscar el equilibrio
estratégico; pues el precio a pagar por el peligro de los cohetes en Cuba, solo era asimilable
sobre la base de que ellos sirvieran para equilibrar el poderío nuclear estratégico del campo
socialista con el de Estados Unidos, pero al mismo tiempo, para desempeñar un fuerte papel
disuasivo – defensivo, frente a las entonces claras y comprobadas intenciones de Estados
Unidos de invadir a Cuba en gran escala. [13]
Lo que comúnmente se le llama Crisis de los Misiles, no comenzó ni duró el tiempo que los
cohetes permanecieron en Cuba, al decir de Robert Kennedy trece días, sino que se prolongó
más allá, y fue la consecuencia de la acumulación de todos los actos de agresión que Estados
Unidos había desplegado contra Cuba.
Constituyó un error moral, ético y político- estratégico de la dirección soviética, dejar a Cuba
al margen de la negociación con Estados Unidos para la retirada de los cohetes. De no haberlo
hecho así, ello habría servido a la URSS para fortalecer su posición frente a Estados Unidos.
Además de lograr quedar bien con su aliado estratégico, aunque fuera un país pequeño, tal y
como correspondía a las relaciones entre Cuba y la URSS, y a la confianza que la dirección
cubana había depositado en ella.
Como si fuera poco, habría sido posible vencer a Estados Unidos en la confrontación política
producida por la crisis [14] dado que tanto políticamente como moralmente, cuba tenía pleno
derecho a contar con las armas necesarias para su defensa, aunque se trataran de cohetes
nucleares, y estuviesen a noventa millas del territorio de Estados Unidos.
De haber prevalecido la concepción cubana, esgrimida desde el principio, por Fidel Castro,
tanto respecto a la instalación de los cohetes, de no hacerlo en secreto, tratando de engañar
a Kennedy, como sobre los términos y el momento en que debió negociarse su retirada por la
URSS y Estados Unidos, la conclusión de la crisis de octubre hubiese servido de base para
resultados de fondo en el desenvolvimiento ulterior de la confrontación Cuba – Estados Unidos,
[15] evitando así, como ocurrió, que Kennedy sacara el mayor provecho moral político de esa
confrontación. Cuando al haber sido históricamente el agresor de Cuba, no lo merecía.
Los indicios, de las percepciones que se tenían sobre la conclusión y los acontecimientos
políticos que llevaron a la crisis de octubre, no podemos definirlos en su totalidad. Sin embargo,
todo parece indicar, que J.F Kennedy era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta
de que él no había sido el triunfador en esa crisis, sino que Kruschov era el que la había perdido.
Pensamos que, en 1963, J.F. Kennedy fue lo suficientemente agudo como para percatarse, poco
tiempo antes de ser asesinado, de que las experiencias de la confrontación con Cuba, habían
sido lo suficientemente aleccionadoras, como para tratar de buscar un nuevo modo de entenderse
con la Isla, aunque ello no fuera utilizado para variar su estrategia contra La Isla.
Habían transcurrido casi cinco años de ardua, agresiva y peligrosa confrontación entre ambos
países. Los ingentes esfuerzos de Eisenhower por derrocar a la revolución desde la cuna; las
bandas contra revolucionarias operando dentro de Cuba, particularmente en el Escambray, la
invasión de Girón, la feroz campaña internacional, radial, televisiva y propagandística, por
desacreditar a Cuba y excluirla del hemisferio, expulsándola de la OEA, el feroz bloqueo
económico, la Operación Mangosta y la Crisis de Octubre, no habían sido suficientes. Casi
todo había sido probado para destruir a la revolución cubana. ¿Qué más se podía hacer, sino
tratar de explorar la posibilidad de convivir con un país socialista a noventa millas de las costas
de Estados Unidos?
Al parecer, eso pensaba J.F. Kennedy cuando envió al periodista Jean Daniel a conversar con
Fidel Castro. Entrevista que se estaba celebrando en Varadero, precisamente, el fatídico día del
26 de noviembre de 1963, en que, como resultado de una conspiración, J.F. Kennedy era
asesinado en Dallas.
¿Buscaba entonces Kennedy, realmente, un nuevo modo de entenderse con Cuba, aceptando
la existencia de la revolución cubana, o exploraba entonces sobre el modo de fraguar una nueva
estrategia política, sin dejar de lado el objetivo esencial de derrocar a la revolución?
Sobre ese particular, no tenemos una reflexión por parte de Fidel Castro, y ya el presidente
Kennedy no lo podrá esclarecer. Tal vez la desclasificación de los documentos de su asesinato,
aporten algo en el futuro. Pero esa acción ya ha sido varias veces pospuesta, incluso
recientemente, por el actual presidente Joe Biden. Por lo que la pregunta continua sin respuesta.
[16]
No obstante, lo cierto es que el gesto de Kennedy quedó como un antecedente, de lo que otra
administración demócrata, la de James Carter (1977-1981), retomaría más tarde.
Sin dudas, los años 1959-1963, dejaron un conjunto de acontecimientos que marcaron pautas
insoslayables para el análisis de la confrontación entre Cuba y Estados Unidos. Pareciendo,
como si la muerte de Kennedy hubiese truncado la posibilidad de comenzar una etapa nueva,
que finalmente, por razones obvias, no sabemos lo que pudo haber producido. [17]
Sintetizar lo que ocurrió después, no puede entrar en el breve espacio de que disponemos para
este ensayo. Sin embargo, cinco parámetros básicos o constantes históricas, nos ayudaran a
comprender, al menos de modo general, que fue lo que tuvo lugar. Estas constantes, a mi
entender, son las siguientes:
1) La agresividad, ha sido siempre la constante fundamental del conflicto entre ambos países.
2) Cada administración norteamericana ha querido siempre imprimir su sello en la política hacia
Cuba.
3) El foco de la política (interno o externo) ha sido un factor importante al momento de determinar
el tipo de medidas e instrumentos utilizados dentro de la confrontación.
4) Siempre que Estados Unidos ha tenido algo de su interés a negociar con Cuba, se rompe el
bloqueo ideológico y ambos van a la mesa de negociaciones.
5) Cuando la extrema derecha de la llamada comunidad cubana, considera o percibe que se está
produciendo algún acercamiento entre ambos países, actúa para eliminar toda posibilidad de
mejoramiento en las relaciones.
Nos referiremos sintéticamente a algunas de estas constantes.
La agresividad de la Política
En lo que a la agresividad se refiere, esta ha sido una constante, excepto dentro de la
administración de James Carter en general y de Barak Obama, en particular. aunque del
resto de las administraciones, no ha logrado superar la agresividad desplegada por las
administraciones de Eisenhower y J.F.Kennedy. [18]
Incluso, con posterioridad a los años sesenta, el factor militar ha estado como “Espada
de Damocles” pendiente sobre Cuba, pero no se ha concretado en una invasión, aunque
los más criminales sabotajes contra bienes y personas, han sido contenidos permanentes
de la agresividad desplegada, para confirmar que el compromiso de Kennedy, de no invadir
a Cuba, no ha significado que no haya esta sido constantemente agredida por Estados Unidos
y sus lacayos.
Si cada administración ha tratado siempre de imprimir su sello en la política hacia Cuba, casi
todas las administraciones han mantenido la agresividad, como factor permanente de ese sello.
Dentro de esa constante, la importancia de la administración Carter, es que resultó un
precedente importante para cualquier perspectiva de negociación del conflicto entre Cuba y
Estados Unidos.
Durante la administración Reagan también, paradójicamente, a pesar de su agresividad, se
negociaron dos de los asuntos más importantes; migración y el conflicto en África austral.
Pero Reagan, en particular, no fue más allá de los aspectos puntuales de su interés según el
momento, incluso, tomándose entonces el trabajo de aclarar, que tales negociaciones no
representaban cambios en las relaciones entre ambos países.[19]
Sin embargo, el período de Carter, más allá de los aspectos negociados, representó un punto
de inflexión en el conflicto. Se negociaron asuntos particulares, pero a diferencia del período
de Reagan, también se trabajó por mejorar el contexto político y en particular de confianza,
dentro del cual se negociaba. [20]
La experiencia de las negociaciones entre los dos países evidenciaba que se puede llegar a
ciertos acuerdos en asuntos puntuales, pero si el contexto político que rodea esas negociaciones
es negativo y no es superado, los acuerdos finalmente se afectan. Razón por la cual, solo
sobrevivió hasta hoy, de los acuerdos de 1977, el establecimiento de las Oficinas de Intereses,
firmado el 1 de mayo de 1977 y puesto en práctica el 1 de septiembre del mismo año.
Sin dudas, en 1977, durante la administración Carter, se tenía una comprensión bastante precisa
de cómo podrían arreglarse las cosas entre los dos países. [21]Junto a la negociación de asuntos
puntuales de la agenda; aguas territoriales, pesca y otros, se daban también pasos moderados y
recíprocos, cuya importancia consideramos era la creación de un clima de confianza y distensión
mutua.
La administración Carter representó la excepción, al desplegar una política dirigida a cambiar
el curso, aunque no la estrategia, de las relaciones entre ambos países. Las conversaciones
celebradas entre ambos gobiernos durante su mandato, de los años 1977 a 1980, evidenciaron
el interés de ambas partes por encontrar puntos de coincidencia, mientras se realizaban
negociaciones puntuales sobre todo aquello en lo que se podía avanzar. [22]
Pero, aunque esa administración representó un punto de inflexión en las relaciones entre ambos
países. No obstante, los condicionamientos que trataba de imponer Estados Unidos, relativos a
la actividad internacional de Cuba, finalmente dieron al traste con la posibilidad de continuar
avanzando en un mejoramiento de las relaciones. [23]. Pues Estados Unidos insistía en alterar
el curso de la política exterior cubana, en especial, la actitud de Cuba ante el movimiento
revolucionario en Centroamérica y sus relaciones con la URSS.
Hasta ahora, esa fue la única administración norteamericana durante la cual hubiese sido posible
mejorar las relaciones entre ambos países. Pero esa posibilidad quedó frustrada. Z. Brezesinsky
la frustró y el presidente Carter junto a Cyrus Vance, se dejó llevar. [24]
El foco de la política
Si observamos sintéticamente hacia donde ha mirado la política norteamericana sobre Cuba, a
lo largo de estos casi más de sesenta años de confrontación entre ambos países, nos podemos
percatar de que el foco de esa política ha variado según diferentes períodos históricos.
Durante todo el periodo colonial, la actividad de Estados Unidos se concentró en dos aspectos
fundamentales:
1) Evitar a toda costa que Cuba pudiera pasar a otras manos. Debía mantenerse bajo el control
de España, hasta pasar a ser poseída por los Estados Unidos.
2) Acosar a España para que le vendiera la Isla a Estados Unidos o le concediera la Autonomía.
De 1953 a 1959, Estados Unidos se concentró en la dinámica interna de la sociedad cubana.
Hasta diciembre de 1958, mientras más avanzaba la lucha de las fuerzas revolucionarias contra
la dictadura de Fulgencio Batista, haciendo evidente su triunfo, la administración de Eisenhower
incrementaba el apoyo a la dictadura batistiana.
Cuba, entonces, no representaba, desde el punto de vista de su política exterior, ningún interés
para la administración de turno. Podemos percatarnos que tal política se desplegó en dos períodos
fundamentales:
a)Un primer período dentro del cual se trató de penetrar al movimiento revolucionario con agentes
de la CIA, que mantuvieran al tanto a la administración norteamericana de lo que estaba sucediendo,
mientras apoyaban a la dictadura , y b) un segundo período en el que habiéndose percatado de
que Batista no podría resistir el empuje de las fuerzas revolucionarias, la administración se concentró
en la búsqueda de una “alternativa plausible”, que le permitiera sustituir a Batista por una junta
cívico – militar, dar un golpe de Estado o realizar una invasión militar.[25]
De 1959 a 1965, periodo en que las administraciones de Eisenhower, (1953- 1961), John F. Kennedy
(1961 – 1963) y el primer período de Lindon B. Johnson (1963 – 1969), se concentraron en la
situación interna de Cuba.
Particularmente Eisenhower, lo hizo bajo el principio básico de que “…si no le había sido posible
frustrar la toma del poder por parte de las fuerzas revolucionaria, al menos impedirían que esas
fuerzas se consolidaran en el poder…”, para lo cual esa administración se concentró en desplegar
todas las acciones imaginables para lograr sus objetivos.[26]
Dentro de ese período, y ya bajo la administración de J.F. Kennedy, se continuaron profundizando
las acciones internas, la ejecución de la invasión de Girón, el Plan Mangosta, las bandas contra
revolucionarias, junto a la Crisis de Octubre, que fue el resultado del interés y despliegue de todas
las acciones dirigidas derrotar o invadir a Cuba en gran escala.
Tales acciones contrarrevolucionarias internas se prolongaron con posterioridad al asesinato de
Kennedy, hasta la derrota de la contrarrevolución interna en 1965.
El foco de la política norteamericana hacia la dinámica interna cubana, se comportaba como una
cuestión de prioridad, lo cual no quiere decir que no se prestara atención por parte de Estados
Unidos, al impacto externo que la revolución cubana podía tener, especialmente en América
Latina. Razón por la cual, por medio del llamado Libro Blanco, particularmente, fue desplegada
una ardua y agresiva campaña, dirigida a proclamar a Cuba como incompatible con el sistema
interamericano y expulsarla de la OEA en 1962.
Sin embargo, todo ello actuaba como un complemento de la agresividad, pues lo fundamental, el
carácter agresivo de esa política, estaba en la actividad contrarrevolucionaria armada interna, cuyo
objetivo fundamental era aplastar sangrientamente el régimen revolucionario de Cuba.
De 1965 – 1986. Durante estos años que abarcan la parte final de la administración de Lyndon
Johnson (1963-1969) hasta el comienzo de los dos últimos años de la administración de Ronald
Reagan (1981 – 1988), es decir, hasta 1986, el activismo revolucionario externo de la revolución
cubana, determinó que la política norteamericana, sin dejar de prestar atención a los asuntos
internos de Cuba, se concentrara fundamentalmente en su presencia internacional. Las
administraciones de Nixon (1969-1974) Ford (1974-1977) y Carter (1977-1981), fueron
particularmente agresivas, en cuanto a seguir muy de cerca el activismo internacional de Cuba,
prestando mayor atención a este foco externo de la política. Aunque Carter combinó esa
agresividad, con la búsqueda de un entendimiento con Cuba.
La participación del Che en Bolivia, y la de Cuba en África, esta última reforzada a partir de
1975; la ayuda cubana a los movimientos de revolucionarios en Centro América y su activismo
en el Movimiento de los Países no Alineados y el Grupo de los 77, determinaron que el foco de
la política en esos años se concentrara en la presencia internacional de Cuba. La Isla, a partir del
comienzo de los años setenta, avanzaba, incluso económicamente y su situación interna no tenía
atractivos particulares para tratar de desestabilizarla desde adentro.
Comenzaron así los condicionamientos que se le exigían a Cuba para tener buenas relaciones con
Estados Unidos, consistentes en:
· Romper sus conexiones con la URSS.[27]
· Dejar de ayudar a los movimientos revolucionarios en general y en Centro América en particular.
· Retirar sus tropas de África.
Por supuesto, que tales condicionamientos representaban también una aceptación tácita de que la
revolución cubana se comportaba como un proceso que presentaba un alto nivel de consolidación
en lo interno, por lo que se consideraba que los esfuerzos fundamentales para derrocarla, habría
que realizarlos en el plano de su accionar internacional.
Tales condicionamientos de la política, han perseguido siempre a Cuba, en sus relaciones con
Estados Unidos, aunque fueron particularmente agudos a partir de la segunda etapa de la
participación de Cuba en África, coincidentemente con el conflicto en Centro América y el
liderazgo cubano en el Movimiento de los Países No Alineados y el fortalecimiento de la colaboración
con la Unión Soviética. [28]
De 1986 al 2008. El comienzo de la segunda mitad de los años ochenta, marcó un período
nuevo en la confrontación entre Cuba y Estados Unidos. [29] Acontecimientos tales como:
- El paulatino proceso de derrumbe del campo socialista y la caída de la URSS en 1991 y el resto
de los Países socialistas.
- La crisis económica cubana, que comenzando oficialmente en 1989, ya había venido avanzando
desde 1987, a partir de las dificultades que se manifestaban en el intercambio económico externo
de la Isla, especialmente con el campo socialista y la URSS en particular.
- Las causas 1 y 2 por corrupción y narcotráfico, que estallaron en medio de la crisis económica de
1989.En lo que se conoció como el Verano Caliente.
- Las múltiples dificultades socioeconómicas internas que afectaron seriamente el nivel de vida de
la población cubana.
La combinación entre las llamadas causas 1 y 2 y la situación provocada por la crisis económica
interna, en particular, producían una valoración en las esferas de la política de Estados Unidos hacia
Cuba, bajo una percepción que no daban oportunidad alguna de que la Isla lograría sobrevivir a tal
situación.
Se consideraba en las esferas políticas de la administración (concluía su mandato Ronald Reagan y
comenzaba George Bush padre) que en Cuba había dos crisis internas, que se retroalimentaban
mutuamente, una crisis económica considerada como irreversible y otra crisis en la esfera política,
que tocaba a los más altos niveles del poder en la Isla. Lo que la administración de George Bush-hijo,
pretendió exacerbar con su campana de que la más alta dirección del país estaba metida en el
narcotráfico.
A partir de entonces, se concebía que el momento por el que Cuba atravesaba, era el más idóneo de
los últimos treinta años, para producir el derrocamiento de la Revolución. Entonces, la negativa
dinámica interna de la sociedad cubana, comenzó a ser el pivote sobre el cual comenzaron a girar
casi todas las acciones de la política norteamericana, apoyándose esta en las medidas siguientes:
· Reducir a su mínima expresión la posibilidad de que Cuba hallara nuevos socios y mercados en
el entorno internacional, impidiendo a toda costa su reinserción económica internacional.
· Aprobar la llamada Ley Torricelli, en 1992, que al mismo tiempo que eliminaba el comercio de
Cuba con filiales de empresas norteamericanas en terceros países, logrado durante los años ochenta,
proveía los pasos, mecanismos e instrumentos, para hacer avanzar la llamada “subversión pacífica
interna”.[30]
· Se desataba una feroz campaña dirigida a demostrar que las más altas autoridades cubanas estaban
enroladas en el narcotráfico, tratando de demeritar totalmente las fuertes medidas tomadas por el
gobierno y el liderazgo político de la Revolución.[31]
· Ajustar la política norteamericana a la situación de emergencia que significaba el potencial
derrumbe de la revolución cubana, fenómeno que debía producirse bajo el modelo de la Rumania
de Ceacescu.[32]
· Mientras que la Ley Torricelli llegó en 1992 para frustrar el comercio internacional de Cuba, el
paquete legislativo de la llamada Ley Helms Burton, tenía como objetivo esencial, frenar toda
posibilidad de que Cuba articulase e hiciera avanzar las relaciones con el capital extranjero.[33]
Al mismo tiempo, se adoptaban las medidas necesarias para revitalizar la llamada “subversión
pacífica interna”. Los temas de derechos humanos, democracia y economía de mercado, tomaban
un papel central en las exigencias que se hacían y aún se hacen a Cuba.
· Con el advenimiento de la administraron de George Bush- hijo, y el derribo de las Torres
Gemelas del World Trade Center, Cuba pasaba a formar parte del grupo de los sesenta “rincones
oscuros del mundo”, acusada de participar en el terrorismo y por tanto, objeto de la más agresiva
estrategia desatada por la política norteamericana, que solo recuerdan la agresión a Vietnam o la
Crisis de Octubre.
· En el 2004, la denominada Comisión Powell producía el Informe que orientaba como debía
producirse la transición de la Isla, viéndose este posteriormente reforzado por la intervención de
Condoleezza Rice. Otros intentos ya se habían hecho. Pero estos documentos contaban con un
denominado anexo secreto y con la intención de acelerar el llamado proceso de la transición de
Cuba hacia el pluripartidismo, la democracia liberal y la economía de mercado, bajo una estrategia
de Cambio de Régimen en Cuba. [34]
A partir de entonces, se ha adueñado y fortalecido dentro de la política norteamericana, una
percepción, que pone los asuntos de la dinámica interna de la sociedad cubana en el centro de
las acciones, mecanismos e instrumentos para derrocar a la revolución. Existe entonces un
inventario de asuntos, tal vez cambiantes hacia el futuro, sin los cuales el conflicto entre Cuba y
Estados Unidos se nos haría hoy incomprensible.
Tales asuntos a nuestro entender son: los siguientes:
1) El papel determinante que la dinámica interna de la sociedad cubana se observa continuará
protagonizando la política de Estados Unidos contra Cuba.
2) La insistencia de Estados Unidos por perseguir la proyección externa de la política cubana,
donde quiera y de cualquier signo con que ésta sea desplegada por el liderazgo político de la Isla,
junto a la continua actividad de Estados Unidos por desprestigiar a la [35]revolución cubana.[36]
3) La actividad encaminada a la eliminación física del máximo líder de la revolución cubana.
4) El trabajo de los formuladores de política hacia Cuba, dentro de las administraciones
norteamericanas, por mantener a nivel de instrumentos, de todos los dispositivos e instituciones,
una matriz agresiva única, de política para subvertir a Cuba, promovida también a nivel
internacional, en correspondencia con el proceso de internacionalización del conflicto entre ambos
países.
5) El permanente accionar para endurecer la política de bloqueo contra Cuba, por medio de la
persecución de los viajes, las sanciones y multas financieras, así como los obstáculos a las
inversiones y a las relaciones comerciales.
Es cierto que la Helms-Burton quitó al Presidente la potestad de manejar la política de bloqueo,
trasladándola al congreso, pero la administración puede tomar medidas punitivas, como el
endurecimiento de las condiciones del comercio, la restricción a las remesas y los viajes en ambas
direcciones.
6) La continua alianza entre las administraciones norteamericanas y los sectores de la derecha
cubano-americana, por hacer del congreso de los Estados Unidos, un instrumento de permanente
legislación contra Cuba.
7) El permanente interés por profundizar el carácter transnacional de la agresividad económica
contra Cuba.
8) El accionar de las administraciones norteamericanas por mantener y fortalecer a los sectores
de extrema derecha de la llamada comunidad cubana en Estados Unidos, brindándoles las
facilidades que les permitan agredir a la revolución cubana, tanto dentro de los Estados Unidos,
como en el extranjero, conectándolos con la llamada disidencia interna en Cuba.
9) Mantener una permanente actividad de propaganda contra la revolución cubana, principalmente
desde los dispositivos de mal llamadas Radio y TV Martí.
10) Estados Unidos se esfuerza continuamente por mantener una coordinación ideológica y política
con sus aliados, especialmente los europeos, que más allá de las discrepancias respecto a la política
hacia Cuba existente en el campo económico, los mantenga articulados a una estrategia política
para subvertir a Cuba. Reforzando este mecanismo con la articulación de una política contra Cuba,
dentro de la cual un grupo de ex países socialistas, que, liderados ahora por los checos y otros,
desde el Parlamento Europeo, mantengan una perenne labor de hostigamiento contra Cuba a nivel
internacional. [37]
La revolución cubana, lucha y tendrá que continuar luchando contra todos los escenarios
anteriormente esbozados, tomando en consideración, además, que Estados Unidos se ha propuesto
restaurar su ya afectada hegemonía y, sobre todo, recuperar los espacios perdidos en su histórico
traspatio y que Cuba ocupa un lugar destacado dentro de esa estrategia agresiva.
Algo han cambiado las cosas desde que comenzó este conflicto, pero la agresividad continúa,
aunque la maquinaria no haya logrado funcionar como Estados Unidos la diseñó. Cuba se ha
defendido. Estados Unidos diseñó política contra Cuba para un mundo que, si cambiaba, a Cuba
no le daría tiempo a sobrevivir para verlo. Pero resulta que hoy, es Estados Unidos el que está
bastante aislado con su política hacia la Isla. Lo que se manifiesta en las Resoluciones contra el
Bloqueo en Naciones Unidas. Cuba, por su parte, avanza, incrementando su capacidad de
defenderse de manera integral. [38]
No obstante, hoy, la permanente tozudez de Estados Unidos por armarse, mantener la llamada
guerra contra el terrorismo y haber activado recientemente la Cuarta Flota, para que se pasee
por los mares del hemisferio, son el síntoma más evidente de las intenciones de la extrema
derecha norteamericana hacia el futuro inmediato.
Esperamos que los desafíos que Estados Unidos tienen ante sí, que son muchos y disímiles,
los haga reflexionar acerca de la necesidad de rectificar o al menos moderar el rumbo.
Al ganar la presidencia en el 2008, el candidato demócrata Barak Obama, se abrió una nueva
incógnita, acerca de cómo este podría manejar la política hacia Cuba. [39]Pero Obama no fue
el peor momento para Cuba, como ya hemos explicado.
Cuando esa administración dejo la presidencia, entró Donald Trump, con una agresividad
particular que aun sufrimos y que la llevó a planos estelares, produciendo la aceleración de
la aplicación de la política de bloqueo, con 243 medidas contra Cuba, tomadas en tiempo record
dentro de su administración. De tal modo, que las remesas, que casi nunca había sido tocadas,
fueron eliminadas y la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, que nunca había sido
aplicado, comenzó a funcionar. Por lo que la herencia dejada a Biden, parecía increíble de
mantenerse.
Sin embargo, Biden que había compartido la política de Obama hacia Cuba, engañó a todos con
su promesa de campana de que mantendría la política hacia Cuba de la administración, de la que
había sido su vicepresidente. Sin embargo, haciendo caso omiso a una política que entonces ya
consideraba como fracasada, Biden, no solo retorna a la agresividad de los peores años de las
relaciones entre ambos países, sino que de modo casi inmediato se comporta peor que Trump.
Habiendo seleccionado para ello el peor momento de Estados Unidos, tanto desde el punto de
vista interno, como externo.
la situación de Cuba actualmente es en extremo difícil, dado que la Isla, además, transita por una
coyuntura económica muy compleja, en la que el bloqueo la atenaza más que nunca y que Biden
aprovecha para trata de darle nuevos aires a la contrarrevolución interna.
Sin embargo, no tiene Biden la mejor situación para tirarse de nuevo contra Cuba, que lucha
denodadamente para levantar su economía, paulatinamente supera la pandemia y disfruta de un
nivel de solidaridad internacional, incluso interna en los propios Estados Unidos, como nunca antes.
Por lo que Biden, sufre las críticas por su política hacia Cuba, especialmente entro de su propio
país y Cuba se defiende, avanzando en la superación de sus dificultades. Mientras que el Estados
Unidos de Biden, cada día se hunde más en las incapacidades para solucionar su crítica situación
interna y sufre los descalabros de su fallida política exterior, en la que su reciente retirada de
Afganistán le ha dado un dolor de cabeza espectacular.
Biden, aquejado además de incapacidades físicas y mentales, no logra estabilizar al país económica
política ni socialmente. Arrastra las contradicciones con los aliados heredadas de Trump, al mismo
tiempo que se le achica el espacio en su histórico traspatio.
No se trata de jugarle a las esperanzas, sino de que realmente Biden parece estar repitiendo la misma historia con Cuba.
30 de noviembre del 2021.
[1] Se conoce que desde los años del comienzo de Estados Unidos como nación, cuando aún eran solo trece colonias en la costa este, ya se producían incursiones que trataban de ocupar territorio en la Isla.
[2] Tal vez con la excepción de Abraham Lincoln, sobre el cual, se desconoce que personalmente haya sostenido tal actitud respecto a Cuba.
[3] Se conoce de los esfuerzos del Libertador Simón Bolívar, al calor del Congreso de 1826 por enrolar a Cuba en los procesos de la Independencia Latinoamericana.
[4] El 19 de abril de 1898; pero en ella, mientras se consignaba la entrada de las tropas norteamericanas, sin embargo, no decían cuando se irían. Lo cual la convirtió en un instrumento de manipulación casi perfecto.
[5] Para ampliar sobre este aspecto, ver: Carlos Alzugaray, “Crónica de un Fracaso Imperial “, Editorial Ciencias Sociales, 2000, pp.47-69.
[6] Eisenhower se caracterizó siempre por el aquello de “Gatica María Ramos”, la que tira la piedra y esconde la mano”. Siempre interesado en tener la posibilidad de desmentir si se le acusaba de algo. De él se conoce el término de las llamadas “razones plausibles”.
[7] Para ampliar ver: Esteban Morales, Revista Cuba Socialista No. 25, 2002, pp.4-6.La invasión por Playa Girón, fue diseñada por la administración de Eisenhower; Kennedy la recibió como herencia.
[8] En el breve espacio de que disponemos, solo podremos caracterizar a muy grandes rasgos tal continuidad de política, según las administraciones, sintetizando los aspectos más relevantes.
[9] Para ampliar, ver Esteban Morales, Cuba Socialista No. 25, pp. 9-10.
[10] Para ampliar, ver Esteban Morales, Cuba Socialista No. 25, pp. 12-13-
[11] Para ampliar sobre esto ver: Esteban Morales “Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre”. Revista Contracorriente No. 20, 2004.
[12] Para ampliar, ver Esteban Morales, Cuba Socialista No. 25, pp. 15-20
[13] Para ampliar, ver Esteban Morales, Cuba Socialista No. 25, pp. 24-26
[14] Para ampliar Ver: Esteban Morales: ¿Crisis de los Misiles o crisis de octubre? Revista Contracorriente No. 20, La Habana, Cuba, 2004, pp.20-24
[15] Para ampliar Ver: Esteban Morales, “Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre “, Revista Contracorriente No. 20, 2004, La Habana, Cuba, pp.20-22.
[16] Fidel Castro ha hablado sobre este asunto .Incluso tuve la oportunidad de participar junto a Senador George MacGover, y los profesores Fred Holbord y Richard Wallace en una conversación en 1985, en la que el jefe de la revolución se refirió a la Crisis de octubre, a insistencias de sus interlocutores, pero no dijo nada al respecto. Fidel Castro siempre ha tratado con mucho respecto a J.F.Kennedy. Para ampliar ver: Ignacio Ramonet. “Cien Horas con Fidel “. Tercera Edición. Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2006, pp.307-329.
[17] Cualquier análisis del Conflicto Cuba- Estados Unidos se hace incomprensible sino se va a eso tumultuoso e iniciales años.
[18] Tal parece que George Bush –hijo quisiera superar los límites, pero el contexto actual los impone y resulta más ruido que nueces.
[19] Se trata solo de asuntos puntuales, que no representaron nada para el mejoramiento de las relaciones entre ambos países, las que eran particularmente tensas entonces. Ese fue un momento en que se percibió como cercana la posibilidad de una invasión a Cuba.
[20] No obstante desde 1977 Fidel Castro tenía la preocupación de que las realidades políticas de Estados Unidos, a pesar de la actitud de Carter, impedirían normalizar las relaciones entre ambos países.
[21] Ver: Memorando, Robert Pastor, a Zbigniew Brezesisnky, Consejo de Seguridad Nacional, 8 de marzo de 1977, Washington DC.
[22] Cuba y Estados Unidos negociaron hasta el mismo año de 1980.Ver: Conversaciones, entre Petter Tarnoff y Fidel Castro, 16 y 17 de enero de 1980.Dpto. de Estado Washington DC.
[23] Ver: Memo, Brezezinsky al Presidente Carter, Titulado: La URSS y Etiopia…31 de marzo de 1978, Anexo Clave, Washington D.
[24] Ver: Memo, 19 de marzo de 1977.Washington DC.
[25] Desde siempre Estados Unidos le “sacó las castañas del fuego “a las élites políticas en Cuba, de aquí la confianza que siempre tuvieron de que en Cuba no podría ocurrir nada, que cuestionara el poder de Estados Unidos de mediar siempre de una manera exitosa.
[26] Ver. Cuba Socialista, No. 25, pp. 3-6
[27] Esta exigencia era una falacia basaba en la apreciación de que Cuba era un satélite de la URSS, usándola para desacreditar a Cuba. Sin embargo, ellos sabían que Cuba tenía una política exterior propia. Ver: Nota Confidencial. Memorando de Análisis Presidencial, NSC-6, 23 de mayo de 1978, firmado por Zbiniew Brezesinsky, punto 5.
[28] A Estados Unidos le preocupaba especialmente la colaboración militar entre Cuba y la URSS en África.
[29] Para ampliar ver: Revista Economía y Desarrollo 34, La Habana, Cuba 1996, pp. 91-111.
[30] El comercio de Cuba con las filiales no representaba más de un 15 %, pero se trataba de productos que llegaban tarde, o no era posible obtenerlos en el mercado socialista. Se dice que la llamada Ley Torricelli encerraba el eclecticismo, de que al mismo tiempo que eliminaba el comercio, inducía medidas de acercamiento que permitieran desplegar el llamado Carril II.
[31] Las fuertes medidas adoptadas por Cuba contra ante el fenómeno del narcotráfico, con el fusilamiento de altos oficiales de las FAR y del MININT eran demeritadas; Se acusaba a los líderes de la revolución de estar enrolados en el delito y se desataba una fuerte campaña dirigida a desacreditar a Cuba.
[32] El derrumbe debía sobrevenir y se llenaron los hoteles de periodistas que lo esperaban. Rumania era el modelo que se avizoraba; el periodista norteamericano-argentino, Andrés Openhaimer, publicaba entonces, “La Hora final de Castro “.
[33] Pero la llamada Helms-Burton llegaba más bajo el síndrome del temor de que en 1996 ya la economía cubana había salido de la crisis económica, comenzaban a llegar las inversiones extranjeras y había que frenar a toda costa el proceso de reinserción económica de Cuba .De aquí que las amenazas contenidas en el capítulo del Trafico, para sancionar a los potenciales inversionistas y la amenaza de negar las visas a los empresarios extranjeros que negociaran con Cuba, formaban el contenido esencial de esta ley, especialmente promovida por la derecha cubano-americana y alentada su firma, dentro de la administración Clinton, a partir de la provocación que trajo como consecuencia el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996.
[34] Con tales medidas, la agresividad de la política norteamericana hacia Cuba ha retornaba a los peores momentos que es posible recordar y la Isla volvía a estar amenazada de sufrir una agresión militar por parte de Estados Unidos.
[35] A diferencia de lo que ocurrió en otras administraciones, la actual de George Bush hijo, no permite la más mínima disidencia respecto a la política hacia Cuba, habiendo logrando crear un dispositivo dentro del cual todos actúan en la misma dirección contra la Isla.
[36] La política norteamericana no ve con buenos ojos la labor humanitaria de Cuba en el mundo, comportándose ante ella, prácticamente, como algo amenazante para la hegemonía de Estados Unidos. De aquí los múltiples obstáculos que pone para que Cuba pueda desplegar esa labor.
[37] Los aliados de Estados Unidos, no lo siguen en la política de no tener relaciones economizas con Cuba. Esos son los casos particulares de Canadá, Inglaterra y otros, pero si comparten la estrategia norteamericana de hostigar a Cuba para hacerla cumplir los condicionamientos en terminas de derechos humanos, pluripartidismo y las llamadas elecciones libres.
[38] Los procesos que tiene lugar en América Latina han venido en auxilio de Cuba, que ya no está sola. Estados Unidos tiene que emplear sus fuerzas en muchas direcciones, ya no las puede concentrar todas en Cuba.
[39] Ver del Autor, Dossier La Jiribilla, diciembre del 2008.
Publicado por Ernesto Morales
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2 comentarios:
javierboss26 de abril de 2012, 17:47
Hace unos días platicando con mi hermano surgió la duda ¿cómo empezó el conflicto entre cuba y estados unido? Aquí encontré una buena respuesta... Excelente blog.
Autor. Esteban Morales Domínguez.
UNEAC
Con posterioridad al triunfo de la revolución, Las ciencias naturales y exactas, siempre han tenido el privilegio de ser las punteras en el desarrollo científico de Cuba.
Bajo la dirección del compañero Fidel, se crearon los polos científicos del este y del oeste. Los grandes centros de investigación de los años setenta y ochenta. Las ciencias exactas y naturales, han alcanzado un nivel que tienen muy poco que envidiar al desarrollo científico en el hemisferio en que vivimos. No visita Cuba un científico de renombre que no se interese en visitar nuestros centros de Investigación y la Escuela Latinoamericana de Medicina. En las ciencias económicas se crearon muy tempranamente por Fidel los llamados Equipos de Investigaciones Económicas. Que dieron lugar después a diferentes Centros de Investigación en el área económica de la Universidad de La Habana.
Pero las ciencias sociales y humanísticas tomaron otros derroteros.
Esto ha sido así, por muchos años, debido, tanto a las lógicas prioridades establecidas para esas ciencias, ampliamente mencionadas, como, contradictoriamente, por los errores que se han cometido en la conducción de las ciencias sociales y las humanidades.
Paradójicamente, siendo la revolución cubana un fenómeno, esencialmente político, se habló siempre mucho de política, pero, sin embargo, sin prestar mucha atención al campo científico que la sustenta: un desarrollo científico de las ciencias sociales y humanísticas, sólidas, en La Universidad de La Habana.
La labor educacional convirtió a Cuba, a partir de la gigantesca tarea de la alfabetización, en una inmensa escuela. Y entonces comenzaron a crearse las bases reales para un verdadero desarrollo científico nacional.
Desde muy temprano, muchos cubanos, que antes no habían tenido la menor oportunidad, llegaron a las Universidades y a los posteriores centros de investigación que se crearon.
Pero ciertos fenómenos lastraron ese proceso, y nos llevaron a lo que se constituyó después, en el pecado original de nuestro desarrollo científico, afectando sobremanera el avance de las Ciencias Sociales y las Humanidades. Que ha traído como resultado la disparidad existente en el desarrollo científico, caracterizado por el desnivel en el desarrollo entre las Ciencias Naturales y Exactas y las Ciencias Sociales y Humanísticas.
Con las consecuencias de egocentrismo, tecnocratismo y autosuficiencias, que ello nos puede acarrear. Pues puede hacer aparecer el criterio de que basta con las Ciencias naturales y exacta para construir el socialismo.
El ineludible acercamiento al campo socialista, a la URSS en particular, desde principios de los años sesenta, vincularon de modo muy fuerte, nuestra formación científico social y humanística a las universidades soviéticas en particular.
Al no ser Cuba un país europeo, si caribeño, subdesarrollado y pobre, con muy poca tradición científica; pues hemos tenido siempre lumbreras intelectuales, pero nunca escuelas de pensamiento, ello significó que la ciencia, sobre todo, las ciencias sociales, nos comenzaran a llegar masivamente del campo socialista. Es cierto que tuvimos verdaderas lumbreras intelectuales nacionales, pero la formación masiva resultó muy sesgada. Las ciencias naturales y exactas se beneficiaron bastante, pero las sociales y humanísticas, comenzaron a tomar un camino, que evidentemente habría que tratar de rectificar después.
3-En particular el Marxismo Leninismo, del cual contábamos con muy pocas referencias; a no ser por la fundación temprana del primer Partido Comunista en 1925, alrededor del cual comenzó a formarse una intelectualidad socialista. Aunque cómo es posible suponer, una intelectualidad, con ideas y en política, muy dependiente de la Internacional Comunista de entonces y de la URSS en particular, ya fundada como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en 1925.
De ese proceso salió una vanguardia política, que lucharía por cambiar a Cuba y que finalmente constituiría una de las tres fuerzas políticas (Junto al Directorio Revolucionario 13 de marzo y el Movimiento 26 de Julio) que fundarían, las ORI primero (Organizaciones Revolucionarias Integradas), el Partido Unido de la Revolución Socialista, después y el Partido Comunista de Cuba en 1965.
4-Como es de suponer, vino del entonces Campo Socialista y de la URSS en particular, parte de nuestra formación política, e incluso, la forma de dirigir políticamente. A la que no le faltó tampoco cierta influencia de los métodos estalinistas.
5-Solo el genio de Fidel castro, nos salvó de la mecánica repetición de la influencia soviética; el poder fortalecer una identidad propia y saber, que la experiencia de la URSS, no era repetible en Cuba. Aunque liberarnos totalmente del copismo, no fue entonces posible.
6- El marxismo soviético entró masivamente en Cuba, a partir de la gran cantidad de estudiantes que en la URSS y otros Países Socialistas se formaron; incluidos muchos profesores de Filosofía y Economía Política; el asesoramiento de profesores soviéticos; y la masiva entrada de bibliografía del Campo Socialista y de métodos de trabajo académico, sustentados en esa experiencia.
