El Lago Lemán, conocido también como el lago de Ginebra, es una enorme masa de agua con unas dimensiones de lo más sorprendentes, pues mide 72 km de longitud y 12 km de anchura. Estas medidas lo convierten en el mayor lago de Europa Occidental, un lugar, además, salpicado por pueblos y ciudades que aglutina gran parte del turismo de esta zona de Suiza, aunque para ser sinceros, el 40% de la superficie pertenece también a Francia.
Centrándonos en la parte suiza, el considerable 60% del lago, podemos recorrer un gran número de bellas ciudades, como por ejemplo Ginebra. Muy cerca de la frontera de Francia, la capital del cantón es la más poblada de Romandía y la segunda de Suiza tras Zurich. Un buen lugar para alojarnos si queremos conocer el lago en profundidad.
En cuanto a los monumentos, son muchísimos los que destacan. Por ejemplo, la Catedral de Saint-Pierre, emplazada en el lugar más alto de la Ciudad Vieja, a unos 404 m sobre el nivel del mar. Al parecer, se construyó en el lugar en el que se levantaba un antiguo templo romano. Su fachada destaca por un estilo románico tardío con elementos góticos. Otro lugar a destacar sería La Casa Tavel. En plena Ciudad Vieja, se trata del bastimento más antiguo de la zona. Aparece mencionado por primera vez en el año 1303 y tras su fachada gótica se ubica el Museo de la Antigua Ginebra.
Otra de las localidades que uno puede visitar es Nyon. Este hermoso pueblo a orillas del Lago Leman fue fundado por los romanos, allá por el año 50 a.C. En esos días se conocía con el nombre “De los equestris del Lulia de Colonia” y fue una de las colonias romanas más importantes de Suiza. De su patrimonio es destacable el Castillo de Nyon, construido por Luis I de Saboya a finales del siglo XIII.
La bella Lausana es otro de esos rincones del lago que no puedes perderte. Conocida como sede del comité Olímpico Internacional, cuenta con una amplia lista de monumentos, entre los que se puede destacar la Catedral protestante Nuestra Señora de Lausana, con su hermoso portal pintado y su fachada gótica, el Castillo de Ouchy, el Castillo Santa María o la Torre d l’Ale, la última torre de las fortificaciones de la ciudad.
No podemos dejar atrás ciudades como Vevey, conocida por ser la sede de la multinacional Nestlé. En ella, destaca la ciudad antigua, salpicada por un sinfín de monumentos históricos y museos. Es una verdadera delicia pasear por zonas como la Grande Place, conocida como Place du Marché. Si lo hacemos un martes o un sábado nos encontraremos con un gran número de puestos de mercado. Además, también son destacables La Grenette, una construcción en uno de los extremos de la plaza que era usada como granero de la ciudad, el Castillo de L’Aile o el Musée Suisse de L’Appareil Photografique.
Además de todas estas ciudades y pueblos, alrededor del lago destacan otros monumentos como el Castillo de Chillon, que fue popularizado por Rousseau y por Lord Byron.
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Imagen: Gavilla
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Montreux es una ciudad y comuna suiza ubicada en el cantón de Vaud. Localizada en la ribera septentrional del precioso lago Lemán, Montreux se levanta a los pies de los Alpes, siendo por tanto el paisaje que la rodea de gran belleza; y es que, hay que destacar que es un punto de partida perfecto para los amantes del senderismo, pudiendo realizar un sinfín de excursiones andando o divisando sus paisajes gracias a su tren de montaña, el famoso Tren Cremallera, conocido como Rochers de Naye.
Entre abruptos flancos, en la orilla que da al bosque, el casco antiguo se levanta ofreciendo unas vistas asombrosas del lago. Está a tan sólo diez minutos andando desde la ribera, y merece la pena pasearse por sus calles, salpicadas por casas encantadoras.