Algún esfuerzo bibliográfico se hizo, para evitar la exclusión de otras producciones científicas, ejemplo, con la editora “Polémica”, pero ello no fue suficiente para equilibrar la influencia que ejerció la bibliografía venida especialmente de la URSS y otros Países Socialistas. En lo cual, las ciencias naturales, exactas y económicas, corrieron mejor suerte, teniendo acceso a bibliografía que procedería de otras latitudes: me refiero a las Matemáticas, la Física, la Teoría Económica, las Estadísticas, la Psicología, entre otras muchas.
6-En el orden político, estuvieron presente los métodos de trabajo, tanto partidarios como administrativos, copiados de algunas soluciones estructurales y administrativas, provenientes de la URSS, cómo lo fueron, en su momento, los Comités Estatales, para solo citar un ejemplo.
8- Nuestras Fuerzas Armadas también fueron formadas en la URSS y otros Países Socialistas. Por lo que, desde el principio, estuvieron dotadas de una capacidad defensiva, que el Ejército Rebelde no llego a poseer nunca y ni siquiera el ejército batistiano que luchó contra él.
9- Nuestra estructura partidaria no poco copió de la experiencia soviética, con la consiguiente reproducción de ciertos métodos de trabajo, en la prensa y el trabajo ideológico, que muy poco, tenían que ver a veces con nuestra experiencia nacional.
Al llegar los años setenta, la academia cubana reproducía íntegramente, la enseñanza del llamado Marxismo Leninismo, en sus acepciones de Economía Política y Filosofía Marxista Leninista, dividida esta última, en Materialismo Dialectico, Materialismo Histórico y el llamado Comunismo Científico. Que, junto a la Filosofía, devenían en la supuesta base teórico-metodológica para la investigación científica en las ciencias sociales.
Nuestra investigación social, entonces en “pañales” y la negación de la Sociología y de la Antropología, en los años setenta, junto a la tendencia a no considerar que ciertos problemas sociales, como la prostitución, el racismo, el machismo y la discriminación racial, entre otros, no eran asuntos internos a investigar, pues se consideraba que nuestro socialismo no los reproducía, por lo que tales fenómenos, durante mucho tiempo, no recibieron la atención científica que requerían. Resultando una verdadera tarea titánica demostrar, que debían ser investigados en el contexto de la realidad cubana.
No pocas veces, lo que se investigaba iba parar a la gaveta de algún buró, del que resultaba prácticamente imposible sacarlo. Tal y como ocurrió durante largo tiempo con las investigaciones sobre las Relaciones Raciales, del Centro de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba.
Por supuesto ello se hacía bajo el erróneo criterio político, de que las cosas que se investigaban y denotaban ciertos problemas de nuestra realidad, debían permanecer reservadas, o solo ser de conocimiento de un grupo privilegiado al más alto nivel. Secuestrándole a nuestra intelectualidad y al pueblo, el conocimiento de sus propios problemas.
Es decir, nuestras ciencias Sociales y Humanísticas, atravesaban una situación difícil, por lo que estaban requeridas de un tratamiento propio, nacional que, además, nos sirviera para poner a la sociedad socialista que emergía, bajo el microscopio de la ciencia.
Numerosos investigadores de afuera, se percataban de problemas que los cubanos debíamos investigar, pero lo hacían ellos, valiéndose, además, de nuestras propias fuentes bibliográficas e informativas, por lo que entonces los resultados obtenidos, nos venían de rebote. Muchas veces se trataba de científicos honestos que compartían con nosotros sus resultados; otras veces, de gente malintencionada para hacer daño a la revolución. Múltiples ejemplos de solidaridad, mala intención y también de estupidez, abundaron.
Además, era indispensable tratar de contar con un proceso de formación teórica y metodológica, pues el aun existente no se correspondía con nuestras ingentes necesidades nacionales.
En tal contexto, promovido por la propia Reforma Universitaria, emergería el Departamento de Filosofía, de La Universidad de La Habana; que, Junto a la Revista Pensamiento Crítico, hacían nacer una interesante experiencia. La que más allá de académica, era esencialmente política. Pues como había dicho el Che, se hacía necesario, rescatar a Cuba de los “caminos trillados “y construirle los propios.
Tal vez, muchos piensen que se trataba solo de un Departamento Académico y una simple Revista Teórica. Pero no, con ello se pretendía un avanzar más allá. A la búsqueda de la experiencia propia, que al ser la de una revolución, por primera vez en un país subdesarrollado, pobre, caribeño y latinoamericano, con una experiencia histórica muy particular, no podría nunca encontrar los derroteros a seguir, en la experiencia europea. En una experiencia socialista, que en muy poco, se parecía a la cubana.
Pero de manera casi inmediata, al comenzar sus labores, el Departamento de Filosofía y la revista Pensamiento Crítico, dieron lugar a la emergencia de dos corrientes de pensamiento, para la enseñanza universitaria; en particular, dentro de la Universidad de La Habana. Estas corrientes provenían de los mismos que integraban el cuerpo profesoral universitario. Entre los que sobrevivían aun las tendencias, que ya antes se habían manifestado con el sectarismo y el dogmatismo, fuertemente, combatidos por Fidel.
Los que, aferrados al llamado Marxismo Leninismo, procedente, principalmente de la URSS, lo consideraban, como la “biblia” de las ciencias sociales; palabra sagrada, a la que nadie podía oponerse, o tratar de revisar; y la de los que asentados en la experiencia del Departamento de Filosofía y la Revista Pensamiento Crítico, deseaban, sin apartarse de un Marxismo verdadero, modernizar la enseñanza, dotando a las Ciencias Sociales Cubanas de un cuerpo de pensamiento propio. Que ya hacía evidente su necesidad, dentro del Marxismo procedente de la URSS y el resto del Campo Socialista.
Más que un asunto de enseñanza universitaria, detrás de ambas corrientes, supuestamente académicas, se ocultaban dos posiciones políticas diametralmente opuestas. Una de ellas, con fuertes antecedentes históricos, ya aquí esbozados; la otra, con la frescura y el enfoque de los cambios, que requería el momento que para entonces se vivía en la academia cubana.
La corriente de los que miraban a la URSS y al supuesto marxismo clásico procedente de ella, como el camino a seguir por la revolución; consideraban entonces como una herejía la experiencia del Departamento de Filosofía y la Revista Pensamiento Crítico. Y los que, basados en esta última experiencia, consideraban que se trataba del camino propio a seguir por la academia universitaria. Lo cual generó, las contradicciones y el ambiente político, para el “encontronazo” político que vino después.
Sin dudas, que de eso se trataba. De no seguir los “caminos trillados”, ni en el orden teórico, ni en el práctico.
Puesto que, en el orden práctico, significaba superar la experiencia estalinista de la URSS. A lo que no estamos en condiciones de dedicar mucho tiempo en este ensayo.
Mientras en el orden teórico, significaba asumir una concepción propia, que, sin apartarse del verdadero Marxismo, buscara las raíces de este en los clásicos y no en la experiencia histórica y teórica de la URSS; la que ofrecía un Marxismo castrado, oportunista, dogmático y anti dialéctico, tergiversado y malogrado por la experiencia estalinista. Como quedaría demostrado más tarde. Intención y tarea a cumplir, que parecía bastante difícil, para una masa de renovadores jóvenes, pero que no resultaba imposible de lograr.
De todos modos, a pesar de lo que se avanzó y del apoyo que tuvo, la experiencia no resultó finalmente aceptable, para las estructuras del poder político, que conducían el trabajo ideológico. El Departamento de Filosofía y la Revista Pensamiento Crítico, fueron eliminados.
Lo que había comenzado a ser un camino propio para el desarrollo de las ciencias sociales y las humanidades cubanas, se frustró. Historia esta última recogida en nuestro ensayo titulado, La Enseñanza delas Ciencias Sociales y Humanísticas en La Universidad de La Habana: experiencias y dificultades. Pues como explicamos en ese trabajo, las conjunciones de varios factores destruyeron la experiencia, que hoy muchos lamentamos y de cuya destrucción, jamás podremos arrepentirnos lo suficiente.
Un ambiente universitario, administrativamente contrario a la existencia de tal experiencia; el dogmatismo presente en el llamado Departamento de Marxismo Leninismo del Ministerio de Educación Superior. Ciertas corrientes y orientaciones políticas provenientes de la Dirección Política del MINFAR y del Departamento de Ideológico, del Comité Central del Partido, formaron la “tormenta perfecta” que se tragó, tanto al Departamento de Filosofía de La Universidad de La Habana, como a la Revista Pensamiento Crítico. Todo lo cual fue sustituido por un trabajo guiado a restituir la enseñanza masiva del llamado Marxismo Leninismo, en todas las universidades. Sin producir ajustes, ni modificación alguna de esa enseñanza; por lo que, como recogen opiniones y encuestas múltiplemente repetidas, se le comenzó a hacer insoportable, la enseñanza del Marxismo, a una parte significativa del estudiantado universitario.
Se declaró la experiencia, de Filosofía y la Revista Pensamiento Crítico, como algo nocivo, revisionista, y contario a la revolución; por lo que académicamente no tendría posibilidades de repetirse. Dado que se había tratado de introducir el revisionismo en la enseñanza de las ciencias sociales y las humanidades cubanas y, por tanto, dentro del marxismo, la ideología de la revolución y del partido.
Los líderes de tal experiencia fueron casi todos sancionados políticamente por el Partido Comunista de Cuba y dispersados, como para que no pudieran volver a juntarse nunca más.
Emergió entonces, con gran fuerza, una contradicción absurda, que nos ha perseguido por años, lastrando nuestro desarrollo científico en el campo de las Ciencias Sociales y Humanísticas.
Esa contradicción radicaba, en considerar, que ciencias sociales e ideología son equivalentes y ambas, al estar basadas en el Marxismo Leninismo, que es la ideología de la revolución, hacían imposible hacer algo dentro de estas ciencias que contradiga o trate de rectificarlas: una gran confusión entre ciencia y política, que casi hemos arrastrado hasta hoy.
Por lo que, con este criterio, las Ciencias Sociales y Humanísticas, nunca gozarían de la independencia relativa como ciencias; que les permitiera investigar, para mejorar el proceso de formación de la política y la ideología que de ellas dimanan. Lo cual ha traído como consecuencia, el oportunismo, el dogmatismo y la cobardía, presente en algunos científicos sociales y humanistas, que, entonces, esperaban siempre, por el discurso político, por el miedo a equivocarse.
Por supuesto, los años han pasado, se cumple aquello de que “los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud “y salvo las irreparables pérdidas de Hugo Ascuy y Fernando Martínez -este último después reivindicado y colmado de los honores y reconocimientos, que siempre mereció- todos hoy continúan luchando por las ideas que un día defendieron. Han sido leales a la revolución y cargan con gran honor la experiencia vivida en esos años.
Pero, como resultado de todo ello, las ciencias sociales en nuestras universidades, en particular, La Universidad de La Habana, perdieron presencia en el quehacer nacional. Con las excepcione lógicas, casi ningún intelectual de renombre científico, artista, pidió durante mucho tiempo, visitar La Universidad de La Habana, como ocurría años atrás.
Buena parte de lo que más vale y brilla en el campo de las ciencias sociales y las humanidades, se ha ido de la Universidad de La Habana, buscando lugares más propicios para su actividad intelectual.
Son escasos los miembros del claustro universitario con producciones teóricas destacadas y que participen de los múltiples centros de debate organizados por la UNEAC, la organización Hermanos Saiz, Dialogar, dialogar, la revista Temas y Criterios, entre otros. Solo ahora, comienzan a estar en la televisión, en las mesas redondas; apenas celebraban conferencias científicas, talleres, ni se les veia participando en ellas. Apenas participan aun, en las polémicas teóricas, ni en la discusión que suscitan los múltiples artículos o ensayos críticos que sobre nuestra realidad nacional se publican. Tampoco están presentes en la prensa. Todo lo cual hace que las Ciencias Sociales y Humanísticas en nuestras Universidades, hayan perdido presencia nacional.
La Universidad, de La Habana, en particular, ha perdido fuerza y presencia nacional; en la creación científica intelectual de las ciencias sociales y las humanidades y solo ahora, comienzan a recuperar el lugar que antes tuvieron en la política y la cultura nacional.
En los últimos tiempos, lo que ha trascendido sobre su accionar, ha sido la eliminación de profesores de sus claustros, sobre la base de unos procesos críticos cuestionables, que nadie entiende. Y por la salida de una considerable cantidad de buenos profesores que se van, hacia otros centros, buscando mejor ambiente para la creación científica.
No ha habido nunca un análisis crítico por parte de las autoridades, ni una autocrítica pública de esos lamentables acontecimientos, que, sin dudas, son el resultado de errores y del pecado original, del cual nuestras Ciencias Sociales y Humanísticas, aún no han podido recuperarse de manera total.
Hoy, por suerte, historias como las de Filosofía y Pensamiento Crítico. También, no podrían repetirse, las que ocurrieron posteriormente, con el Centro de Estudios de América, Europa, Asia, África, que también sufrieron los residuos de semejante periodo de “oscurantismo académico y político”.
Ello es así, porque nuestra intelectualidad ya ha vivido, además de las mencionadas, experiencias, la llamada “guerra del email”, el denominado “quinquenio gris” y porque nuestra masa de intelectuales revolucionarios, se ha convertido en un gremio sólido, que no se deja amedrentar por nadie ni por nada y que está dispuesto a librar cuantas batallas sean necesarias, contra la burocracia, para salvar a la revolución.
Razones por las cuales, esa masa intelectual, continúa avanzando para evitar que los errores de dogmatismo, cometidos contra los intelectuales revolucionarios en la antigua URSS, no se repitan entre nosotros.
Diciembre 8 del 2021.
Autor. Esteban Morales Domínguez
UNEAC.
Son varios los términos y conceptos que se utilizan, cuando nos referimos a las personas en Cuba, en cuanto a su color de la piel o la mal llamada “Raza” que no existe, pues raza tienen solo los animales.
Los negros estadounidenses se reconocen asimismo como Afroamericans; en español Afroamericanos. Me parece correcto que reclamen ese término en su circunstancia de vida. En los Estados Unidos, el negro es extraordinariamente discriminado; es sin dudas, el racismo estadounidense, la forma más brutal de racismo y los Estados Unidos, la sociedad más racista y discriminadora del universo conocido.
Creo que cuando se dicen “Afroamericans”, están reclamando su origen y al mismo tiempo, por la nación a que pertenecen y que nadie debiera negarles. Porque para muchos en los Estados Unidos, los negros no son norteamericanos y no merecen serlo. Es el egoísmo y elitismo presentes en buena parte de esa sociedad , de los que se autoreconocen como únicos constructores de la nación, olvidando que los negros, también ayudaron a construirla, con sangre, sudor y lágrimas, desde la esclavitud.
Cuando en Cuba usamos el término Afrocubano o Afrodescendiente, parece que cometemos una redundancia, pues en el término cubano, debiera estar todo contenido. Parece que ser cubano ya eso nos considera originarios de África; no porque todos hayamos venido de ese continente, sino porque esa es sustancia, que con el tiempo, devino en parte esencial de nuestra nacionalidad.
Sin embargo, en particular el termino Afrocubano, tiene valor para la lucha a librar contra el racismo y la discriminación del negro, la que aún persiste. Buscando el reconocimiento de esta parte de la población, históricamente discriminada. Por haber sufrido de manera directa la brutalidad de la Trata y la esclavitud.
Aunque nuestra nacionalidad, sea el resultado de la fusión, como dijera Don Fernando Ortiz, del ajiaco formado por los diferentes componentes étnicos y culturales venidos de África, España, Haití, Jamaica, principalmente y de otras Islas del caribe. Más tarde de los chinos, que la mayoría vinieron como esclavos también, considerados “blancos”. Esa nacionalidad aún se encuentra en proceso de consolidación, pues todavía, no todos los que deben integrarla, logran hacerlo en igualdad de condiciones.
En medio de tales procesos, no se formaron minorías en Cuba, pues todo el que venía, lejos de agruparse dentro de sus orígenes, se fundía paulatinamente con lo cubano, que se venía formando. A diferencia de Estados Unidos, donde las minorías sí existen, complejizando sobremanera, la composición etno demográfica de la sociedad norteamericana y siendo todas ellas, objeto de la más brutal discriminación dentro de esa sociedad.
Ello se ve agravado, porque el proceso de formación de la nación norteamericana, ha resultado muy complejo. Dado que el camino que la llevaría a ser una sociedad única e integrada, no se ha logrado aún. El ritmo de su integración social, hasta llegar a formar una nación como eran las ideas originales, ha dependido para sus integrantes de varios factores.
Encontramos entre los más importantes:
Origen y nivel económico del país de procedencia de sus integrantes.
Forma de arribo a los Estados Unidos.
Grados de relación y cercanía a los grupos sociales dominantes.
Nivel educacional del que arriba.
Situación económica a su llegada al país.
Color de la piel de los que llegan.
Por lo que se ha formado una sociedad, en la que predomina una estructura de sus componentes:
En la cúspide: Blancos, anglosajones y protestantes (los llamados Wasp)
- Otros Blancos. (alemanes y otros europeos blancos)
- Asiáticos. (japoneses, chinos, otros asiáticos)
- Latinos, Hispanos y Latinoamericanos en general.
- Negros y Afrodescendientes en general.
- En el fondo de la pirámide: los nativos americanos.
Se ha generado una pirámide etno demográfica, que sigue la línea del poder económico, las clases poderosas y la cúspide del poder dentro de la sociedad. Cirsncuntancia dentro de la cual el negro en los Estados Unidos, se ve obligado a luchar para defender su lugar y derechos. Esa pirámide, además, se ve dinamizada por el grado de interés en la política exterior de Estados Unidos, según el país de donde proceden los inmigrantes.
Por lo cual, se puede decir, que, por ejemplo, los chinos, han venido ascendiendo dentro de la sociedad norteamericana. Lo quel es perfectamente observable estadísticamente, en cuanto al acceso a la riqueza, la educación, el poder; incluso, la diferenciación con que se comporta la administración de justicia, el acceso a la educación, entre otros asuntos.
Razones por las cuales, la sociedad estadounidense, no ha logrado aún el grado de integración social que la convertiría en una nación, como lo son las sociedades europeas, asiáticas, etc. No se trata, por ser una nación relativamente joven, sino por esa tendencia a la diferenciación social que se ha profundizado, con el crecimiento de la pobreza, la concentración de la riqueza en muy pocas manos, el desempleo, las contradicciones raciales, la discriminación política y ahora la Pandemia, que han hecho de la sociedad norteamericana actual, la más dividida del universo capitalista.
Regresando a Cuba, los españoles que arribaron de diferentes partes de la Península, tampoco eran blancos, pues 800 años de colonización árabe, no dan blancos, más nunca. Incluso algunos de ellos, gallegos venidos de la nación colonizadora, fueron esclavos también.
Ese ajiaco, del que habla Don Fernando Ortiz, étnica y culturalmente, formó un sedimento en el fondo del “caldero”, donde se sigue cociendo, dentro de un proceso interminable, que nos hace una nación. Siendo el grupo racial negro, el que más se disemina dentro de nuestra población, trayendo el mestizaje.
Aunque muchos no lo reconozcan, junto a la tendencia dominante en muchos, a autoreconocerse como blancos, aunque no lo sean. Siendo ello parte de la discriminación alimentada por el pensamiento de José Antonio Saco, sintetizado en la expresión: “Blanquear, blanquear, blanquear y luego hacernos respetar”. Ya que, para Saco el componente negro, no tenía cabida dentro de la sociedad cubana que emergía.
Entonces, reconocerse como afrocubanos, puede parecer una redundancia, pero no lo es, en lo cubano están todos los componentes, que hacen de nuestra nacionalidad una nación mestiza, siempre matizada por el componente negro, venido de África, directa o indirectamente. El término reivindica la necesidad de que se reconozca el componente negro africano dentro de nuestra nacionalidad, lo que aún debemos defender, por lo que esto hace valido su uso, en la batalla actual contra el racismo y la discriminación racial en Cuba.
Parece no tener sentido tampoco, auto reconocernos como afrocubanos, por tratarse de algo que proviene por analogía con el afroamericano, para el que si es válido, por lo que ya dijimos reclama; mientras que el cubano negro, al parecer, no tendría necesidad de reclamar nada, pues ya está en posesión todo lo que pudiera. Dado que ser cubano, lleva implícito todos los componentes que le corresponden. Sin embargo, al existir aun en Cuba la discriminación racial, el uso del término es válido para desplegar la lucha contra el racismo y la discriminación racial, que aún sobreviven.
Si dentro de Cuba, nos reclamamos como afrodescendientes, pareciera que nos estamos dividiendo, separándonos, que no debiera ser. Sobre todo, porque el proceso de colonización, dividió a la nación, en blancos, negros y mestizos. Estableciendo, además, una hegemonía blanca, que viene de considerar, al español, quien llegó con credenciales de blanco y así se quedó; colonizador, quien estableció una hegemonía, como resultado, no de que fuera blanco, porque realmente no lo es, ni superior tampoco, sino por haber llegado con la cruz, la espada y los caballos, estos últimos, inexistentes en Cuba. Fuerzas todas con las que colonizaron a nuestra población indígena y posteriormente, establecieron el Régimen Colonial Esclavista en La isla.
En la Cuba de hoy, permanecen la discriminación del negro y del mestizo y se continúa expresando la hegemonía blanca. Aunque en el proceso político que vivimos, desde 1959, se lucha contra ellas, para hacer de la nación cubana, lo que debe ser, una nación mestiza e igualitaria en derechos y reconocimientos, quitándole, finalmente, al color de la piel, como variable social, el componente de diferenciación que aún mantiene.
En Cuba se generó una cultura mestiza, mezcla de indio, negro y español, que se amplió y fortaleció, con los que vinieron de las Islas del Caribe, principalmente de Haití, Jamaica y otras, que terminaron fundiéndose dentro de la nacionalidad cubana, no alterándola, sino más bien enriqueciendo, su composición étnica, histórica y cultural.
No es necesario que emerjan contradicciones entre nosotros, por utilizar determinados términos, que pueden parecer agresivos, aunque no lo son, por colaborar a una lucha que, en definitiva, es de todos. Contribuyendo, a tener muy claro y reconocer el proceso por el que se formó nuestra nacionalidad, lo que es de vital importancia para autoreconocerse, defender nuestra identidad y luchar contra todo aquello que aún la amenaza.
Por tanto, Afrocubano y Afrodescendiente, son términos que reivindican el lugar del negro dentro de la sociedad cubana, durante tanto tiempo desconocido. Nadie debería estar en contra de que sean utilizados en bien de todos. Sin que ello lleve implícito ningún tipo de división social.
Todo lo dicho hasta aquí, no niega la necesidad de que nos reconozcamos como cubanos, siempre que, en el concepto de lo cubano, se considere, valido, tanto en términos teóricos como prácticos, lograr reivindicar a todos sus componentes, blancos, negros y mestizos, en igualdad de condiciones y derechos. Lo que quiere decir, eliminar el racismo y la discriminación racial, que aún sobreviven en nuestra sociedad. Para como dijera Nicolás Guillen, “llegar al color de lo cubano”.
20 de septiembre del 2021.
Autor: Esteban Morales Domínguez
Creo que, con las 8 resoluciones aprobadas recientemente por el Consejo de Estado y que ya han sido publicadas en La Gaceta Oficial de la Republica, nuestra economía entrará, en lo que puede ser considerado el núcleo duro, hasta ahora no tomado en cuenta por nuestra política económica.
Nuestra economía, pasaría a ser una economía socialista, tiene que ser una economía de transición.
Es que, entre el capitalismo y el socialismo, media un periodo histórico, dirigido a transformar el primero en el segundo. No hay una conversión directa, ni tránsito automático. Media entre ellos un Periodo de Transición, dentro del cual se produce la lucha por las transformaciones del capitalismo en socialismo.
Cuba, llamada hasta ahora socialista, no había entrado en ese periodo de transformaciones del primero en el segundo. Es que, ni la empresa estatal es socialista, ni la propiedad estatal tampoco. Ambas arrastran problemas que tienen que ser superados. Junto a los de una planificación, excesivamente centralizada, cómo la nuestra.
La empresa estatal, se trasforma paulatinamente en socialista, solo dentro de un período de transición en que la misma, de conjunto y compitiendo con el resto de las formas de propiedad y de gestión, va convirtiéndose en la dominante, deviniendo entonces en propiedad social o propiedad de todo el pueblo, que es lo que realmente transforma a la empresa estatal, en empresa socialista y a la propiedad estatal en propiedad social. Mientras no se cubre ese periodo de transición, que es un periodo de luchas y transformaciones, ni la empresa estatal pasa a ser socialista, ni la propiedad estatal tampoco.
Solo ahora, cuando se da por la política económica, el lugar que le corresponde, en el proceso de su aplicación, a la propiedad privada, media y grande, a la propiedad cooperativa, al trabajo por cuenta propia y a las PYMES, funcionando todas, como formas de gestión, dé conjunto y de manera coherente, con la propiedad estatal y la inversión extranjera, es que se comienzan a producir las condiciones objetivas, para que entremos en el verdadero periodo de transición hacia el socialismo. Mientras tanto, no éramos nada.
Cuando la Revolución tomo el poder político, lo que logro solo fue, tener la capacidad de comenzar las transformaciones económicas, sociales y políticas, para convertir a la sociedad cubana, en socialista. Proceso dentro del cual, lograr convertir a la economía cubana, proveniente del capitalismo, en una economía socialista. Sin lo cual, la sociedad cubana, no puede transformarse en socialista.
De ello provienen esencialmente, los fracasos continuos en hacer crecer nuestra economía.
Ahora, que pondremos la economía, a funcionar en línea y de manera coherente, con todas las formas de propiedad y de gestión, es que Cuba entra en la transición hacia una economía socialista.
Si lo hubiéramos, tratado de hacer desde el momento en que entramos en el llamado Periodo Especial, haciendo las verdaderas trasformaciones económicas que se requerían, para darle estabilidad al proceso de crecimiento económico; no estaríamos como ahora, abocados a un nuevo Periodo Especial, sin tiempo ya para sobrepasarlo.
Hemos dado muchas vueltas a la noria, con diseños y rediseños, sin poner nada en práctica, agotando la capacidad política para lograrlo.
Aquí está, en parte, la explicación del 11 de julio, pero también una causa, sino la única, de que Biden haya decidido traicionar a Obama y sus propias promesas de campaña, retomando la política de Trump hacia nosotros. Siguiendo a la tantas veces fracasada, extrema derecha de Miami y que hoy Cuba se encuentre frente a una situación, que casi sobrepasa todos los peligros vividos anteriormente.
Agosto/ 22 del 2021.
Translated by Walter Lippmann for CubaNews.
June 30, 2021
https://walterlippmann.com/
Although it still causes many prejudices, misunderstandings and challenges, there is no choice but to pay attention to skin color. Above all, in its consideration within the media and national statistics.
Cuban society is a multiracial society, or rather, multicolored, mestizo. And that reality has to be registered statistically. Not by handling the Census as a simply numerical matter, but as a cultural demographic one.
It is about the fact that color is a legacy of slavery. It is not possible to avoid it, since it has marked Cuban society since its origins.
When the Spaniards arrived in Cuba, in 1492, they did it with white credentials and that is how they stayed. Those who came of their own free will did so in search of a fortune, which they often found.
But Spain is not White. Colonized by the Arabs for 800 years, it is impossible to consider it as such. Even when the Spanish do not assume that identity.
So, the colonizers of our Archipelago were not white. Their power did not consist in being white, but in having arrived with the cross and the sword.
They arrived in a territory of indigenous people, of low culture and they only used them to find gold. They exploited them mercilessly and their population mass did not last long, although we still have representatives of that original population in Cuba.
Chinese also came, brought by means of a system of contracts that turned them into slaves. The so-called “culíes” [coolies], who since then added their beauty to the population of the Island, becoming a part of our nationality. These three large groups were the ones that formed the Cuban population. Later, other Antilleans joined, although not in the magnitude of the first ones, also merging with our population.
Although the Spanish Crown, put rules for the care of the indigenous population; anyway, the ambition of the colonizers, together with the regime of the Encomiendas and slavery, reduced that population to its minimum expression.
In little more than 100 years, the so-called Tainos, Siboneys and Guanahatebeys, almost disappeared, because they were not of an advanced culture, as it happened for the rest of America. Cultures, Aztecs, Mayas, Toltecs, etc. Those that did, culturally, had practically nothing to envy to the European cultures of their time.
But the existing indigenous population in the Cuban Archipelago lacked the strength that comes from belonging to a superior culture.
Along with the Spaniards came the first blacks. Not from Africa, but directly from Spain. Those blacks were called “Ladinos”. They were slaves in Spain. They knew how to speak the language and had a certain culture, acquired in the work of servitude, for which they also arrived in Cuba. But they did so in reduced numbers.
The vast majority of the blacks who arrived in Cuba, massively, did so later, as a result of the slave trade. And massively, after the Haitian Revolution of 1791, they settled in the eastern end of the island. They had a great cultural impact, since they were accompanied by their French masters. This is how the French contradanza and the so-called Tumba Francesa arrived in Cuba. All of which, we know as antecedents of our national dances, the Danzón.
Through the eastern region, the Antillean groups entered to participate in the sugar production, hence the mixture that characterizes that region, which covers up to the current province of Camagüey, where we find many descendants of French (Haitians), or English (Jamaicans) and other Antillean groups. This made the situation of racial discrimination in the aforementioned regions more complicated.
However, they did not give rise to the formation of minorities, as in the United States, but merged with the Cuban population, keeping their English and French surnames.
Then, the blacks were brought as slaves to Cuba, first for the work of construction and later for the work of sugar production, within a colonial regime already organized. To say black in Cuba was to say slave.
These slaves, practically, since the XVI century, could buy their freedom.
As the Spaniards arrived, they were men alone. Immediately, they began to mix with the Indians and blacks, thus initiating the mestizaje of the Island. And within a complex mestizaje, because it was formed by free or enslaved people, mestizos or blacks. Not so the Spanish whites, who never suffered the condition of slavery.
Unlike the blacks who were brought to the territory of the Thirteen North American colonies, which later became the United States of America; those who arrived, also brought from Africa as slaves to the aforementioned territory, could not speak their languages, but only English, they could not practice their religions or their cultures. They were not allowed by the colonizers. In this sense, the slave regime coming from England was harsher, with an almost absolute separation between blacks and whites. That is what has ended up characterizing the American society.
To blacks brought to Cuba, also from Africa, the Spanish colonization allowed them to speak their languages, worship their gods and practice their cultures.
It was that, for historical and cultural reasons, the Spanish were more inclined to coexist with the cultural practices of the slaves in Cuba and with the different colors.
Unlike in North America, in Cuba, the Spaniards coexisted better with the differences in color. This also contributed to the differences introduced in black slavery by the existence of domestic slavery and plantation slavery.
In Cuba this did not take place, but in the American colonization, there was a type of colonizer who, not having money to cover the expenses of his transfer to America, requested a loan, which obliged him to work, practically as a slave or serf. Once the loan debt was paid, he received a piece of land, becoming a poor farmer. Except for the existence of some slaves, who did not live in the barracks and cultivated a small piece of land, to supply the master’s house, in Cuba there were never serfs as such.
On the plantation, blacks had to work from sunrise to sunset, under the whip of the Foreman or Overseer. Meanwhile, in domestic work, the tasks were deployed in the house of the slave owner, intertwined with the activities of service to the family. There one could be a coachman, cook, seamstress, wash and iron, set the table, mend the master’s clothes and made him a concoction, when he was ill, etc. Performing tasks that practically prepared him for a trade, in case one day he was able to obtain his freedom, bought or manumitted.
The contact with the family instructed them and endowed them with a certain culture, which differentiated them from the plantation slaves. They were only allowed to work in sugar cane cutting or sugar production.
Blacks, wherever they were, were still slaves, and the trap, before the slightest disobedience, was over him, like the Sword of Damocles. For the white master did not allow them those freedoms that could inculcate in them a culture of independence, which was closely guarded. But, in domestic work, in fact, the advantages, they had them and not few took advantage of them very well.
For example, the girl of the house took a liking to the nice, docile little black man, and could even teach him to read and write. In the domestic context, the skillful, respectful, docile Negro was intimate with the father of the house and got to know him even certain secrets, such as his affairs with the black women, from which, not infrequently, “bastard” children were born within the family.
The black man, a connoisseur of herbs, prepared a concoction that cured the master of pain. And within this intimacy, the master practically began to see him as part of the family. He gave him chores, shared certain secrets with his slave and thus, sometimes, this one, already old, earned manumission, or the letter of freedom.
Within the master’s house, living together as a domestic slave, the black man achieved advantages, which he often took advantage of and which made him advance in social life, even while maintaining his status as a slave.
Domestic slavery generated a certain culture and within it, a level of permissibility, of which the black could take advantage. This allowed him to become part of society, even with all the disadvantages of a slave society.
Meanwhile, in the United States, after the Civil War, slavery was abolished in the North, but they had to continue to struggle with it in the South. Blacks escaped to the North, where they became free, but not infrequently, they left behind relatives who remained as slaves in the South.
Not in Cuba, where slavery was a homogeneous system throughout the island. Therefore, when the laws that attenuated it began to appear, such as the so-called Law of Free Wombs, until its official abolition in 1886, this had a national effect.
Of course, slavery began to disappear after a long process, in which Spain abolished it, as a first step, giving freedom to blacks who had fought, on both sides, during the First War of Independence (1868/1878) until it was finally abolished in a general way in 1886.
However, in America, slavery took color. And with it came racism and racial discrimination, which were not born with capitalism, but which hit it very well, as an instrument of power and exploitation.
Therefore, slavery disappeared, but racism and discrimination, which it engendered, for more than 400 years, remained imbricated within the structure of Cuban society. And so, since the middle of the 19th century, a society with a racist, mestizo and white hegemonic culture began to emerge. Therefore, racism, racial discrimination and white hegemony, within our mestizo society, have not yet been eliminated, although they have been attenuated.
Therefore, the Revolution that triumphed in 1959, found a society in which there was a well-defined structure. The so-called whites had the power, they always had it. Mestizos were, more or less, in an intermediate position, some few had access to power; the blacks were, almost always, in the subsoil of society. This is the result of a distribution of wealth that colonialism inaugurated and Cuban-dependent capitalism took charge of solidifying.
In Cuba, poverty was also massively white, but wealth was never black, and almost never mestizo.
After Fidel, almost since the triumph of the Revolution, began to treat it systematically, racism, racial discrimination and white racial hegemony have not disappeared.
The social policy that the revolution inaugurated in 1959 has always had a profoundly humanist character, but, from the beginning, it focused only on poverty, making no differentiation among the poor, treating poverty as unique, which was never homogeneous, without differentiating within it, according to skin color.
Would it have been possible, so early on, to have considered poverty, taking into consideration its differences and levels, according to skin color?
I don’t think so. I believe that this would have greatly complicated the fight against racism and racial discrimination that was beginning at that time. I believe that if Cuban society was not prepared, as it became clear, to assimilate Fidel’s speech against racism, much less would it have been prepared if, in addition, the existing differences in the levels of poverty according to the color of the skin had been introduced. I believe that this would have implied the introduction of a certain level of affirmative action, for which whites, mestizos, and not even blacks themselves were prepared.
That is why, I believe, social policy, in Fidel’s speeches, began by demanding employment for blacks, while everything else: health, education, culture and sports and social security, fell under its own weight and equally for all. When there was an equal distribution for all, blacks and mestizos got what, in general, had never been given to them before. Because the blacks and, to some extent, the mestizos, had never enjoyed free and quality education and much less, blacks, health. Sport was the opposite. And so, it began to produce a distribution of national wealth, which the nation had never known. And, within which, to blacks and mestizos, almost never, almost nothing had touched them. For this reason, although skin color was not taken into account, blacks and mestizos benefited as never before in the history of the nation. For this reason, it was not difficult for blacks and mestizos to understand that the revolution was their revolution and that Fidel had been concerned and fought for their welfare.
This is one of the aspects that, in the last 40 years, we have managed to fine-tune. Without yet reaching, as such, so-called Affirmative Action. Forms of the latter have been gradually appearing in Cuba, but almost indirectly. And we are still in the process of perfecting the initiated path. What is beginning to take shape, by means of concern and an occupation by the political leadership that there is no one left behind.
Having demonstrated that race does not exist, that it is a social invention. But that, however, color does, and that, in our country, after 500 years [M1] of colonialism, skin color continues to behave as a variable of social differentiation. Against which, we have proposed to fight.
This tells us why, since the beginning of the Republic, in Cuba, there were black and mestizo societies. It is true that they acted within a racist and discriminatory context, which made them respond to it. But they also functioned as fraternal societies, which helped the black and mestizo members to train themselves, on the basis of free courses for their young people, social and cultural activities, which in general helped this population to face the problems of inequality. Sometimes they made it easier to find employment and, in general, helped blacks and mestizos to have a certain recognized social presence.
However, after the triumph of the Revolution, these societies began to disappear, as a result of the consideration that they were not necessary, since the revolution assumed the defense of blacks and mestizos and that they could contribute more to the racial division within the Cuban society.
However, paradoxically, at the same time, the Spanish Societies, considered as white, were maintained in Cuba until today. The question still remains unanswered: Why did the black ones disappear and these, coincidentally, of whites, did not?
This is something that has brought controversy and uneasiness, although not only among blacks and mestizos. Today, it is even questioned whether black and mestizo societies should not reappear. Today, the subject tends to re-enter the debate. Especially because the problem of racism and racial discrimination has not yet been completely overcome.
But the blacks and mestizos, from the beginning, did not make any demands and everything remained as it was.
Here in Cuba, after 60 years of a radical Revolution, of profoundly humanist essence and of an extraordinary struggle against poverty, injustice and inequality, to the very edges of egalitarianism, still, from the point of view of social position, access to certain resources and certain advantages in social life, it is not the same to be white, black or mestizo. This is not a burden, but it responds to a structural dysfunctionality that even Cuban society drags along and is capable of reproducing.
In particular, the so-called Special Period showed that the economic crisis had not affected all racial groups equally. Blacks and mestizos suffered the most. This became evident.
Our government also realized that the difficulties with racism, which surfaced with some force during the Special Period, were indicating that it was a problem that, having been considered as solved, was not really solved; or at least, it was not being solved at the pace that many had imagined, but rather, racism had been hidden in the midst of the difficulties experienced during those years of the mid-eighties and early nineties.
Until then, there had been a long period of general silence on the subject, which Fidel broke on several occasions, both inside and outside Cuba, but without achieving then that the racial issue would definitely occupy its rightful place in the struggle for a better society in Cuba today.
I think that, in this, we have to start from the existence of inequalities, to reach real equality. Unfortunately, inequality is what we find at every step. Equality is a social project, not yet achieved by Cuban society as a whole.
Therefore, we should not mechanically assume that all Cubans are equal, because that was also wielded as a hypocritical slogan of Republican Cuba.
All Cubans are not yet equal. We are equal before the law, but not socially. They are two very different phenomena. Equality before the law has been achieved. But achieving social equality is a much longer and more complex process. Equality before the law is not social equality. It is, perhaps, only a step towards the latter.
Today, there is a clear awareness that we must continue to fight against inequality, pursuing it to those places where marginality still assaults members of our society and not only blacks and mestizos. Therefore, the work with the so-called Community projects gains unusual strength.
It is possible to observe the Party and the government, extraordinarily busy, mobilizing qualified human forces and resources, which are put in the function of the solution of multiple material, spiritual and social problems, which the Cuban society still has to overcome.
This task of the Community Projects is strongly intertwined with the Government Resolution, which serves as an instrument for the fight against racism and racial discrimination.
Fidel had already become aware of all this and began to take action. He conducted in-depth investigations in several underprivileged neighborhoods on the situation of sometimes marginalized sectors.
It was also, then, when the experience of the so-called Social Workers was carried out; most of them blacks and mestizos, which resulted in many young people, who neither studied nor worked (it is said that there were 80,000 in Havana) reaching the Universities. Those that had been “whitened” during the Special Period.
Then, at the end of the eighties, we took up the subject again. Which, I think, is the period in which we find ourselves now, at the height of 2021.
Previously, during the 20’s and 30’s, above all, the racial issue had been present in the written media, especially in the press of the time. Personalities such as Juan Gualberto Gómez, Arredondo, Guillen, Deschamps, Chailloux, Ortiz, Portuondo, and others, had produced important texts on the subject. And they managed to keep it within the debate in the press of the time, even in Diario de la Marina.
But that momentum was not maintained and by the triumph of the revolution, it had almost disappeared.
But, since the 80s, many publications of books, articles, essays, documentaries, and research in some universities began to reappear. Cinema frequently brought up the subject, as well as plastic arts, theater and literature. Discussion groups and community projects arose, which today deal with the racial issue and have given it a growing presence in the national culture and life. In fact, it had been years since the subject had such an important place in the national debate.