Es destacable el Museo de Montreux, donde el turista podrá conocer un poco sobre el rico pasado de esta comuna. Asimismo, también se puede visitar el Teatro Montreux-Rivera o la Maison Visinand. No obstante, si hay un edificio famoso en este lugar es, sin duda, el Casino Barrière. Fue reconstruido tras un brutal incendio que lo consumió durante el 4 de diciembre de 1971. Las imágenes de las nubes de humo levantándose sobre las aguas del lago inspiraron a Ian Gillan, de Deep Purple, para crear la canción Smoke on the Water.
Lo cierto es que Montreux ha estado vinculado a la música desde siempre. Así, el mismísimo Freddie Mercury quedó prendado por la belleza y encanto de este rincón suizo. Desde 1979, hasta su muerte en 1991, el vocalista pasó largas temporadas en esta comuna, donde tenía una vivienda y un estudio de grabación. El amor de este pueblo por la figura de Mercury es apreciable en muchos lugares, como en el que se ubica la impresionante estatua de Freddie Mercury, un monumento de 3 metros de alto en la plaza Du Marche.
Puedes leer más sobre esta emblemática estatua en Homenaje a Freddie Mercury en Montreux.
Pero no se pude abandonar la comuna sin realizar un largo paseo por el turístico Lago Lemán.
Y ya que te encuentras en Montreux, no pierdas la oportunidad de maravillarte con una de las construcciones más importantes y visitadas de la región: el castillo de Chillon. Con 110 m de largo y 50 de ancho, y una altura de 25 m, es una importante atracción turística. Una edificación defensiva ya habitada desde la Edad de Bronce, y que fue fortificada por los romanos. Llama la atención por el lugar de su construcción, en una roca ovalada de piedra caliza que se adentra en el lago. Sin duda una imagen hermosísima que hará que saquemos la cámara de fotos al instante.
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El aeropuerto internacional de Zurich o aeropuerto de Kloten está situado doce kilómetros al norte de esta ciudad suiza. Desde el propio aeródromo hay muy buenas comunicaciones tanto para llegar a Zurich como para ir a Berna o Basilea, entre otras ciudades.
Sin embargo, si queremos alojarnos en los alrededores del aeropuerto hay varios hoteles que nos ofrecen una estancia perfecta. Los hay para todos los gustos, así que no vais a tener problemas si vuestro avión llega tarde o necesitáis dormir cerca del aeropuerto para salir en un vuelo muy temprano.
– Hotel Allegra
Situado junto a la estación de tren de Kloten, a dos kilómetros del aeropuerto, este hotel de cuatro estrellas es una de las mejores opciones que tenemos. Construido en 1999, cuenta con 132 habitaciones y servicio de enlace gratuito con el aeródromo. Entre sus instalaciones tenemos aparcamiento gratuito, restaurante, piscina, instalaciones para negocios y recepción abierta las 24 horas.
– Hotel Park Inn By Radisson Zurich Airport
Hotel de cuatro estrellas situado en una calle principal de Kloten, a cinco minutos en coche del aeropuerto. Construido en el año 2001, cuenta con 208 habitaciones repartidas en un edificio de cuatro plantas. Además de enlace gratuito con el aeropuerto, ofrece un restaurante, un bar, gimnasio, diez salas habilitadas para dar conferencias, parking y conexión gratuita wifi a internet.
– Hotel Welcome Inn
Este hotel de tres estrellas está situado en el centro de Kloten, apenas a dos kilómetros del aeropuerto. Cuenta con 98 habitaciones muy elegantes y agradables con todo lo necesario para disfrutar de una magnífica estancia. Ofrece servicio de enlace gratuito con el aeropuerto, dos restaurantes, jardín de verano, piscina pública a cinco minutos a pie y conexión gratuita wifi en todo el edificio.
– Apart Hotel By Hilton
Este hotel de tres estrellas se encuentra situado en el distrito financiero de Zurich, a solo cinco minutos en coche del aeropuerto. Cuenta con 67 habitaciones que disponen de baño completo, televisión de pantalla plana, nevera y aire acondicionado. Entre los servicios que ofrece están enlace gratuito con el aeropuerto, aparcamiento, bar, salón con vistas, instalaciones para reuniones y centro de negocios.