Miguel Díaz Canel, who dealt with the issue before becoming president and continues to do so now, together with the Aponte Commission of the UNEAC. The Aponte Commission replaced the group “Como agua para chocolate” (Like water for chocolate), led by Gisela Arandia. She was the initial promoter of the racial debate in UNEAC. Already, previously, the racial issue had been taken to the party and later located in the National Library, but it was, finally in the UNEAC, where it found its definitive location. And now it is unfolding. Through the work of the aforementioned Aponte Commission.
All this movement has concluded, with the appearance of a Governmental Resolution, above mentioned, where the guidelines for the attention and treatment of the racial topic at national level are proposed. With the presence, also, of all those groups interested in the subject. Aspects of participation, which still require development.
However, I consider that, although we have made progress, we are still far from giving the racial issue the impetus it requires. There are still many situations to be resolved.
Although our society is culturally mestizo, the presence of racism, racial discrimination and a certain [amount of] white hegemonism are still felt in the following matters:
-Inequalities, persist within the racial population structure, formed by whites, blacks and mestizos. This is not a burden, but a phenomenon of social dysfunctionality, which even Cuban society is capable of reproducing.
-Differences in access to employment also persist. With privileges for the white population, in the most important and better-remunerated jobs: tourism, corporations, state positions, etc. Not so in political positions, especially within the party, Popular Power and Mass Organizations, where the participation of blacks and mestizos is becoming more present.
-Differences by color, in the access to possibilities of higher studies, Universities, masters, doctorates, etc.
-Racism, prejudice and discrimination against the black and mestizo population, which tends not to manifest itself aggressively, but are still present.
-Marked presence of an insufficient number of interracial marriages. With a marked tendency towards racial mixing among young people, which is indicative of the fact that young people are shedding their prejudices.
Discrimination in the mass media, mainly on television, in which white faces have dominated, and only recently have black and mixed-race faces begun to appear. In response to a recent specific claim made by Army General Raúl Castro in the National Assembly.
-Our written press barely reflects the problems of the racial issue. There is no systematic treatment on the subject. Nor is there any promotion of writers who deal with the subject. Almost never in our press there is an article that deals with the subject.
-Our Political and Mass Organizations do not debate the racial issue. They do not promote its discussion, nor do they consider it in their work agendas.
-Discrimination in classical ballet.
-Racist jokes and expressions abound in cabaret activities.
-Only recently, the teaching of history has begun to reflect the place of blacks and mestizos in the formation of our national history. And teachers are being prepared to address it.
-Until very recently, the bibliography used, with honorable exceptions, and very well known, did not reflect the role of the black and mestizo population in the construction of our nation. Now a strong and arduous bibliographic work is being carried out by the Ministries of Education, aimed at solving this insufficiency of vital consideration for the teaching of history.
-There is neither a Social History of the black nor of the black woman, produced in Cuba.
-Even dealing with the racial issue, at any level and in any social space, can generate certain discontent, prejudices and discomfort.
-It is only recently that our national assembly has begun to present a structure that almost faithfully reflects the racial composition of Cuban society.
-For those who deal with the subject in a systematic way, their discussions are not disclosed, always remaining in the frameworks of groups and interested persons.
-In Cuban schools there is no mention of color, leaving it to personal spontaneity to deal with the problem.
-In our universities, the racial issue is hardly studied. Nor does it appear in the teaching curricula.
-Our academic research hardly refers to the racial issue sufficiently and it is practically absent from the student scientific work.
-Only recently, we have begun to observe that an effort is being made to attend to the racial composition of workgroups, activities, or situations in which the black and the mestizo should be represented. This can be seen with particular emphasis on television.
-In reality, our statistics, social, economic and political, are colorless. Throwing centuries of national history into the dustbin. They fail to appreciate where the problems lie.
-Our economic statistics do not allow to cross color, with variables of employment, housing, wages, income, etc. This prevents us from investigating, in-depth, how the standard of living of the different racial groups is advancing. Especially those who were previously disadvantaged.
We consider that as long as the racial issue is not treated systematically and coherently, at a comprehensive level, and is reliably reflected in our statistics and in our media, we cannot aspire to socially advance the country on the subject.
Our inherited culture is racist; that is to say, the practice of racism is cultural, instinctive, responding mainly, but not only, to inherited mechanisms that work, not infrequently, unconsciously.
Therefore, until the issue enters education, is strongly discussed socially, is part of the systematic work of the media and is statistically considered, we cannot expect it to become part of the culture, nor can we aspire to advance in it, banishing it from the usual forms of behavior of citizens in our country.
The fact is that the absence of attention, almost generalized, for a long time, of the racial issue, has very negative consequences. This is because its knowledge, understanding and consideration at the social level, as something that harms the Cuban nation. This is a very serious problem to overcome if we want our society and its culture to advance in an integral way, guaranteeing the success of the social project of the revolution.
June 30, 2021
Autor: Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Aunque mueve todavía a muchos prejuicios, incomprensiones y desafíos, no queda más remedio que atender al color de la piel. Sobre todo, en su consideración dentro de los Medios y las Estadísticas nacionales.
La sociedad cubana, es una sociedad multirracial, o más bien, multicolor, mestiza y esa realidad tiene que ser registrada estadísticamente. No manejando el Censo como un asunto, simplemente numérico, sino demográfico cultural.
Se trata de que el color es una herencia de la Esclavitud. Que no es posible soslayar, pues esta marca desde sus orígenes a la sociedad cubana actual. Cuando los españoles llegaron a Cuba, en 1492, lo hicieron con credenciales de blancos y así se quedaron. Los que vinieron por voluntad propia, lo hicieron buscando una fortuna, que no pocas veces encontraron. Pero España no es Blanca. Colonizada por los árabes, durante 800 años, se hace imposible considerarla como tal, aún y cuando el español no asume esa identidad.
Entonces, los colonizadores de nuestro Archipiélago, no eran blancos. En ser blancos no consistía su poder, sino, el haber llegado con la cruz y con la espada. Llegaron a un territorio de indígenas, de baja cultura y solo los utilizaron para encontrar oro. Los explotaron de manera inmisericorde y su masa poblacional, no duro mucho tiempo, aunque todavía en Cuba, tenemos representantes de esa población originaria. También vinieron chinos, traídos por medio de un sistema de contratos, que los convertía en esclavos. Los llamados culíes, que desde entonces agregaron su belleza a la población de la Isla, integrando nuestra nacionalidad.
Ésos tres grandes grupos, fueron los que formaron la población cubana. Después se sumaron antillanos, aunque no en la magnitud de los primeros, fundiéndose también con nuestra población. Aunque la Corona Española, puso reglas para el cuidado de la población indígena; de todos modos, la ambición de los colonizadores, junto al Régimen de las Encomiendas y la esclavitud, redujeron esa población a su mínima expresión.
En poco más de 100 años Los llamados Tainos, Siboneyes y guanahatabeyes, casi desaparecieron, pues no eran de una cultura avanzada, como si ocurría para el resto de América. Culturas, Aztecas, Mayas, Toltecas, etc, las que culturalmente, no tenían prácticamente, nada que envidiar a las culturas europeas de su tiempo.
Pero la población indígena existente en el Archipiélago cubano, carecía de esa fuerza, que da el pertenecer a una cultura superior.
Junto con los españoles, vinieron los primeros negros, no de África sino directamente, de España. A esos negros se les llamaba “Ladinos”, eran esclavos en España, sabían hablar el idioma y tenían cierta cultura adquirida en el trabajo de servidumbre, para lo cual también llegaron a Cuba. Pero lo hicieron en número reducido.
La inmensa mayoría de los negros que llegaron a Cuba, masivamente, lo hicieron después, como resultado del comercio de esclavos y de modo masivo, a partir de la Revolución Haitiana de 1791. Se asentaron en el Extremo Oriental de La Isla, teniendo un gran impacto cultural, pues venían acompañados de sus amos franceses. Asi llego a Cuba la contradanza francesa y la llamada Tumba Francesa. Todo lo cual, conocemos como antecedentes de nuestros bailes nacionales, el Danzón.
Por la región oriental entraron los grupos antillanos, para participar en la producción azucarera, de aquí la mezcla que caracteriza a esa región, que cubre hasta la actual provincia de Camagüey, donde encontramos muchos descendientes de franceses (haitianos), o de ingleses (jamaicanos) y otros grupos antillanos. Lo cual, hizo más complicada la situación de la discriminación racial en las regiones mencionadas.
sin embargo, no dio lugar a la formación de minorías como en los Estados Unidos, sino que se fundieron con la población cubana, manteniendo sus apellidos ingleses y franceses.
Entonces, los negros, fueron traídos como esclavos a Cuba, para el trabajo de las construcciones primero y el trabajo de la producción azucarera después, dentro de un régimen colonial ya organizado. Decir negro en Cuba, era decir esclavo. Estos esclavos, prácticamente, desde el siglo XVI, podían comprar su libertad.
Como los españoles, llegaron hombres solos que de manera inmediata, comenzaron a mezclarse con las indias y las negras, iniciándose así el mestizaje de la Isla y fue un mestizaje complejo, pues estaba formado por personas libres o esclavas, mestizas o negras. No así los blancos españoles, que nunca sufrieron la condición de esclavitud.
Los negros que fueron traídos al territorio de las Trece colonias de América del Norte, lo que después fueron los Estados Unidos de América, también traídos de África como esclavos no podían hablar sus lenguas, sino solo el inglés, no podían practicar sus religiones, ni sus culturas. No les estaba permitido por los colonizadores. En tal sentido el régimen esclavista procedente de Inglaterra, resultaba más duro, con una separación casi absoluta entre negros y blancos. Que es lo que ha terminado caracterizando a la sociedad estadounidense.
A los negros traídos a Cuba, se les permitía hablar sus lenguas, adorar sus dioses y practicar sus culturas.
Por razones históricas y culturales, los españoles eran más proclives a la convivencia con las prácticas culturales de los esclavos en Cuba y con los colores diferentes. A diferencia de América del Norte, en Cuba los españoles, convivían mejor con las diferencias en el color. A lo que contribuía también las diferencias que introducía en la esclavitud del negro, la existencia de una esclavitud doméstica y otra de plantación.
En Cuba esto no tuvo lugar, pero en la colonización americana, venia un tipo de colonizador, que no teniendo dinero para correr con los gastos de su traslado a América, solicitaba un préstamo que le obligaba a trabajar, prácticamente como un esclavo o siervo. Una vez pagada la deuda del préstamo, recibía un pedazo de tierra, convirtiéndose en un granjero pobre. Salvo la existencia de algunos esclavos, que no vivían en el barracón y cultivaban un pequeño pedazo de tierra, para abastecer la casa del amo, en Cuba nunca hubo siervos como tal.
En la plantación, el negro debía trabajar de sol a sol, bajo el látigo del Capataz o Mayoral; mientras que, en el trabajo doméstico, sus tareas se desplegaban en la casa del hacendado esclavista, imbricadas con las actividades del servicio a la familia. Allí podía ser cochero, cocinero, costurero, lavaba y planchaba, ponía la mesa, arreglaba la ropa del amo y le hacía un brebaje cuando este enfermaba, etc. Realizando labores, que prácticamente lo preparaban para hacerse de un oficio, por si algún día lograba obtener su libertad, comprada o manumitido.
El contacto con la familia los instruía y dotaba de cierta cultura, que lo diferenciaban del esclavo de la plantación, a quien no le estaba permitido más que trabajar en el corte de la caña, o la producción de azúcar.
El negro, donde quiera que estuviese, no dejaba de ser esclavo y el cepo, ante la desobediencia más mínima, estaba sobre él como Espada de Damocles. El amo blanco no les permitía aquellas libertades, que pudiesen inculcarle alguna cultura de independencia, lo cual se vigilaba mucho. Pero en el trabajo doméstico, de hecho, las ventajas las tenían y no pocos las aprovechaban muy bien.
Por ejemplo, la niña de la casa, le tomaba cariño al negrito simpático, dócil, y hasta podía enseñarlo a leer y escribir. En el contexto doméstico, el negro hábil, respetuoso, dócil, intimaba con el padre de la casa y llegaba a conocerle hasta ciertos secretos, como sus andadas con las negras, de las cuales no pocas veces, salían hijos “bastardos” dentro de la familia.
El negro conocedor de las hierbas, preparaba un brebaje que le curaba un dolor al amo y dentro de esa intimidad, este prácticamente, comenzaba a verlo como parte de la familia. Le daba tareas, compartía ciertos secretos con su esclavo y así, a veces, este ya viejo, se ganaba la manumisión, o la carta de libertad.
Dentro de la casa del amo, conviviendo como esclavo doméstico, el negro lograba ventajas, que no pocas veces aprovechaba y que lo hacían avanzar en la vida social, aun manteniendo su condición de esclavo.
Es que la esclavitud doméstica, generaba cierta cultura y dentro de ella, un nivel de permisibilidad, de la cual el negro podía aprovecharse. Lo cual le permitía, irse introduciendo en la sociedad, aun con todas las desventajas de una sociedad esclavista.
Mientras, en los Estados Unidos, posterior a la Guerra Civil, la esclavitud fue abolida en el norte, pero había que seguir bregando con ella en el sur. Los negros escapaban al Norte, donde devenían en libres, pero no pocas veces, dejaban atrás familiares que se mantenían como esclavos en el Sur. En Cuba no, la esclavitud era un sistema homogéneo a nivel de toda la Isla, por lo que cuando comenzaron a aparecer las leyes que la atenuaban, cómo la llamada Ley de Vientres libres, hasta su abolición oficial en 1886, esto tuvo un efecto nacional.
Claro, la esclavitud comenzó a desaparecer, a partir de un largo proceso en el que España la abolió, como primer paso, dándoles la libertad a los negros que habían peleado de ambos lados, durante la Primera Guerra de Independencia (1868/1878) hasta que finalmente, fue abolida de manera general en 1886.
No obstante en América, la esclavitud tomo color y con ella llego el racismo y la discriminación racial, que no nacieron con el capitalismo, pero que le pego muy bien, como instrumento de poder y explotación.
Por ello la esclavitud desapareció, pero el racismo y la discriminación que ella engendro, por más de 400 años, quedaron imbricados dentro de la estructura de la sociedad cubana. Así desde mediados del siglo XIX, comenzó a surgir una sociedad, con una cultura racista, mestiza y de hegemonía blanca. Por lo que el racismo, la discriminación racial y el hegemonismo blanco, dentro de nuestra sociedad mestiza, aún no han podido ser eliminados, aunque si atenuados.
La Revolución que triunfo en 1959, se encontró con una sociedad, en la cual, existe una estructuración bien definida. Los llamados blancos tienen el poder, lo tuvieron siempre; los mestizos están, más o menos, en una posición intermedia, algunos pocos tuvieron acceso al poder; los negros están, casi siempre, en el subsuelo de la sociedad. Lo cual es resultado de una distribución de la riqueza, que el colonialismo inauguro y el capitalismo dependiente cubano se encargó de solidificar. Es que en Cuba la pobreza, fue también masivamente blanca, pero la riqueza nunca fue negra y casi nunca mestiza.
Después de que el Cro. Fidel casi desde el triunfo de la Revolución, lo comenzó tratando de manera sistemática; el racismo, la discriminación racial y la hegemonía racial blanca, no han desaparecido.
La política social que la revolución inauguro desde 1959, ha tenido siempre un carácter profundamente humanista, pero desde el principio, se enfocó solo en la pobreza, no haciendo diferenciación entre los pobres, tratando como única una pobreza que nunca fue homogénea, según el color de la piel.
¿Habría sido posible de manera tan temprana, considerar la pobreza tomando en consideración sus diferencias y niveles, según el color de la piel?
Me parece que no. Creo que ello habría complicado sobremanera la lucha que se iniciaba entonces, contra el racismo y la discriminación racial. Púes creo que si la sociedad cubana no estaba preparada, como se puso de manifiesto, para asimilar el discurso de Fidel contra el racismo; mucho menos lo habría estado si además, se hubieran introducido las diferencias existentes en los niveles de la pobreza según el color de la piel. Creo que eso hubiera implicado, introducir cierto nivel de acción afirmativa, para lo cual blancos, mestizos y ni los propios negros, estaban preparados.
Razón por la cual creo, la política social, en los discursos de Fidel, comenzó por reclamar empleo para los negros; mientras que todo lo demás: salud, educación, cultura, deportes y seguridad social; cayeron por su propio peso y de manera igualitaria para todos. Al producirse una distribución para todos por igual, a negros y mestizos les toco, lo que por lo general, nunca les había tocado. Porque los negros y en alguna medida los mestizos, nunca habían disfrutado de educación gratuita y de calidad y mucho menos los negros, de la salud.
El deporte fue la contra y así, se comenzó a producir una distribución de la riqueza nacional, que la nación nunca había conocido. Y dentro de la cual a negros y mestizos, casi nunca les había tocado casi nada. Por ello aunque no se tuvo en cuenta el color de la piel, de todos modos negros y mestizos resultaron beneficiados, como nunca antes en la historia de Nación. Así a negros y mestizos no les resulto difícil entender, que la revolución era su revolución y que Fidel, se había preocupado y luchado por su bienestar.
Tratándose lo anterior, de uno de los aspectos que en los últimos 40 años hemos logrado ir afinando. Sin llegar aun como tal, a la llamada Acción Afirmativa. Han venido apareciendo paulatinamente formas de esta última en Cuba, pero de manera casi indirecta y aun nos encontramos en ese perfeccionamiento del camino iniciado. Qué comienza a perfilarse, por medio de una preocupación y una ocupación de la dirección política de que no haya nadie desamparado.
Habiéndose demostrado que la raza no existe, que es una invención social, pero que sin embargo el color si y que en nuestro país, después de 500 años[M1] de colonialismo, el color de la piel, continúa comportándose como una variable de diferenciación social. Contra la cual, nos hemos propuesto luchar. Lo que nos dice, porque desde principios de la República en Cuba, hubo sociedades negras y mestizas. Es cierto que las mismas actuaban dentro de un contexto racista y discriminatorio, que las hacia responder a él, pero que también, funcionaban como sociedades fraternales, que ayudaban a la membresía negra y mestiza a capacitarse, sobre la base de cursos gratuitos a sus jóvenes, actividades sociales y culturales, que en general, ayudaban a esta población a enfrentar los problemas de la desigualdad. A veces facilitaban conseguir empleo y en general, ayudaban a los negros y mestizos a tener una cierta presencia social reconocida.
Sim embargo al Triunfo de la Revolución, estas sociedades comenzaron a desaparecer, como resultado de la consideración de que no eran necesarias, pues la revolución asumía la defensa de negros y mestizos y de que las mismas, podían contribuir más a la división racial dentro de la sociedad cubana. Paradójicamente, al mismo tiempo se mantuvieron las Sociedades Españolas, consideradas como blancas, que en Cuba se mantienen hasta hoy. Aún queda sin responder la pregunta: ¿Por qué las de los negros desparecieron y estas, casualmente de blancos, no?
Se trata de algo que ha traído polémica y malestar, aunque no solo entre negros y mestizos. Hoy, incluso se cuestiona, si las sociedades de negros y mestizos, no debieran reaparecer. Hoy el tema, tiende a entrar de nuevo en el debate. Sobre todo, porque el problema del racismo y la discriminación racial, aún no están totalmente superados. Pero los negros y mestizos, desde el principio, no hicieron ningún reclamo y todo quedo asi.
En Cuba, después de 60 años de una Revolución radical, de esencia profundamente humanista y de una lucha extraordinaria contra la pobreza, la injusticia y la desigualdad, hasta los mismos bordes del igualitarismo; todavía desde el punto de vista de la posición social, del acceso a determinados recursos y de ciertas ventajas en la vida social, no es lo mismo ser blanco, negro o mestizo. Lo cual responde a una disfuncionalidad estructural, que aun la sociedad cubana, arrastra y es capaz de reproducir.
En particular el llamado Periodo especial, demostró que la crisis económica no había afectado por igual a todos los grupos raciales. Siendo negros y mestizos los que más lo sufrieron, lo que se hizo evidente.
Nuestro Gobierno además, se percató de que las dificultades con el racismo, que afloraron con cierta fuerza durante el Periodo Especial, estaban indicando que se trataba de un problema que, habiéndolo considerado como resuelto, realmente no lo estaba; o al menos, no se estaba solucionando al ritmo que muchos habían imaginado, más bien el racismo se había ocultado en medio de las dificultades vividas durante esos años, de mediados de los ochenta y principios de los noventa.
Había tenido hasta entonces, un largo periodo de silencio general sobre el tema, que Fidel rompió en varias ocasiones, tanto aentro como fuera de Cuba, pero sin lograr entonces, que el tema racial ocupara definitivamente el lugar que le corresponde en la lucha por una sociedad mejor en la Cuba actual.
Pienso que en ello, tenemos que partir de la existencia de las desigualdades, para llegar a la igualdad real. Lamentablemente, la desigualdad es lo que nos encontramos a cada paso. La igualdad, es el proyecto social no alcanzado aún por la sociedad cubana como totalidad.
No debemos asumir de forma mecánica, que todos los cubanos somos iguales, porque eso también fue esgrimido como un hipócrita slogan de la Cuba republicana. Todos los cubanos aun no somos iguales; lo somos ante la ley, pero no socialmente. Son dos fenómenos muy diferentes. Ha podido ser lograda la igualdad ante la ley pero alcanzar la igualdad social, es un proceso mucho más largo y complejo. Igualdad ante la ley, no es igualdad social. Solo, tal vez, un paso para llegar a esta última.
Hoy, se observa que existe una conciencia bastante clara de que contra la desigualdad hay que continuar luchando, persiguiéndola hasta aquellos lugares en que la marginalidad aun agrede a miembros de nuestra sociedad y no solo a negros y mestizos. Por lo que el trabajo con los llamados proyectos Comunitarios gana fuerza inusitada. Pudiéndose observar al Partido y al gobierno, extraordinariamente ocupados, movilizando fuerzas humanas calificadas y recursos, que se ponen en función de la solución de múltiples problemas materiales, espirituales y sociales, que la sociedad cubana aún debe superar.
Esta tarea de los Proyectos Comunitarios, se entrelazan fuertemente de la Resolución Gubernamental, que sirve de instrumento para la lucha contra el racismo y la discriminación racial. Ya Fidel se había percatado de todo ello y comenzó a realizar acciones. Orientando profundas investigaciones, en varios barrios desfavorecidos, sobre la situación de sectores, a veces marginados. Fue también entonces, cuando se realizó la experiencia de los llamados Trabajadores Sociales; la mayoría negros y mestizos, que trajo como resultado que muchos jóvenes, que ni estudiaban ni trabajaban, (se dice que eran 80,000 en La Habana) llegaran a las Universidades. Las que se habían “blanqueado”, durante el Periodo Especial.
Entonces, a partir de finales de los años ochenta, retomamos nuevamente el tema. Que pienso, es el periodo en que nos encontramos ahora, a la altura del 2021. Con anterioridad, durante los años 20 y 30 sobre todo, el tema racial había tenido presencia en los medios escritos, especialmente en la prensa de la época. Personalidades como Juan Gualberto Gómez, Arredondo, Guillen, Deschamps, Chailloux, Ortiz, Portuondo y otros, habían producido textos importantes sobre el tema y logrado mantenerlo dentro del debate en la prensa de la época, incluso en el Diario de la Marina. Pero ese impulso no se mantuvo y al triunfo de la revolución, había casi desaparecido.
Ya desde los años 80, comenzaron a reaparecer muchas publicaciones de libros, artículos, ensayos, documentales e investigaciones en algunas universidades. Un cine que frecuentemente traía a colación el tema, la plástica, el teatro y la literatura también. Surgieron Grupos de Debate y Proyectos Comunitarios, que atienden hoy el tema racial y que lo han dotado de una creciente presencia dentro de la cultura y la vida nacional. En realidad, hacía años que el tema no tomaba un espacio tan importante en el debate nacional.
Comenzaron entonces, las reuniones con el Cro. Miguel Díaz Canel, que atiende el tema, antes de ser presidente y lo continúa haciendo ahora, junto a la Comisión Aponte de la UNEAC, que sustituyó al Grupo, “Como agua para chocolate”, dirigido por Gisela Arandia, que fue la promotora inicial del debate racial en la UNEAC. Ya, con anterioridad, el tema racial había sido llevado al partido y posteriormente ubicado en la Biblioteca nacional, pero fue finalmente en la UNEAC, donde encontró su ubicación definitiva. Y ahora se desenvuelve, por medio del trabajo de la arriba mencionada Comisión Aponte.
Todo este movimiento, ha concluido con la aparición de una Resolución Gubernamental, arriba mencionada, donde se proponen las pautas para la atención y tratamiento del tema racial a nivel nacional. Con la presencia también, de todos aquellos grupos interesados en el tema. Aspectos de participación, que aún requiere un desarrollo. No obstante considero, que aunque hemos avanzado, todavía estamos lejos de darle al tema racial, el impulso que requiere. Púes quedan muchas situaciones aún por resolver.
Aunque nuestra sociedad, es culturalmente mestiza, la presencia del racismo, la discriminación racial y la de un cierto hegemonismo blanco, se hacen sentir todavía en:
-Las desigualdades, que persisten dentro de la estructura racial poblacional, formada por blancos, negros y mestizos. No tratándose de un lastre, sino de un fenómeno de disfuncionalidad social, que aun la sociedad cubana, es capaz de reproducir.
-Persisten también las diferencias en el acceso al empleo. Con privilegios para la población blanca, en aquellos más importantes y mejor remunerados: turismo, corporaciones, cargos estatales, etc. No así en los cargos políticos, en especial dentro del partido, el Poder Popular y las Organizaciones de Masas, donde la participación de negros y mestizos se está haciendo más presente.
-Diferencias por el color, en el acceso a posibilidades de estudios superiores, Universidades, maestrías, doctorados, etc.
-Racismo, prejuicios y discriminación, contra la población negra y mestiza, que tiende a no manifestarse de modo agresivo, pero que aún están presentes.
-Marcada presencia de una insuficiencia de matrimonios interraciales. Con una tendencia marcada a la mescla racial entre los jóvenes cual es indicativo de que los jóvenes se van desprendiendo de los prejuicios.
-Discriminación en los medios masivos, principalmente en la Televisión, en la que han dominado las caras blancas, pues solo recientemente, han comenzado a aparecer caras negras y mestizas. Ante un reclamo especifico, reciente, del Cro.General de Ejército, Raúl Castro en la Asamblea Nacional.
-Nuestra prensa escrita, apenas refleja los problemas del tema racial. No existiendo ningún tratamiento sistemático al respecto. Ni promoción de escritores que traten el tema. Casi nunca en nuestra prensa hay un artículo que aborde el tema.
-Nuestras Organizaciones Políticas y de Masas no debaten el tema racial. No promueven su discusión, ni lo consideran en sus agendas de trabajo.
-Discriminación en el ballet clásico.
-Chistes y expresiones racistas, abundan, en las actividades de los cabarets.
-Solo recientemente, la Enseñanza de la Historia ha comenzado a reflejar el lugar de negros y mestizos en la formación de nuestra historia patria y se están preparando profesores para abordarlo.
- Hasta hace muy poco la bibliografía utilizada, salvo honrosas excepciones muy conocidas, no reflejaba el papel de la población negra y mestiza en la construcción de nuestra nación. Ahora se realiza un fuerte trabajo bibliográfico arduo por los Ministerios de Educación, dirigido a solucionar esta insuficiencia de vital consideración para la enseñanza de la historia.
-No existe una Historia Social del Negro ni de la mujer negra, producida en Cuba.
-Aun tratar el tema racial, a cualquier nivel y en cualquier espacio social, puede generar cierto descontento, prejuicios y malestar.
-Solo recientemente nuestra asamblea nacional, ha comenzado a presentar una estructura, que refleja casi fielmente, la composición racial de la sociedad cubana.
-Para los que tratan el tema de manera sistemática, sus debates, no son divulgados, quedando siempre en los marcos de grupos y personas interesadas.
-En la escuela cubana no se menciona el color, dejando a la espontaneidad personal el comportamiento frente al problema.
-En nuestras Universidades apenas se estudia el tema racial. Ni aparece recogido en los currículos de enseñanza.
-Nuestras investigaciones académicas, apenas se refieren el tema racial de manera suficiente y el mismo está, prácticamente ausente, del trabajo científico estudiantil.
-Solo recientemente, comienza a observarse, que se hace un esfuerzo por atender a la composición racial de grupos de trabajo, actividades, o situaciones, en que el negro y el mestizo deben quedar representados. Esto se observa con especial énfasis en la televisión.
-En realidad, nuestras estadísticas, sociales, económicas y políticas, son incoloras. Lanzando al cesto de la basura siglos de la historia nacional. Soslayando apreciar donde están los problemas.
-Nuestras Estadísticas Económicas, no permiten cruzar color, con variables de empleos, viviendas, salarios, ingresos, etc. Lo que impide investigar a fondo, cómo avanza el nivel de vida de los diferentes grupos raciales. Especialmente de aquellos antes desfavorecidos.
Consideramos, que mientras el tema racial no sea tratado con sistematicidad y coherencia, a nivel integral y este fehacientemente recogido en nuestras estadísticas y en nuestros medios, no podremos aspirar a que socialmente, el país avance en el tema. Nuestra cultura heredada es racista; es decir, la práctica del racismo, es cultural, instintiva, respondiendo, principalmente, aunque no solo, a mecanismos heredados, que funcionan, no pocas veces, de manera inconsciente.
Por tanto, hasta que el tema no entre en la educación, sea fuertemente debatido socialmente, forme parte del trabajo sistemático de los medios y sea considerado estadísticamente, no podemos aspirar a que pase a la cultura, ni se avance en el mismo, desterrándolo de las formas del comportamiento habitual de los ciudadanos en nuestro país.
Es que la ausencia de atención, casi generalizada, durante mucho tiempo, del tema racial, tiene consecuencias muy negativas, para su conocimiento, comprensión y consideración a nivel social, como algo que perjudica a la nación cubana. Tratándose de un problema, muy serio a superar, si queremos que nuestra sociedad y su cultura avancen de manera integral, garantizando el éxito del proyecto social de la revolución.
Junio 30 del 2021.
Esteban Morales Domínguez
UNEAC.
No todos los intelectuales revolucionarios de este país, podemos estar presentes en los órganos y demás comisiones que el gobierno revolucionario crea para analizar los problemas. Pero si todos tenemos el derecho a someter al análisis crítico, cuanta medida se adopte en cualquier sector de nuestra vida nacional.
Luego, el resto de la intelectualidad revolucionaria, que no ocupa escaño en el Comité Central del Partido, en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en las direcciones del gobierno y el estado a todos los niveles del País, pueden actuar y comportarse con un sentido de complementariedad de esas fuerzas, pudiéndosele considerar como una extensión de los que ocupan tales posiciones.
La Revolución es de todos los revolucionarios, no solo del Partido, del Gobierno ni del estado; es de todo el que se sienta cubano, revolucionario y quiera hacer su modesto aporte para que el País avance. Unos tendrán la posibilidad de escribir, haciendo pública sus opiniones o enviándolas a las instancias que consideren oportuno. Otros desde sus organizaciones en la sociedad civil, podrán trasmitir sus valoraciones para que lleguen a las instancias que están obligadas a tomarlas en consideración.
Para ello, es necesaria la mayor democracia, a nivel de todas las organizaciones, comenzando por el Partido, hasta los dispositivos gubernamentales y todas las instituciones que forman el estado y gobierno de la nación. Junto a los indudables ajustes y cambios por los que debe atravesar nuestra Constitución hacia un futuro no lejano.
Lo contrario de una política como la que hemos esbozado, equivaldría a generar el quietismo, la espera por las orientaciones de arriba, el desinterés, el descomprometimiento y el elitismo de los dispositivos de dirección.
Se trata de que todos tengamos derecho a participar en el proceso de formulación y ejecución de las políticas y en su vigilancia y fiscalización, para que estas funcionen, se cumplan y sufran los ajustes que puedan resultar necesarios. Porque en realidad, dentro de una sociedad que pretenda ser moderna, no hay mejor política que aquella, que desde su propio proceso de formulación, ya se debe pensar en los ajustes que hacia el futuro pueda tener.
Para ello nuestra prensa nacional, deberá desempeñar un papel fundamental, garantizando la transparencia al informar sobre la marcha del país, excluyendo solo todo aquello que comprometa la discreción y el secreto respecto a las cuestiones de la seguridad nacional. Lamentablemente, nuestra prensa se comporta aún de modo un poco elitista, brindando muy pocas oportunidades a la crítica (honesta y revolucionaria), que no sale de sus propios aparatos.
Una prensa así, no garantiza la participación ciudadana, provoca el descontento, la desatención y la ausencia de compromiso con las tareas sociales que deberán ser desplegadas.
Solo de tal modo, se logra el compromiso con las medidas de todo tipo que el país adopta para llevar adelante las políticas de restructuración y perfeccionamiento del nuevo modelo económico. Se trata de un aspecto político insoslayable del proceso que deseamos llevar adelante.
El trabajo por construir un nuevo Modelo Económico, tiene que encontrar su reflejo en el Modelo Político-Ideológico que lo sustente y lo haga avanzar.
Escuchamos mucho hablar de un nuevo Modelo Económico, pero de ahí solo se pasa a arengar a las masas para que se incorporen a las tareas. El asunto no es de simples arengas a la disciplina, al incremento de la productividad, a trabajar más y mejor, pues todo ello concluye entonces en discursos políticos vacíos, si los aspectos políticos que deben acompañar al modelo, no toman cuerpo en un sistema político que les de coherencia. Esa coherencia solo se logra reaccionando con un modelo político, democrático, participativo, critico, que garantice la participación organizada de los trabajadores, en cualquier sector en que estos se encuentren; que les de la libertad de participar con sus iniciativas, sin que nadie los frene en el ejercicio del derecho que les corresponde, a criticar, sugerir y sentirse parte del proceso de construcción que se lleva adelante. Único modo en que se puede garantizar que los errores sean menos, los aciertos sean más y que el compromiso por un mejor futuro, sea compartido.
Si realmente confiamos en que la verdadera inteligencia, en que la fuerza real, para llevar adelante cualquier proceso, está en las masas, el gobierno de tales procesos, tiene que ser colectivo.
En particular, la intelectualidad revolucionaria, está llamada a desempeñar un papel fundamental. En el esclarecimiento, la conducción de las masas y en la corrección del rumbo. Todos los grandes conductores revolucionarios, como Marx, Engels, Lenin, Fidel, Ho chi Min, Mandela y otros, fueron intelectuales. Luego negar a la intelectualidad revolucionaria, es menospreciar el pensamiento que nutre a la revolución. Porque sin teoría revolucionaria no hay practica revolucionaria y la verdadera teoría revolucionaria sale de las masas organizadas y sus intelectuales, en cuya conducción, la intelectualidad revolucionaria, desempeña un papel ineludible.
La Habana, 2016.
Esteban Morales Domínguez
UNEAC.
En abril del 2010, escribí que la corrupción ya era entonces, el reto más difícil y peligroso que debíamos enfrentar. Un problema de seguridad nacional. Hoy deseamos alertar sobre la importancia que adopta la intelectualidad, en medio de las circunstancias que vive el país. Al tratarse de un asunto ideológico de primer orden.
Ya explicábamos en reciente artículo, que la ciencia es una forma de poder. Por lo que no debemos descuidar su dinámica y mucho menos tratarla con mecanismos antidemocráticos. (Ver: La enseñanza de las ciencias sociales y humnisticas en La Universidad de La Habana. Blog personal)
El papel de nuestros científicos en el trabajo contra la pandemia de la Covid.19, resulta un ejemplo brillante de cómo deben trabajar unidos ciencia y política gubernamental.
Cuba es el único país de este hemisferio que no tiene analfabetos, que cuenta con un nivel medio de escolaridad que es el más alto de la región, incluyendo Estados Unidos y Canadá. Como si fuera poco, casi más de un 10% de su población cuenta con título universitario y posee un “capital humano” con un grado de penetración en el campo de la actividad científica, envidiable para cualquier país.1
Es decir, Cuba, cuenta con un potencial extraordinario, si somos capaces de utilizarlo para impulsar las tareas que debemos desplegar para la aplicación del modelo económico, hacer crecer nuestra economía y lo que es más complejo aun, para hacer corresponder ese cambio con la dinámica social y el cambio de mentalidad que resulta ineludible.
Dentro de esa dinámica, las Ciencias Sociales y Humanísticas son las llamadas a desempeñar el papel fundamental, junto al trabajo cultural, por ser las que más próximas se encuentran a la política. Sin embargo, se están produciendo fenómenos que perjudican sobremanera, el papel de esas ciencias y del trabajo cultural dentro de la dinámica política del país.
Entre ellos:
Nuestra Prensa, al parecer, con una actitud de desconfianza y excluyente, por lo general, limita a nuestra intelectualidad para estar en los medios; desplazando sus producciones hacia planos alternativos. Digamos la intranet e internet, o hacia la Prensa extranjera, a la que solo tienen acceso apenas un 10% de nuestra población. Hablando sobre todo, en términos de la dinámica informativa diaria, que es la más compleja, pues participa en las coyunturas políticas en que el país día a día se debe desenvolver. Hemos podido observar las dificultades siguientes:
- La relación entre política y ciencias es muy débil aún.
Observándose claramente cierta intolerancia, ante todo aquello que se escribe, o se dice, con matices críticos, o que se sale de las “normas trazadas”. 2 De lo cual solo están entrando en proceso de ser consideradas, las opiniones que se vierten sobre nuestra economía, promovidas estas insistentemente por la Presidencia del País.
-Se dificulta fuertemente el acceso a la información sobre temas sensibles, provocando que nuestra intelectualidad revolucionaria, quede en desventaja dentro del debate que tiene lugar en los medios extranjeros, la prensa, internet y la academia fuera de Cuba.
-Se promueve la critica (Raúl Castro la ha promovido explícitamente) pero al mismo tiempo, se frena. Pareciendo como si hubiera dos políticas; la que promueve nuestro Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y la que una burocracia, asentada en el poder ,despliega, aun a contrapelo de la orientación política más general.3
- Se despliegan iniciativas, por parte de la sociedad civil, que han hecho surgir centros de debate sobre nuestra realidad, dígase: Espacio Laical, Revista Temas, Observatorio Critico, Dialogar Dialogar, UNEAC, etc. Pero no se observa que la dirección ideológica del país promueva una relación con estos centros de debate, ni que aproveche sus resultados. Los miembros de la prensa nacional, apenas participan en ellos y pareciera más bien que estos debates existen, a pesar de no ser del agrado de la Dirección Política. Por lo que parecen realizarse en medio de un cierto ambiente ambigúo, de tolerancia y clandestinaje.
Al mismo tiempo, algunas publicaciones, que no podrían ser algunas tildadas de contrarrevolucionarias, son “demonizadas”, aunque muy a pesar de ello, circulan y son leidas con interés por parte de sectores de nuestra población, y principalmente por la intelectualidad, sin que sean nunca inteligentemente respondidas.
-Nuestra televisión tampoco utiliza de manera suficiente el potencial de que dispone dentro de la intelectualidad nacional, para debatir y esclarecer los temas de mayor interés de la población. Sobre todo, si son internos. Muchos temas circulan boca a boca, dentro de la Isla, pero en la práctica se los regalamos a la prensa extranjera u otros medios, permitiéndole especular con ellos y manipular la información que rebota sobre la población. Asuntos tales como: la economía, la dinámica de la corrupción, el tema racial y otros, no encuentran espacio suficiente para su debate. Por lo que en medio de la extraordinaria lucha ideológica que se libra hoy, quedamos en desventaja, para que nuestra intelectualidad sea acompañada por la población. Solo en Facebook, e internet en general, se les puede encontrar, como temas que son tratados sistemáticamente y con amplitud. Pero, como sabemos, gran parte de nuestra población no cuenta con los medios necesarios para acceder a los mismos.
Es decir, las relaciones sistemáticas entre las Ciencias Sociales y Humanísticas, cultura, política e información, aun no funcionan, para hacer de ese mecanismo, lo que de hecho puede ser, un formidable instrumento de trabajo para hacer avanzar las tareas que el país debe desarrollar, en medio de la que está resultando su más difícil encrucijada de supervivencia. Por lo que hoy, aunque la tarea principal es construir el Nuevo Modelo Económico y hacer crecer la economía, nuestros retos son también ideológicos.
Por supuesto, para que el mecanismo de la relación entre política, ciencia e información, funcione adecuadamente, son necesarias ciertas condiciones que nosotros aun no alcanzamos en el grado requerido:
-Es necesario que la crítica abierta y responsable, como la ha proclamado nuestro Primer Secretario, deje de ser algo más que una orientación política o una consigna. Para pasar a convertirse en el modo de accionar político permanente.