Más información y reserva en: Apart Hotel By Hilton
MÁS INFORMACIÓN DE UTILIDAD PARA TU VIAJE
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Una de las mejores maneras de viajar a Suiza es precisamente hacerlo en avión. Al ser un país pequeño no vamos a necesitar movernos dentro de él volando (se usa el coche o el tren, sobre todo), sin embargo para llegar hasta aquí sí que es lo más aconsejable. En Suiza tenemos cinco aeropuertos en total, cuatro de ellos de carácter internacional, situados a lo largo y ancho del país para poder ir a cualquier punto del mismo.
– Aeropuerto Internacional de Zurich Kloten
Es el aeropuerto más importante y transitado de Suiza. Lleva el nombre del lugar en el que se encuentra (Kloten), once kilómetros al norte de la ciudad. Desde el aeródromo hay trenes, tranvías, autobuses y taxis que enlazan con Zurich (junto al aeropuerto está la autopista que comunica con Basilea y Berna). La parada está en el subsuelo de la Terminal B, y en diez minutos podéis estar ya en el centro de Zurich (en taxi, coche o autobús depende del tráfico)
Más información: guía de viaje a Zurich
– Aeropuerto Internacional de Berna
Situado a solo 7 kilómetros de la capital suiza, en la localidad de Belp, cuenta con autobuses y taxis que lo unen a Berna. Estos autobuses pueden ir tanto a la estación de trenes de Berna como a la de Belp. La compañía Airportbus Berna opera con autobuses cada treinta minutos, mientras que el transporte público también es muy cómodo. Las paradas de taxis están a la salida de la terminal, y en diez minutos os llevan a la ciudad.
Más información: guía de viaje de Berna
– Aeropuerto Internacional de Basilea – Mulhouse
Este aeropuerto sirve al área fronteriza que ocupan Basilea, Mulhouse y Friburgo (Alemania). Está situado a 8 kilómetros al noroeste de la ciudad suiza y está comunicado con autobuses y taxis. Estos autobuses os pueden llevar tanto a Basilea como a Mulhouse o Friburgo (con paradas en las estaciones de trenes). Las paradas de taxis están frente a la terminal y en menos de 15 minutos (según el tráfico) estaréis en Basilea.
Más información: guía de viaje de Basilea
– Aeropuerto Internacional de Ginebra – Cointrin
Este aeropuerto es otro de los más importantes de Suiza y de centro Europa. Situado cinco kilómetros al norte de la ciudad, se enlaza con ella a través de trenes, autobuses y taxis. La estación de tren está a unos 300 metros del aeropuerto, y desde aquí se llega en poco más de cinco minutos a Ginebra. Hay autobuses que incluso os llevan a los pueblos de los alrededores que pertenecen ya a Francia. Las paradas de autobuses y taxis se hallan a la salida de las terminales.
Más información: aeropuerto internacional de Ginebra
– Aeropuerto de Lugano
Este aeropuerto apenas se halla cinco kilómetros al oeste de Lugano, muy cerca de la frontera con Italia. Se comunica con la ciudad suiza a través de trenes, autobuses y taxis. La estación de trenes del aeropuerto está en Agno, a unos diez minutos a pie. Desde aquí solo hay diez minutos al centro de Lugano, lo mismo que en bus o taxi. Las paradas de ambos transportes se encuentran a la salida de la terminal.
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Lausana es una ciudad que se adapta perfectamente a todo. Es universitaria, centro de congresos, cultural, capital olímpica y gastronómica (es la sede desde el año 1913 del Comité Olímpico Internacional). Son muchos los aspectos y singularidades que atraen de ella, amén de estar situada a orillas del Lago Leman, un escenario más que pintoresco para disfrutar de su verdadera esencia.
Capital del cantón de Vaud, en la actualidad cuenta con algo más de 140.000 habitantes (la quinta más grande de Suiza), de ahí que no sea una ciudad excesivamente grande. Está situada sobre tres colinas diferentes, por lo que desde su parte más alta se contempla una preciosa panorámica del lago. Su fantástica ubicación y su carácter la convierten en una ciudad moderna, intelectual y vanguardista. La gran mayoría de suizos la consideran el mejor lugar para vivir en su país.
VISITAS EN LAUSANA
– Catedral
Una de las catedrales góticas más bonitas de Europa, fue construida entre los siglos XII y XIII. Tanto la puerta como la fachada están profusamente decoradas con esculturas y bajorrelieves. Algo que contrasta con la austeridad del interior, a excepción de la gran sillería del coro y el rosetón, ambos del siglo XIII. Imprescindible subir los 225 escalones de cualquiera de sus dos torres para disfrutar de la panorámica. En la actualidad se llevan a cabo en ella diferentes trabajos de restauración.
- Más información: Gótico increíble en la Catedral de Lausana
– Museo Olímpico
Inaugurado en 1993, este museo recuerda la historia de los Juegos Olímpicos desde la antigua Grecia hasta la actualidad. Se trata del centro de información del movimiento olímpico más grande e importante del mundo. Gracias a su vertiente interactiva realmente resulta mucho más que un museo, ya que podemos sentir muy de cerca los logros y las hazañas de todos los deportistas que han pasado a la historia de los Juegos. Abre todos los días de 09.00 a 18.00 (hasta las 20.00 horas los jueves).
- Más información: Museo Olímpico en Lausana
– Museo de Arte Hermitage
Esta fundación, alojada en una magnífica mansión señorial del siglo XIX, presenta a lo largo del año diferentes exposiciones temporales de arte al más alto nivel. Por aquí han pasado monográficos de grandes artistas como Degas, Magritte, Renoir, Picasso y Dalí entre otros, amén de las esculturas de Rodin o Rodero. No hay que olvidar tampoco las preciosas vistas que desde aquí se tienen tanto de la catedral como del Lago Leman.
– Lago Leman
Ginebra y Lausana son las dos grandes ciudades que se hallan a orillas de este lago. En verano hay quien lo disfruta bañándose en él, aunque tal vez lo mejor son los paseos en barco. Desde el Petit Lac, entre Ginebra y Nyon, se puede hacer un pequeño crucero a través del Grand Lac entre Lausana y la ciudad francesa de Evian, y de aquí hasta el Haut Lac de Montreux a Thonon. Las vistas de los Alpes y las diferentes ciudades y pueblos desde el agua son magníficas.
– Barrio de Flon
Para pasear relajadamente por Lausana y disfrutar de buen ambiente tanto de día como de noche nada mejor que pasarse por aquí. Un barrio que en sus orígenes era industrial y marginal pero que, con el paso de los años, se ha convertido en santo y seña de la modernidad. Hay tiendas de todo tipo con escaparates cool, restaurantes, bares, pubs… El mejor lugar para ir de compras por Lausana y, a su vez, pasarlo estupendamente con su gran oferta de ocio.
– Castillo de Beaulieu
Situado al noroeste de la ciudad, este castillo fue construido a mediados del siglo XVIII y en él vivió durante un tiempo la escritora suiza Madame de Stael. Hoy alberga el Museo de l’Art Brut, una curiosa mezcla de obras de arte creadas por personas marginadas por la sociedad y que se encontraban en cárceles, clínicas psiquiátricas y otros lugares olvidados. Un movimiento de vanguardia que Jean Dubuffet bautizó de esta manera en la década de los 40 del siglo XX.