-Es necesario que cada organización política y de masas, comenzando por el propio Partido, haga de esa orientación del Cro. Raúl Castro Ruz, un instrumento permanente de trabajo. Hay quien ha dicho que se pueden hacer críticas, pero no al partido. ¿Cómo entender esto? Si el partido es el máximo dirigente de la sociedad y el estado y su actuación se encuentra continuamente expuesta a la opinión de la población.
-La no delimitación, entre Partido, Estado y gobierno, ubica en un cierto callejón sin salida al ejercicio de la crítica. Encerrando a la política dentro de un mecanismo, que hace imposible su valoración crítica y las posibilidades de su rectificación.
-Es necesario que la población adquiera la confianza, de que la crítica, desde posiciones revolucionarias, oportuna y trasparente, puede ser efectiva y que no será demonizada, ni reprimida.
-Hay que rechazar el refugiarse en la mera individualidad y promover todo aquello que permita el ejercicio pleno de la responsabilidad social ante lo mal hecho. Lo cual significa, obrar con transparencia informativa, democracia dentro de las organizaciones, ausencia de impunidad y respeto de la opinión individual, aunque esta pueda ser equivocada. Pues estas últimas son menos dañinas, que las que el temor a expresarlas oculta.
-El cambio de mentalidad debe abarcar fuertemente también el trabajo cultural y a la intelectualidad. Esta última debe sentir, que cuenta con la confianza, la más alta valoración de su espíritu creador y del respeto a su libertad de opinión. De lo contrario, se establece una lucha, que concluye, apartando a la inmensa mayoría de los intelectuales del camino del socialismo y los que no se apartan, acaban perdiendo su capacidad para arrastrar a las masas.4
En todos los ex países socialistas de Europa del Este, el trabajo político con la cultura y la intelectualidad representaron un reto imposible de superar. Los lastres del estalinismo y una política de los partidos comunistas que resulto insuficiente para eliminarlo, dieron al traste con la posibilidad de que el socialismo sobreviviera. Por lo que, no fueron solo culpables del derrumbe, la ineficiencia económica, la improductividad y la corrupción. Sino también, la incapacidad de los partidos comunistas, para liderar a sus respectivas intelectualidades, lo que termino por producir el derrumbe espiritual de esas sociedades.
Junio 15 del 2020.
1 En otros artículos nos hemos referido a que estas ventajas, encierran para Cuba el reto de cómo mantenerlas. Fenómeno dentro del cual, la eficiencia y flexibilidad de la política migratoria, desempeñan un papel fundamental. Ver: Moncada-Lectores del Mundo, del Autor, “El suicidio de la Migración”.
2 Ver del Autor Ciencia y Política: un dúo complejo, Blog personal.
3 Cuento con una experiencia personal al respecto, que se encuentra muy bien reflejada en mi blog.
4 El intelectual, o es realmente revolucionario, oponiéndose a la intolerancia, la falta de democracia y al ordeno y mando, o termina siendo un oportunista despreciado por su propio gremio.
Autor: Esteban Morales Domínguez
Ya hace casi 30 años que luchamos en Naciones Unidas Contra la política de bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Este año se repite la historia desde 1992, Cuba vuelve a derrotar a los Estados Unidos, con su Resolución en contra del Bloqueo Economico, comercial y Financiero: 184 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones. Sin dudas, ello representa un triunfo de la solidaridad y el apoyo moral a Cuba, muy grande por parte del mundo. Pero la resolución no tiene carácter vinculante, es solo
una victoria moral y simbólica. No representa que los Estados Unidos esté obligado legalmente a levantar el bloqueo, ni que tenga que pagar un solo centavo de los 147,000 millones, que representa el costo del bloqueo para Cuba.
Creo que, sin dejar cada ano de presentar la resolución, hay que agregar a la estrategia de lucha, otras alternativas. Creo que la votación obtenida por casi 30 años, no es poca cosa, quiere decir que los gobiernos de muchos países no comparten la política de Estados Unidos hacia Cuba y que como se demostró este ano, existe un fuerte movimiento de solidaridad a favor de Cuba y contra la política de bloqueo de Estados Unidos.
A esa solidaridad hay que darle una utilización política, encaminándola hacia otras actividades, que pudieran ser más efectivas para luchar contra el bloqueo.
Por eso, se me ocurre que para el próximo año debiéramos tratar de organizar las fuerzas de la solidaridad a favor de Cuba y contra el bloqueo, en hacer
cosas más concretas, no solo simbólicas. Una de esas ideas puede ser, en todos aquellos países donde existen fuerzas que luchan contra el bloqueo, declarar un boicot contra la banca trasnacional y su extensión, la banca nacional, que colabora con Estados Unidos, para ejecutar la política de bloqueo.
No es casual que Estados Unidos hable continuamente de Embargo y no de Bloqueo. Pretende ocultar la verdadera naturaleza de su política agresiva. El embargo tiene un carácter soberano, cualquier país puede embargar a otro, no tener relaciones ni siquiera comerciales con determinados países. Ello entra en las prerrogativas soberanas de cada país, razón por la cual, Estados Unidos y sus ideólogos defienden la idea del embargo.
Pero el bloqueo es otra cosa. El bloqueo, es el derecho que se abroga Estados Unidos, de no comerciar con Cuba, no tener relaciones con nuestro país, pero al mismo tiempo, imponiendo su política, para que la ejecute un tercero. Lo que le da a esta política, un carácter transnacional. Es decir, mientras el embargo tiene un carácter directo, de ejercicio de la soberanía económica de un país sobre otro; el bloqueo tiene un carácter trasnacional, se aplica sobre un país, pero no solo de manera directa, sino también atraves de un tercero. Logrando una relación triangular, en la que un país, desde su vértice de poder económico, ataca a un segundo, también atraves de otros.
Claro que nadie que no tuviese el poder, que sobre las relaciones económicas a nivel internacional tienen países como Estados Unidos, incluido su influencia sobre la dinámica del ciclo mundial, no pudiera imponer a un tercer país, que trate a otro, con su propia política. Es que los Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, fue ganando esa posibilidad, de imponer a otros sus políticas para tratar a un tercero, por su grado de expansión económica, la debilidad relativa del resto de las economías principales y el nivel de hegemonía imperial que adquirió, mediante el diseño de un sistema económico mundial, bajo su egida y control.
Como potencia hegemónica, se le ha estado permitido hasta ahora, imponer sus políticas. Ya va perdiendo esa capacidad, pero aun la conserva, sobre todo contra los países más pequeños y menos desarrollados. Sin embargo a partir de los años 80, se adentra en un periodo, en que no puede hacer muchas cosas que hasta mediados de los 70, no les resultaban nada difíciles de lograr. En particular, ya la política de bloqueo hacia Cuba, choca con muchas dificultades en su aplicación y debemos aprovechar esas circunstancias, para lograr una estrategia de lucha más efectiva contra esa política. La presencia de China y Rusia como potencias a nivel mundial hacen más factible la lucha contra el bloqueo, lo que se pone de manifiesto en la solidaridad internacional que hoy se despliega a favor de Cuba.
Por ello que no sería descabellado, declarar un boicot o contrabloqueo, dentro de aquellos países que, habiendo votado a favor de la resolución, pudieran también
desplegar otras actividades más agresivas. Ello creo, se pudiera hacer con un movimiento masivo de critica a la banca nacional y trasnacional en cada país. Junto a un movimiento de promover el traslado de cuentas bancarias, desde aquella banca que colabora con Estados Unidos para bloquear a Cuba, hacia aquella banca que colabora, o no agrede a Cuba.
Este tipo de acciones, contra la banca trasnacional, o que colabora con ella, para agredir a Cuba, daría un sentido concreto y más directo a la solidaridad hacia Cuba y contra el bloqueo. Al mismo tiempo, que serviría para alertar a la banca de los perjuicios que podría recibir, si continúa apoyando la política de bloqueo.
Puede que ello no comience como un movimiento masivo, pero el solo hecho de visualizar de que esa sería una forma de expresarse en la lucha contra el bloqueo y en la solidaridad con Cuba, ya le daría a la acción una presencia de alternativa para la lucha, que siempre que se pueda, debe ser utilizada.
Por supuesto, las propias fuerzas solidarias con Cuba deben investigar las mejores alternativas de lucha y la forma de aplicarlas, porque la solidaridad hacia Cuba deberá ajustarse a la situación de cada país, las fuerzas que tiene y el apoyo con que cuentan.
Junio 25 del 2021.
Autor: Esteban
Morales Domínguez
Aunque mueve todavía a muchos prejuicios, incomprensiones y desafíos, no queda más remedio que atender al color de la piel. Sobre todo, en su consideración dentro de las Estadísticas nacionales.
La sociedad cubana, es una sociedad multirracial, o más bien multicolor, mestiza. Y esa realidad tiene que ser registrada estadísticamente. No manejando el Censo como un asunto, simplemente estadístico, sino cultural.
Se trata de una herencia de la Esclavitud. Que no es posible soslayar, pues este marco desde sus orígenes a la sociedad cubana actual.
Cuando los españoles llegaron a Cuba, en 1492, lo hicieron como blancos, con tales credenciales y así se quedaron. Vinieron por voluntad propia, buscando una fortuna, que no pocas veces encontraron. Pero España no es Blanca. Colonizada por los árabes, durante 800 años, se hace imposible considerarla como tal.
Entonces, los colonizadores de nuestro Archipiélago, tampoco eran blancos. En ser blancos no consistía su poder, sino, el haber llegado con la cruz y con la espada.
Llegaron a un territorio de indígenas, de baja cultura y solo los usaron para encontrar oro. Los explotaron de manera inmisericorde y su masa poblacional, no duro mucho tiempo, aunque todavía en Cuba, tenemos representantes de esa población originaria.
También vinieron chinos, traídos, por medio de unos contratos, que los convertía en esclavos. Los llamados culíes. que desde entonces agregaron su belleza a la población de la Isla, integrando nuestra nacionalidad. Ésos tres grandes grupos, formaron la población cubana. Después se sumaron otros antillanos, aunque no en la magnitud de los primeros.
Aunque la Corona Española, puso reglas para el cuidado de la población indígena; de todos modos, la ambicion de los colonizadores, junto al Régimen de las Encomiendas y la esclavitud, redujeron su población a la mínima expresión.
En poco más de 100 años Los Tainos, Siboneyes Y guanahatebeyes, casi desaparecieron, pues no eran unas culturas avanzadas, como si ocurría para el resto de América. Culturas Azteca, Maya, Tolteca, etc. Las que sí, no tenían, prácticamente, nada que envidiar a las culturas europeas de su tiempo.
Pero la población indígena existente en el Archipiélago cubano, carecía de esa fuerza, que da el pertenecer a una cultura superior.
Junto con los españoles, vinieron los primeros negros. No de Africa de manera directa, sino de España. A esos negros se les llamaba “Ladinos”, eran esclavos en España, sabían hablar el idioma y tenían cierta cultura adquirida en el trabajo de servidumbre. Pero llegaron en número reducido.
La inmensa mayoría de los negros que llegaron a Cuba, masivamente, hicieron después, como resultado del comercio de esclavos.
Entonces, los negros en Cuba, comenzaron a ser traídos para el trabajo, dentro de un régimen colonial ya organizado. Decir negro en Cuba, era decir esclavo.
Como los españoles llegaron, hombres solos. De manera inmediata comenzaron a mesclares con las indias y las negras, iniciándose así el mestizaje.
A diferencia de los negros que fueron traídos al territorio de las Trece colonias de América del Norte, lo que después fue Estados Unidos de América, los llegados, también traídos de África como esclavos al territorio mencionado, estos no podían hablar sus lenguas, sino solo el inglés, no podían practicar sus religiones, ni sus culturas. No les estaba permitido por los colonizadores.
A los negros traídos a Cuba, también de Africa, si los españoles les permitían hablar sus lenguas, adorar a sus dioses y practicar sus culturas. Se trataba de que, por razones históricas y también culturales, los españoles eran más proclives a la convivencia con las prácticas culturales de los esclavos en Cuba.
A diferencia de America del Norte, en Cuba, los españoles, convivían mejor con las diferencias en el color. A lo que contribuían también las diferencias que introducía en la esclavitud del negro, la existencia de la esclavitud doméstica y la esclavitud de plantación.
En la plantación, el negro debía trabajar de sol a sol, bajo el látigo del Capataz o Mayoral; mientras que, en el trabajo doméstico, sus tareas se desplegaban en la casa del hacendado esclavista, imbricadas con las actividades del servicio a la familia. Allí podía ser cochero, cocinero, lavaba y planchaba, ponía la mesa, arreglaba la ropa del amo y le hacía un brebaje, cuando este enfermaba, etc. Realizando labores, que, prácticamente lo preparaban para hacerse de un oficio, por si algún día lograba obtener su libertad.
El contacto con la familia los instruía y dotaba de cierta cultura, que lo diferenciaba del esclavo de la plantación.
Aunque no dejaba de ser esclavo, y el cepo, ante la desobediencia más mínima, estaba sobre él, como Espada de Damocles. Pues el amo blanco, no les permitía aquellas libertades, que pudiesen inculcarle cierta cultura de independencia, lo cual se vigilaba mucho. Pero las ventajas, las tenía y no pocos la aprovechaban muy bien.
Por ejemplo, la niña de la casa, le tomaba cariño al negrito simpático, dócil, y hasta podía enseñarlo a leer y escribir. En el contexto doméstico, el negro hábil, respetuoso, dócil, intimaba con el padre de la casa y llegaba a conocerle ciertos secretos, como sus andadas con las negras, de las cuales, no pocas veces, salían hijos “bastardos” dentro de la familia.
El negro, conocedor de las hierbas, preparaba un brebaje que le curaba un dolor al amo. Y dentro de esa intimidad, el amo, prácticamente, comenzaba a verlo como parte de la familia. Le daba tareas, compartía ciertos secretos con su esclavo y así, a veces, ya viejo, este ganaba la manumisión, o carta de libertad.
Dentro de la casa del amo, conviviendo como esclavo doméstico, el negro lograba ventajas, que no pocas veces, aprovechaba muy bien y que lo hacían avanzar en la vida social, aun manteniéndose como esclavo.
Es que la esclavitud doméstica, generaba cierta cultura y dentro de ella, un nivel de permisibilidad, de la cual el negro podía aprovecharse. Lo cual le permitía, irse introduciendo en la sociedad, aun con todas las desventajas de una sociedad esclavista.
Mientras, en los Estados Unidos, posterior a la Guerra Civil, la esclavitud fue abolida en el norte, pero había que seguir bregando con ella, en el sur. Los negros escapaban al Norte, donde devenían en libres, pero no pocas veces, dejaban familiares que se mantenían como esclavos en el Sur.
En Cuba no, la esclavitud era un sistema similar a nivel de toda la Isla. Y cuando comenzaron a aparecer las leyes que la atenuaban, cómo la llamada Ley de Vientres libres, hasta su abolición oficial en 1886, esto tuvo un efecto nacional.
Claro, la esclavitud comenzó a desaparecer, a partir de un largo proceso, en que España la abolió, como primer paso, dándoles la libertad a los negros que habían peleado, de ambos lados, durante la Primera Guerra de Independencia (1868/1878) hasta que finalmente, fue abolida de manera general.
No obstante, en América la esclavitud tomo color. Y con ella llego el racismo, que no nació con el capitalismo, pero que le pego muy bien, como instrumento de explotación.
Por ello, la esclavitud desapareció, pero el racismo que ella engendro, por más de 400 años, quedo imbricado dentro de la estructura de la sociedad cubana. Y así, desde mediados del siglo XIX, comenzó a surgir una sociedad, con una cultura racista, mestiza y de hegemonía blanca. Por lo que, el racismo, la discriminación racial y el hegemonismo blanco, dentro de nuestra sociedad mestiza, aún no han podido ser eliminados.
Entonces, La Revolución que triunfo en 1959, se encontró con una sociedad, en la cual, existe una estructuración bien clara. Los blancos tienen el poder, lo tuvieron siempre; los mestizos están, más o menos, en una posición intermedia, algunos pocos tuvieron acceso al poder; los negros están, casi siempre, en el subsuelo de la sociedad.
Es que, en Cuba, la pobreza pudo ser también, masivamente blanca, pero la riqueza nunca fue negra, y casi nunca mestiza.,
Después de que el Cro. Fidel, casi desde el triunfo de la Revolución, lo vino tratando de manera sistemática, el racismo, la discriminación racial y la hegemonía racial blanca, no han desaparecido.
La política social que la revolución inauguro desde 1959, ha tenido siempre un carácter profundamente humanista, pero, desde el principio, se enfocó solo en la pobreza, no haciendo diferenciación entre los pobres, tratando solo la pobreza, sin hacer diferenciación según el color de la piel.
Tratándose lo anterior, de uno de los aspectos, que, en los últimos 40 años, hemos logrado ir rectificando. Sin llegar aun, como tal, a la llamada Acción Afirmativa. Han venido apareciendo formas de Acción Afirmativa en Cuba, pero de manera indirecta.
Habiéndose demostrado que la raza no existe, que es una invención social. Sin embargo, el color si, y en nuestro país, después de 500 años[M1] de colonialismo, el color continua actuando como una variable de diferenciación social.
En Cuba, después de 60 años de una Revolución radical, de esencia profundamente humanista y de una lucha extraordinaria contra la pobreza, la injusticia y la desigualdad, hasta los mismos bordes del igualitarismo; todavía, desde el punto de vista de la posición social, del acceso a determinados recursos y de ciertas ventajas en la vida social, no es lo mismo ser blanco, negro o mestizo.
El llamado Periodo especial, demostró que la crisis económica no afecto por igual a todos los grupos raciales. Siendo negros y mestizos los que más lo sufrieron.
Nuestro Gobierno, además, se percató, de que las dificultades con el racismo, que afloraron con cierta fuerza, durante el Periodo Especial, indicaban, que se trataba de un problema que, habiéndolo considerado como resuelto, realmente no lo estaba, o al menos no se estaba solucionando, al ritmo que habíamos imaginado, sino que más bien, se había ocultado, en medio de las dificultades vividas en esos años, de mediados de los ochenta y principios de los noventa.
Había existido, hasta entonces, un largo periodo de silencio general sobre el tema, que Fidel rompió en varias ocasiones, pero sin lograr entonces, que el tema racial, ocupara definitivamente el lugar que le corresponde en la lucha por una sociedad mejor.
Pienso que, en ello, tenemos que partir de la existencia de las desigualdades, para llegar de manera real a la igualda. Lamentablemente, la desigualdad es lo que nos encontramos todos los días. La igualdad es el proyecto social no alcanzado aún.
Por tanto, no debemos asumir de forma mecánica, que todos los cubanos somos iguales, porque eso también fue esgrimido como un slogan hipócrita de la Cuba republicana.
Todos los cubanos, aun no somos iguales. Somos iguales ante la ley, pero no socialmente. Son dos cosas muy diferentes. Puede ser alcanzada la igualdad ante la ley. Pero alcanzar la igualdad social, es otro proceso, mucho más complejo. Igualdad ante la ley, no es igualdad social. Sino, solo un paso, para llegar a esta última.
Ya Fidel se había percatado de ello y comenzó a realizar acciones. Orientando profundas investigaciones en varios barrios desfavorecidos, sobre la situación de sectores, a veces marginados. Fue también, entonces, cuando se realizó la experiencia de los llamados Trabajadores Sociales; la mayoría negros y mestizos, que trajo como resultado, que muchos jóvenes, que ni estudiaban ni trabajaban, (se dice que unos 80,000 en La Habana) llegaran a las Universidades. Que se habían “blanqueado” durante el Periodo Especial.
Entonces, a partir de finales de los años ochenta, retomamos nuevamente el tema. Que es el periodo en que nos encontramos ahora.
Con anterioridad, durante los años 20 y 30, sobre todo, el tema racial había tenido presencia en los medios escritos, especialmente, en la prensa de la época. Personalidades como Juan Gualberto Gómez, Arredondo, Guillen, Deschamps, Chailloux, Ortiz, Portuondo, Morua, y Otros.
Habían producido textos importantes sobre el tema. Y habían logrado mantenerlo en la prensa.
Desde los años 80, comenzaron a aparecer muchas publicaciones de libros, artículos, ensayos e investigaciones en algunas universidades, etc. También Grupos de Debate y Proyectos Comunitarios, que atienden el tema racial y que han dotado al tema de una creciente presencia dentro de la vida nacional.
Comenzaron, entonces, las reuniones con el Cro. Miguel Díaz Canel, que atiende el tema antes de ser presidente y lo continúa haciendo ahora, con la Comisión Aponte de la UNEAC, que sustituyó al Grupo, “Como agua para chocolate”, dirigido por Gisela Arandia. Que fue la promotora inicial del debate racial en la UNEAC.
Todo este movimiento, ha concluido, con la aparición de una Resolución Gubernamental, donde se proponen las pautas para la atención del tema racial a nivel nacional. Así como con la presencia de todos aquellos grupos interesados en el tema.
Sin embargo, considero, que aunque hemos avanzado, todavía estamos lejos de darle al tema racial, el impulso que requiere. Púes quedan muchas situaciones por resolver. Tarea al frente de la cual, continua nuestro Presidente y ahora Primer Secretario del PCC, ya mencionado.
Aunque nuestra sociedad, es culturalmente mestiza, la presencia de un hegemonismo blanco, se hace sentir aun, en los asuntos siguientes:
-Las desigualdades persisten dentro de la estructura racial poblacional, entre blancos, negros y mestizos.
-Persisten las diferencias en el acceso al empleo. Con privilegios para la población blanca, en los empleos más importantes: Turismo, corporaciones, cargos estatales, etc. No así en los cargos políticos, en especial dentro del partido, el Poder Popular y las Organizaciones de Masas, donde la existencia de negros y mestizos se hace más presente.
-Diferencias en el acceso a posibilidades de estudios superiores, Universidades, maestrías, doctorados, etc.
-Racismo, prejuicios y discriminación, contra la población negra, que no se manifiesta de modo agresivo, pero están presentes.
-Marcada insuficiencia de matrimonios interraciales.
-Discriminación en los medios masivos, principalmente en la Televisión, en la que dominan las caras blancas y solo recientemente han comenzado a aparecer caras negras y mestizas. Ante un reclamo especifico, reciente, del Cro. Raul Castro.
-Nuestra prensa escrita, apenas refleja los problemas del tema racial. No existiendo ningún tratamiento sistemático al respecto. Ni promoción de escritores que traten el tema. Casi nunca en nuestra prensa hay un artículo que aborde el tema racial.
-Nuestras Organizaciones Políticas y de Masas no debaten el tema racial. No promueven su discusión, ni lo consideran en sus agendas de trabajo.
-Discriminación en el ballet clásico.
-Chistes y expresiones racistas, pululan en nuestras actividades en los cabarets.
-Solo recientemente, la Enseñanza de la Historia ha comenzado a reflejar el lugar de negros y mestizos en formación de nuestra historia patria. Y se preparan profesores para abordarlo.
- Hasta hace poco, la bibliografía utilizada, salvo honrosas excepciones, muy conocidas, no reflejaba el papel de la población negra y mestiza en la construcción de nuestra nación. Ahora se realiza un fuerte trabajo bibliográfico dirigido a solucionar esta situación.
-No existe una Historia Social del Negro ni de la mujer negra. Producida en Cuba.
-Aun tratar el tema racial, a cualquier nivel y en cualquier espacio social, puede generar cierto descontento, prejuicios y malestar.
-Solo recientemente nuestra asamblea nacional, ha comenzado a presentar una estructura, que refleja casi fielmente, la composición racial de la sociedad cubana.
-Para los que tratan el tema, sus debates, no son divulgados, quedando siempre en los marcos de grupos y personas interesadas.
-En la escuela cubana no se menciona el color, dejando a la espontaneidad personal el comportamiento frente al mismo.
-En nuestras Universidades apenas se estudia el tema racial. Ni aparece recogido en el currículo de asignaturas.
-Nuestras investigaciones académicas, apenas lo reflejan de manera suficiente y está prácticamente ausente del trabajo científico estudiantil.
-Solo recientemente, comienza a observarse, que se hace un esfuerzo por atender a la composición racial de grupos de trabajo, actividades, o situaciones, en que el negro y el mestizo deben quedar representados. Esto se observa especialmente en la televisión.
-En realidad, nuestras estadísticas, sociales, económicas y políticas, son incoloras. Lanzando al cesto de la basura siglos de la historia nacional.
Consideramos, que mientras el tema racial no sea tratado con sistematicidad y coherencia, a nivel integral, no podremos aspirar a que socialmente, el país avance.
Es que nuestra cultura heredada es racista; es decir, la práctica del racismo, es instintiva, respondiendo a mecanismos heredados, que pueden funcionar de manera inconsciente. Por tanto, hasta que el tema no entre en la educación, sea fuertemente debatido socialmente y forme parte del trabajo sistemático de los medios, no podemos aspirar a que pase a la cultura, ni se avance en el mismo, desterrándolo de las formas del comportamiento habitual en nuestro país.
Es que la ausencia de atención, casi generalizada, durante mucho tiempo, del tema racial, tiene consecuencias muy negativas, para su conocimiento, comprensión y consideración a nivel social, como algo que perjudica a la nación cubana. Tratándose de un problema, muy serio a superar, si queremos que nuestra sociedad y su cultura avancen de manera integral, garantizando el éxito del proyecto social de la revolución.
Junio 26 del 2021.
Autor.
Esteban Morales Domínguez
La sociedad Socialista, requiere de una economía y esta es una economía de transición. Ello significa, en primer lugar, que, dentro de ella, todas las formas de propiedad deben funcionar de manera coherente, sistemática y respetándose mutuamente. Quiere decir, la propiedad estatal (que aún no es socialista), la propiedad privada, la Cooperativa y la inversión extranjera. Deben funcionar al unísono. Tales planteamientos, los he reiterado, casi hasta el cansancio.
El estado, como principal representante de la Propiedad Estatal, debe garantizar el funcionamiento de todas las demás formas, que es lo que, en última instancia, permite, que la Empresa Estatal, pueda llegar a ser la forma dominante, aunque ya, como propiedad social sobre los medios fundamentales de producción. La que lleva implícito un conjunto de características propias de la sociedad socialista. Qué tocan en primer lugar, al funcionamiento de la propiedad estatal. La que debe gozar de prerrogativas que le permitan funcionar como tal, a modo de irse acercando a la propiedad social. Entre ellas, funcionar económicamente, con la producción, en Empresas, que son controladas por los obreros, distribuyen ganancias resultado de su actividad y eligen a sus propios directores y empresarios.
No obstante, el funcionamiento de la Empresa Estatal entre nosotros, es aun deficiente, por las razones siguientes:
-Está excesivamente controlada, por una planificación, que aún es demasiado burocrática y centralizadora. Impidiéndole bastante, correlacionarse con las otras formas de propiedad, especialmente con la privada y la inversión extranjera.
-Por medio del Sistema de Acopio, el Estado, presiona de manera excesiva sobre la producción agropecuaria, con bajos precios, un acopio excesivo de los productos y no pocas veces, no paga, o demora de manera excesiva los pagos al productor. Lo cual trae el desestimulo correspondiente.
-La propiedad privada, bajo la forma del trabajo por Cuenta Propia, la pequeña y mediana propiedad agropecuaria y las cooperativas, no se ven estimuladas por los precios que el Estado paga a estas últimas. Exigiéndoles altas cuotas de aporte a la actividad social del estado.
-Existe un desequilibrio importante, entre lo que el Estado toma, de lo recogido por Acopio, para satisfacer las necesidades de la Salud, La educación, El Deporte, La Cultura y otras actividades, subvencionadas por el Estado, y lo que deja como excedente de la producción agropecuaria, para ser comercializado, de manera libre, por parte de los productores. Lo que genera insuficiencias de oferta, altos precios, inflación, colas y mercado negro.
-El comercio de alimentos y de otros productos de primera necesidad, cargan sobre sus hombros, un peso muy grande, como resultado de que el Estado no tiene una relación de mercado con la producción agropecuaria, ni industrial y toma altas cuotas de productos, para satisfacer necesidades sociales. Generándose por esta via, insuficiencias de oferta, inflación, mercado negro y corrupción. Situación que se ve agravada por la Pandemia, dado los recursos que esta consume, para satisfacer las necesidades de la población que debe ser atendida, sin costo personal alguno. De aquí las insuficiencias de oferta que al país está sufriendo, de medicinas, alimentos y otros recursos. Que son absorbidos por el Sistema de Salud.
-Se han malogrado, a veces, una buena cantidad de productos agrícolas, que debieron ir al consumo de la población y que se pierden, como resultado de que Acopio no recoge productos, porque no les resultan costeables, o porque demora sus recogidas, con las consiguientes pérdidas y las insuficiencias de oferta que ello genera.
-Contribuyen al alivio de la situación, antes mencionada, los resultados financieros de las contrataciones de la salud, la educación, el deporte, la fuerza laboral contratada en el exterior, la aun limitada exportación y otras actividades que generan recursos para el presupuesto del Estado.
No obstante, si nuestro Estado, pudiera ser menos “parasitario”, estimulara mejor a los productores agropecuarios, pagara mejores precios y lo hiciera más en tiempo, la afectación sería menor y los desequilibrios entre oferta y demanda, en el proceso de satisfacción de las necesidades a la población, también podrían ser menores. Habría más oferta, los precios podrían ser más asequibles, se aliviarían las colas y habría menos mercado negro y corrupción.
-Las deformaciones y desequilibrios entre oferta y demanda también se producen, porque el Estado, no extiende la relación mercantil hacia sí mismo, acumula deudas con la producción agropecuaria, pagando tarde o no pagando, cuando debe. No exigiendo más al Sistema de Acopio, que muchos se preguntan porque no ha sido eliminado. O porque, todos, incluyendo el propio Estado, no actúan como comprador de la producción en el mercado.
-Es que, si aceptamos la existencia de las relaciones mercantiles, el Estado, como consumidor, también debiera regirse por ellas. Pero nuestro Estado no está habituado, a que, si toma una parte del producto social, también debiera pagar por él. Siendo esta, aquella parte de las gratuidades, que aún nos afectan, aunque estén justificadas, por una política social extraordinariamente humanitaria.
Como decir, que el estado paga por La Educación, La salud, La Seguridad Social. Cuando en realidad, el estado no paga nada, porque no produce nada; quien lo paga todo es el pueblo. Que es quien produce los bienes materiales con su trabajo. Es ahí donde, se hace indispensable utilizar todas las potencialidades para poner en funcionamiento las fuerzas productivas disponibles.
-Aquí se trata de que el Estado, aparece como bienhechor del pueblo, lo cual no está mal, pero debe hacerlo con una economía que pueda sostener todas sus erogaciones, como resultado de la política social. Lo cual nos obliga a poner en funcionamiento todas las fuerzas productivas, que nos permitan romper el desequilibrio existente, entre una política social, extraordinariamente costosa y una economía que no satisface sus necesidades.
La sociedad cubana, tiene una política social, que no logra satisfacer con la economía que tiene. De aquí, en parte, provienen sus limitadas capacidades para la exportación, el continuo y creciente endeudamiento externo, las excesivas importaciones de alimentos y de otras producciones, los problemas de repatriación de utilidades por parte de las empresas extranjeras, las dificultades de materias primas para algunas producciones, etc.
Ahora mismo, con el Ordenamiento Monetario, se nos presenta el problema de que la población quisiera comprar dólares, con pesos cubanos, lo cual es permitido, pero no lo puede hacer, por no existir los dólares disponibles en la banca cubana.
Además, resulta un verdadero contrasentido, mantener un país, que “no deja a nadie desamparado”, pero lo hace a costa de una economía que no crece, porque no funciona, acorde con las reglas que serían necesarias aplicar para hacer crecer nuestro PIB. El que además de buenos salarios, debe aportar los recursos para cubrir todos los gastos que están a cargo del Estado, aunque ellos fuesen para beneficiar también a toda la sociedad. Pues de lo que se trata es de cumplir con las reglas económicas, que permitan al estado distribuir en beneficio de la sociedad, bienes por lo que no se exige pago alguno. Esas reglas son las de una Economía de Transición, en la que aun, resulta imposible prescindir de la existencia de la propiedad privada y la empresa capitalista. Es una ilusión pensar, que es posible prescindir de la propiedad capitalista, para construir el socialismo.
El salto hacia el socialismo solo se puede producir, a través de una Transición Económica, en la que la propiedad privada y su utilización, es condición de que de que lleguemos a una Economía Socialista. Y esta última, es aún una Económica de Transición. Por lo que Cuba hoy, está más atrás de la que debiera ser una Economía de Transición. Por haberse negado continuamente a aplicar, las reglas económicas, que corresponden a una Economía Socialista.
Algo más que demostrado por Marx, cuando en el Tomo Tercero de El Capital, señalo, que el valor de la Mercancía: C más V más P, se distribuye de tal modo, que de él salen, la reposicion del capital consumido, el salario de los obreros y la Plusvalía, en este caso el plusvalor, que en una economía socialista, va dirigido a satisfacer las necesidades sociales y la acumulación. Donde, mientras más altamente se reproduzca Vmas P, como efecto del crecimiento de la productividad del trabajo; mas hay para distribuir como salario, satisfacer los gastos sociales y realizar nuevas inversiones. Reglas que siguen siendo válidas también en una economía socialista.
Un asunto que el estado debe movilizar, además, son los créditos al sector agropecuario. Se han adoptado varias medidas al respecto, pero aún falta que entren en funcionamiento efectivo. Siendo el banco a nivel del Municipio, quien debe establecer las relaciones con los productores. (Ver: artículo de Benavides, Crédito, Banca y Agricultura. Sumamente ilustrativo.)
Otro asunto sobre el cual, muchos nos preguntamos, es, ¿cuándo vamos a movilizar los recursos monetarios, existentes en manos privadas?, convirtiéndolos en inversión. Las cuentas en el banco, se dirigen a los mercados extranjeros, a comprar piezas de repuestos de carro en Rusia, ropas y zapatos en Panamá, alimentos en Haití, etc. Lo cual quiere decir, que con esos recursos se podría generar un mercado privado interno. El Estado tiene los locales, la capacidad para cobrar impuestos, dar créditos, inducir empleo. Ello podría generar un mercado interno organizado, que en la práctica ya existe, solo necesitaría ser reconocido y a la inversión que hacen sus promotores, darles las facilidades, para que esas mercancías entrasen por la via legal, no como simples bultos de aduana; sino, permitiéndoles importar, pagando el impuesto como comerciantes.
Sera tal vez no nos percatamos, de que las relaciones mercantiles son autopropulsadas y si no las oficializamos, ellas de todos modos entran, sin dar su verdadera cara y sin cumplir con las reglas.
Tampoco está permitido que trabaje la fuerza laboral calificada. Me he preguntado muchas veces, ¿qué daño pudiera hacerle al país, darle posibilidades de empleo, a una fuerza laboral calificada, que lo que hace, a veces, es emigrar? Después que nos costó tanto crearla.
¿Qué daño nos puede hacer, establecer Oficinas de Contadores, Abogados, Arquitectos, Ingenieros, Diseñadores, etc.? ¿Es que preferimos acaso, que esa fuerza laboral emigre? Parece un absurdo, inducido, por una idea de lo que debe ser Cuba, que no tiene sostén. Mucha de esa gente, emigra, o se queda en Cuba frustrada, molesta, o descalificándose; aspirando a un empleo y un salario, que no encuentra en Cuba. Ya dije incluso, una vez, que esa podría ser gente, que, aunque emigrase, tal vez, podría volver a Cuba a trabajar en algún momento, traer calificación y ayudar al país. ¿No sería mejor que el país creara las condiciones para tratar de absolverla? ¿Estamos dispuestos a perder el capital que nos costó? Regalándosela a otros, que ya bastante se están nutriendo de nuestra fuerza calificada.
Me pregunto, ¿que justifica una medida como esa? ¿En que Cuba estamos pensando?
Nos encontramos de nuevo en una Etapa de Rediseño de Medidas. Pero lo que necesitamos, es que tales medidas diseñadas, una vez más, es que entren en funcionamiento.
El bloqueo continúa presionando sobre nosotros. Ya el presidente Biden cumplió sus primeros 100 días de gobierno y no ha hecho nada por cambiar la política hacia Cuba. Pareciendo estar dispuesto a esperar, para ver si Cuba, logra o no, superar la situación crítica por la que está atravesando.
Nuestra transición entonces, sigue considerando, ahora, una etapa en que, de nuevo, tenemos que avanzar bajo las presiones de la política norteamericana. Lo que ha sido siempre una particularidad distintiva de la lucha cubana por la construcción del socialismo. Por lo que todo lo que Cuba ha conseguido hasta hoy, lo ha logrado bajo condiciones políticas apremiantes y muy difíciles.
Hoy nuestro país, asediado por la crisis económica y la Pandemia, está de nuevo, viviendo un ciclo de continuidad, bajo una administración norteamericana, que nos vuelve a presionar, por cuanto las 242 medidas de bloqueo, aplicadas por la administración Trump, han pasado a manos de Biden, como instrumentos de presión también, incumpliendo entonces, sus promesas de campaña. La administración Biden, no ha movido nada respecto a lo que declaro en la campaña, de que sería una nueva política hacia Cuba y las medidas tomadas contra nosotros, permanecen intactas.
Sin dudas, nuestra situación política interna, con grupos, tratando de moverla hacia la desestabilización, aunque no lo estén logrando. Y están siendo derrotados. De todos modos, la derecha anticubana y la propia administración de Biden, la sobredimensionan, viéndola como una oportunidad para cumplir sus propósitos destabilizadores.
A cuba, entonces, no le queda más remedio, que, en el corto plazo, trabajar fuertemente, por superar la situación interna, también matizada por una contrarrevolución, que Biden apoya, poniéndola sobre el cojín, del reciente Informe sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado.
Mayo 4 del 2021.
UNEAC.
El intercambio ACADEMICO con Estados Unidos, tiene varios aspectos.
Este se ha desplegado, en general, afectado por el estado de las relaciones entre ambos países, pero sin detenerse, comenzando hacia finales de la década de los años setenta. Específicamente en 1977, cuando viajo a los estados Unidos, la Primera Delegación Académica Cubana, invitada por la Universidad de Yale y que estuvo integrada por los siguientes Compañeros y Compañeras:
Dr. Oscar Pinos santos- Presidente
Dr. Roberto Fernández Retamar.
Dr. Manuel Moreno Fraginals.
Lic. María Gentiles.
Lic. Milagros Martínez Reynosa.
Dr. Esteban Morales Domínguez.
En esta ocasión, se produjeron visitas a New York, Washington y al VI Congreso de LASA (Latín American Estudies Asotiatión). En Houston, Texas.
Fue una coincidencia magnifica, que el 1 de septiembre comenzara a funcionar en Washington, la entonces Sección de Intereses de Cuba, bajo la dirección del Cro. Ramón sanchez Parodi, del cual recibimos un considerable apoyo.
Este intercambio se desarrolló por varias instituciones cubanas, como contraparte de las norteamericanas. Varias Universidades. Principalmente, La Universidad de La Habana. Además, participaban:
Centro de Investigaciones Sociales adjunto a las Universidades, destacándose el hoy Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de La Universidad de La Habana y el Centro de estudios de América.
Instituto de Historia de Cuba.
Otros centros de investigación fuera de la Universidades, como fueron en su momento, el Centro de Estudios de América, el Centro de Estudios Europeos, el Centro de Estudios de la Cultura Cubana Juan Marinello, el CIEM (Centro de Investigación de la Economía Mundial) y el Centro de Migraciones Internacionales, de la propia Universidad de La Habana.
Son muchas las instituciones que han participado, pero con una significación destacada, en el caso de las Universidades, Centros de Investigaciones de las Ciencias Sociales, pero de manera continua y sistemática La Universidad de La Habana. El intercambio se concentró principalmente en estos años en las Universidades y Centros de la provincia de la Habana, en particular de la Ciudad de La Habana.
En los Estados Unidos, a partir de 1977, marcado por el primer viaje de una Delegación Académica Cubana a los Estados Unidos, después del triunfo de la Revolución, la organización de latinoamericanistas Norteamericanos LASA (Latín American Studies Asotiatión) desempeño un papel fundamental en la construcción de los vínculos académicos entre Cuba y Estados Unidos. La Directiva de esta organización, tuvo un papel de primera línea en la obtención de financiamientos y becas para la presencia de delegaciones de académicos cubanos a sus congresos, colaborando sistemáticamente en proveer a los cubanos de vínculos y relaciones académicas en los Estados Unidos, que le fueron permitiendo una ampliación continua de las relaciones de Cuba con las instituciones académicas y universidades en los Estados Unidos. Aspecto en el que desempeñaron un papel relevante las Universidades de Yale, patrocinadora del primer intercambio académico, en 1977 y La Universidad John Hopkins, en Baltimore, en los años a partir de 1980.