- Más información: Museo del Art Brut en Lausana
– Parque Le Bourget
Situado junto al Lago Leman, se trata de una reserva natural ideal para dar un paseo o descansar después de una jornada de turismo. Fue creado por Louis Bourget entre 1915 y 1920, aunque no toma su aspecto actual hasta 1962. Se puede pasear, disfrutar del paisaje, sentarse a ver el atardecer sobre el lago o contemplar las vistas del cercano Castillo de Vidy. Muy recomendable en verano, ya que de día está muy animado (sobre todo la zona del Camping de Vidy) y de noche ofrece el espectáculo visual de las luces de las luciérnagas.
– Vivario de Lausana
Si visitáis la ciudad con niños no podéis por menos que acercaros hasta el vivario. Aquí encontraremos la mayor colección europea de reptiles vivientes accesible al público. Cuenta con más de cien especies diferentes a las que se les ha creado un espacio similar al de su hábitat natural. Veréis serpientes, iguanas, cocodrilos, tortugas, anfibios, escorpiones, arañas… Una visita no demasiado conocida en la ciudad suiza pero que a los más pequeños les encantará.
– Otras visitas
Debemos pasear por el centro histórico de Lausana para disfrutar de monumentos y atractivos como el Ayuntamiento del siglo XVII, el Castillo de Santa María (sede del gobierno del cantón de Vaud), la Iglesia de San Francisco, el Palacio de Rumine (inaugurado en 1906 y que hoy alberga algunos museos y una biblioteca universitaria), la Iglesia de San Lorenzo o las escaleras que nos llevan hasta el mercado de la Place de la Palud. Desde aquí tenemos una maravillosa perspectiva de la catedral.
EXCURSIONES
Amén de los paseos en barco por el Lago Leman para visitar Ginebra, Montreux o la ciudad francesa de Evian, una buena opción es tomar el Train des Vignes o Tren de los Viñedos que va de Vevey hasta Chexbres para disfrutar de los espléndidos viñedos de Suiza. Hay ciudades suizas cercanas que merecen la pena como Sion, Friburgo, Biel o Neuchatel, todas ellas a menos de cien kilómetros. Tal vez lo mejor sea moverse en coche o en tren (hasta Ginebra se tarda 45 minutos).
CLIMA
El clima de Lausana es de tipo continental húmedo, que se caracteriza por sus grandes variaciones de temperaturas entre los meses de verano e invierno. En invierno hace frío y suele nevar, llegando a situarse por debajo de los cinco grados bajo cero. Este frío se posa sobre Lausana entre los meses de noviembre y abril. En verano las temperaturas superan los 30 grados, sin bajar nunca de los 15 ni siquiera de noche. Las lluvias se dan especialmente tanto en primavera como en otoño.
COMPRAS
Ya os hemos comentado antes que el Barrio de Flon es uno de los lugares ideales para irnos de compras por Lausana. Amén de este espacio hay que tener muy en cuenta las calles peatonales situadas en los alrededores de la Plaza de San Francisco, la más importante de la ciudad. La Rue de Bourg es la más comercial, aunque sus tiendas son un poco exclusivas. Los miércoles y sábados por la mañana hay numerosos mercados al aire libre en las calles aledañas al Ayuntamiento. Los centros comerciales más importantes se hallan en la zona moderna y la periferia, entre ellos el los de la Rue Saint Laurent. La compra diaria hay que hacerla en las cadenas de supermercados Migros o Coop.
- Más información: Centro de Lausana para las compras
GASTRONOMÍA
Lausana es una de las grandes capitales gastronómicas en Suiza, de ahí que vais a poder encontrar restaurantes para todos los gustos. Hay que probar las tradicionales fondue de queso, los embutidos locales, el chocolate suizo, las salchichas de Le Chalet Suisse (un restaurante con vistas al lago y los Alpes), los filetes de perca del Lago Leman, el salmón, el papet del Vaud (salchicha con col), el pastel con arrope y los dulces y tartas. Todo ello acompañado de los vinos blancos y tintos del cantón de Vaud.
VIDA NOCTURNA
El Barrio del Flon y sus alrededores es un buen lugar para salir de noche por Lausana, tanto para cenar como para tomar una copa y bailar. Precisamente en la cercana Plaza de Europa hay bastantes discotecas, aunque tal vez la más conocida sea Le Mad en la Rue de Geneve. El centro histórico cuenta con bares, tabernas y restaurantes más populares, aunque tal vez un poco más caros. Buen ambiente se respira también en otro de los barrios modernos de la ciudad, Saint Pierre, además de la Place du Tunnel. En verano la vida nocturna se traslada a orillas del Lago Leman, especialmente en la zona de Ouchy.
TRANSPORTES
Lausana cuenta con sistema de metro, ideal para moverse entre la zona alta de la ciudad y el Ouchy. Funciona entre 06.15 y 23.45 horas, con frecuencias de trenes de ocho minutos. Asimismo hay una interesante red de autobuses y tranvías por toda la ciudad que complementa a esta línea de metro. Para trayectos más largos y más rápidos tenemos la opción del taxi. Lausana no es una ciudad muy grande, así que se puede recorrer fácilmente a pie o alquilando una bicicleta (los universitarios es el medio de locomoción que usan).
- Más información: El metro de Lausana, el único de Suiza
CÓMO LLEGAR A LAUSANA
El aeropuerto más cercano es el de Ginebra. Desde aquí hay que viajar primero a esta ciudad y luego tomar el tren a Lausana (el trayecto no supera los 45 minutos). Entre mayo y finales de septiembre también se puede hacer el recorrido entre Ginebra y Lausana en barco, aunque se tarda más de tres horas. Sin duda la mejor opción es volar a Ginebra y una vez allí tomar el tren, aunque también es accesible alquilar un coche y moverse con más tranquilidad y rapidez.
ALOJAMIENTOS EN LAUSANA
No vamos a tener ningún problema a la hora de encontrar alojamiento en Lausana, ya que hay hoteles para todos los gustos, hostales, pensiones, casas de alquiler e incluso campings. Si queréis reservar habitación en la ciudad lo podéis hacer a través del siguiente enlace: Hoteles en Lausana.
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Zurich es la ciudad mas grande de Suiza, y sus orígenes se remontan al tercer milenio antes de Cristo. El lugar que actualmente ocupa esta ciudad (rodeado de verdes colinas y junto al Lago de Zurich) ha sido habitado por diferentes culturas desde la prehistoria y fue romanizado alrededor del año 15 a. C. Se le dio el nombre de Turicum (palabra de la que desciende Zurich), aunque poco después (aproximadamente en el 550 a. C.) las tribus germánicas del norte terminaron por expulsar a los romanos.
En esta urbe cosmopolita (considerada como el centro financiero de Suiza) convive el contraste de los edificios antiguos con el más moderno diseño. Entre los lugares y monumentos mas representativos de la ciudad podemos destacar la Iglesia de San Pedro, el Grossmünster (un templo románico del año 1100) y el Jardín Botánico de Zurich. No nos faltarán museos que visitar, ya que la cultura es uno de los valores por los que apuesta esta ciudad, tales como ell Museo Rietberg, el Museo de Juguetes (muy curioso) o el Museo Beyer del Tiempo (una impresionante colección de relojes y formas de medir el tiempo).
El Hotel Sorell Seidenhof de Zurich, de categoría 3 estrellas, es un hotel de tipo urbano y céntrico. Ideal para viajes de negocios, está situado a 10 km del aeropuerto, en el distrito financiero de Zurich, a menos de 5 minutos a pie de la estación de autobuses (100 metros) y la del tren (500 metros) y podremos visitar museos, la ópera o incluso pasear por la Avenida del Lago. Cuenta con 84 habitaciones, servicio de recepción las 24 horas, lavandería y tintorería, peluquería y salón de belleza. También se admiten animales, aunque abonando un extra.