En este primer periodo del intercambio, entre 1977-1981, participo el Grupo de Estudios Cubanos, dirigido por María Cristina Herrera, de Miami, quien había logrado nuclear a un grupo de cubano- americanos, interesados en iniciar intercambios académicos con Cuba. Entre los que vale la pena mencionar, por los niveles académicos ya alcanzados entonces, a los Doctores, Max Azicri y Carlos Diaz Alejandro (ya fallecidos) de Edimboro States Universiy el primero y de Yale University el segundo y al Dr. Carmelo Mesa Lago, de Pittsburgh Universty y Jorge Domínguez de Harvard University. Todos cubano-americanos.
Teniendo lugar en el año 1981 y 1982, el primer intercambio de delegaciones cubanas y norteamericanas, por 15 días en ambos países, los años mencionados. Bajo lo que se llamó el primer intercambio de “Turismo Científico” entre Cuba y Estados Unidos. Organizado por el entonces Departamento de Investigaciones Sobre Estados Unidos de La Universidad de La Habana, dirigido por Esteban Morales y el Programa Cuba de La John Hopkins University, dirigidos por Wayne Smith.
Siendo las Fundacion Ford y la Fundación MacArthur, principalmente la primera, las que tuvieron a su cargo el financiamiento para las actividades desplegadas entre 1977 y 1981.Que constituyeron la primera etapa del Intercambio. En que participaron, por la parte norteamericana. Riordan Roett y Bruce Bagley y Piero Gleijezes, profesores de SAIS (School Advanced International Studies) de la mencionada Universidad Norteamericana.
Toda esta actividad, realizada en esos años, es el verdadero comienzo del intercambio académico Cuba- Estados Unidos. Lamentablemente no reconocido por el informe, “Retreat From Reason “, elaborado bajo la dirección de Soraya castro Mariño y un Grupo Designado, desconociendo los orígenes del intercambio ya que, arbitrariamente, no menciona, como comenzó este realmente. Ni tampoco toma en consideración las personas que iniciaron el mismo. Wayne Smith y Esteban Morales. Este informe mencionado, sería muy criticado en Reunión de LASA.
Quien dirigió el proyecto de Informe mencionado, Soraya castro Mariño, ni siquiera formaba parte del CESEU (Centro de Estudios Sobre Estados Unidos, de la Universidad de La Habana) cuando estos intercambios comenzaron, ni aun, tampoco, cuando la Dirección del CESEU (Esteban Morales), firmo, junto al Decano George Packarg, de SAIS, el Convenio SAIS-CESEU, ique dio lugar al primer intercambio académico, extensivo a las visitas de investigadores entre ambas instituciones cubanas y norteamericanas, por 3 meses, en 1981.Por lo cual el informe confeccionado bajo esa dirección, deja al margen una etapa fundamental del intercambio académico Cuba-Estados Unidos.ii Que no permite conocer como realmente comenzó este intercambio. Y mucho menos, cuáles fueron las interioridades de su organización.
En el convenio firmado entonces, consta nuestra inconformidad, de que el intercambio solo tendría en cuenta a las Ciencias Sociales, no así nuestro interés en que el intercambio académico se extendiese a otras aéreas del conocimiento, que resultaban de particular interés a La Universidad de La Habana, como lo eran las áreas, de Ciencias Naturales y Exactas, Ciencias de la Computación, Física y Matemáticas. Lo cual se hacía entendible, a partir de que La Secretaria de Defensa de los Estados Unidos, cuenta con un Departamento, que vigila, muy de Cerca, todo lo que pueda representar una transferencia de tecnología y mucho más, tratándose de Cuba, que es considerada como un enemigo.
Como puede observarse claramente, además de la razón arriba explicada, el interés del intercambio, debía ser esencialmente político. Tal y como se demostró poco más adelante, al promoverse la realización de las “Conferencias Cuba-Estados Unidos en su Perspectiva Global”, las que sin dudas tenían el objetivo de comenzar a promover el debate sobre las Relaciones entre ambos Países. Lo que se correspondía perfectamente, con el interés mostrado por la Vicepresidencia de la Fundación Ford, que nos recibió en su sede de Nueva York, cuando fuimos a negociar el financiamiento para el intercambio académico, ocasión en que se nos dijo, por un Vicepresidente, lo siguiente: “Pensamos, que mientras peor estén las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, más interés, nosotros tendremos, en financiar el intercambio, para que académicos cubanos y norteamericanos se sienten a debatir los problemas de las relaciones entre ambos Países “ . Mostrándose así el interés de estas instituciones, por proyectarse en el futuro de las relaciones políticas entre Cuba y Estados Unidos. Lo cual también resultaba un interés por parte de Cuba.
Y así se inició el intercambio académico, Cuba- Estados Unidos, que desde entonces comenzó a tener las vertientes de actividad siguientes:
La participación sistemática de académicos cubanos en las conferencias de LASA, que entonces se celebraban cada 18 meses. Proveyendo a cada miembro de la delegación de pasaje y beca para sus gastos. Estos después se hacían más selectivamente, pero al principio se le otorgaba a todos los que integraban la delegación cubana.
Las instituciones Académicas y Universidades Norteamericanas, proveían también pasajes, gastos de viaje e invitaciones, para, aprovechando las fechas de las conferencias, repetir mini Encuentros en sus sedes. Invitando a los mismos académicos asistentes a LASA.
No pocas veces, las Universidades hacían coincidir sus invitaciones, con las fechas de LASA, para producir intercambios con los académicos cubanos, situación está que producía paulatinamente, un considerable incremento del intercambio con las instituciones norteamericanas.
Casi siempre se presentaban dificultades con algunos visados, que dependían de la coyuntura política, pero en general, para LASA, se otorgaban bastantes visas. Lo cual, hacia evidente, que, dentro de las administraciones norteamericanas, existía interés por estos intercambios. Y no pocas veces, Miembros del Gobierno, asistían a las mismas.
También, desde LASA, se desplegaba una fuerte labor de solidaridad, para apoyar y exigir el otorgamiento de las visas, presionando dentro del Gobierno norteamericano. No pocas veces, hubo pronunciamientos y acciones de protesta al respecto, en las propias conferencias de LASA, en solidaridad con las delegaciones cubanas.
LASA funciona por Secciones y existe la Sección Cuba de LASA, que siempre ha desplegado una actividad muy positiva en la protección de los intereses académicos, e incluso, políticos de Cuba.
Así LASA, paulatinamente, devendría en un poderoso Lobby Académico sobre Cuba. Desde el cual, se atacaba al bloqueo y los cubanos disponíamos de una tribuna para debatir la política de Estados Unidos y defender los intereses de Cuba.
No pocas veces la derecha académica trato de intervenir, pero siempre les fue mal. Resultándonos un excelente campo de entrenamiento y debate ideológico. De modo que las administraciones, cada vez, le prestaban mayor atención a LASA y ello devino en un excelente centro de compilación de información y debate de los temas sobre Cuba. Oportunidad para poder calibrar las situaciones respecto a Cuba y también que la información sobre Cuba, fuera entrando a Estados Unidos, por otros canales más objetivos. Hacer muchos amigos, y encontrar aliados, con los que no era difícil coordinar actividades y entablar múltiples vínculos y relaciones. Que se mantienen hasta hoy.
Sin dudas LASA fue desde 1977, el escenario más importante del intercambio académico y el debate sobre las relaciones entre ambos países en estos años.
El segundo escenario, más importante, lo fueron las “Conferencias Cuba-Estados Unidos en su Perspectiva Global”. Bajo la dirección de Wayne Smith, del Programa Cuba de la John Hopkins University y Esteban Morales del CESEU, de La Universidad de la habana.
De estas conferencias se celebraron un total de ocho, tres en Canadá, tres en Méjico y dos en Cuba. En Canadá, emergieron así las relaciones con la Mcgill University y otras Instituciones Académicas canadienses. Que también, comenzaron a invitar a cubanos ya celebrar conferencias académicas. Los canadienses tenían también su LASA y no pocos cubanos, comenzaron a participar en esas conferencias.
Con una agenda previamente acordada y delegaciones seleccionadas por ambas partes, se debatían los asuntos más importantes de las relaciones entre ambos países. Que correspondían a la coyuntura política en que se celebraban cada una de las conferencian.
Participaban cubanos de Cuba, cubanos de Estados Unidos y norteamericanos. Buscando siempre un expectro ideológico de posiciones que nos permitiera conocer las diferentes actitudes respecto a un mismo asunto, relacionado con las relaciones Cuba-Estados Unidos.
Como resultado de estas conferencias y las actividades de LASA, comenzaron a emerger una serie de producciones académicas, consistentes en ponencias, libros, y borradores de investigaciones, que eran intercambiados, discutidos en Grupos de Trabajo Académico y posteriromente publicados.
Al mismo tiempo, que funcionaban los llamados Working Groups, o Grupos de Trabajo, casi siempre integrados por 4 especialistas de ambos lados, que debatían sobre un tema específico, para producir un libro o una monografía, que después resultaba siempre publicada.iii
Sin dudas, esta experiencia, que resultó muy positiva, desempeño un papel fundamental, en el conocimiento sobre Cuba en los Estados Unidos. Además, de servir, para variar la percepción que existía en los Estados Unidos, acerca de los problemas que se debatían en el mundo académico norteamericano sobre Cuba.
Tales debates y sus resultados, contaban con un nivel académico y científico apreciable, que terminaron impidiendo un manejo superficial y propagandísticos de los temas sobre Cuba y de las relaciones entre ambos países. Por lo que el intercambio sirvió también, para restarle presencia y efectividad, a la propaganda grotesca sobre Cuba. Por lo que se fue imponiendo, también, el que nadie, se atreviese a hablar de un tema, para atacar a Cuba, dado que estos eran abordados con mucho nivel científico. Por lo que los simples propagandistas, paulatinamente desaparecieron. Dando lugar al dominio de un intercambio serio y científico, en el que muy pocos se atrevían a entrar. Ante el peligro de quedar desprestigiados.
La ausencia de contactos existente, hasta 1977, hacía que de Cuba, prácticamente, no se hablase casi nada, ni que los medios serios reflejasen los problemas entre ambos países, así como que la poca información existente sobre Cuba, entrase solo por los canales de la derecha. A partir de entonces, esta situación comenzó a cambiar de manera sensible.
Todo ese proceso de intercambio fue produciendo un fenómeno de decantación de las opiniones sobre Cuba, dentro del mundo académico norteamericano, en el que se fueron delimitando claramente dos posiciones. Así como, una influencia informativa dentro de Estados Unidos, sobre el tema de las relaciones y sobre Cuba misma, que comenzó a desempeñar un papel muy importante en el cambio de las percepciones sobre Cuba y de su liderazgo político en los Estados Unidos.
Los académicos norteamericanos, en particular, dentro de los marcos de los múltiples debates y el trabajo conjunto entre ambas partes, fueron aproximando sus posiciones y visiones a las de la parte cubana.
Los que definitivamente se alejaron de las posiciones cubanas, casi todos cubanos- americanos, que fueron acercándose, por múltiples vías, a las posiciones de la derecha, en la política hacia Cuba, las pasaban muy mal. Encontrándose en minoría, tanto política como científicamente.
Pero algo muy importante también, fue, el cambio de percepciones sobre Cuba, que todo este debate contribuyo a generar en la realidad política interna norteamericana.
No hubo términos medios. La consecuente política agresiva, por parte de todas las administraciones norteamericanas, después de los intentos de acercamiento de Kennedy en 1963 y los de James Carter en 1977, dividieron nítidamente el campo de batalla académico norteamericano, respecto a las posiciones sobre Cuba .Unos, se definieron conscientemente por la derecha; otros decayeron, en su interés de tomar a Cuba como un asunto de negocio, pues, bajo el peso de los dineros para producir alternativas de política hacia Cuba, (Ejemplo de lo cual fue el Proyecto Cuba en Transición) ya no rendía frutos. En realidad, muy pocos académicos norteamericanos asumieron entonces y asumen hoy, posiciones de derecha en la política hacia Cuba. Esas han quedado fundamentalmente, para los sectores políticos, de extrema derecha, principalmente dentro de la Comunidad Cubana, que apenas, cuentan con académicos que se les sumen. Por lo que han retornado al lugar, del que nunca salieron, los ataques y la propaganda burda sobre Cuba.
Al mismo tiempo, el cambio de percepciones que comenzó a producirse, genero un escenario positivo y la necesidad del cambio de política que entonces comenzó a producirse. Y que Obama capitalizo, a partir de entonces, en particular, la academia norteamericana, en relación con Cuba, comenzó a dividirse entre ganadores y perdedores. Los primeros, no han tenido que esperar por estos días que corren, para sentirse reafirmados; los segundos, fueron viendo, como la realidad interna de Estados Unidos, la de Cuba y la realidad internacional, se coaligaban, poco a poco, para mostrarles que estaban en el lado equivocado. No siendo necesario mencionar nombres.
Muchos cubanos y norteamericanos, menos cubanos-americanos, participaron en esta experiencia. Aportando sus esfuerzos e inteligencias. Todos merecen agradecimiento. Algunos de ellos, con una actitud muy seria y solidaria, que crece y se mantiene hasta los días que corren.
Hoy, no disponemos de un movimiento académico como el desplegado entonces, pero no quiere decir, que no lo necesitemos. Ni que haya desaparecido. Ahora lo necesitamos más que nunca. Porque el debate será más sutil, complejo y largo. Deviniendo, como lo es ahora, en una verdadera guerra cultural. Dentro de la cual, se necesita mucho más, debatir, de modo profundo y en términos exactos, los problemas, para que el tema de las relaciones entre ambos países, no retroceda a sus peores momentos, como algunos pretenden. Es mucho lo que ya se ha avanzado hasta aquí, para perder lo ganado. Aunque no creamos tampoco, que, dentro de Cuba, la estrategia del intercambio académico, no tuvo también sus detractores. Que siempre han pensado, que el modo en que mejor nos defendemos de los Estados Unidos, es manteniéndonos lo más lejos posible.
Capa Blanca decía que : “No hay mejor defensa que el contraataque”.
Mayo 7 del 2021.
ii Retreat from Reason. U; S: Cuban Academic Relations and the Bush Administration.2006. Latin American Working Group, Education Fund.USA.2006.
iii Resulta imposible contabilizar cuantos resultados se produjeron de toda esta actividad académica. A la que debemos agregar, los resultados que se producían de las visitas de nuestros académicos a las universidades y centro de investigación mutuos.
Es cierto que el Presidente Biden tiene muchos problemas que atender.
Y Cuba no está entre las prioridades más importantes, ni siquiera creo que sea una prioridad.
No obstante, muchos cubanos de ambos lados del Estrecho de La Florida, continúan padeciendo como si Trump estuviese todavía en la presidencia. Lo cual es una paradoja insufrible. Más para quien dijo, desde la campaña presidencial, que seguiría la política de Obama. De buena recordación para mayoría de los cubanos.
No se trata de una exigencia política, Sr, presidente, sino de un asunto humano. Madres, hijos, padres, sufren de ambos lados, porque no pueden recibir o enviar remesas, visitar a sus seres queridos, hacerles llegar o recibir medicinas, alimentos, etc. Pero hasta ahora, todos continúan siendo víctimas, como si Trump, de nuevo, continuara controlándolo todo.
Las cuestiones políticas, por ser más complejas, pudieran esperar un poco más. Pero ¿Ud. no cree que en los asuntos humanitarios debiera apurarse un poco?
No pienso que sea tan complejo volver a echar andar lo de los visados, los vuelos, las visitas mutuas, los intercambios pueblo a pueblo, las remesas, permitir el turismo, dar ciertas facilidades económicas. Yo sé que es un poquito más complejo quitarnos de encima la infame medida de Trump, de declararnos en la lista de países que protegen el terrorismo. Una infamia, porque es Cuba la que ha sufrido el terrorismo venido de allá. No obstante, Ud. debe tomar en consideración, que tanto dentro como fuera de Estados Unidos, se trató de una medida en extremo impopular. Junto a las 240 medidas agresivas, que ya Trump había tomado contra Cuba. Sea consciente, de que esa última medida la adoptaba para hacerle las cosas más difíciles a Usted. Lo cual se propuso, él muy cobarde, cuando ya se vio perdido.
En realidad, no observo que sea un problema, que al mismo tiempo que Ud. atiende sus prioridades, eche a andar las medidas con relación a Cuba. Para lo cual todo está dicho y más que negociado, no habría, para comenzar, que inventar nada nuevo. Todo está contenido en su promesa de retornar a la politica de Obama. Qué gano una popularidad interna bastante considerable. Además, disponiendo de dos personas nombradas y ya aceptadas, que han manejado de manera muy eficiente, los asuntos e Cuba.
¿A qué le teme Ud. Sr. Presidente? A menos que nos salga con el discurso de que “a donde dije digo, digo diego”. No haga sufrir más a los cubanos de ambos lados, acabe de apurar, aunque sea un poco, el cumplimiento de sus promesas de campaña.
Aunque también conocemos la historia de que una cosa se dice durante la campaña y otra cuando ya se está en la presidencia. Aunque no creo sinceramente que ese sea su caso. Me parece Ud. un político un poco más serio.
Me permito recordarle que Ud. tiene la tarea también de enterrar los funestos años de Trump. Y para eso, es importante que logre mostrar que puede Ud. hacerlo todo mejor. Ninguna de las tareas que tiene, chocan con variar la politica hacia Cuba. Estoy seguro que muchos, tanto dentro, como fuera de los Estados Unidos, lo apoyaran. Más de 80 congresistas lo siguen, muchos grupos sociales interesados: académicos, intelectuales, religiosos, afronorteamericanos, ciudadanos simples y otros. Se trata de algo en lo que también puede ganar espacio a las intenciones de Trump, de recuperar el congreso en el 2022 y ganar la presidencia en el 2024.Locura de la cual se cree capaz. A pesar de haber sido, el Presidente más desastroso de la historia americana.
Cuba como nación, ya goza de mucha popularidad en los Estados Unidos. Y en el mundo también. Sobre todo, dentro de esa parte buena, que ve en la politica de bloqueo un crimen de lesa humanidad, contra Cuba.
Muestre consecuencia también en la politica hacia Cuba y estoy seguro que eso le hará ganar en credibilidad, para el resto de las tareas que debe cumplir.
El pueblo norteamericano es un pueblo noble, trabajador, amante de su país, que cuando la realidad le permite apartarse de la mentira, está en condiciones, mayoritariamente, de aliarse a las causas más nobles. Mire Vietnam, la lucha por los derechos civiles, la lucha contra el racismo, los deseos de acercarse a otros pueblos, etc. Trump trato de envenenar al pueblo de Estados Unidos, mientras que Usted tiene la tarea y la capacidad para hacerlos volver al camino de la verdad, la unidad, la nobleza, el amor a la nación, salir del engaño. Y eso solo puede conseguirlo, siendo consecuente con la solución de los problemas que se ha propuesto resolver: la pandemia, la crisis económica, la unidad, la migración, el racismo y la discriminación, en las relaciones con sus aliados, también la fallida política de bloqueo contra Cuba.
Cuba es un vecino cercano, que no odia al pueblo norteamericano. Porque a pesar de todo lo que las políticas de Estados Unidos le han hecho sufrir, nunca Cuba albergo odio alguno hacia el pueblo de los Estados Unidos.
Han pasado 100 días de su mandato presidencial y Ud. no ha hecho nada por mejorar la política hacia Cuba. Incluso, mantiene las 242 medidas de bloqueo
puestas en práctica por Trump que ya Ud. ha hecho suyas. Además, su primera proyección respecto a Cuba, ha sido volver acusarnos de violar la democracia y los derechos humanos. Lo cual Ud. refuerza, manteniendo a Cuba en la lista de países que promueven el terrorismo, cuando ud. sabe, que han sido los Estados Unidos quienes aplican medidas terroristas de Estado contra Cuba; nos han invadido, han apoyado otras medidas paramilitares agresivas contra Cuba y nos agreden continuamente.
Ahora bajo su mandato, Agencias norteamericanas, continúan dando dinero para la subversión en Cuba y como si fuera poco, desde su territorio, personas enemigas, pagan en Cuba, actividades subversivas contra nuestro pueblo.
Entonces, Sr. Presidente, parece, no tenemos que esperar que Ud. cumpla con las promesas de campaña, pues ya está siguiendo, casi, la misma política agresiva de Trump contra Cuba. Respecto a Cuba, usted. Hace lo mismo que Trump.
Además, nos resulta muy peligroso, ver, que ya pasaron los primeros 100 días de mandato y no ha dicho nada sobre la política hacia Cuba, pero toma acciones contra ella. Acusándonos de violar los derechos humanos, dejando pasar las 242 medidas que Trump adopto contra Cuba y manteniéndonos en la lista de países que promueven el terrorismo.
¿Qué nos está ocultando Ud. Presidente?
¿Con que nos quiere engañar y sorprender Sr. Presidente?
Disculpe la desconfianza, pero, nos parece Ud. más dispuesto a seguir la misma política fracasada contra Cuba, ya por más de 60 años, que a cumplir sus promesas de campaña.
Por si acaso, le decimos, que no se ilusione, ni sobredimensione las dificultades por las que Cuba está atravesando ahora. Que nuestro pueblo y gobierno muy unidos, están trabajando fuerte para vencerlas. Y las estamos venciendo. Al mismo tiempo, que la solidaridad, que estamos recibiendo, en parte del propio pueblo norteamericano y del mundo, es muy sólida. Aunque siempre nos hemos jugado todo, confiando, en primer lugar, en nuestras fortalezas internas. Aunque agradecemos a los amigos. Sabemos que somos nosotros, los primeros que debemos ayudarnos, para que la ayuda que nos viene de afuera, nos sea fructífera.
Tome consejos Sr. Presidente, para que no le pase lo mismo que le ha pasado ya a otros en los últimos más de 60 años.
Mayo 9 del 2021Perspectives from Havana: Do Cuba-US relations have a future? (Week 5 of 5)
Like the rest of the world, Havana and Cuba have just completed the
first full year of Covid 19. It has done so with the full force of the
U.S. embargo on its neck, including additional measures enacted by the
Trump administration and so far not modified or removed by the Biden
administration. What has Havana been like the past year? What is it
like now? What have been the major challenges and achievements?
It is true that President Biden has a lot of problems to deal with. (FACEBOOK).
And Cuba is not among the top priorities. I don't even think it could be a priority for them.
Nevertheless, Cubans on both sides of the Florida Straits continue to suffer as if Trump were still in office. Which is an insufferable paradox. More so for someone who said in his presidential campaign that he would follow Obama's policies. A fond memory for most Cubans.
This is not a political issue, Mr. President: It’s a human issue. Mothers, children, fathers, suffer on both sides because they cannot receive or send remittances, visit their loved ones, send or receive medicine, food, and more. So far all these people continue to be victims as if Trump still controls everything.
The political issues, being more complex, could wait a little longer. But don't you think that humanitarian issues should be rushed a bit?
I don't think it would be so complicated to get back on track with visas, flights, mutual visits, people-to-people exchanges, remittances, allowing tourism, providing certain economic facilities. I know that it is a little more complex to get rid of Trump's infamous measure of declaring us on the list of countries that protect terrorism. An infamy, because it is Cuba that has suffered from terrorism coming from over there, from the U.S. However, you should take into consideration that both inside and outside the United States, this declaration putting us on the terrorism list was an extremely unpopular measure. Along with all the other 240 aggressive measures that Trump had already taken against Cuba. It’s clear that this last measure was taken to make things more difficult for you. The action of a coward who saw that he had already lost.
Actually, I do not see that it is a problem that at the same time that you are attending to your priorities, you launching measures in relation to Cuba. Everything has been said and more than negotiated, so there would be no need to invent anything new to begin with. Everything is contained in his promise to return to Obama's policy. He has gained considerable domestic popularity. Besides having two people already appointed and accepted who have handled Cuba's affairs in the past very efficiently.
What are you afraid of, Mr. President? Unless you come out with the speech that says “whatever it is I said, I said I didn’t say.” Don't make the Cubans on both sides suffer any more, just hurry up, even a little, the fulfillment of your campaign promises.
Although we also know the story that one thing is said during the campaign and another when you are already in office. Although I do not sincerely believe that this is your case. You seem to me to be a more serious politician.
May I remind you that you also have the task of burying the disastrous Trump years. And for that, it is important that you manage to show that you can do everything better. None of the tasks you have clash with changing your Cuba policy. I am sure that many, both inside and outside the United States, will support you. More than 80 congressmen follow you, many interested social groups: academics, intellectuals, religious, African Americans, simple citizens and others. It’s an area where Trump also can gain space for his intention to win back the Congress in 2022 and win the presidency in 2024, a madness he believes he is capable of. Despite having been, the most disastrous President in U.S. history.
Cuba as a nation already enjoys great popularity in the United States. And in the world as well. Above all, within those circles that see the blockade policy against Cuba as a crime against humanity.
Demonstrate substance in your policy towards Cuba and I am sure that this will ensure you gain credibility for the rest of the tasks you have to fulfill.
The American people are a noble, hard-working, country-loving people who, when reality allows them to move away from lies, are for the most part in a position to ally themselves with the noblest of causes. Look at the opposition to Vietnam, the fight for civil rights, the fight against racism, the desire to reach out to other peoples, etc. Trump tried to poison the people of the United States, while you have the task and the ability to bring them back to the path of truth, unity, nobility, love for the nation, to get out of the deception. And that can only be achieved by being consistent with the solution of the problems you have proposed to solve: the pandemic, the economic crisis, unity, migration, racism and discrimination, in relations with your allies, also the failed policy of blockade against Cuba.
Cuba is a close neighbor, which does not hate the American people. Because despite all that U.S. policies have made it suffer, Cuba has never harbored any hatred towards the people of the United States.
It has been 100 days of your presidential term and you have done nothing to improve Cuba policy. You even maintain the 242 blockade measures implemented by Trump that you have already made your own. Moreover, your first statement directed at Cuba has been to accuse us once again of violating democracy and human rights. You reinforce this by keeping Cuba on the list of countries that promote terrorism, when you know that it has been the United States that has applied State terrorist measures against Cuba; It is the U.S. that has invaded us, that has supported other aggressive paramilitary measures against Cuba and continuously attack us.
Now, under your mandate, U.S. agencies continue to give money for subversion in Cuba and, as if that were not enough, enemies of Cuba people payout money to subversives for activities here against our people, in Cuba.
So, Mr. President, it seems we shouldn’t wait for you to fulfill your campaign promises, since you are already following practically to the letter the same aggressive policy of Trump against Cuba. To put it another way: You are doing to Cuba the same as Trump.
Moreover, we find it very dangerous, very threatening that you have already spent the first 100 days in office not saying anything about policy towards Cuba but you are taking actions against us. Accusing us of violating human rights, leaving in place the 242 measures that Trump adopted against Cuba and keeping us on the list of countries that promote terrorism.
What are you hiding from us, President?
What are you trying to deceive and surprise us with, Mr. President?
Excuse our mistrust, but, it seems to us that you are more willing to follow the same failed policy against Cuba going on for more than 60 years than to fulfill your campaign promises.
Just in case, we tell you, do not get your hopes up, and don’t be fooled by the difficulties Cuba is going through right now. Our people and our government are very united and are working hard to overcome them. And we are overcoming them. And at the same time we are receiving solidarity of the highest order from not just the rest of the world but from the American people and the world. Although we have always put everything on the line, trusting first of all in our internal strengths; although we are grateful to our friends; we know that we are the first ones who must help ourselves for the help that comes from outside to be fruitful.
Take heed, Mr. President, that the same thing that has happened to others over the past 60 years does not happen to you.
Presentation by Cole Harrison (Massachusetts Peace Action)
“Is there a future for Cuba-US relations?” Estéban Morales is in a unique position to address this question: As well as being an economist, political scientist and member of Cuba’s Academy of Sciences, he is founder of the University of Havana’s Center for the Study of the United States and for 20 years served as its director. He is well known at home and abroad for his broad knowledge, provocative thinking, and deep analysis on both domestic and international questions. (6 pm. Eastern).
In the final presentation in the series, “Perspectives from Havana in the Year of the Embargo and Covid-19,” Estéban Morales presented a subtle dialectical understanding of United States/Cuban Revolution and what needs to be done to advance the possibility of Cuba transitioning to socialism. Several issues were highlighted by Estéban:
First, the embargo has created Cuban victims on the island and their relatives in the United States. President Trump added 242 orders designed to cripple the Cuban economy and starve the people so that the Revolution would crumble from within. Not only have these draconian measures exacerbated the pain and suffering of Cubans on the island but they have increased the suffering of their relatives living in the United States who send remittances to their loved ones and desire to visit them as well.
Second, the new Biden Administration in its first 100 days has failed to reverse these administrative directives and has made no moves to return to Obama era policies of diplomatic and economic interaction between the United States and Cuba. Estéban suggested President Biden may hope that a continuation of Trump era policies would stimulate the disintegration of the Revolution from within. It is hoped that not only would such a disintegration eliminate a Revolution with worldwide support, it would revitalize Cuban American support for the Democratic Party. But Estéban pointed that United States citizens today prefer an end to the embargo and traditional US hostility toward Cuba. The Florida of today, even including Cuban Americans, is not what it used to be twenty years ago. Now majorities of Cuban Americans would support an end to the embargo. Only small numbers of politicians, such as Senator Menendez of New Jersey, remain as political anachronisms. They are a kind of “Cuban American mafia” who are losing support.
But Professor Morales pointed out that while the US embargo was a serious impediment to the success of the Revolution, the main defense of it requires economic change in Cuba itself. He argued that dissidents preyed on the economic suffering of significant sectors of the population. Cuba, he said, is in a stage of economic “transition:” It is not capitalist and it is not socialist. Cubans have been talking about this transition for years now, including re-endorsing it at the recently completed Eighth Cuban Communist Party Congress. Now is the time to put words into policy: that is, stimulating economic development. This includes increasing food production, expanding exports, and reducing imports. In this transitional stage Cuba must maintain and reform the state sector, expand private enterprises and markets, encourage more foreign investment, and continue the growth of cooperatives.
In short Professor Morales condemned the Biden Administration’s continuation of the Trump program to overthrow the Cuban Revolution. While Cubans and solidarity organizations around the world must continue to organize against US imperial policies, the Cubans themselves have the primary task of economic reconstruction; building a transitional economy based upon state and private institutions, markets and cooperatives, and foreign investment. If successful. economic productivity, enhancing the historical achievements in healthcare and education, will build a more robust economy that will lift the Cuban people out of relative poverty. Economic development then would reduce the soil in which counter-revolution, often externally initiated, occurs.
Esteban Morales Domínguez
Ha concluido la Primera parte del VIII Congreso del Partido.
La segunda, que para mí es la más importante, será cuando los núcleos del partido, revisen los discursos y documentos, poniendo en práctica los resultados obtenidos. Es decir, les den vida a las políticas aprobadas.
No me voy a referir a todo lo que debatió el cónclave. Fue demasiado rico, para lograr abarcarlo en solo un artículo. Vendrán otros, según podamos ir madurando sus resultados.
En principio, me interesa lo que tiene que ver de manera directa con el Trabajo Ideológico. Como intelectual, es lo que más me motiva y más me preocupa también.
Hubo tres áreas de trabajo que resultaron fuertemente criticadas en él Informe Central. Yo diría, que como nunca antes en un congreso.
Estas fueron:
-El trabajo ideológico.
-La prensa. (también parte del trabajo ideológico)
-El Reordenamiento Económico.
Puntos vitales para la supervivencia de la Revolución en esta etapa, en que la guerra con el enemigo es a pensamiento. Momento, en que los que no logran ver, cuál es la prioridad, no sobrevivirán.
Las fuertes críticas, al trabajo ideológico, tomaron su expresión más evidente y acabada, en que los cuadros que atendían estas actividades, no quedaron, no solo en el Buró Político, o el Secretariado, donde estaban, sino tampoco, en el Comité Central.
El Departamento Ideológico sufre cambios. Es evidente que el partido se percató, de que en esa área íbamos mal, que hacía falta un cambio profundo, como varios hemos pensado hace tiempo. Y el congreso dictaminó, con la crítica y el voto. No quedaron en el comité central, ninguno de los cuadros encargados del trabajo ideológico. Algunos, hace más de cuarenta años que posiblemente, esperaban llegar al Comité central, ni tampoco, otros cuadros, de la más reciente hornada.
El discurso del Nuevo Secretario, encargado ahora del trabajo Ideológico, en la Mesa Redonda del día 22 de abril, parece ya haber anunciado la que será la nueva política. La que, al menos, discursivamente, indica que habrá cambios en el trabajo ideológico del partido.
Muchos, han sufrido por un tiempo prolongado, los errores del trabajo ideológico. No pocos, para ser críticos, a lo que el Cro. Primer Secretario, ha llamado tantas veces, tenían que arriesgarse a ser tildados de contrarrevolucionarios, incluso, perdiendo el carnet del partido, si lo tenían; otros revolucionarios sin carnet, que hay muchos, también corrían sus riesgos, aunque con menores consecuencias. Pues por eso el MINNT, no se lleva preso a nadie todavía. Pero las molestias, les venían a todos encima. Hemos sabido, por propia experiencia que nuestro Primer Secretario, tiene dos orejas en las plantas de los pies, que le permiten escuchar hacia abajo y parece que no le costó mucho trabajo captar las señales, que le llegaban desde buena parte de la militancia de base.
La intolerancia, el dogmatismo, el sectarismo, la ignorancia, provoca molestar, la prepotencia no pueden ser las reglas del juego. Y de eso se hizo uso en nuestro trabajo ideológico hasta ahora.
La obra es de todos y todos tenemos derecho a defenderla. Nadie puede ser excluido de esta tarea.
Y es la crítica revolucionaria, lo único que perfecciona la obra.
Ahora ganaremos, los que criticamos de la acera de acá, sabrán que lo pueden hacer; los que lo hacen desde la otra acera, se pondrán más en evidencia; los que se cansaron y se sentaron en sus casas, puede que vuelvan; y los que ya “tiraron la toalla”, morirán sin la gloria de haber luchado hasta el final, por la perfección de nuestra obra Revolucionaria.
Necesitamos un partido, que no confunda al crítico, con el enemigo; porque “hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado”. La obra no es perfecta y solo retocándola todos los días, es posible perfeccionarla y sobretodo, sentirse comprometidos con ella. Siempre se dijo que “Revolución es sumar”, como va ser, que ahora, cuando más necesitamos adicionar, vamos a aplicar la sustracción. Sumándonos, enemigos, cansados, frustrados, indolentes, defenestrados, encabronados.
Porque se dice que la crítica es válida, pero no se puede poner en práctica. Habiendo, el Cro. Raul llamado a la crítica, casi hasta el cansancio. Pareciendo como si hubiese algunos dispuestos a descarrilar su orden.
Solo la casta burocrática no acepta la crítica. Pues no le conviene, dado que esta siempre tratando de ver como se beneficia, sin que le cueste. Y sobre todo, sin verse obligados a rendir cuentas de lo que hacen. Por eso la crítica les resulta insoportable, inaceptable.
Entonces si la crítica revolucionaria, que es la que hacen los revolucionarios, no es identificada, bienvenida y defendida, el pueblo, pierde su principal arma para defenderse de los burócratas, los corruptos, los acomodados, los que siempre medran a costa de los recursos del pueblo. De los cuales, lamentablemente ya tenemos unos cuantos.
Pero además, en política, no hay nada más difícil que las alianzas, porque la masa es muy heterogénea, porque algunos aliados, se quedan en la primera estación, mientras otros te siguen hasta el final. Lo cual hay que tenerlo muy bien calibrado. Trabajar para conseguir aliados, es muy difícil con “un partido único”. Por eso, es el partido, el primero que debe defender la crítica. Y eso Raul, lo ha dicho muchas veces.
En ello no se pueden cometer errores, porque te quedas solo.
A eso nos llevaba el “trabajo ideológico” que ahora, ojalá estemos decididos a rectificar.
Hay que eliminar del escenario político, a esa “burocracia”, cuya única función ha sido irle arriba a la crítica, venga de donde venga. Sin deslindar la crítica por la crítica y la crítica contrarrevolucionaria, de la crítica revolucionaria.
Si lo logramos, el congreso entonces, será un éxito. Porque ahora así es, como de verdad, podríamos disfrutar del éxito del Congreso. Qué en su Primera Parte, ya cumplió su cometido.
Abril 26 del 2021.
Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Se puede hacer que la economía mejore. Acercándonos más al mercado, sin eliminar la propiedad estatal, ni la planificación. Pero haciendo esta última más flexible, desburocratizándola. Dándole mayor espacio a la propiedad privada. Pero ese entendimiento, aun no llega a la cabeza de algunos de nuestros dirigentes. Prevalece el miedo de que el capitalismo nos trague. Y eso es sinónimo de ignorancia. De cuál es la verdadera batalla con nuestra economía, que es una economía en transición. Sin la propiedad privada, no se puede construir el socialismo. Esa es la debilidad transicional, en la economía, para la construcción socialista. Tiene que competir con el capitalismo; por lo que, hay que reforzarla con el trabajo político-ideológico y el ejercicio del poder. Que lo tenemos, hicimos una Revolución verdadera.
Pero, si no logramos que todas las formas de propiedad: estatal, privada, cooperativa, inversión extranjera, funcionen juntas, en sistema y de manera coherente, la propia propiedad estatal, no va a vencer al nivel de capitalismo, que lleva implícita la transición. Nuestro problema es político-ideológico, no es económico. Es teórico, se trata de ignorar a fondo, lo que Marx dijo en La Crítica al programa de Gotha.
Por eso, hemos venido hacia atrás y hacia adelante. En círculos viciosos. Siempre posponiendo en el tiempo, las medidas que hemos concluido, en cada momento diseñar. Diseñamos y rediseñamos, pero sin poner en práctica.
Ahora el VIII Congreso nos ha servido para ver más claras las cosas.
Pero, hasta ahora, por eso, no acabamos de poner en funcionamiento el Trabajo por Cuenta Propia, creemos que podemos avanzar con inversiones solo grandes, cuando muchas inversiones pequeñas nos solucionarían grandes problemas. No ponemos en funcionamiento el dinero que está en las manos privadas; no permitimos al cubano simple invertir. Creemos que la agricultura la podemos hacer funcionar con medidas estatales excesivamente centralizadas. No aceptamos que la fuerza intelectual, pueda trabajar por cuenta propia. No aceptamos al promotor turístico privado.
No acabamos de rediseñar de manera integral la agricultura; solo hemos puesto parches. Vamos a ver, si con las medidas que acabamos de adoptar, funciona. La agricultura fue el “Talón de Aquiles”, de casi todos los ex países socialistas. Y en nuestro caso, no ha sido diferente, porque hemos cometido durante años, los mismos errores. Creo que ahora estamos en vías de rectificar. Las medidas adoptadas parecen buenas. No podemos volver equivocarnos, porque será la comida de “Liborio”, la que seguirá estando en peligro.
En la práctica, no tomamos medidas que de verdad desaten las fuerzas productivas. Más bien las frenamos. Por eso la economía no crece. Estamos endeudados hasta la medula, no hay alimentos suficientes, hemos incrementado los salarios y la seguridad social, no habiendo oferta suficiente que les den respuesta. No exportamos de manera suficiente; importamos demasiados alimentos, que se consumen y no producen beneficios. Y que podríamos producir.
La demanda ha crecido con la Nuevas Medidas Económicas, las qué han tenido problemas de diseños, e implementación. Los precios, con su incremento continuo, acaban con la población. Existe una gran desorganización y diría hasta una anarquía con los precios. En una cafetería privada, de la esquina de mi casa, una malta vale 45 pesos, un refresco cualquiera 40, una caja de jugo 100, una cerveza 100, un refresco de manzana 50, etc. Conviertan eso a lo que valía antes un cuc, que pagaba 24 pesos. Una libra de carne de puerco 100 pesos.
Me parece que esos precios, están muy por encima de lo que antes se pagaba con un cuc. Cuando un refresco costaba 10 pesos y una libra de carne de puerco 40. ¿Puede considerarse que las medias monetarias nos han beneficiado? No, porque la inflación descontrolada, está acabando con nosotros.