Las habitaciones (insonorizadas) están preparadas para que no echemos nada en falta. Decoradas de forma sencilla y elegante, están habilitadas para el uso de personas discapacitadas y cuentan con calefacción, minibar, una mesa de trabajo y acceso tanto a Internet como a televisión o teléfono. También podremos disfrutar de un té o un café mientras leemos la prensa del día y escuchamos la radio. Aparte de servicio de habitaciones , minibar y caja fuerte, cada habitación cuenta con baño propio, equipado con secador.
– PARA RESERVAR:
– Información Práctica
– Servicios del Establecimiento
– Servicios de la Habitación
MÁS INFORMACIÓN
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En pleno centro de la ciudad de Friburgo y junto a la plaza de la Catedral, se encuentra un curioso y llamativo edificio de color rojo conocido como Historische Kaufhaus o Almacenes Históricos. Dotado de un diseño arquitectónico impresionante, su planta baja está adornada por cuatro arcos orientados hacia la Catedral de San Nicolás, y en sus extremos podemos contemplar dos pequeñas torres de estilo gótico tardío. En sus paredes se encuentran los escudos heráldicos de Maximiliano I, de Carlos V, de Fernando I de Habsburgo y de Felipe el Hermoso, hechos por Hans Sixt von Staufen entre los años 1520 y 1531.
La Casa de los Comerciantes fue construida en el siglo XIV para que sirviese como oficina de aduanas, además de para gestionar y controlar las transacciones comerciales, importaciones y exportaciones en la ciudad. Los primeros registros históricos en los que se menciona datan del año 1378, aunque no fue hasta 1520 que tomó su aspecto actual y su diseño se atribuye principalmente al arquitecto Lienhardt Müller. En el año 1550 se le añade a la estructura principal el balcón del piso superior, trabajo realizado por el constructor Jörg Sorger.
A lo largo de su dilatada historia ha sido reformado y remodelado en varias ocasiones, e incluso en alguna ocasión se tuvo que reconstruir parcialmente en 1744 debido a los daños sufridos durante la guerra. El salón principal del interior es el llamado Salón Imperial o Salón del Emperador, en honor no a Guillermo I, y está decorado con varios retratos, entre los que podemos distinguir a María Teresa de Habsburgo, a Francisco II o a Isabel de Parma.
Actualmente se utilizan algunas de sus cuatro salas históricas para celebrar eventos importantes relacionados con Friburgo. Pese a que la mayor parte del tiempo ha sido empleado como casa de aduanas y gestión comercial, entre los años 1947 y 1951 el edificio acogió la sede del Parlamento del Estado Federal de Baden.
Información práctica
Foto vía: fotocommunity
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Los ideales de libertad, igualdad y fraternidad que trajo consigo la Revolución Francesa tuvieron un importante eco en la sociedad suiza durante la década de 1790, pese a ello, las reformas en lo social y económico llevadas a cabo en Francia no llegaron a Suiza hasta el año 1797. Durante estos años, Francia estaba a la búsqueda de países aliados a modo de defensa contra las monarquías de Europa, y pronto Suiza se vio inmersa en esta búsqueda de «países satélites».
El expansionismo francés tuvo como resultado la anexión del obispado de Basilea en 1793, a la que más tarde se uniría la Veltelina (territorio de los Grisones) de mano de Napoléón. Durante el mes de Enero de 1798 Frédéric César de la Harpe, entonces lider del Cantón de Vaud, pide ayuda a Francia para liberar Berna de la presencia de los reaccionarios, y los franceses encuentran el pretexto perfecto para iniciar la invasión de la Confederación. Aunque Berna fue el cantón que mayor resistencia ofreció a los franceses, terminó por sucumbir ese mismo año, dando comienzo a la decadencia de la Confederación.
La ocupación francesa de suiza tuvo como principal consecuencia su participación forzosa en las numerosas guerras que asolarían a la vieja Europa durante los siguientes 16 años. Buen ejemplo de ello es el año 1799, cuando Suiza se convierte en un improvisado campo de batalla entre franceses y tropas rusas y austriacas, que llevaron a la casi completa ruina del país.