El comercio, no sé dónde no, está vendiendo a los precios que les da la gana. Y no veo inspectores que actúen contra ellos, al menos aquí en La Habana. Es posible que, en el interior, haya más control. Los he visto por la televisión en las Provincias. Esto sin dudas, es un asunto en las estructuras locales están llamadas a desempeñar un papel fundamental.
Pero se observa claramente, que el comercio, sé esta llenado los bolsillos, aprovechando la confusión.
La Pandemia ha incrementado nuestras erogaciones de recursos y dinero, sin haber crecimiento económico. En realidad, no sé de dónde nuestro Gobierno saca el dinero, para tales esfuerzos. Claro, eso me hace entender mejor, lo que es un gobierno que no roba. Porque lo que se ve en Centroamérica, por ejemplo, es un verdadero desastre.
Nuestra gente, no hace más que decir: “Que mala está la cosa”. Esa categoría cosa, que lo abarca todo.
Hasta cuando pensamos que podremos aguantar esta situación, con nuestra incapacidad de hacer crecer la economía. Si no hacemos crecer la economía y rápido, nos vamos a hundir. Recientemente nuestro Presidente diría, “que no hay lugar para el largo plazo”. Y tiene toda la razón.
Nuestro pueblo ha demostrado ser un pueblo revolucionario, con capacidad para el sacrificio. ¿Pero hasta cuándo podrá aguantar? Ya en el estado de ánimo de la gente, se están manifestando las dificultades que atravesamos.
El bloqueo de estados Unidos nos aprieta al máximo. Y ya las 242 medidas de Trump contra Cuba, es evidente, que Biden las ha asumido como suyas. Como político oportunista al fin. Sabe que les puede sacar provecho y las está dejando pasar.
¿Eso, que acabamos de decir, es una casualidad? No, no lo es. Biden Espera que la contrarrevolución interna y el bloqueo, les resuelvan la tarea de acabar con Cuba.
Biden está dispuesto a pagar el precio de disgustarse con Obama, si así fuera, también la posibilidad de volver a la aplicación de una política hacia Cuba, que mostro hace mucho tiempo, ser un fracaso. Por tratar de jugársela con una situación, interna en Cuba, con la que podría demostrar a la extrema derecha, de que ahora, si se puede acabar con nosotros.
Estamos llegando una situación, en la que, al pueblo, más bien, a parte del, le podría dar lo mismo, hacia dónde vamos, con tal de salir de la crisis en que estamos. Ese es el error más grande al que nos induce la situación. Porque eso significaría perder la Revolución. Que tanto ha logrado. Que tanto le ha dado a ese mismo pueblo.
Muchos estamos dispuestos a resistir, pero la masa heterogénea, se está moviendo en otras direcciones. San isidro, N-27, Huelgas de hambre; actos contrarrevolucionarios. No hay más que mirar en Facebook, para darnos cuenta, como se mueve la contrarrevolución, cuantos ya se han desencantado, cuántos han “tirado la toalla” y como se mueve el enemigo externo, esperanzado con nuestra grave situación.
La contrarrevolución, sabemos que no es cubana, es una estrategia imperial norteamericana, construida desde afuera, para acabar con Cuba. Y nuestra situación interna, que siempre he dicho, es la variable fundamental, está en unas condiciones, propicias, para que la contrarrevolución pueda hacerse ilusiones, pensando, que este es el momento.
Yo creo que no. Exhibimos aún muchas potencialidades para defendernos del enemigo. Pero este se quía por percepciones que siempre sobredimensiona. Y en ello, hay un peligro latente, que se equivoque, que se lance con todo, pensando que lo lograra. Y debemos estar preparado para un momento como ese.
Los de adentro, guiados por Estados Unidos, a su vez, se envalentonan, desbarran más que nunca, ofenden, reciben dinero para realizar acciones, que unas veces, son simplemente antisociales, pero otras son abiertamente contrarrevolucionarias. No se lanzan a la calle, porque aún no tienen masa, programa, ni líderes, pero si seguimos como vamos, no rectificamos, en cualquier momento, como en San Isidro, se las ponemos en las manos. Allí ha crecido un cáncer, dentro de un organismo, que aún es salvable. Pero debemos actuar con inteligencia, para salvar la parte sana. Sobre todo, debemos actuar, con la claridad aportada por el VIII Congreso, de cambiar el trabajo ideológico, desde tal y como este se venía haciendo. Porque san Isidro es también[M1] fruto de errores en nuestro trabajo político-ideológico. (ver del Autor: El llamado caso San Isidro)
Es verdad que nuestro pueblo se está moviendo, los jóvenes, sobre todo; han crecido nuestros aliados externos, las caravanas contra el bloqueo son un ejemplo de ello. El mundo se está moviendo a favor de Cuba y contra Estados Unidos. Lo están haciendo más que nunca. Pero no nos confundamos, nuestro problema fundamental es interno, con la economía y la concepción con que la hemos estado abordando. Y desde afuera, nos podrán ayudar, sólo, si nosotros mismos nos ayudamos.
No es huyéndole al capitalismo, como vamos a salvar la situación. Es dándole al mercado el lugar que debe tener, dentro de una economía, que es de transición. No es capitalista, pero tampoco aun es socialista. Y si no entendemos esa dialéctica y no actuamos en correspondencia con ella, vamos a continuar dando vueltas, sin hacer crecer nuestro PIB.
En medio de nuestra situación económica. La contrarrevolución interna, está tomando fuerza. Aun se comportan cobardemente, buscando un mártir que los potencie. Pero un loco, un estúpido, uno dispuesto a sacrificarse, puede aparecer en cualquier parte. No será la primera vez. Sobre todo, si la violencia se exacerba y algún miembro de nuestras fuerzas, comete un error. Lo cual les daría una bandera, que contribuiría aún más, a darle razones y motivos a Estados Unidos y sus acólitos, para complicarnos más la situación, con el Bloqueo, Los derechos humanos, la Lista de países terroristas, etc.
Estados Unidos, Biden, continuara esperando. Y somos nosotros los que debemos demostrarle, que no vale la pena su “compás de espera”. Eso no nos vendrá de otra parte; de amigos, ni de enemigos, vendrá de la capacidad que tengamos de superar la actual coyuntura.
Febrero 27 del 2021
Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Yo creo que lo que allí ocurre es consecuencia de no haber atendido a tiempo cuatro asuntos fundamentales:
1- Las condiciones de marginalidad de algunos de nuestros barrios en La Habana.
2-La desatención o demora en reconocer y utilizar a las Ciencias Sociales.
3- A pesar de la alerta temprana de Fidel, haber desatendido, durante mucho tiempo, la cuestión racial.
4-Algunas deficiencias en nuestro trabajo político-ideológico.
Sobre los tres últimos puntos, he alertado bastante.
Pero a resultas de mis alertas, más nunca me llamaron a la Mesa Redonda, cuando aparecen las caras de sus protagonistas, la mía nunca esta. A pesar de haber estado, de manera individual, entre los que más ha concurrido a la Mesa Redonda.
Ninguno de los que me publicaban ahora me publican. No me han llamado más a la Televisión Cubana. Suerte que TELESUR me dio trabajo.
Múltiples trabajos también he escrito sobre la cuestión racial, tres libros y decenas artículos, alertando siempre sobre el papel que deben jugar las Ciencias Sociales y sobre la importancia del trabajo ideológico. De los cuales seguro, ustedes han leído alguno. En ellos he tenido que librar, no pocas batallas, para que no me acusen de racista, acepten mis criticas como necesarias y no crean, qué por viajar mucho a los Estados Unidos, esas cosas las he traído de allá. De lo cual no pocas veces se me ha acusado. Cuando el racismo y la discriminación no los trajo nadie, de ninguna parte. Están aquí, porque nacieron, con nosotros, como nación. Y de aquí los eliminaremos algún día. Para gloria de todos los cubanos. Ya se trabaja en ello.
Tenemos barrios marginales, qué conozco muy bien, pues los he visitado, para que nadie me cuente. Y, además, porque cuando tuve que venir de mi pueblo, hacia La Habana, en octubre de 1958, viví, más allá del triunfo de la Revolución, en el barrio Jesus Maria, en la calle Vives No. 258 entre Alambique y San Nicolás. Conozco muy bien el Barrio, porque participe en la Coubre, allí ingrese en los Jóvenes Rebeldes y trabaje en la Dirección Provincial del 26 de Julio, que quedaba en Arroyo y 27.
En esos barrios, el nivel de vida es muy bajo, siempre lo fue. Estándo plagados de delincuentes, prostitutas, de gentes desclasadas, que vive con lo diario que consiguen. No quiere decir, que todos sus vecinos sean prostitutas, antisociales y delincuentes.
Viven también ellos muchas personas decentes y revolucionarias. Pero es el ambiente que siempre ha tendido a dominar. Por lo general, las relaciones sociales, formas de comportamiento y mentalidad, están aún bastante alejadas de lo que reflejan nuestros medios periodísticos, rádiales y televisivos. El estado de las viviendas, las calles, las condiciones materiales, no contribuyen a generar un ambiente social sano. Por lo cual, muchas familias, luchan por tratar de mudarse a otras barriadas y en el barrio va quedando lo peor.
Entonces, van generándose actitudes, formas de comportamiento, lenguaje coloquial, filosofía de vida, que todo es muy diferente al ambiente en que la mayoría de nosotros vivimos y nos desenvolvemos.
En general, no hay hábitos de lectura, el interés por estudiar es muy bajo, el sentido de superación intelectual y cultural es muy bajo también. El acceso a la Universidad es muy limitado.
A una mayoría, lo que les interesa es ganar dinero, tenerlo más bien, aunque sea sin procurárselo por formas licitas y morales. Por tanto, quien les ofrezca dinero, compra a no pocos, con relativa facilidad, aunque sea para realizar actividades antisociales, e incluso, a veces contrarrevolucionarias.
La bebida en exceso es muy acostumbrada, entre el tipo de persona, que genera ese barrio. Más bien, a no pocos, lo que les interesa es fiestear y emborracharse. Como resultado, en su inmensa mayoría, dentro del ambiente en que viven, no les interesa destacarse por lo positivo, sino por lo negativo, lo cual no pocos lo exacerban. En el vestir, el hablar, el comportamiento, la forma de conducirse socialmente, el modo en que tratan a las mujeres.
Por lo que entonces, las personas, llamémosles normales, que allí viven, sufren como especie de un arrinconamiento. Que les obliga a apartarse, para no sufrir las consecuencias negativas, dé verse obligados a vivir bajo tales condiciones.
El ambiente en que se vive, tiende a generar una ética de la permisibilidad, ante cualquier delito. Tipo de Comportamiento similar, es el trato que, por lo general, reciben las mujeres. Estas últimas, muchas veces, reaccionan igual, con tendencia a juntarse con ese tipo de hombres, que algunas los consideran más “machos”. Por lo general, este tipo de mujer, al recibir del hombre cualquier atención culta, trato de respeto o delicadeza, los cofunden con la homosexualidad, como un tipo flojo y afeminado. Lo que sirve para alimentar el comportamiento grosero e irrespetuoso, con tendencia a la brutalidad hacia ellas. Sín percatarse, a veces, de que ellas mismas contribuyen al peor trato de que se les hace objeto. Por lo que entonces, el feminismo, la lucha por la igualdad y el reconocimiento a la condición de mujer, no tienen mucho espacio entre muchas de ellas.
Se desprecian las leyes, a quienes las aplican, a la policía, en particular, la odian y no les merece ningún respeto. Los ven como sus enemigos y nunca como agentes del orden o vigilantes de las buenas costumbres. Por eso, la tendencia, es, a no delatar a nadie, a pesar del delito que haya podido cometer. Pues lo anterior es considerado como acto de "chivatería”, falta de hombría, lo cual muchos consideran debe ser castigado, incluso, con una paliza o con la muerte. Siendo la venganza un fenómeno típico del comportamiento social.
No nacieron asi, pero, no pocas veces, el ejemplo que reciben en la casa, los va formando de ese modo; pues, en no pocas ocasiones, los mismos padres, les inoculan costumbres, formas de comportamiento, valores, éticas, inversos a los que la media de la sociedad exige de ellos. De aquí también, a veces, su comportamiento ante la educación, el respeto a los maestros, la autoridad y las instituciones del gobierno.
Frente a ellos el trabajo ideológico que se hace es menospreciado, el de la UJC les parece como elitista y el del resto de las organizaciones no les logran atraer hacia las buenas costumbres.
Fidel se preocupó mucho de eso, cuando hablo varias veces, sobre la cuestión racial y genero lo de los “Trabajadores Sociales”, ante la realidad de la cantidad de jóvenes, que ni estudiaban ni trabajaban. Se decía que unos 80,000 en la provincia de La Habana. También oriento hacer investigaciones para saber que ocurría con los niños en estos barrios. Si a las madres, les alcanzaba el dinero, para comprarles los alimentos, si los niños tenían televisor y juguetes, etc. Tratando de aliviar una situación social, que ya podía ser considerada como crítica.
Pero todo eso quedo en las buenas intenciones de Fidel y no se siguió el trabajo que se venía realizando. Veníamos entonces, de una situación en que la prostitución, la droga y estos problemas de tipo social, no se consideraba tuvieran cabida en nuestra sociedad. Pero Fidel los percibio claramente desde el principio y oriento trabajar sobre ellos.
Hoy entonces, esos barrios están afectados por la delincuencia, las drogas, gente sin ideología, desclasadas, marginadas, a las cuales ya les hemos llegado tarde. Manifestándose sus consecuencias.
En esos barrios, por lo general, la revolución no se ha logrado reproducir y a la contrarrevolución, que les ha acechado siempre, no le resulta muy difícil atraerlos. Si a ello agregamos, la Pandemia y las difíciles condiciones económicas que hoy atravesamos, diría, que estamos en la más compleja situación para abordar sus problemas. Aunque estoy seguro que lo vamos a hacer. Porqué nuestra política social y el interés de que “nadie quede desamparado”, son reales. Y se están reforzando dentro de la política económica actual.
No hubieran sido contrarrevolucionarios, en su inmensa mayoría, pero nosotros, con la desatención y el deficiente trabajo político-ideológico, se los hemos estado regalando a la contrarrevolución. Tal vez, sin percatarnos de ello. Púes, si la revolución hubiese logrado trabajar más fuertemente contra las desigualdades, la cuestión racial, la marginalidad, la invisibilizacion; si nuestra televisión y nuestros medios en general, hubiesen sido siempre más visibilizadores de las diferencias, hubiesen debatido más nuestros problemas, de cosas sobre las cuales, apenas, solo se comienza a hablar ahora, hubiese sido menos difícil luchar contra ese ambiente y rescatar a sus víctimas de los problemas que ahora les aquejan. Y que la contrarrevolución aprovecha.
Pero nos concentramos en los avances, descuidando, que no todos llegamos de igual forma a la sociedad cubana actual y esos se han ido quedando atrás. Siendo la mayoría, negros y mestizos, lamentablemente, pobres en general. Que son los que qedaron, más directamente, afectados por los “puntos de partida”, más alejados del bienestar social y cultural, que la revolución, desde el principio, ha prodigado a muchos.
San Isidro, no es el único barrio de La Habana, con esas desigualdades, marginalidades y desventajas sociales, que han degenerado en las actitudes contrarrevolucionarias de unos cuantos.
Existen otros Barrios. Y no solo en La Capital.
¿Qué debiéramos hacer ahora?
Creo que debemos prestar atención, con urgencia, a los asuntos siguientes:
1- Hay que prestar atención a las necesidades materiales de esos barrios, para mejorarlas. Sin hacer promesas, ni propaganda. Simplemente comenzar. Lograr que la gente vea que su situación material comienza a mejorar.
2- Hay que volcarse sobre esos barrios con un trabajo ideologico y cultural de calidad. No con discursos o con charlas. Ni con clases magistrales.
3- Hay que revisar la situación de todos esos barrios, Cuasi cuaba, La Lisa, Siboney, Atares, Luyano, etc. Que, si no se han virado, es porque allí existen proyectos comunitarios y un liderazgo barrial positivo.
4- Hay que desempolvar todo lo que las Ciencias Sociales han investigado y ponerlo en ejecución. Formular nuevos proyectos y acabar de darles a las Ciencias Sociales el lugar que les corresponden y merecen, dentro del trabajo científico general y en el tratamiento de los problemas, en particular. Hay potencialidades científicas para hacerlo.
5- El partido debe revisar a fondo el trabajo del Aparato Ideologico y volcar parte de las tareas de sus cuadros en las direcciones que esta situación demanda.
6- El barrio de San Isidro, hay que negociar con ellos. Ver que es lo que quieren. Llevarlos a la lógica de lo que pueden pedir. Y tratar de convencerlos de lo que no se les puede dar.
7- Formular una estrategia, para ayudar a los núcleos del partido, ante situaciones de esta naturaleza. Por qué estoy convencido de que esta lucha sigue. Y los insalvables, ya del lado de la contrarrevolución, continuaran, mientras puedan, aprovechado la compleja situación que vive el país, para cumplir sus propósitos vinculados con la actual política de Estados Unidos hacia Cuba.
Biden ya les dio la política de derechos humanos, en su reciente informa, con la que continuaran presionando y tal vez no hagan nada por ayudar a que el país solucione sus dificultades. Todo lo contrario, trataran de exacerbarlas. Generando un compás de espera, para ver cómo termina la historia.Abril 18 del 2021.
Autor Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Las ciencias sociales y humanísticas cubanas, arrastran ciertos desafíos que no son exclusivamente nuestros, y otros, que sí parecen tener sello de ciudadanía.
Algunos de esos retos tienen que ver con asuntos tales como: las relaciones entre política y ciencias sociales; las ciencias sociales y la cultura política, la coyuntura y el largo plazo en el análisis de las ciencias sociales.
A esos asuntos nos referiremos en otros trabajos, en éste abordaremos lo relativo al vínculo entre las ciencias sociales y las ciencias naturales y exactas, especialmente con las matemáticas.
¡Cuántos de los que ejercen su actividad en el campo de las ciencias sociales y humanísticas, lo han seleccionado huyéndole a las llamadas ciencias naturales y exactas, en particular a las Matemáticas!
Si se trata de un profesor, trasmitirá esta herencia a sus alumnos, con la consiguiente reproducción en los mismos de la separación entre las ciencias y de otros prejuicios que nos aquejan. No poco de los que hoy sufrimos, viene de esos orígenes, así como también de considerar a las ciencias naturales y exactas, como las ciencias “duras”, por lo que el resto serían entonces las “blandas”.1
Resulta del todo imposible hacer esa clasificación, nada científica y bastante peyorativa, por cierto. Pero no creo necesario emplear tiempo introduciéndonos a fondo en una polémica sobre la validez o no de esta clasificación, aunque creemos que en general no es válida y mucho menos científica.
Sin embargo, de lo que sí estamos seguros, es de que ciencias como la Historia, la Economía Política, la Sicología o la Sociología, para sólo mencionar algunas de las más representativas y básicas, son más difíciles que algunas de las llamadas Ciencias Naturales y Exactas.
Entre otras importantes razones, porque se trata de ciencias más jóvenes, cuyo cuerpo de conocimientos se estructuró hace apenas 200 años; por no disponer éstas de un laboratorio construible de manera artificial, que les permita comprobar a escalas menores sus experimentos; por tener una gran relación con los problemas relativos a la conciencia y la subjetividad, así como un vínculo muy estrecho con la política y la ideología, asi como por exigir de una acumulación de conocimientos, investigaciones y comprobaciones múltiples, antes de producir un resultado que sea socialmente aceptable.
Pero, sobre todo, por no disponer, durante mucho tiempo, de una madurez y estructuración de la sociedad, que les permitiera el reflejo de manera coherente y el traslado de ese conocimiento al campo de la ciencia.
Las ciencias sociales a diferencia de las naturales, solo emergen, reflejando el conocimiento de la sociedad, cuando esta última ha logrado un nivel de madurez y universalidad, que le permita el reflejo subjetivo de las relaciones sociales y su conocimiento, en la superestructura. Dado que la ciencia no es más que el reflejo subjetivo, coherente, estructurado, de las relaciones sociales en la mente del individuo y en la conciencia social. Lo cual para las ciencias sociales solo se logra a partir del surgimiento del capitalismo, única sociedad, cuyas relaciones se universalizan de manera coherente y generalizada.2
Por el contrario, las Ciencias Naturales y Exactas emergieron antes y trabajan directamente con la realidad objetiva. Aunque ésta pueda no ser apreciable a simple vista. Lo cual solo se va logrando con el desarrollo de la tecnología, que ha producido el instrumental que permite penetrar en las características de la materia. Realidad objetiva que existe de manera independiente de nuestra voluntad y de la conciencia.
Es ya posible con relativa facilidad, dentro de un laboratorio, reproducir a escala, la actividad de la naturaleza y recopilar una información que nos permite adelantar los posibles resultados de un experimento, antes de que éste sea llevado a escalas mayores.
Es por eso que estas ciencias reciben el calificativo de exactas. Su capacidad de pronosticar los resultados a obtener de sus investigaciones es muy alta, algo muy diferente a lo que ocurre con las Ciencias Sociales.
No quiere decir lo anterior, que las Ciencias Sociales y Humanísticas, no puedan también construir sus laboratorios (planes pilotos) pero se trataría de una muestra o segmento de la realidad misma y ello resulta mucho más complejo, sobre lo cual, no es posible continuar profundizando en el limitado espacio con que ahora contamos.
La responsabilidad exigida por la investigación en ambos campos de la ciencia, es igual de grande, pero la connotación de sus potenciales errores, es muy diferente.
No hay dudas de que, si a un ingeniero se le cae un puente o a un físico nuclear le falla un experimento, se podrían producir pérdidas materiales y humanas irreparables. Sin embargo, si un científico social comete errores al asesorar una política, sus consecuencias negativas no serían tal vez inmediatas, ni tan evidentes, aunque es probable que sus efectos puedan sentirse por un periodo de tiempo mucho más prolongado. Porque incidir de manera negativa sobre la conciencia de las personas, sus estados de ánimo y su pensamiento, es mucho más grave y duradero que las posibles incidencias sobre la naturaleza. Aunque influir de manera negativa sobre esta última, traería también consecuencias del mimso orden para el hombre. Ya que naturaleza, pensamiento y sociedad, forman una unidad indisoluble.
La ciencia en su desarrollo impone retos nuevos de manera continua. Tanto al campo de las ciencias como totalidad, como a la sociedad.
Ahora, por ejemplo, el desarrollo de la llamada Nanotecnología, nos permite conocer que no es lo mismo observar en el macro que al micro mundo. Ahora sabemos que un componente cualquiera de la “Tabla de Mendeleev”, puede variar sus propiedades, según se le estudie en la medida macro o en la nano, lo cual es un descubrimiento que tiende ya a revolucionar la ciencia, pero que también resulta un reto importante a enfrentar, no sólo científico, sino también social y ético. Sobre todo, si tomamos en consideración lo que eso representa, entre otros potenciales impactos, para los productores de materias primas de origen natural.
Otra de las manifestaciones de las diferencias en los distintos campos de la ciencia, es que, por ejemplo, un físico con un descubrimiento importante, puede obtener el grado de doctor a los 25 años; sin embargo, a un científico social ello le resulta prácticamente imposible. Y tal situación no puede ser equilibrada solo a partir de la capacidad individual, sino que tendrá que ser resuelta tomando como base el desarrollo de las propias ciencias sociales, sus instrumentos de análisis y la velocidad a la que viaja la información; aspecto en el cual, con el desarrollo de la informática, se ha permitido avanzar considerablemente.
Todas las ciencias han logrado avanzar mucho en el campo de la obtención y procesamiento de la información, pero para las ciencias sociales y humanísticas, dado el carácter de sus objetos de estudio, las Ciencias Informáticas han significado una verdadera revolución de sus posibilidades. Sin que podamos decir aun que hayamos alcanzado en Cuba, en las ciencias sociales, el más alto potencial de aprovechamiento que estas ciencias posibilitan.
Por otra parte, nuestras ciencias sociales enfrentan también el reto de la necesidad de prestar mucho más atención a sus cuerpos científicos básicos, como la Historia y la Economía Política, entre otras, tomando ejemplo de las ciencias naturales y exactas, que si tienen una interconexión mucho mayor con sus ciencias básicas: ejemplo con las Matemáticas.
Las matemáticas, la física, la química y la biología, no existe entre estas últimas y el resto de las ciencias naturales y exactas, la desconexión con que frecuentemente nos tropezamos dentro de las ciencias sociales y humanísticas, con sus ciencias básicas y sus interrelaciones, a pesar de que en éstas el tratamiento holístico, multidisciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario resulta muy necesario y se podría decir que es ineludible.
Es más fácil encontrar entre nosotros a un “científico social” que desconozca la Economía Política, e incluso sienta temor de acercarse al contenido de esta ciencia, que a un “científico natural” que soslaye a las matemáticas u otras de su campo básico.
Al parecer, esto tiene que ver con que un científico natural no puede sobrevivir, por ejemplo, sin las Matemáticas, mientras que un científico social cree que puede arreglárselas sin la Economía Política.3
Quiere decir, que hay una mayor conciencia de la conexión que existe entre ciencias básicas y el resto de las ciencias y entre ellas sus mutuas interrelaciones, en el campo de las ciencias naturales y exactas, que la que existe en el campo de las ciencias sociales y humanísticas. Lo cual representa un reto de consideración estratégico, porque descuidar a las ciencias básicas, en cualquier campo de la ciencia, es como descuidar la piedra angular del edificio de las ciencias y más que ello, su necesaria retroalimentación con los procesos dialécticos de integración y desintegración del conocimiento científico, investigación, reproducción y aplicación de la ciencia.
Dice el filósofo ruso A. Meliujin, que la ciencia avanza vertical y horizontalmente en un proceso dialéctico indetenible. En el indetenible proceso de integración y desintegración.4
No es posible entonces, avanzar en el conocimiento científico, si no es retroalimentando continuamente los campos básicos de la ciencia, las que a su vez reaccionarán produciendo nuevos conocimientos fundamentales. Además, porque estos campos básicos o llamadas ciencias básicas, constituyen la piedra angular de la formación científica de aquellos que después, al arribar de las universidades a los centros de investigación, se dedicarán al trabajo científico; siendo aquí entonces donde brotarán las deficiencias en su formación básica, dificultando avanzar en el campo concreto de investigación seleccionado.
Salta a la vista, entonces, la importancia de la correlación entre investigaciones fundamentales y las aplicadas, cosa ésta que comprenden muy bien los científicos de las ciencias naturales y exactas, pero aun insuficientemente los de las ciencias sociales y humanísticas. Esta comprensión se complica aún más, debido a que hasta hace poco tiempo, se cometían con frecuencia, en nuestra política científica, dos errores básicos: realizar en el campo de las Ciencias Sociales y Humanísticas sólo investigaciones aplicadas; o en ocasiones, poner a estas últimas sólo como simples complementos prácticos de las investigaciones a realizar en otros campos de la ciencia. Ignorando que, en las ciencias sociales y humanísticas, también se hace indispensable una adecuada correlación entre las investigaciones fundamentales y aplicadas. Y que las ciencias sociales y humanísticas pueden complementar los resultados obtenidos por otras ciencias, sólo si ellas mismas participan, desde el principio, en la concepción y planeamiento de las investigaciones. Pues, tienen las ciencias sociales y humanísticas tanta personalidad, como las otras ciencias, para concebir y desarrollar sus propias investigaciones, básicas y aplicadas.
Un aspecto específico dentro del cual se ponen de manifiesto, con especial agudeza, los fenómenos arriba mencionados, es en el de las insuficientes relaciones existentes aun entre las ciencias matemáticas y las ciencias sociales y humanísticas, lo que es una de las razones por las cuales, por ejemplo, la modelación política, la lingüística matemática y otras disciplinas, en las que las ciencias sociales y humanísticas utilizan hace ya mucho tiempo a las ciencias matemáticas, presentan tan poco desarrollo en nuestro país.
Ello tiene no poca relación con los prejuicios que se desarrollaron en los ex países socialistas, la URSS en particular, donde las aplicaciones matemáticas a las ciencias sociales, durante mucho tiempo, no gozaron de simpatía; particularmente, la Modelación Económico-Matemática, que se consideraba un mero intento por introducir el análisis marginal neoclásico burgués en el campo de la economía política. Similar prejuicio existía con la Sociología, que fue considerada durante mucho tiempo, solo como una simple respuesta al Materialismo Histórico.
Estas situaciones, por suerte, ya han sido superadas en nuestro país, pues trajeron como resultado, entre otros, un modo de abordar los problemas sociales en Cuba, a partir de modelos de análisis con muy poca o ninguna relación con nuestras realidades concretas y sus expresiones subjetivas.5
No puede olvidarse que el socialismo es concreto, por lo que no admite el traslado de modelos analíticos, que nada tienen que ver con la sociedad específica que se desea construir en nuestro país.
Por otra parte, durante mucho tiempo, en Cuba no fuimos partidarios de investigar fenómenos de nuestra realidad que, según criterios prevalecientes, no tenían cabida en Cuba, tales como, prostitución, drogas, racismo, homosexualismo, homofobia, etc. La crisis económica de finales de los ochenta y principios de los años noventa, contribuyó mucho a variar y esclarecer estas concepciones y criterios.6
De modo que las Ciencias Matemáticas tienen hoy en Cuba una más amplia utilización, aunque sólo en ciencias como la Economía, la Sociología, la Psicología la Demografía y la Geografía, entre otras. Mientras que, en la Historia, las Ciencias Jurídicas, la Filosofía y las Relaciones Políticas Internacionales, apenas se aplican algunos instrumentos estadísticos.
Se hace necesario, por lo tanto, valorar el desarrollo de las ciencias sociales y humanísticas hoy en Cuba, no sólo por sus resultados, sino también por el despliegue de sus capacidades, para apropiarse de los adelantos científico-técnicos que se hayan obtenido en otros campos de la ciencia, poniéndolos al servicio de la investigación de la sociedad cubana.
En particular, también, por la capacidad para utilizar a las Ciencias Matemáticas como instrumento de prolongación de las capacidades analíticas de las ciencias sociales y humanísticas.
En este campo es mucho lo que debemos aprender aún de las llamadas ciencias sociales burguesas, amén del carácter a veces un poco árido y superficial, que adoptan en las mismas sus formulaciones y aplicaciones matemáticas.
Ese criterio que tienen algunos físicos -aunque no son los únicos- de que todo el análisis debe terminar siempre en un número, en una cantidad, puede ser muy válido para esa ciencia, e incluso, para el resto de las ciencias naturales y exactas, pero no necesariamente para las ciencias sociales y humanísticas, en las que las ciencias matemáticas, presentan todavía un muy limitado campo de aplicación, al menos en nuestro país.
Decía ese genio mundial, que respondía al nombre de Albert Einstein, que “... no todo lo que cuenta puede ser cuantificado, ni todo lo cuantificable cuenta...”: aunque es cierto que la cantidad es lo que cuestiona y transforma la calidad, trocándola a veces en su contrario y por eso la cuantificación es tan importante. Sin embargo, ello no quiere decir que esa sola (cuantificar) sea la función de las Ciencias Matemáticas, ya que ellas no tienen que ver sólo con la cantidad y pueden jugar un papel fundamental como instrumento de análisis de las ciencias sociales y humanísticas. Las ciencias matemáticas ofrecen una capacidad analógica y cualitativa, que no puede ser despreciada por las ciencias sociales y humanísticas.
No basta con utilizar a las Matemáticas como simples “pinceles” de pura ilustración cuantitativa, sino que, sobre la base del conocimiento a fondo del objeto de investigación y con una formación matemática adecuada, le es posible al investigador detectar aquellos algoritmos, conexiones, isomorfismos e interrelaciones, biunívocas o no, dentro del objeto de estudio, que le permiten determinar en qué momentos o planos del análisis ésta ciencia puede desempeñar un papel importante como instrumento de prolongación de las capacidades analíticas y metodológicas de las ciencias sociales y humanísticas. Único modo, en que el método dialectico de investigación puede avanzar.
La abstracción es, y será aún, el método por excelencia de las ciencias sociales y humanísticas, pero auxiliándose de las Ciencias Matemáticas, es posible descubrir conexiones dentro de los fenómenos estudiados, que nos pueden aportar mucho para lograr resultados, que sólo un análisis cualitativo puro no aportaría. Se trata de la relación entre lo cuantitativo y lo cualitativo, que se expresa aquí con particular fuerza. Cualidad y cantidad no están separadas, forman parte del mimso entorno natural y social.
El comportamiento de la relación entre cantidad y calidad, en las ciencias sociales y humanísticas, está determinado por el campo específico de su aplicación. El potencial cuantitativo no absolutizado del análisis deviene en un instrumento que sirve para descubrir nuevas cualidades. Se trata de la ley de la transformación de la cantidad en calidad y viceversa, o llamada ley de los cambios cualitativos y cuantitativos.
Considero que las propias leyes matemáticas toman sus expresiones particulares en el campo de las ciencias sociales y humanísticas. Ningún instrumento lo es por sí mismo, sino por el campo de su aplicación; es el campo concreto de aplicación, lo que hace del instrumento lo que es, y así creo se comportan las ciencias matemática dentro de las ciencias sociales y humanísticas.
No hace mucho discutíamos con los físicos en nuestra Universidad sobre estos problemas y se ponía de manifiesto la limitación de que para ellos el análisis matemático significa que todo debe terminar en una cantidad, en un número.
Algunos matemáticos y físicos con los que hemos hablado, comprenden esto bien, pero otros tienden a pensar que las leyes matemáticas y sus principios, por ser “simplemente” universales, no pueden sufrir ninguna modificación en sus formas de expresión.
Es cierto que se trata de principios universales, pero esa universalidad es sumamente compleja, teniendo variados campos específicos de manifestación. No es lo mismo la sociedad que la naturaleza. Pero, además, porque dialécticamente la cantidad se niega reafirmándose y se reafirma negándose, pues el universo es uno solo, pero extraordinariamente complejo y diverso al mismo tiempo. Y el proceso de su conocimiento es infinito. Siempre será más lo por conocer, que lo conocido.
En cuanto a la morfología, las ciencias matemáticas, cuando son aplicadas a otros campos del conocimiento tan diferente al de las ciencias naturales y exactas, como lo son los del campo de las ciencias sociales y humanísticas, estas producen fenómenos, formas de manifestación de sus leyes y de sus principios generales, que en el campo de las ciencias naturales y exactas, a veces, no tendrían sentido, pues se trata de formas de expresión, cuyo significado solo podría hallárselo un científico del campo concreto de investigación social en que están siendo aplicadas.
No es algo posible de discutir a fondo, en el breve espacio de este artículo, pero defendemos la tesis de que las ciencias sociales y humanísticas en Cuba, tienen mucho que decir aún en el campo de la aplicación de las Ciencias Matemáticas, a sus objetos de investigación; que van desde el hecho de que las relaciones económicas no están situadas exclusivamente en el primer cuadrante del eje de coordenadas, hasta el que una variable -dependiente e independiente al mismo tiempo- puede reaccionar sobre sí misma. Lo que visto de manera puramente matemática podría parecer un absurdo, pero que, por ejemplo, en el campo de la Modelación Política, podría tener total sentido.
Pueden surgir nuevos aportes a las propias Ciencias Matemáticas, cuando éstas son aplicadas a los fenómenos sociales. Lo cual no hace sino poner de manifiesto, que, en definitiva, la ciencia es una sola -y diversa al mismo tiempo-, por cuanto todos los resultados de la ciencia va a dar al mismo lugar: el hombre, su entorno natural y social y el campo de su subjetividad; reafirmando que, si el universo es uno solo, la ciencia también lo es; pues las ciencias particulares y sus múltiples aplicaciones e interpenetraciones, no son más que planos del conocimiento de la realidad y de la subjetividad que siempre le acompaña.
Son muchos los retos que aún enfrentamos, pero con lo dicho hasta aquí, creo que se hace necesario reaccionar sobre los currículos de nuestros procesos de formación académica, en particular dentro de las ciencias sociales y humanísticas, para comenzar a resolverlos. Asunto al cual nos referiremos en el contexto de un próximo artículo.
Marzo 1 del 2021.
1 Se trata incluso de un prejuicio que ha estado durante años muy presente en la propia vida Universitaria en nuestro País., (Nota del Autor).
2 Solo con la aparición del Capitalismo, que da coherencia y sistematicidad a las relaciones sociales, generalizándolas y universalizándolas, se hace posible la aparición de las Ciencias Sociales. (Ver: Carlos Marx, Prologo de la Contribución a la Crítica de la Economía Politica).
3 En Cuba, este resulta ser un asunto aun no resuelto. Lo cual crea una gran dispersión y debilidades en los resultados de las ciencias sociales. Qué no se entrelazan lo suficiente para producir el conocimiento científico. Lo que hace que nuestras investigaciones en este campo, sean menos efectivas, al enfocar los problemas sociales y su solución.
No ocurre lo mismo con las ciencias naturales y exactas, en las que la investigación ha avanzado mucho, nutriendo a sus ciencias básicas y produciendo resultados que son más integrales. De modo, que las ciencias naturales y exactas, han avanzado mucho más, acercándose a las ciencias sociales, que lo que estas últimas han avanzado acercándose a las naturales y exactas. De lo cual es clara expresión, lo lejos que están aún nuestras ciencias sociales y humanísticas, en la utilización de las ciencias matemáticas. (Nota del Autor)
4 Meliujin, autor de Desintegración e Integración de las ciencias. Obra importantísima para abordar los problemas metodológicos de las ciencias Sociales.
5 Esto tuvo lugar cuando se consideraba que el llamado Comunismo Científico era la base la investigación marxista en las ciencias sociales cubanas. Situación heredada de la formación de muchos cuadros profesorales y estudiantes en la antigua URRS Situación que poco a poco hemos venido superando.(Nota del Autor ).
6 Esto, por supuesto, yo lo considero como una herencia de nuestra relación, en particular, con la URSS, donde el PCUS, no permitia estas investigaciones, pues las misma, lejos de servir para conocer a fondo la sociedad cubana, eran consideradas investigaciones para desprestigiarla. Lo cual sirvió también para sembrar prejucios y limitaciones, para intercambiar con otros científicos fuera del Campo Socialista. A lo que se agregaba el desprecio por lo que se desarrollaba en el campo de las ciencias sociales burguesas. Mostrando claramente, que las ciencias sociales burguesas no pueden ser menospreciadas. Dado que, en última instancia, la ciencia es una sola, dependiendo solo de para que se le utilice. (Nota del Autor).
Esteban
Morales Domínguez
UNEAC
Sin dudas, el contexto del 2021, en que pueden desplegarse las relaciones Cuba-Estados Unidos, podría variar, con posterioridad a las declaraciones del Presidente Biden durante su campaña presidencial del 2020.
En su momento, haber declarado Obama, que la política seguida contra Cuba, en los últimos 55 años, había sido un fracaso y más que ello, que fue Estados Unidos quien había resultado aislado con esa política, resulto suficiente para el comienzo paulatino de un desmontaje del modelo de la ya clásica agresividad seguida contra Cuba.
Entonces, los escenarios de las relaciones cambiaron, las variables fueron adquiriendo un nuevo contenido y las constantes desaparecían, eran sustituidas por otras o se batian en retirada. Tal vez hoy pueda ocurrir algo similar. Aunque todavía no se sabe cuáles serán esas constantes. Ni que variaciones podrán ocurrir en el Modelo de Análisis.
No obstante, es imposible pensar que Obama hizo tales declaraciones desde una posición de derrotismo o haciendo dejación de sus intereses imperiales más íntimos con Cuba.
Su Directiva Presidencial PPD-43,del 14 de octubre del 2016, ya dejaba muy claro, como aun reconociendo la legitimidad del Gobierno Cubano como un interlocutor válido, no ocultaba su interés en lograr influir sobre el ordenamiento político interno cubano, su no renuncia al uso de viejos instrumentos, continuaba la agresión mediática contra Cuba, con radio y TV Martí, prestaba interés en modificar el Tratado de la Base Naval de Guantánamo, mostrando, además, un gran interés en el avance del sector privado. (Ver: Josefina Vidal Ferreiro Análisis de la Directiva Presidencial de Obama, del 14 de octubre del 2016).
Con Biden, su intención de continuar la política de Obama, tampoco significa que todo vaya a ser igual. Ha discurrido muy poco tiempo aun para afirmarlo. Y ya comienzan su aparición algunos asuntos preocupantes.
LOS ESCENARIOS DE LAS RELACIONES CUBA-ESTADOS UNIDOS
Como hemos expresado en varias ocasiones, el conflicto entre ambos Países se ha desenvuelto históricamente, en tres escenarios básicos principales:
El escenario Interno de Cuba.
El escenario Interno de Estados Unidos.
El escenario internacional.
El conflicto, creo, hasta ahora, debe ser analizado tomando en consideración esos tres escenarios y no como un asunto bilateral; aunque tampoco solo dependiente de las relaciones internacionales. Es, en realidad, la combinación dialéctica de todos esos momentos enunciados más arriba.
Hace mucho tiempo que el Conflicto entre Cuba y Estados Unidos ha dejado de ser un asunto solo de entre los países mencionados, un asunto bilateral, para pasar a constituirse una cuestión de interés de muchos países y casi de todas las regiones que conforman las relaciones internacionales.
Una muestra palpable de ello la tenemos en que, dentro de los debates sobre la Resolución Cubana contra el Bloueo, en Naciones Unidas, muchos gobiernos han votado a favor de Cuba y los Estados Unidos se han ido quedando prácticamente solos.
Escenario Interno de Cuba
La capacidad de cualquier país para enfrentar las relaciones internacionales, se mide, en primer lugar, por la combinación de sus fortalezas internas.
Cuba, durante casi 200 años, y en los últimos más de 60, ha tenido que enfrentar la política agresiva de Estados Unidos. Lo ha debido de hacer apoyándose en sus capacidades internas, aunque contando también, paulatinamente, con una creciente solidaridad, que en los últimos 60 años ha crecido, hasta un nivel con el cual nunca antes la Isla había contado como ahora y con un creciente prestigio de su política exterior, como el que nunca había tenido. Todo lo cual ha repercutido fuertemente y de manera creciente, en la capacidad de Cuba para resistir durante todos estos años las agresiones de la política norteamericana.
Una revolución verdadera y la cubana los es, solo puede ser desestabilizada desde adentro. De aquí la importancia de considerar siempre, que todo asunto que afecte la realidad interna del país, en especial de su economía, ofrece las posibilidades básicas para una desestabilización.
Hoy Cuba se encuentra inmersa en los cambios económicos de una Nueva estrategia, que resulta indispensables para solucionar y realmente estar en condiciones de presentar la imagen de mayor fortaleza que se necesita ahora ante la política de Biden.
Escenario Interno Norteamericano
Desde la segunda mitad de los años setenta, en los que, a Cuba real, por lo general, no se le mencionaba dentro de Estados Unidos, las informaciones sobre la Isla entonces entraban en la sociedad estadounidense solo por los canales de la derecha y las vías contrarrevolucionarias, hasta hoy, en que se ha producido un cambio sustancial en la situación de Cuba dentro del escenario político interno norteamericano.
A tal punto, que los acontecimientos de los últimos años: intercambio social, religioso, laboral, científico académico, visitas mutuas, etc. Han hecho que la imagen sobre Cuba en los Estados Unidos haya variado sustancialmente; al mismo tiempo, que la política norteamericana hacia Cuba ha perdido crecientemente su potencial desestabilizador sobre la Isla, al punto de haber hecho crecer la actitud interna contra el bloqueo y la necesidad del cambio de política hacia Cuba. Hoy, es considerable el nivel alcanzado por la actitud antibloqueo en los Estados Unidos, aun dentro de la propia llamada comunidad cubana, al mismo tiempo que la actitud sobre la necesidad de un cambio de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
Todo lo cual fue tomado en cuenta por el Presidente Obama, para llamar al restablecimiento de relaciones el 17 de diciembre del 2014 y al desmontaje del bloqueo en su discurso al “Estado de la Unión” de enero del 2015.
Sin dudas, la situación con que cuenta Biden ahora, podría decirse que es mucho más proclive a la utilización de medidas que le permitan variar de nuevo las relaciones con Cuba.
Se trata de que la resistencia de Cuba jugó un papel fundamental, aunque también los cambios internos, respecto a Cuba en los Estados Unidos, desempeñaron el suyo de manera creciente.
A la altura de la situación actual, se observa dentro de la realidad política norteamericana respecto a Cuba, la intención de liberar aún más las relaciones migratorias, así como el interés de autorizar los vuelos, las visitas, los intercambios pueblo a pueblo, académicos, volver a las remesas, tal vez disminuir el dinero para la llamada disidencia.
Existiendo algunas iniciativas de congresistas, que se mueven para hacer avanzar las relaciones entre ambos países. Al mismo tiempo, que dos de los cargos principales del gobierno, que tienen que ver con Cuba, están ahora ocupados por personas dispuestas a mejorar las relaciones, ofrece oportunidades como no se conocieron desde la administración de Obama.
Por su parte, la extrema derecha cubanoamericana en el congreso, ya no cuenta con la capacidad suficiente como para frustrar un intento de relaciones menos agresivas con Cuba. Existe un movimiento bastante amplio, desde sectores de la sociedad estadounidense, que claman por mejores relaciones con Cuba y por la eliminación del bloqueo. De modo que si ese movimiento toma fuerza, se podría producir un fuerte ataque al congreso, que pudieran ampliar las mejoras para Cuba, aunque no eliminando el bloqueo, lo que aún resulta bastante difícil.
El Escenario Internacional.
Como fue el escenario internacional que acompaño a Obama y que se puede esperar ahora.
Desde su último discurso de campaña en el 2008, Obama había prometido hacer cambios en su actitud política internacional. Avanzando que “negociaría con amigos y con enemigos”, también con Cuba, aunque manteniendo la actitud de continuar con el bloqueo. Además, manifestó la necesidad de producir la eliminación de las restricciones que G. Bush (hijo) había impuesto a Cuba. Con lo cual cumplió dentro de su primer cuatrimestre de mandato presidencial.
No obstante, durante su primer periodo, hasta llegar a la segunda mitad de su segundo mandato presidencial, pienso que Obama por razones ideológicas imperiales propias y además presionado por los sectores de derecha, sobre todo republicanos, mantuvo la misma política exterior de su antecesor, agudizando y ampliando los conflictos en los que participaba a nivel internacional. Situaciones en las que no obtuvo éxitos que justificaran tal política.
No concluyendo con éxitos la guerra en Irak, ni en Afganistán, no saco provechos reales de la invasión a Libia, salvo asesinar a Kadafi, empantanándose en su política en el hemisferio, dentro de un momento de cambios en que habría necesitado haber estado más cerca de las transformaciones que se habían venido produciendo en esos años.
La política de Obama no priorizo su “histórico traspatio” desde el principio y cuando se viro para él, había perdido un considerable espacio que ya habían ganado procesos de cambios en países claves del hemisferio.
La Clinton, en ausencia de Obama, manejo el golpe de estado en Honduras, pero el mismo al final, también había resultado en un fracaso para la política norteamericana. Ello no quiere decir que pudiéramos entonces hablar de un terreno definitivamente perdido para Estados Unidos en el hemisferio, aunque se enfrentaba a un proceso de recuperación de cara al cual tendría que hacer aún no pocas concesiones y sufrir algunos fracasos.
Para Cuba, todo ello había repercutido en la aparición de un escenario político hemisférico e internacional, dentro del cual Obama se vio obligado, ante la protesta de los líderes latinoamericanos y caribeños, a aceptar la presencia de Cuba en la VII Cumbre de Panamá, dar marcha atrás a la declaración contra Venezuela, al haberla señalado erróneamente, como un peligro inminente para la seguridad nacional de Estados Unidos, viéndose obligado además a compartir el escenario de la Cumbre en condiciones que no le fueron muy favorables. Allí haría avanzar sus intenciones de cambiar la política hacia Cuba, reuniéndose con Raúl Castro.
Ese escenario político hemisférico e internacional, beneficiaba a Cuba, como nunca antes y Estados Unidos se vio obligado a buscar nuevas formas para tratar de controlar la situación. Por su parte, la derecha hemisférica se movio contando con el apoyo de Estados Unidos, aunque no tan fuerte, viéndose obligada a tratar de quebrar las respuestas de los pueblos del hemisferio, que no estaban dispuestos a retornar a los viejos cánones neocoloniales de la política norteamericana.
Al concluir Obama, la administración Trump, se encontraba con una América Latina convulsionada por los retrocesos en Argentina, Brasil y Venezuela, en los que las fuerzas de derecha se batian tratando de dar macha atrás a los cambios políticos que habían tenido lugar. Sin embargo, en los tres países mencionados las masas luchaban y resistían los embates del neoliberalismo con un nivel de combatividad y organización del que antes no disponían.
Hoy Cuba, vuelve a enfrentar una situación bastante diferente, que en general le favorece, tanto a nivel internacional como frente a la política de Estados Unidos. Aunque también asediada de cómo se solucione la actual situación en Venezuela. Sobre la que particularmente Biden no ha hecho ninguna buena promesa.
América Latina y el Caribe vuelven a sufrir los golpes del intento neoliberal, pero con fuerzas y capacidades políticas que no están resultando fáciles de derrotar. Porque las masas sociales muestran una capacidad de movilización que antes no habían tenido. Bolivia gano la batalla del golpe de estado contra Evo, Argentina derroto la variante neoliberal, Ecuador se desmorona, Brasil también y los conflictos en Haití, Chile, Colombia, Peru, la posición de México, Nicaragua, Venezuela y la propia Cuba, forman un escenario no favorable a una política agresiva por parte de Estados Unidos. Trump no pudo recuperar para si el hemisferio y ahora Biden se enfrenta también con la competencia económica que le hacen China y Rusia.
El mundo al que Biden debe enfrentarse es más complejo. Presiones al policentrismo, al multipolarismo, contradicciones con sus aliados, que Trump agudizo, sobre todo en Europa. Un Medio Oriente dentro del cual los Estados Unidos no puede irse ni quedarse. Una Africa que no logran dominar por los avances del terrorismo, la competencia de Rusia y China, una América Latina y el Caribe que se niegan a seguir colaborando con una política agresiva contra Cuba. Y que buscan alternativas en las relaciones con Rusia y China. De modo que no es precisamente el conflicto con Cuba su primera prioridad. Aunque pudieran tomarla para dar señales de buena voluntad en el hemisferio.
LAS VARIABLES DEL CONFLICTO CON ESTADOS UNIDOS
Al caracterizarlas, partimos de las mismas con las que siempre hemos venido trabajando y que son las siguientes:
PC= Perspectiva del Conflicto. Que es la única variable dependiente.
Dsi= Dinámica de la situación interna cubana.
Kc = Correlación Congresional en la Política hacia Cuba.
Le= Perspectivas de Formación de un Lobby Económico.
Ac-= Apoyo de la Extrema Derecha Cubanoamericana a la Política contra Cuba.
M= Migración en las relaciones con Cuba.
Am= Agresividad Mediática Contra Cuba.
Ptb= Estado de la Transnacionalización del Bloqueo.
Rtb= Resistencia Internacional de Cuba al Proceso de Transnacionalización del Bloqueo.
Ni = Proceso de Negociación en la Búsqueda de un Consenso Internacional de Política para Subvertir a Cuba.
Ea = Efecto Administración.
Modelo del Conflicto:
PC= f (Dsi, Kc, Le, Ac, M, Am, Ptb, Rtb, Ni, Ea).
Este se comporta ahora, no como el que caracteriza las relaciones entre ambos países. Sino más bien con el carácter transicional de una administración a otra.
¿Cuál son las características que adoptan las variables, saliendo de la administración Trump, hacia la administración de Biden? Pues realmente lo que caracteriza la situación actual es ser de transición.
A diferencia de lo que lleva implícito el Modelo para el análisis de la confrontación, en las nuevas condiciones de ahora, el modelo deberá contener otros aspectos, que tienen directa relación con la situación en que se encontraba el conflicto histórico con posterioridad al 17 de diciembre. En que se restablecieron las relaciones entre ambos países. Pasando por la administración Trump que retorno a la agresividad y ahora la de Biden, que ha prometido retornar a la política de Obama.
Esos aspectos transicionales podrían ser los siguientes:
La importancia que adopta la variable “Efecto Administración”. Como resultado de que nadie había logrado aún poner la situación del histórico enfrentamiento entre ambos países dentro de una etapa de negociación, como lo hicieron los presidentes B. Obama y R. Castro.
Ahora podría repetirse el escenario con Biden.
A diferencia de lo ocurrido durante la administración de James Carter, en que se partió de negociar “Asuntos”, Obama propuso “Cambiar las Relaciones”, para después ir a la mesa de negociación. Hasta ahora, Biden no ha propuesto algo similar, pero pudiera hacerlo.
Cada” variable” entonces puede adoptar la forma de un asunto a negociar.
En medio de la situación actual se pudiera producir un cambio de las constantes.
Las constantes.
Las constantes cambian o se enfrentan a la necesidad de variar, lo cual puede platearnos un nivel del conflicto antes desconocido.
¿Cuáles eran esas constantes?
Para aceptar la negociación, Estados Unidos siempre planteaba la necesidad de que Cuba diera señales positivas desde la perspectiva norteamericana. No parece que Biden vaya a proponer ninguna condicionante de ese tipo.
Las administraciones norteamericanas consideraron siempre que Cuba estaría dispuesta a dejar de lado sus compromisos internacionales con tal de tener buenas relaciones con Estados Unidos. Tampoco ahora parece se producirá algo parecido. Aunque se hayan dado vueltas dos asuntos que no podemos desconocer: Venezuela y los llamados ataques sónicos.
Estados Unidos siempre hizo todo lo posible por violar y negar la soberanía cubana. Nunca reconociéndola como un interlocutor viable. No parece haber nada de esto ahora, suponiendo que Biden siga la politica de Obama.
Siempre que Cuba ha tenido algo que ofrecer de vital interés a negociar con Estados Unidos, se ha roto el bloqueo ideológico y se ha ido a la mesa de negociaciones. Ya esto fue probado con Obama sin condicionamientos de ningún tipo.
La extrema derecha siempre ha estado a la caza de cualquier movimiento que haya indicado un cambio de política con Cuba para obstaculizarlo. Esto ahora puede producirse con fuerza, aunque con menores posibilidades y quedaría esperar cual sería la actitud de Biden al respecto.
Siempre que se llegó a determinados acuerdos puntuales, pero el ambiente general de las relaciones se mantenía negativo, tales asuntos sufrían o no permanecían. Obama dejo las condiciones preparadas para que esto no ocurriera. Incluso, la negociación se realizó en bloque.
Tales constantes quedaron rotas o en situación crítica de supervivencia, desde el 17 de diciembre del 2014, en que Obama acepto o planteo lo siguiente:
Acepto que las negociaciones debían ser en igualdad de condiciones y respetando la soberanía e independencia de Cuba.
No se pedían señales de ningún tipo por parte de Cuba.
Fue Estados Unidos quien tomo la iniciativa de cambiar la política.
Fue estados Unidos quien tomo la iniciativa para dar los pasos y comenzar las negociaciones.
Todo ello hace que las constantes, que obstaculizaban cualquier proceso de negociación, perdieran vigencia.
La llamada extrema derecha cubano-americana ha perdido capacidad, no solo para continuar influyendo en la política hacia Cuba, sino también para cambiar los derroteros de un proyecto de acercamiento entre ambos países, si este se presentara por Biden. No parece tampoco que tenga esa fuerza para llevar de nuevo a la administración de Biden a moverse hacia una política agresiva nuevamente. Aunque todavía es una incógnita como reaccionaria Biden ante presiones de tal naturaleza.
COMO EVOLUCIONAN LAS VARIABLES EN EL CONTEXTO ACTUAL
Las variables del modelo no han cambiado, desde que fue diseñado hacia los años 1997-98. Fue recibiendo agregados, hasta tener las 10 variables con que ahora lo presentamos.
Por supuesto, el modelo, metodológicamente, admite más variables, pero las que contiene son el resultado de un alto nivel de abstracción, por lo cual al descomponerlas podrían perder fortaleza y efectividad como instrumentos analíticos para captar la esencia de las contradicciones que explican el enfrentamiento Cuba-Estados Unidos y sus perspectivas. Pues no se trata de hacer la historia del conflicto, ni tampoco un análisis sociológico del mismo. Sino solo captar la dinámica de su esencia y su potencial proyección.
No obstante, las variables tienden a evolucionar en el nuevo contexto que se va generando con el cambio potencial de política planteado por Biden. Entrando en proceso de transición.
Veamos algunos aspectos de esta evolución de las variables.
Dinámica de la Situación Interna Cubana (Dsi)
En medio de una situación en la que Cuba está en proceso de aplicación del modelo económico propio y sustentable, el cambio de política de Estados Unidos en general favorece ese proceso, aunque también encierra sus retos. Dado que el interés de Estados Unidos puede ser tratar de introducirse dentro de la dinámica cubana, para controlar el proceso y arrebatarle al liderazgo político la conducción de los cambios.
Se trata de una compleja situación a enfrentar, ante cambios de política por parte de Estados Unidos, que no tienen significación estratégica sino solo tácticas. Por lo que no es dable pensar que Estados Unidos no continúe en su intención de volver a controlar a Cuba por otros métodos. Por lo que, aunque la administración de Biden no retorne a la agresividad, de todos modos, Cuba debe prepararse para enfrentar una situación en la que la guerra cultural continuara siendo el escenario dominante. Sobre todo, ante la presencia de enemigos internos, cuyos intereses coinciden con los de Estados Unidos.
Dinámica de la Correlación Congresional en la Política hacia Cuba (Ki)
Esta se ha comenzado a caracterizar por la pérdida de efectividad de la extrema derecha cubanoamericana en el congreso. Así como por la intención del Presidente Biden por avanzar en las relaciones. Se va produciendo un creciente debate entre los que quieren hacer avanzar el cambio de política, levantando el bloqueo y los que se aferran a la intención de retroceder. Paulatinamente se está produciendo una situación dentro del congreso, que parece estar apuntando a un escenario que podría favorecer la eliminación del bloqueo. Dado la composición actual del Congreso y la existencia de cuadros del gobierno en posiciones clave, interesados en mejorar las relaciones con Cuba. Situación que parece estarse reforzando dentro de la administración de Biden, cuando se dan iniciativas para ampliar los vuelos, mantener las visitas, levantar las restricciones a las remesas, restaurar el intercambio comercial, restaurar la embajada, volver a los intercambios académicos y liberar la posibilidad de que los norteamericanos viajen a Cuba.
Proceso de Formación de un Lobby Económico (Le)
Se trata de un proceso que avanza, en la perspectiva de eliminación de los obstáculos para el intercambio económico, restaurar las tarjetas de créditos, el incremento de las visitas de hombres de negocios a Cuba, incluso norteamericanos. El interés de Europa, China y Rusia por hacer negocios con Cuba. El apoyo que algunos gobiernos, como Francia y Alemania, les dan a las perspectivas de negociar con Cuba. Todo lo cual contribuye al crecimiento del interés en los estados Unidos por negociar con La isla, para no quedarse al margen de sus potenciales cambios económicos. Sobre todo, con la perspectiva del crecimiento del turismo en Cuba, la flexibilidad de las regulaciones para viajar a la Isla y la posibilidad cercana de que se levante la prohibición de que los norteamericanos viajen a Cuba para hacer turismo.
En realidad, durante los meses recientes, se mueven iniciativas concretas de inversión, posibilidad de liberar los créditos para el comercio con Cuba, acercamientos de colaboración a varios sectores de la economía cubana, colaboración científica, administración conjunta de capacidades turísticas, etc.
Apoyo de la Extrema Derecha Cubanoamericana en la Política contra Cuba (Ac)
Este proceso viene cambiando en la misma medida en que la derecha pierde fuerza y adeptos. Congresistas se mueven más bien en la dirección de mejorar las relaciones, y los congresistas cubanoamericanos pierden efectividad para atraer al resto de los miembros del congreso hacia sus posiciones.
El debate dentro de la comunidad cubana favorece el cambio de política y la eliminación del bloqueo y la administración, con Biden al frente, se opone a mantener la vieja política. Además, Cuba ofrece oportunidades crecientes al capital extranjero, despertando el interés de competir contra el capital europeo, asiático y ruso.
Tanto la derecha en los Estados Unidos, como la llamada disidencia en Cuba, han perdido la capacidad de dar marcha atrás a la política. Aunque permanecen intentos por dificultar que la nueva presidencia mejore las relaciones con Cuba.
La extrema derecha cubanoamericana ha perdido la iniciativa en el congreso y la han tomado un grupo de congresistas que continúan tratando de hacer avanzar la política a punto de ser inaugurada por Biden.
Proceso de Transnacionalización del Bloqueo (Tb)
La Transnacionalización del bloqueo ha perdido efectividad, en la misma medida en que Estados Unidos ya no amenaza a sus aliados por venir a negociar con Cuba. Es su interés eliminar el bloqueo y sus propios capitales comienzan a presionar crecientemente por negociar con Cuba. Casi ningún país apoya el bloqueo a nivel internacional y Cuba va ofreciendo oportunidades crecientes a la inversión extranjera. Lo cual presiona sobre el capital norteamericano, que siente se va adueñando del ambiente económico internacional una flexibilidad negociadora con Cuba, por parte de su propio gobierno, de la cual ellos internamente aun no disfrutan.
En la votación de Naciones Unidas, Estados Unidos se abstuvo de negarse a aprobar la resolución presentada por Cuba, asumiendo una actitud más acorde con las posiciones de Obama. En la última, Trump perdió la batalla. Por lo que las presiones transnacionales del bloqueo definitivamente han implosionado. Dado que se trata de una política en la que ya prácticamente ninguno de los aliados principales sigue a Estados Unidos.Abriendose un periodo de negociaciones con Cuba. El intento internacional de Estados Unidos, por aplicar La Helms –Burton ha fracasado. E internamente no parece avanzar.
Resistencia Internacional al Proceso de Transnacionalización del Bloqueo (Rtb).
Cuba ha logrado con su resistencia, quebrar a nivel internacional la política de bloqueo.
Solo falta eliminar la Ley Helms-Burton, que en definitiva fue la que genero la agudización del enfrentamiento contra el bloqueo a nivel internacional. Y provoco la respuesta de Estados Unidos, proponiendo a sus aliados la negociación, de no aplicarles el capítulo III de la ley, si estos lo acompañaban en las presiones de política contra Cuba.
Siendo ese el momento histórico en que el bloqueo adquirió su más criminal y agudo significado de aplicación transnacional.
Hoy, con la administración de Biden, no parece haber interés en retornar a esa política, aunque la Ley Helms-Burton continua vigente. Y todavía no ha sido eliminada la sanción contra Cuba, consistente en haberla devuelto a la demagógica y espuria lista de países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo.
Proceso de Negociación en la Búsqueda de un Consenso Internacional de Política para Subvertir a Cuba (N)
Esta variable ha perdido efectividad. Ya no hay nada que negociar. Estados Unidos no presiona sobre sus aliados para que lo acompañen en la política agresiva contra Cuba. Aun y cuando todavía el bloqueo no ha sido levantado, lo cual debe definitivamente ocurrir en el congreso norteamericano. No obstante, Biden posee las suficientes prerrogativas ejecutivas, como para convertir a la Ley Helms-Burton en una verdadero cascaron político. Contribuyendo así al alivio de las presiones económicas sobre Cuba, mientras el bloqueo no sea levantado.
Con la administración de Biden, más parce asomar una tendencia a la eliminación tales presiones.
Lo cual depende mucho de cómo le salgan las cosas a Biden, tratando de solucionar las dificultades internas que tiene.
Fue Estados Unidos quien presiono incansablemente sobre sus aliados, para que agredieran a Cuba y se convirtieran en alabarderos de su politica hacia la Isla.
Pero hoy los aliados de Estados Unidos tienen más problemas y dificultades de las que preocuparse. No pocos están convencidos ya de lo importante que les resulta independizarse de la politica norteamericana. Y algunos, hasta piensan en correr con los asuntos de su propia seguridad. Incluso desarrollando su capacidad defensiva.
Los aliados no volverán a ser los mismos de antes en las obediencias. Por lo que Biden no debe pensar que el retorno de los aliados será como hasta ahora. Temiendo por su seguridad y riéndoles siempre la gracia a la politica exterior de Estados Unidos. Ya los conflictos en el Medio Oriente les aportaron amargas experiencias.
Con Cuba la situación en Europa, viene cambiando hace ya algún tiempo. No pocos acercamientos se van produciendo. Mucho del capital europeo está convencido de que Estados Unidos lo que deseaba era preservar a Cuba para sí. Entonces Biden deberá hacer sus ajustes para que los aliados vuelvan a creer en los estados Unidos. Y Cuba se beneficiará de esa nueva relación entre Estados Unidos y sus aliados.
Efecto Administración (Ea)
Obama, como nadie, nunca antes, comenzó a imprimir su sello en la política hacia Cuba. Objetivo principal de esta variable. Biden, por su parte ha dicho que es partidario de la misma política seguida por Obama.
Biden no es un hombre de principios como Obama. Es un zorro viejo en politica y no se va a dejar llevar por ideas, sino por potenciales resultados.
Ninguna administración en los últimos 60 años había impactado tanto en la política hacia Cuba. Obama marco un momento histórico nuevo en la política norteamericana hacia Cuba. Que todo parece indicar la actual administración de Biden se propone continuar, aun y cuando todavía no haya realizado acciones específicas de cuál será su política hacia Cuba. Más alla de las declaraciones que conocemos.
Por eso, aunque se muestran avances, estos aún son tenues y deberemos mantenernos alertas, hasta tener precisadas cuales serán las características de la política de Biden hacia nuestro país.
Es demasiado complejo el mundo que Biden debe enfrentar, para pensar que tendremos una alta prioridad en su politica.
La agresividad extrema, la mentira y el simplismo caracterizaron la politica de Trump hacia Cuba. Se le podía ver venir con relativa facilidad. Solo debíamos cuidarnos. Porque las tiraba una tras otra y de manera continua.
Con Biden, aunque nos pueda beneficiar, la relación no va a ser tan sencilla. Pues está presente la sombra de la Directiva Presidencial de Obama, ya caracterizada más arriba. Por lo que deberemos estar muy alertas con lo que hará. Y cuidarnos también de las sorpresas. Tampoco esperar solo lo positivo y estar siempre preparados para responder. Asi como tampoco descartar lo peor. Dado que la Directiva Presidencial de Obama, que supuestamente sea la que sirva ahora de guía a Biden en su actual política hacia Cuba, fue muy engañosa y contradictoria.
La Habana, marzo 4 del 2021.
Esteban Morales Domínguez
UNEAC.
El 21 de febrero de 2021, se cumplen 56 años del asesinato de uno de los líderes revolucionarios más brillantes y consecuentes del siglo XX.
Nació en Omaha, estado de Nebraska, el 25 de mayo de 1925 y le pusieron el nombre de Malcolm Little. Fue hijo de un pastor bautista, seguidor de los ideales de Marcus Garvey y de una ciudadana de la isla caribeña de Granada. Con posterioridad a su peregrinación a la Meca, adoptó el nombre musulmán de Hajj Malik El Shabazz.
Su lucha fue ardua y en extremo difícil. Por caminos diferentes a los convencionales para la época, arribó a una concepción teórica y una estrategia de lucha para lo que él llamaba el pueblo negro norteamericano que lo hizo emerger como un líder en el combate mundial contra el imperialismo. Se caracterizó por evolucionar aceleradamente hacia las posiciones políticas más radicales de su época, tanto en el orden de la lucha interna contra el racismo en los Estados Unidos, como contra el imperialismo a nivel mundial.
Malcolm X vivió en Boston y en Nueva York. Al involucrarse en robos, drogas, juego ilegal y otros delitos de menor cuantía, fue apresado, permaneciendo hasta 1952 en una cárcel del estado de Massachussets, donde se incorporó a la organización musulmana Nación del Islam y adoptó el nombre por el que se le conoce hoy: Malcolm X.
La cárcel ejerció un impacto positivo sobre su joven personalidad, proceso en el cual recibió la ayuda de sus compañeros de militancia musulmana. Al salir de prisión, con apenas 27 años de edad, se propuso cambiar los erráticos derroteros de su vida anterior, convirtiéndose, un año después, en uno de los ministros de la Nación del Islam.
La idea más clara de lo que significaba la religión para Malcolm X, en el contexto de sus ideas políticas, fue expuesta por él con toda elocuencia, cuando dijo: “si tengo que aceptar una religión que no me permita librar una batalla por mi pueblo, mando al diablo esa religión”.1 Lo cual hace de este hombre, más que un simple ministro religioso, un luchador por alcanzar los mejores destinos para su gente, estando en su formación, prioritariamente determinado, cuál era el significado de la religión y cual el de sus concepciones y compromisos políticos.
Malcolm X atravesó por un periodo muy difícil de su vida política cuando, a partir de 1963, adoptó la decisión de apartarse de la Nación del Islam, organización a la cual debía mucho y que había tenido una muy fuerte influencia en su formación inicial.
Tal resolución tuvo lugar, cuando se percata, a partir de una conversación personal con el máximo líder y padre espiritual de la Nación del Islam, Elijah Mammad, a quien había seguido fielmente, que éste mantenía una conducta personal moralmente inadecuada, llegando a la convicción de que la función de los cuadros de esa organización, era sólo la de cuidar los intereses, no pocas veces espurios, de su líder. Constató, además, que el interés de la organización por la actividad política dentro del pueblo negro norteamericano era prácticamente nula, cuestión que resultaba del todo incompatible con sus inquietudes políticas.
La Nación del Islam, actuaba de manera inconsecuente con los principios que predicaba, en medio del abuso de poder y de autoridad de su máxima dirigencia, lo que provocaba que su jerarquía se involucrara continuamente en el encubrimiento de bochornosas acciones de beneficio económico, por medio de coordinaciones con el KK Klan y otras organizaciones racistas fascistoides. No era posible imaginar que una organización que tuviese como objetivo defender a los negros, se aliara con las mencionadas más arriba. Algo así solo podía ser explicado por el carácter corrupto de la organización en la cual se encontraba militando.
Tras su salida de la organización, Malcolm X comenzó a representar un peligro para la Nación del Islam, cuya tendencia nacionalista burguesa y liderazgo continuamente empeñado y comprometido en lograr espacios dentro de la economía del sistema capitalista en los Estados Unidos, era todo lo opuesto a lo que Malcolm X pretendía para una organización empelada en luchar por la liberación del pueblo negro norteamericano, como eran sus bien claras aspiraciones.
El Black Capitalism, como estrategia promovida para enrolar a los negros en las redes del sistema, no lo envolvería a él, apartándolo de sus verdaderos y reales intereses políticos. Tan firme convicción comenzó a representar un peligro para su vida.
Tales deficiencias, observadas en la organización en que militaba hasta entonces, fueron las que Malcolm X se propuso superar cuando, poco después, fundara dos organizaciones: la Organización de la Unidad Afro-americana (OUAA), iniciada en Nueva York, en 1964, y la llamada Mezquita del Islam, pretendiendo cubrir con ambas las inquietudes religiosas y políticas de las comunidades negras. De modo que, sin abandonar su fidelidad religiosa, luchaba al mismo tiempo por sus ideales políticos, estrechamente vinculados a las reivindicaciones de libertad para el pueblo negro norteamericano. Malcom X, en esencia, resultaba peligroso por ser anticapitalista y, más que ello, antimperialista.
Malcolm X ha sido tildado, no pocas veces, de racista y de violento. Muchos de los que no lo conocen, o lo conocen muy bien, sobre todo estos últimos, pretendieron denigrarlo, comparándolo negativamente con Martín Luther King. Consideraron a Malcolm, como el “demonio rojo”, y a Luther King, como el “ángel negro”. Esta oposición maniquea y de corte racista, se ha utilizado bastante y durante largo tiempo, para introducir mucha confusión en la comprensión del verdadero papel de ambas personalidades y del lugar de estos dos líderes en el contexto de la lucha del pueblo negro norteamericano.
Ciertos sectores reaccionarios del liderazgo político estadounidense, alimentaban continuamente esta confusión acerca de quién era realmente Malcom X, como algo conveniente, para dividir, en la mayor medida posible, al Movimiento Negro Norteamericano de la época, que para entonces había devenido en una fuerza de choque contra el racismo y la discriminación racial.
Malcolm X, no era racista, pues no juzgaba a nadie por el color de la piel; incluso muchas veces, cuando hablaba de los negros, más bien se estaba refiriendo a los no-blancos (decía negros, morenos, amarillos, rojos, etc.), para dar un giro comprensivo del problema de la colonización europea blanca contra aquellos pueblos, que de algún modo resultaban ser esclavos en su propia tierra; como el negro norteamericano, el cual –no se cansaba de repetirlo– no habían venido en el Mayflower. Estos conceptos le servían para identificar al enemigo común y forjar la alianza y la solidaridad que debía existir entre todos los explotados del mundo, fueran afro norteamericanos, chinos, indios, latinoamericanos, etc., desplegando así la más amplia concepción sobre el neocolonialismo.
Su visión le apartaba tanto del racismo blanco como del racismo negro, problema que en esa época afectaba a muchas organizaciones, acercándolo a una concepción verdadera de cómo debía ser la lucha contra el racismo y todo tipo de discriminación, incluida la de la mujer, asunto este al que también prestó su atención.
Malcolm X no le rendía culto a la violencia, pero no permitía era que el negro fuera llamado a ser pacífico, cuándo contra él se desplegaba y ejercía, continua y abiertamente, la violencia más despiadada. Decía entonces al respecto: “Yo mismo aceptaría la no-violencia si fuera consecuente, si fuera inteligente, si todos fuéramos no violentos, siempre fuéramos no violentos. Pero nunca voy a aceptar [...] la no-violencia de ninguna clase, a menos que todo el mundo sea no violento “ 2
Su rechazo a la no violencia partía de que la sociedad norteamericana estaba plagaba de violencia de todo tipo, principalmente contra la población negra. De ahí su oposición, con toda razón, a inculcar una ética que no practicaban la policía, ni los tribunales, ni la estructura capitalista norteamericana. Era una realidad de la que los negros, sobre todo, estaban obligados a defenderse. No era posible para él ser pacifico a ultranza, oponiéndose a la violencia, si todas las estructuras del sistema político norteamericano descargaban su violencia sobre el negro.
Comprendía profundamente que la violencia era inevitable, en la misma medida en que ésta provenía de la marcada tendencia e intención política de mantener a toda costa la explotación del negro, condenándolo de modo permanente a la condición de ciudadanos de segunda y tercera clase, en su propia tierra. A este objetivo contribuían todos los mecanismos, instancias y dispositivos del sistema político norteamericano.
Desde el principio de su formación como dirigente revolucionario, Malcolm, recibió no sólo el impacto de la lucha de los negros en los Estados Unidos, sino también el de la lucha de otros pueblos oprimidos dentro y fuera de ese país. Esta perspectiva se enriquecía continuamente con sus viajes por Asia y África fundamentalmente, lo cual le permitía tener una visión amplia de que la explotación racista no era solo un problema norteamericano, ni únicamente racial, sino también de clase, y tampoco exclusivamente nacional. Todo ello complementaba su visión antimperialista.
Es decir, desde sus orígenes como dirigente revolucionario, Malcolm X incorporó a su formación el fuerte componente internacionalista que siempre le caracterizó. Tanto en su pensamiento como en su accionar político, partían de que la lucha del pueblo negro en los Estados Unidos era sólo una parte de la lucha de liberación a nivel mundial, lo que le situaba en una posición muy por encima de cualquier líder negro norteamericano de su época. Y lo hacía sumamente peligroso ante las elites de poder. Mucho más que a Martin Luther King.
Malcolm X, incluso, no se consideraba norteamericano, sino víctima del norteamericanismo. En 1964, diría en Cleveland: “Yo hablo como víctima de este sistema norteamericano. Y veo a Estados Unidos con los ojos de la víctima. No veo ningún sueño norteamericano, veo una pesadilla norteamericana”.
Para Malcolm X, el sistema político norteamericano, era un sistema podrido, corrupto, de explotación, que enrolaba a los negros dentro de los mecanismos económicos y políticos de la explotación, la discriminación y la degradación moral. Lo cual le llevaba a poseer una visión del patriotismo, que en nada se parecía al patrioterismo y al espíritu patriotero, que siempre ha primado dentro de la nación norteamericana.3
Jamás utilizaba las frases “nuestro gobierno”, ni hablaba de “nuestras Fuerzas Armadas “, expresándose, entonces del modo siguiente: “No trates al Tío Sam como si fuera tu amigo [...] si fuera tu amigo no serías un ciudadano de segunda[...], no tenemos amigos en Washington”.4 Tales expresiones, también le convertían en una persona sumamente “peligrosa” para las estructuras de poder imperial, por lo que continuamente era perseguido por los servicios especiales norteamericanos, hasta su asesinato el 21 de febrero de 1965.
En los discursos, entrevistas y declaraciones de Malcolm X, queda muy claro que no compartía la estrategia de la lucha por los derechos civiles. Consideraba que esta forma de lucha no era la correcta. ¿Pero quería decir con ello que Martín Luther King no tenía la razón? En realidad, se trata de una pregunta muy difícil de responder, razón por la que preferimos enfocarnos en los inconvenientes que presentaban ambas formas de lucha y los problemas inherentes al contexto, tanto interno como internacional, en que tales batallas habrían de librarse.
No hay dudas de que Malcolm X era un líder más radical y de más amplia visión que Luther King; pero, ¿es posible afirmar, sólo por eso, que el primero tenía la razón?
En política, no siempre la radicalidad equivale al triunfo de la estrategia de lucha que se fundamenta en ella; como tampoco el que una estrategia de lucha no triunfe, significa que haya sido incorrecta. Son muchas las circunstancias que convergen en un proceso de lucha política, para llegar a conclusiones tan fácilmente. No obstante, lo cierto es que ambas estrategias de lucha presentaban sus inconvenientes.
¿Cuáles eran esas estrategias? Veámoslas muy sintéticamente.
Para Martín Luther King, la lucha de los negros debía concentrarse en reclamar de la sociedad norteamericana los derechos civiles que les correspondían por ser parte de la nación norteamericana. Entre estos derechos, identificaba como como fundamental el ser tratados como iguales. Esta lucha, además, se entendía estrictamente en los marcos del país, aunque no excluía la posibilidad de recibir la solidaridad internacional. El método de lucha, según King, debía ser totalmente pacifico.
Para Malcolm X, la lucha de los negros no excluía reclamar sus derechos civiles, pero debía concentrarse, fundamentalmente, en fortalecer sus comunidades, sus organizaciones políticas y religiosas para reclamar el lugar que correspondía a los negros dentro de la sociedad norteamericana. Esa lucha era enfocada sobre la base de lo que Malcolm denominaba “nacionalismo negro”; es decir, se veía al pueblo negro como una nación sojuzgada y explotada dentro de su propio país y al sistema capitalista existente como su enemigo. Desde su visión, la lucha debía formar parte de la lucha de todos los explotados del mundo; podía ser pacífica, pero no excluía el uso de la violencia si los explotadores la imponían.
Malcolm X consideraba que, tanto los Estados Unidos como los negros, tenían un problema muy serio: los negros y otras personas no blancas, no eran deseados internamente, por lo que tendía a tratarlos como ciudadanos de segunda y tercera clase. En relación con este asunto, precisaba: “[…] cada vez que te miras en el espejo, ya seas negro, moreno, rojo o amarillo, estás viendo a una persona que constituye un problema serio para Estados Unidos, porque no te quieren aquí”.5
Entonces todas esas personas debían unirse a sus similares en el mundo y levantar un gran movimiento de reivindicación que él llamaba “revolución negra”. Esa revolución tenía un enemigo común, el blanco colonizador, siempre europeo: los españoles en América, los ingleses en África, los franceses, los belgas, los portugueses, los alemanes; blancos todos, que se habían movido por el mundo con sus empresas coloniales, explotando a todos los pueblos americanos, asiáticos y africanos.
Argumentaba que ´los colonialistas imperialistas habían hecho lo mismo a todos, incluidos los negros norteamericanos, los que no habían venido en el Mayflowers, sino en los barcos negreros. El pueblo negro norteamericano era una masa que no había superado su condición de esclavitud, explotada en desigualdad de condiciones respecto al resto de toda la población blanca, también discriminada en el contexto de la vida social.
Malcolm X, llegó a otra conclusión muy importante; que se trataba de un pueblo, cuya situación no se diferenciaba para nada de la de los explotados del tercer mundo, en Asia, África y América latina. Sólo que ello discurría, bochornosamente, dentro de la sociedad mas rica del sistema capitalista mundial, en medio de la formación de una clase media negra, que servía de “espejo cóncavo”, en el que todos los negros debían aspirar a mirar sus aspiraciones. Hoy la mayoría de esa clase media se opone a la llamada Acción Afirmativa, como algo que los denigra ante los blancos, olvidando que más del 90% de la población negra norteamericana continúa viviendo bajo la línea de la pobreza.
Por eso, para Malcolm X no eran los derechos civiles la plataforma adecuada ni verdadera de la lucha de los negros en los Estados Unidos, pues al circunscribirse al plano nacional, los aliados naturales del pueblo negro norteamericano quedaban al margen, lo que resultaba muy conveniente para las elites explotadoras blancas, sobre la base del principio de “divide y vencerás “.
Por el contrario, Malcolm consideraba que la lucha de los negros norteamericanos debía ser enfocada sobre la base de los derechos humanos, pues estos tenían un carácter más universal y ofrecían una plataforma capaz de proyectar las batallas internas en el escenario de los debates librados en los organismos internacionales, como Naciones Unidas.
La claridad política de tal enfoque, respecto al marco en que se debía desenvolver la lucha del pueblo negro norteamericano, situaba el escenario en la lucha contra el imperialismo, vinculándose sólidamente a la lucha de todos los pueblos explotados del mundo y la percepción de un enemigo común, cuya única diferencia, decía, son las “mascaras nacionales” que asume.
Sus argumentos situaban la lucha en el ámbito de la necesaria solidaridad internacional entre los explotados directamente por sus oligarquías nativas, que no son más que clases subalternas aliadas de la oligarquía-transnacional, dentro de la cual, la clase burguesa monopolista de los Estados Unidos es la más poderosa, mejor articulada y más conectada a nivel mundial. Debido a ello, la explotación y la discriminación de que son objeto los negros en los Estados Unidos, les viene también como de rebote, resultado de la acción imperialista de esa nación a nivel mundial.
Este enfoque ofrecía, además, basamentos objetivos, prácticos y teóricos, para responder a la esencia de una lucha, que ha de ser, en definitiva, de carácter global, aunque se desenvuelva también en la instancia nacional. Por todo ello, Malcolm X sobrepasaba, con mucho, la visión de Luther King, en su lucha por los Derechos Civiles, esencialmente justa, pero muy limitada estratégicamente.
Por lo tanto, Malcolm X es un líder de la lucha contra el imperialismo a nivel mundial. No puede ser calificado únicamente como un líder de la lucha del pueblo negro norteamericano, ni solo contra el racismo y la discriminación, sino contra la explotación capitalista a nivel mundial.
Él se percató, muy tempranamente, de que mantener la lucha de los negros en el marco de los derechos civiles, solo podía beneficiar a las elites blancas explotadoras norteamericanas, que tempranamente habían diseñado y ponían en práctica un modelo de asimilación de la lucha del pueblo negro norteamericano a la dinámica del capitalismo en los Estados Unidos. Tal como hacen ahora para enfrentar la realidad de que los hispanos pasan a ser la minoría de más peso en Norteamérica.
Estas razones nos permiten afirmar, además, que las reivindicaciones alcanzadas por los negros como resultado de su lucha por los derechos civiles, no fueron pocas ni carentes de importancia; pero no pueden ser entendidas a profundidad, si no son vistas también como el alto precio que la elite de poder blanca norteamericana tuvo que pagar para “tranquilizar a los negros” y envolverlos en las redes de la maquinaria económica y política del capitalismo en los Estados Unidos.
Una expresión clara de por qué la lucha por los derechos civiles, no representó un cambio sustancial, esencial, en la situación del negro en Estados Unidos, la podemos constatar al analizar la pobreza dentro de esa sociedad. En la actualidad, más que en ninguna otra sociedad capitalista desarrollada, esta pobreza se identifica claramente con una estructura de poder –sostenida por unos pilares de estratificación social, cultural y racial conformados desde la colonización hasta el establecimiento definitivo del capitalismo en los Estados Unidos– y que no ha podido ser superada.
Durante los más de 200 años de vida de la nación, existe en esa sociedad una estructura social en la que, en términos generales, “raza”, clase, riqueza, status social y nivel de pobreza se coaligan estructuralmente de manera muy fuerte. Situación que para los negros arroja siempre las peores estadísticas en el comportamiento de su situación social, económica y política.
No es difícil percatarse de la claridad política de Malcolm X, cuando a principios de los años sesenta, trataba de forjar una estrategia de lucha verdadera, para sacar adelante al pueblo negro norteamericano.
Con su asesinato, se perdió la oportunidad y hoy no existen en ese país los líderes negros capaces de cambiar la situación y retornar a las ideas de Malcolm X, de que la población negra norteamericana se fortalezca como una comunidad integrada para luchar por su lugar dentro de la sociedad estadounidense y lograr algo más que ser absorbida e instrumentada por el “capitalismo negro” y atomizada por las migajas de participación social y política que los negros han alcanzado con la “affirmative action”, fuertemente cuestionada en los últimos años, bajo el ataque de un “racismo a la inversa” y continuamente impugnada por una gran mayoría la clase media negra, que encontró su espacio en los intersticios del gran capital norteamericano con la estrategia del “Black Capitalism” desplegada por el presidente Johnson.
Los negros han perdido su fuerza como comunidad, instrumentados como un sector más, que baila al compás de la música que interpreta y lidera la oligarquía blanca transnacional. Su única oportunidad ahora, estaría en sumarse a un contexto de lucha, donde no pocos desconocen las especificidades de la situación de inferioridad estructural que se mantiene para los negros dentro de la sociedad capitalista en los Estados Unidos.
El asesinato de Malcolm X fue el resultado de un grupo de situaciones que actuaron en sistema para eliminar de la vida pública de la sociedad norteamericana a una persona, que se había convertido en un peligro para los intereses de la oligarquía blanca dominante.
Malcolm X resultaba un líder mucho más peligroso que Martín Luther King. Este último, a pesar de su honestidad, entrega a la causa de los derechos civiles y deseos de favorecer a los negros, quedó enrolado en la mecánica del sistema y, en realidad, terminó siendo instrumentalizado para propósitos diferentes a los que le habían animado desde el principio. No obstante, ello no le salvó la vida, porque también sus ideas comenzaban a topar seriamente con los “límites de disidencia” que el sistema de poder norteamericano estaba en condiciones de admitir. Y que eran cada vez más estrechos.
Martín Luther King, era una persona demasiado digna para traicionar su causa, era un luchador honesto e inclaudicable por los derechos de su pueblo, pero no era un líder revolucionario. Su pensamiento no lograba abarcar los verdaderos límites de la lucha en que se había enfrascado; como sí estaban estos límites contenidos en el pensamiento de Malcom X.
La Conferencia de Bandung en 1954 y la Fundación de la Organización de la Unidad Africana, (OUA), la organización internacional más prestigiosa del continente africano, inspiraron fuertemente a Malcolm X y le aportaron una claridad meridiana sobre el verdadero carácter de la lucha en que se había enrolado.
Marcando una diferencia con el movimiento liderado por el Reverendo Luther King, Malcolm X trascendió el limbo de no estar en una organización política ni religiosa, fundando dos organizaciones al mismo tiempo, con dos objetivos diferentes, pero totalmente complementarios.
Al amar a su religión, lo primero que hizo fue reagruparse en una organización conocida como la Mezquita Musulmana, con sede en Nueva York, adoptando dentro de ella la religión auténtica y ortodoxa del islam. Pero como expresara Malcolm X:
teníamos un problema que iba mucho más allá de la religión y por esa razón establecimos la organización de la Unidad Afro americana (OUAA), en la que cualquier miembro de la comunidad pudiera participar en un programa de acción diseñado para lograr el pleno reconocimiento y respeto del pueblo negro como parte del género humano”.6
De casi no ciudadanos, pues los negros no podían votar, no eran aceptados en las universidades, no podían ingresar en el ejército, apenas eran admitidos en las fábricas, pasaron a ciudadanos de segunda clase. Cuando finalmente comenzaban a ser recibidos, el capitalismo los absorbió y quedaron integrados en una dinámica, que, hasta hoy, mantiene a una masa de más del 90% en la condición de ciudadanos de segunda o tercera clase.
Como resultado de todo ello, en los Estados Unidos no existe hoy un movimiento negro ni siquiera parecido al de los años sesenta, como tampoco existe un liderazgo político negro, capaz de atraer nacionalmente a los negros a una amplia lucha por sus reivindicaciones. En la actualidad, casi todos los líderes negros constituyen piezas funcionales del sistema político norteamericano, siendo la principal aspiración de casi todos ellos arribar a las estructuras de poder y beneficiarse de la opulencia del capitalismo estadounidense.
Al margen de otras consideraciones, lo cierto es que Malcolm X, tanto por su claridad política y su consecuencia teórica, como por la justeza de sus acciones y aspiraciones, ha de ser reconocido más que como un líder de la lucha de los negros en los Estados Unidos, como uno de los estrategas de la lucha revolucionaria contra el imperialismo a nivel mundial. Sus ideas y las batallas que libró, continúan siendo un apreciable caudal de experiencias para la lucha de los negros en los Estados Unidos y de todos los pueblos explotados del mundo. Como fruto ideológico de aquellas batallas que Malcolm X emprendió, una masa nada despreciable de personas negras está encontrando, en las luchas de la clase obrera, un camino a seguir. No único, ni suficiente para ellos, pero importante.
Recientemente, con la administración de Donald Trump, ha emergido The Black Live Matter, un movimiento que parece encarnar una esperanza para la lucha contra el racismo y la discriminación racial en los Estados Unidos; muy lejos todavía de lo que representaron, tanto Martin Luther King como Malcolm X, aunque una esperanza al fin. De quedar enrolada en los cambios que tienen lugar hoy dentro de la sociedad norteamericana, ella pudiera tener un importante significado en la lucha de los negros por sus reivindicaciones.
De todos modos, ya la administración de Biden, al parecer consciente del peligro que representa el racismo dentro de la sociedad estadounidense actual, prepara las medidas que le ayuden a absorber tal situación y de manera unida enfrentar los serios problemas dejados por Donald Trump. Esta disposición, sin dudas, representa una oportunidad para que los negros puedan, tal vez, mejorar su lugar dentro de la sociedad norteamericana actual.
1 Ver Malcolm X: Habla Malcolm X, discursos, entrevistas y declaraciones, Editorial Pathfinder, United States, 2002, p. 114. Todas las referencias de este trabajo han sido tomadas de esta obra.
2 Malcolm X: Ob. Cit. p. 142
3 Malcolm X: Ob. Cit. p. ___.144.
4 Malcolm X: Ob. Cit. p. ___.146
5 Ob.p.145
6 Malcolm X: Ob. Cit, p.200.
7 Ibid. P.200.
By Esteban Morales
Moncada, Readings
http://moncadalectores.
I think that we are already making some progress in what could
be the new relations with the United States.
The United States Senate confirmed Alejandro Mayorkas as
Secretary of National Security. A man with an outstanding
record in the negotiations with Cuba during the Obama
administration.
At the same time, Emily Mendrala, a prominent connoisseur of
relations with Cuba, has been appointed Coordinator of
Emigration and Cuban Affairs of the Department of State. And
at the same time, Senator Ron Wyden, Chairman of the Senate
Finance Committee, presented a bill on trade between Cuba and
the United States. Which, he said, seeks to repeal the
sanctions and establish normal commercial relations with
Cuba. All this in the context of President Biden having
declared that relations with Cuba will be reviewed. Though
how far and at what speed we do not know. And in the context
of a Congress with a Democratic majority in the House and 50
and 50 in the Senate and a Vice President as tie breaker. I
think it’s been a long time since we've been in a situation
like this.
Without a doubt, things with Cuba are beginning to move. In
the midst of an environment where Trump's decision to put Cuba
back on the List of Countries Sponsor Terrorism has had very
negative repercussions. Undoubtedly, the objective of the
ousted President was none other than to further complicate the
task for the newly elected President.
Trump's disastrous policy in the face of the pandemic,
disrupting relations with allies, leaving the economy in the
midst of the most acute crisis, exacerbating the racial
question, criminalizing immigration relations and then
promoting the assault on the Capitol seems not to have been
enough for Trump. In the case of Cuba, he also put Title III
of the Helms-Burton law into practice, laid on more than 200
aggressive measures, and topped it off with putting Cuba back
on the List of Countries Sponsoring Terrorism. From which
Obama had removed us -- quite rightly -- in 2015.
There is much that Biden must dismantle to get things working
with any normality. Which is why I believe that we should not
rush, because in the midst of this bulky agenda, we should not
hope that the case of Cuba will have a very high priority in
the policy of the new Administration.
Nevertheless, it is astonishing that appointments have already
been made that do lead to some hope.
At the very least, the aforementioned people appointed at
least know the Cuban issue thoroughly and carry plenty of
experience. Which is above all the case of Mr. Mayorkas, who
negotiated the 22 agreements in the opening of Obama to Cuba.
In reality, it all depends on how far President Biden intends
to go with Cuba. How near or how far he wants to go from what
Obama did.
If he wishes to do the same as Obama, there is already an
advanced terrain upon which to move with that same specialist
who already was a part of it all. That said, given the damage
that Trump did to Obama's policies towards Cuba, there are
some obvious priorities:
Remove us from the List of countries that promote terrorism,
from which Obama had already removed us in 2015.
Repeal the decision to apply Title III of the Helms-Burton Law
which no administration had previously dared since passage of
the Bill in 1996 given the damage that this could do to the
relations of the United States above all with its allies.
Because if, as Biden's spokesperson declared, Cuban-Americans
are the best ambassadors to Cuba, then restoring flights,
travel visas, people-to-people exchanges and tourism is the
first apple to fall from the tree.
From there returning to normal at the U.S. Embassy in Havana
follows logically, jettisoning the stupidity of a non working
consulate.
Revitalize visits, academic exchanges, student visits,
exchanges of functionaries, flights to the provinces, etc.
Restore remittances. And the facilities for sending money to
Cuba.
Lift sanctions on hotels. And the ability to use credit
cards.
That is where it could start and if they are such good
ambassadors, it could well open the possibility that residents
of the United States, North Americans and Cuban-Americans,
could invest in Cuba.
We know that there are things that are a little more
complicated. The famous problem of the so-called zunzuneo,
the sonic buzzing: with which it is more than proven that Cuba
had nothing to do.
Then there are these:
Return to the Migration Agreements that were already signed.
Revitalize collaboration in the interdiction of drug
trafficking. How beneficial that has been to the United
States. And how effective Cuba has been shown to be.
Of course, it would be very usefu for the U.S. Embassy to
abandon the "bad vices" for which Trump had been using it.
At the same time, it cannot be forgotten that the foreign
policy panorama which which Biden has to deal is quite
complex. And Biden is no angel, but an imperial president
with the job of defending the interests of the world's leading
power, a hegemony more threatened than ever before.
So there are many challenges that he faces, and no great
reason to think that he will behave well with us while trying
to meet them. Trump lost a lot of ground, the world is in
turmoil with the andemic, and the supremacy of the United
States is more than in danger. They are caught up in
confrontation, especially with China. With Russia too and
there are plenty of other worries. In this hemisphere, the
Left is gaining strength again and their allies, let's say,
Brazil, Chile, Colombia, Ecuador, Peru, are seeing people
going into the streets; Bolivia has gotten out of hand;
Venezuela has proven beyond their control; hopefully we won’t
get bound up in that. Haiti burns. In reality, Cuba would be
the lesser evil. Only Panama and Costa Rica seem to be calm.
This has got to be a stimulus to them for coming to some trms
with us: We are the closest problem and perhaps the lesser
evil.
Then there is the Middle East, Iraq, Iran, Afghanistan, Libya,
Syria, Palestine, Israel. They all have problems and require
policies. To confront such problems, it first is necessary to
rebuild relations with the Allies and within NATO, which Trump
ended. And many of those who previously supported them no
longer support them.
We are then at the beginning of a path, or at the beginning of
one already traveled. Hopefully, President Biden's promises
to resume Obama's policies are true. I believe that for both
countries it is a second chance, a chance that the Donald
Trump administration frustrated, with treachery and
underhandedness. Biden is not Trump, although he is not Obama
either. He is the 12th President we have had to deal with.
I'm sure he won't be a Trump, but will he be an Obama or the
closest thing?
There has not been time yet to determine it. Let's wait a
little bit.
Havana, February 6, 2021
translated
by Merriam Ansara
Esteban Morales Domínguez.
UNEAC
Creo que ya vamos avanzando algo, en lo que pudieran ser las nuevas relaciones con Estados Unidos.
El senado de Estados Unidos confirmó a Alejandro Mayorkas, como Secretario de Seguridad nacional. Quien tuvo una participación destacada en las negociaciones con Cuba durante la administración de Obama.
Al mismo tiempo Emily Mendrala, una destacada conocedora de las Relaciones con Cuba, ha sido nombrada Coordinadora de Emigración y Asuntos Cubanos del Departamento de Estado. El Senador y presidente del Comité de Finanzas del Senado Ron Wyden, presento un Proyecto de Ley de Comercio entre Cuba y Estados Unidos, que según dijo, busca derogar las sanciones y establecer relaciones comerciales normales con Cuba. Todo ello en el contexto del Presidente Biden haber declarado, que serán revisadas las relaciones con Cuba. Aunque ¿hasta dónde y a qué velocidad No sabemos? También con un Congreso de mayoría demócrata en la cámara y 50 y 50 en el senado, con una Vicepresidenta que puede desempatar. Creo que hacía mucho tiempo que no estábamos así.
No obstante, sin dudas, las cosas con Cuba comienzan a moverse. En medio de un ambiente en que la decisión de Trump de haber puesto de nuevo a Cuba en la Lista de Países que patrocinan el terrorismo, ha tenido una repercusión muy negativa para la medida y para quien la adoptó. Sin dudas el objetivo del Presidente defenestrado, no era otro que complicar aún más la tarea al nuevo Presidente recién elegido.
A Trump no le ha bastado su desastrosa política ante la pandemia, haber desbaratado las relaciones con los aliados, dejar a la economía en medio de la más aguda crisis, agudizar la cuestión racial, criminalizar las relaciones migratorias y haber promovido el asalto al capitolio. En el caso de Cuba, haber puesto en práctica el título III de la Helms –Burton, ponerle más de 200 medidas agresivas y volverla a meter en la Lista de países Patrocinadores del Terrorismo, de la cual Obama nos había sacado en el 2015.
Es mucho lo que Biden debe desmontar, para llegar a trabajar con alguna normalidad. Por eso creo que no debemos apurarnos, pues en medio de esta abultada agenda, no debemos esperanzarnos con que el caso de Cuba vaya a tener una muy alta prioridad en la política de la nueva Administración.
Sin embargo es asombroso, que ya se hayan logrado nombramientos, que trazan algunas esperanzas. Al mismo tiempo las personas nombradas, al menos conocen a fondo el tema de Cuba y cargan experiencias suficientes. Sobre todo el Sr. Mayorkas, quien negocio los 22 acuerdos de la proclama de Obama sobre Cuba. En realidad, todo depende de hasta donde el presidente Biden se proponga llegar con Cuba. Lo más cerca o lejos que se quiera situar de lo que hizo Obama.
Si desea hacer lo mismo que Obama ya hay un terreno adelantado, además con el Especialista que lo negocio todo. Aunque, dado el daño que Trump le hizo a la politica de Obama hacia Cuba, hay cosas que aparecen como prioridades evidentes:
-Sacarnos de la Lista de países promotores del terrorismo.
-Derogar la aplicación del título III de la Helms –Burton, a lo que ninguna administración se había atrevido desde su aprobación en 1996, por el daño que esto podía hacer a las relaciones de Estados Unidos con sus aliados.
-Si la Vocera de Biden declaro, que los cubano-americanos son sus mejores embajadores. Cómo se dice, se cae de la mata que restaurar los vuelos, los visados de viaje, el intercambio pueblo a pueblo y mover el turismo, están a las puertas.
-Lo anterior nos lleva a normalizar las tareas de la Embajada en La Habana, echando a un lado la estúpida medida de que el consulado no funciona.
-Revitalizar las visitas, el intercambio académico, las visitas de los estudiantes, el intercambio interfuncionarios, facilitar los vuelos a provincia, etc.
-Restablecer las remesas y el envío de dinero a Cuba.
- Levantar las sanciones a los hoteles. El uso de las tarjetas de crédito.
Por ahí se podría comenzar y si son tan buenos embajadores, bien se podría abrir la posibilidad de que los residentes en Estados Unidos, norteamericanos y cubanos-americanos, pudieran invertir en Cuba.
Sabemos que quedan algunas cosas un poco más complicadas. El famoso problema del llamado zunzuneo, sobre el cual está más que demostrado que Cuba no ha tenido nada que ver.
- Retornar a los Acuerdos Migratorios ya firmados.
-Revitalizar la colaboración en la interdicción del narcotráfico. Qué tan beneficioso le ha sido a Estados Unidos y en lo que Cuba ha demostrado gran efectividad.
Claro que sería muy útil que la Embajada abandonara los “malos vicios” para los cuales Trump la había estado utilizando.
Al mismo tiempo, no es posible olvidar que el cuadro de política exterior con que Biden tiene que enfrentarse es bastante complejo. Biden no es un ángel sino un Presidente imperial, defendiendo los intereses de la primera potencia del mundo, que está viendo más amenazada que nunca su hegemonía.
Por lo que son muchos los retos que enfrenta, en cuyo cumplimiento podemos pensar que no se portara muy bien con nosotros. Trump perdió mucho terreno, el mundo está revuelto con la Pandemia y la supremacía de Estados Unidos está más que en peligro. El enfrentamiento, sobre todo con China, los tiene mal. Con Rusia también y el resto les preocupa sobremanera. En el hemisferio, las izquierdas están tomando fuerza de nuevo y a los aliados, digamos Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Peru, con el pueblo en las calles, Bolivia que se les fue de las manos, Venezuela que no logran controlarla, esperemos que no nos liguen. Haití arde. En realidad, Cuba sería el mal menor. Solo parecen estar tranquilos Panamá y Costa Rica. Luego arreglar con nosotros tiene su estimulo, somos el problema más cercano y tal vez el mal menor.
En el Oriente Medio, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Siria, Palestina, Israel. Todos tienen problemas y reclaman de sus políticas. Un mundo que para enfrentarlo tiene primero que reconstruir las relaciones con los Aliados y dentro de la OTAN, que Trump acabo con ellas y muchos de los que antes los apoyaron, ya no les apoyan.
Nos encontramos entonces en el comienzo de un camino o en el recomienzo de uno ya andado. Ojalá, las promesas del Presidente Biden, de retomar las políticas de Obama sean ciertas. Creo que para ambos países es una segunda oportunidad, que la administración de Donald Trump frustro, con alevosía y nocturnidad. Biden no es Trump, aunque no es Obama tampoco. Es el Presidente No. 12 con que nos las tenemos que ver. Estoy seguro que no será un Trump, pero ¿Sera un Obama o lo más cercano?
No es tiempo aun, de determinarlo. Esperemos un poquito.
6-2 -2021.
Autor: Esteban Morales Domínguez
UNEAC.
Desde el Triunfo de la Revolución Cubana, lo que haya ocurrido en las elecciones presidenciales norteamericanas, ha tenido un impacto en la política de los Estados Unidos hacia Cuba. No ha podido ser apreciado de otra manera.
Los cambios de presidencia en los Estados Unidos, siempre han sido esperados como momentos de cambios y ruptura de la política hacia Cuba.
Con Donald Trump, hemos vivido o estamos viviendo aun, uno de los momentos más desastrosos del comportamiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Que ha retrotraído las relaciones con La isla, prácticamente, a los peores momentos de la confrontación entre ambos países. Por lo que, a diferencia de la anterior administración, de la de Trump, no hemos podido esperar nada bueno, ni un respiro.
Por tanto, es lógico, esperar que esta nueva administración traiga aparejado algún cambio en la política de Trump hacia Cuba. Sobre todo, al tratarse de un Presidente demócrata, que desplego la vicepresidencia del País, en unos momentos en que el presidente de turno, Barack Obama, realizo acciones considerables para cambiar la politica hacia Cuba. Al considerar que la politica seguida hasta esos momentos, era incompatible con los verdaderos interses de Estados Unidos con Cuba. Véngase a ver, cuáles son esos verdaderos intereses.
Entonces, aunque sea por herencia, o por haber participado de la politica del precedente mandatario demócrata, es lógico pensar que ahora Joe Biden, como nuevo presidente demócrata, continue la politica desplegada por Obama, o al menos haga cambios que puedan ser considerados como positivos, comparados con la politica extremo agresiva ejecutada por Donald Trump.
No obstante, considero, que, si en algo la politica del nuevo Presidente continuara la politica seguida por Obama, se pone de manifiesto cuando dijo, “… que Cuba no está cerca de la libertad y la democracia”. NO obstante haber señalado también, “… Que se necesita una nueva politica hacia Cuba, porqué el enfoque actual no está funcionando”. Y me pregunto, ¿funcionando para qué?
Es que en el discurso de Biden, hay todavía un gustico a Guerra Fria, que no es posible desterrar. Ya tendremos oportunidad de saber qué quiere decir toda esta retórica.
Luego para mí, la politica de Biden, seguirá la retórica de la politica de Obama, para continuar algunos derroteros que fueron típicos de la politica del presidente Obama.
Como creo que hizo este último, por dividir el bloqueo en dos: flexibilizándolo hacia la sociedad civil cubana, con ciertas medidas de beneficio hacia el pueblo; y al mismo tiempo, manteniendo las presiones del bloqueo hacia el gobierno, para obligarlo a hacer concesiones, que permitiesen controlar el proceso de cambios internos, que , desde esa época, ya vivía Cuba, orientándolos hacia los intereses, de hacer de Cuba una economía de mercado con una democracia liberal, que nos acercaría definitivamente a los intereses de Estados Unidos.
No ha existido aun una administración norteamericana que haya podido convivir con los interses de Cuba, por permitir a este devenir en una Sociedad Socialista. No se ha observado nunca ese nivel de permisibilidad en la politica de estados Unidos hacia Cuba. Y no creo que ahora con Biden vaya a tener lugar algo diferente. No es simple desconfianza, sino porque no pocas veces, al pájaro se le conoce por su defecada. Y Biden no ha sido
ningún angel.
Es que la confrontación entre Cuba y Estados Unidos, es más que una confrontación entre sistemas políticos diferentes. Púes esta comenzó cuando aún Cuba era una colonia de España y los Estados Unidos hizo todo lo posible por comprarla, pedir su autonomía, o convertirla en una neocolonia, consiguiéndolo al final de la Guerra de Independencia Cubano-Española hacia las postrimerías del siglo XIX.Habiendo cumplido entonces sus aspiraciones formuladas en la llamada “Politica de la fruta Madura”. La que pregonaba, que Cuándo Cuba cayera del árbol de España no iría a parar sino a las manos de Estados Unidos. Con el consiguiente corolario, de que “mientras ello no ocurriera, Cuba no podría ser de nadie más”. Luego la politica hacia Cuba, es un interés del Estado Norteamericano.
Todo ello sobre la base de una concepción geopolítica, en la que Cuba era el “resultado de la sedimentación de las arenas del Mississippi en el Golfo de Méjico”; es decir, era parte del territorio de los Estados Unidos. Por lo que resultaba legitimo cualquier cosa que se hiciese para mantenerla bajo el control de Estados Unidos.
Es que el logro fundamental que hemos obtenido con la derrota de Trump, aun no aceptada por este, ha sido que logramos alejar un poco el peligro. Pero no podemos ilusionarnos con que Biden va a transformar la naturaleza imperial de lo que Trump trato de hacer con su politica, hacia el mundo y hacia Cuba en particular.
No obstante, si Trump hubiese seguido, ello habría tenido unas consecuencias funestas.
Pero, es que, en definitiva, demócratas y republicanos, no son más que managers del imperio. No son más que los administradores contratados por la oligarquía.
Por lo cual, cuando Cuba se defiende de esa politica norteamericana, que quiere mantenerla bajo su control. No está luchando, simplemente, contra una politica, sino contra una cultura politica, dentro de la cual, Cuba aparece siempre como parte del territorio continental de los Estados Unidos; es decir, como un archipiélago que es parte del territorio etadounidense.
¿Querrá o podrá Biden, superar ese síndrome geopolítico y tratar a Cuba como una nación igual e independiente, que, por demás, quiere ser una nación de régimen político propio y soberano, diferente de Estados Unidos?
No lo creo. Con Biden se pondrán de manifiesto las mismas intenciones de Obama. Desplegar una Politica de “Cambio de Régimen”, más o menos paulatina, no caraterizable como la política de Trump; pero con los mismos objetivos de convertir a Cuba en una extensión del territorio continental de la Nación estadounidense.
Sin embargo, hasta dónde y cómo llegamos con Obama en su politica hacia Cuba, debe ser objeto de un fuerte estudio analítico por parte de nuestro país. Para valorar hasta donde no llegamos con Obama, al saber sus secretas intenciones; y hasta donde podríamos llegar con Biden, que no es simplemente un seguidor de Obama. Dado que su historia y comportamiento, nos dicen otra cosa.
Creo que con Biden, debiéramos, lo más rápido posible, explorar hasta dónde quiere llegar con Cuba. Es decir, ganar tiempo al proceso que siguió Obama. Lo cual creo debemos hacerlo, sobre la base de no repetir pasos que ya están dados y que debemos explorar si Biden está dispuesto a darlos. Lo cual nos permitiría aquilatar con cierta rapidez hasta donde este Presidente, que se nos presenta como continuador de Obama, quiere llegar con la politica hacia Cuba. Sobre todo, porque el caso de Cuba, siempre ha gozado de cierta especificidad en la politica de Estados Unidos.
Biden tiene 4 años para avanzar en las políticas, mientras que Obama estuvo más de 12 meses negociando con Cuba antes de comenzar a cambiar con sus medidas de acercamiento la politica hacia Cuba.
Es decir, una administración como la de Biden, podría ahorrarse el tiempo que Obama invirtió en negociar con Cuba. Dado que, si quiere seguir el comportamiento de Obama, ya tendría ese camino adelantado, debido a lo que ya se ha negociado entre ambos.
Entonces, como un proceso de prueba, Biden podría retomar los aspectos siguientes:
Retomar el acuerdo el acuerdo diplomático de las embajadas. Que fue bastante rápido, una aspiración de Obama.
Cumplir con los 22 acuerdos firmados entre ambas administraciones.
Poner en marcha los Grupos de Trabajo de cooperación.
Restablecer los servicios consulares.
Adoptar medidas económicas minimas. Entre las que podrían estar eliminar las restricciones a las remesas.
Retomar las categorías de viaje y eliminar las restricciones existentes.
Terminar con aquellas restricciones financieras que afectan el turismo.
Biden, no parece tener compromisos con una actitud contraria a buscar algunos arreglos con Cuba. Y pienso que el compromiso con su Presidente, ayudándolo fuertemente en la campaña le agrega una cierta dosis de lealtad y de agradecimiento.
No obstante, como ya he manifestado en varias ocasiones, es en los Estados Unidos, donde la politica hacia Cuba debe cambiar, aunque no es nada despreciable, lo que Cuba puede hacer para que esa politica cambie. Creo que Cuba está obligada, entre otras cosas a lo siguiente:
-Claro que no es momento de hacer depender los pasos internos que Cuba debe dar, haciéndolos depender de la politica de Estados Unidos, con Biden o sin Biden.
-Cuba tiene sus planes de reforma, bien diseñados y en los que ya las marchas atrás o ralentizaciones, no son aceptables, sobre todo, hacia lo interno.
-Tampoco dar señales de una influencia de Estados Unidos en la politica a seguir por Cuba, echaría agua a la canasta de cualquier administración, aunque se tratara de un Biden con interés de controlar esos avances.
-Cuba debiera encaminar su politica a la mejora de las relaciones con Estados Unidos, aunque nunca haciendo depender ninguno de los cambios que está obligada hacer al comportamiento de ninguna administración norteamericana.
-Cuba debiera aprovechar una politica, como puede ser la de Biden para hacer avanzar las relaciones con su emigración en los Estados Unidos.
-Cuba debiera impulsar de nuevo los intercambios políticos y académicos dentro de la sociedad norteamericana.
-Una politica de Biden, dirigida a mejorar las relaciones migratorias con Cuba, mejora hasta la situación de la disidencia, que observo con Trump como tenía dificultades para los visados y sus viajes a los Estados Unidos.
-Cuba no debe aceptar el sentido de simetría en las relaciones con Estados Unidos, que le obligarían a hacer concesiones para lograr un pleno entendimiento con los Estados Unidos. Púes por esa vía se le exige a Cuba una agresiva reforma económica que acerca las dinámicas de la economía interna cubana a las de cualquier economía de mercado. Cuestionando siempre la existencia de una economía planificada en Cuba, que es la esencia de su régimen económico socialista.
-Solo en el contexto de defender sus reformas económicas como las de una economía planificada, enfocada a la satisfacción de las necesidades de su pueblo, es que Cuba puede mostrarla voluntad indispensable de avanzar en la normalización de las relaciones con Estados Unidos. Si se aparta de esos preceptos, Cuba mostraría una debilidad, que sería mortal frente la politica de estados Unidos. Pues, aun pensando en las mejores intenciones de una administración, Cuba siempre estaría presentando un flanco muy débil, que sería aprovechado por las fuerzas de derecha, que dentro de los Estados Unidos siempre están alertas, para hacer uso de cualquier debilidad de Cuba.
Entonces, si Biden se propone seguir con Cuba una politica igual o similar a la de Obama, que es lo de esperar, se tiene que preparar bien para aprovechar lo que sería una segunda oportunidad en las relaciones con los Estados Unidos. Qué Cuba necesita más que nunca, dado la situación en que se encuentra. En el contexto de una crisis económica mundial, en el contexto aun de una pandemia, que ha afectado seriamente su crecimiento económico, que ya era débil, viéndose además obligada a consumir reservas, que aún no ha podido reponer.
No debemos olvidar, que ningún presidente de Estados Unidos, había utilizado garrote y zanahoria con tanta brillantez como lo hizo Obama. Cuba no se dejó engañar, pero ello le costó también a sacrificar algunas oportunidades, que ahora debe reconsiderar, en el contexto de lo que podría ser una segunda oportunidad.
Hay que decir, que la histórica confrontación entre Cuba y Estados Unidos, no debe terminar en una guerra, sino en una reconciliación en la que ambos obtengan beneficios.
El mayor beneficio de Cuba, sería que esa confrontación terminara con independencia y soberanía.
Es que solo una administración que rompa con la regla de la hostilidad hacia Cuba, junto al interés de crear espacios económicos y políticos, para controlar a la Isla, es lo que permitiría que Cuba pudiese en realidad tener normales relaciones con Estados Unidos. Dé lo contrario, por parte de Cuba, siempre existirá el celo, a veces desmedido, por su soberanía e independencia, pero que siempre la ha salvado de todas las trampas que Estados Unidos le ha tendido.
Tenemos ahora, creo, la oportunidad de probar nuevamente, de probar nuestras trampas, autoinflingidas o no, las del enemigo fundamental, una administración norteamericana, que ya no se llama Barack Obama, sino Joe Biden, que pueden ser iguales o no con Cuba, que puede traer más o menos trampas, de las cuales tendremos que defendernos una vez más; o que nos puede generar la suficiente confianza, como para creer que con ella podemos avanzar hacia, al menos, una mejoría en las relaciones y quizás a una normalización.
De todos modos, las administraciones norteamericanas cambian cada año y puede que traigan nuevas sorpresas, Cuba, sin embargo, permanece siendo la misma, por lo que talvez en eso consista nuestra ventaja para sobrevivir.
Aparte, de que nunca debemos considerarnos el ombligo de la politica norteamericana, que tiene tantos interese en el mundo y que por tantas cosas pueden variar sus prioridades. Dejándonos a un lado, o prestándonos atención según su conveniencia. Por lo que se trata de una batalla más, en que aún no se puede ver el final de la guerra. Por lo que auguro, que viviremos mucho tiempo más, siempre teniendo que prepararnos para lo que viene.
Autor: Esteban Morales Dominguez.
UNEAC
Recientemente leí un artículo en Facebook, de Lion Santisteban y otros Autores, plagado de errores al tratar el problema racial en los Estados Unidos. Hay errores, aunque también intencionalidades.
Su error principal consiste en no considerar al racismo, como un fenómeno estructural dentro de la sociedad norteamericana.
Su tesis principal: que los negros debemos ser aconsejados a depender de nuestros esfuerzos y ello es más que suficiente para lograr el triunfo. El consejo no es malo, pero sí bastante perverso e ingenuo.
Mencionaban entonces un largo listado de artistas negros de la música y el cine, que habían ascendido por su esfuerzo, con independencia de su color de la piel. Cosa que es cierta, pero que nada tiene que ver con la existencia y el funcionamiento del racismo en los Estados Unidos.
El error esencial de sus formulaciones, más bien neoliberales, para endulzar a la sociedad norteamericana, consiste en olvidarse de que el racismo en los Estados Unidos es un fenómeno estructural. Es decir, forma parte y funciona como elemento integrante dentro del sistema de relaciones capitalistas de la sociedad norteamericana.
El ejemplo de los que logran cruzar las dificultades para alcanzar el éxito, dentro de esa sociedad, no niega la existencia del racismo ni de la discriminación racial; todo lo contrario, los reafirman. Por ley de los contrarios.
Por lo que situar y tomar como ejemplo a los que han llegado a triunfar, no es más que una forma de endulzamiento de la realidad, que es mucho más compleja y contradictoria de lo que los autores asumen.
El racismo no nació del capitalismo, vino de la mano de la sociedad colonial esclavista, aunque al capitalismo le brinda un servicio inestimable. Adueñándose de el para sostener su régimen de explotación. Al convertir el color de la piel, en una variable de diferenciación social, acción más sofisticada y difícil de superar que la esclavitud.
En la sociedad colonial el esclavo podía obtener su libertad; en el capitalismo no. Pues se encuentra sometido a una estructura social en la que su lugar esta predeterminado, liberándose de ella solo por excepción.
Los argumentos esgrimidos, resultan además la tergiversación de una larga historia, en la que el negro norteamericano comenzó siendo esclavo y pagó un alto precio por participar en la vida económica y más tarde en la política. Sobre todo, la mujer negra. Ello no hizo más que darle formas de participación social, pero sin liberarlo de las ataduras sociales que su condición de negro implica. Es decir, sin liberarlo de los prejuicios al color de la piel, la discriminación y el racismo.
El racismo es un fenómeno estructural de la sociedad norteamericana. Es parte integra de la institucionalidad de esa sociedad y solo con la terminación del capitalismo podrán crearse las condiciones para comenzar a eliminarlo de la vida social del país. Pues tampoco desaparece automáticamente, al desaparecer el capitalismo, dado que permanece en la cultura heredada.
Cuba con una revolución radical y más de 50 años de lucha por su eliminación, no ha logrado terminar con el racismo, ni la discriminación racial. Funcionando como un paradigma para la comprensión de que, con el fin del capitalismo, solo comienza el periodo histórico para crear las condiciones que posibiliten eliminar el racismo.
Cierto que el negro norteamericano nos aventaja en que posee por lo general una gran conciencia racial, pero no nos aventaja en como Cuba ha ido paulatinamente, creando las condiciones para eliminar el racismo. Ahora con una conciencia social más avanzada, en cuanto a la necesidad de su eliminación y una conciencia, en parte importante de su dirección política, de que la tarea de eliminar el racismo y la discriminación racial, se debe llevar adelante. Contándose ya con una Resolución Gubernamental, como instrumento para formular una estrategia de lucha contra el racismo y la discriminación racial.
Luego se equivocan los autores del artículo cuando aconsejan, púes no se trata de un asunto individual sino de toda la sociedad. No se trata de que la sociedad les permita o facilite a unos individuos llegar. No se trata de que algunos por su esfuerzo lleguen. Tampoco de que algunos pasen las barreras para ser tratados como iguales, sino de que todos puedan alcanzar la igualdad y la justicia.
Ni siquiera estadísticamente es válido el análisis de los autores.
En la sociedad norteamericana, los negros ocupan el penúltimo escalón en la pirámide demográfico-social. Por encima solo de los pueblos originarios y de los esquimales, que ocupan los últimos escalones. Por lo que, ni habiendo alcanzado el éxito, un negro en los estados Unidos, llega al nivel de consideración que esa sociedad solo reserva al blanco.
Los datos estadísticos muestran claramente las diferencias para los negros, en términos de desempleo, acceso a la salud, acceso a la justicia, etc.
No se trata de que un negro pueda o no económicamente y hasta socialmente, llegar a vivir como un blanco. No, es que la estructura social ha quedado diseñada para darle un lugar como negro.
Lo demás es una circunstancia o una casualidad de la vida. El negro no llega a conseguir nunca la posición del blanco dentro de la sociedad capitalista norteamericana y cuando lo logra, se trata de una circunstancia excepcional, que no hace más que confirmar la regla. La regla es que el negro este por debajo y los años más recientes la han confirmado.
Por eso el artículo de marras, no es más que un intento neoliberal, de quitarle, de limpiar al capitalismo de las lacras del racismo.
31 de mayo del 2020.