Por si esto fuese poco la rivalidad entre los federalistas y los centralistas puso a Suiza bajo la sombra de la guerra civil, en la que el propio Napoléon intervino en calidad de mediador y representante de la República Helvética. En 1803 ambos grupos firman la paz mediante el Acta de Mediación, quedando con ello restaurado el antiguo sistema de cantones, equiparando además a sus territorios dependientes en cuanto a derechos, dando origen a seis nuevos cantones: País de Vaud, Argovia, Turgovia, los Grisones, San Gall, y el Tesino.
Pese a que su nueva constitución declaraba a Suiza como territorio neutral, el país se vio en la obligación de aportar soldados a Francia, condición que nunca terminó de agradar a los suizos, de hecho las cifras de reclutamiento descendieron drásticamente en los años posteriores.
Quizá el más célebre de los combates en que suizos y franceses combatieron juntos fue cuando apenas 1.300 efectivos suizos tuvieron que mantener a raya a los 40.000 soldados rusos, en las proximidades del río Berezina. Aunque la operación fue un éxito, sólo 300 soldados suizos pudieron vivir para contarlo. Gracias a su sacrificio, la práctica totalidad de los franceses que trataban mientras tanto de desplegar sus tropas hubiese sido aniquilada.
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La Reforma Calvinista fue iniciada en Suiza por Juan Calvino, al mismo tiempo que en Alemania difundía su mensaje Martín Lutero. En Francia se buscaba la reforma de la iglesia mediante las ideas de los filósofos humanistas, pero su fracaso debido a la resistencia de los conservadores de la Universidad de la Sorbona dejó el campo libre a las ideas calvinistas en el país galo, así como en Inglaterra y en Holanda.
Juan Calvino, aconsejado por su familia, decidió estudiar derecho y poco después de terminar sus estudios en la Universidad de París se declaró afín a las ideas reformistas, que tan populares eran entre los más selectos círculos franceses. A causa de sus ideales y tras la publicación de su obra «La Institución de la Religión Cristiana» en 1536 sufrió la persecución de la Iglesia, por cuestionar los principios de la Salvación. Mientras que el Luteranismo afirmaba que el hombre sólo podría salvarse gracias a su fe, Calvino sostenía que la fe era importante e imprescindible para la salvación, pero que ésta dependería en último término de la voluntad de Dios.
En el año 1536 Calvino se instala en la ciudad de Ginebra, en una época en la que Suiza ya estaba familiarizada con las reformas religiosas, y encuentra en ella un clima social ideal para el desarrollo de sus ideas reformistas. También fue decisivo para ello la influencia de los comerciantes burgueses, que vieron en el Calvinismo una forma de justificar el capitalismo dentro de una doctrina religiosa.
Con mayor influencia tanto política, como religiosa y ética, Calvino funda el Consistorio de Ginebra, una asamblea gobernativa que se dedicó a controlar la administración de la ciudad, además de prohibir actividades como el teatro, el baile o los juegos de apuestas. El Consistorio de Ginebra celebró su primera sesión en el año 1541 y estaba formado por el conjunto de pastores de la Iglesia de Ginebra y doce ancianos laicos y representantes de los diferentes municipios, conocidos como presbíteros (la palabra presbyteros proviene del griego y significa «anciano»).
Como es natural, el Consistorio de Ginebra no estuvo exento de detractores por su férrea disciplina, tachándolo de represivo y agravado por estar gobernado en última instancia por un extranjero. También hubo reacciones en el otro sentido por parte de algunos fieles al catolicismo, acusando al Calvinismo de ser demasiado permisivo con las injusticias sociales.
En lo laboral, la doctrina Calvinista aseguraba que el enriquecimiento y el éxito en los negocios eran prueba de la aprobación divina, y por tanto de su predestinación para ser salvado. Además de ello, se veía a los pobres como gentes que Dios pretendía castigar por sus malas acciones, aunque podrían redimirse mediante el trabajo. Los capitalistas podían entonces realizar actividades que la Iglesia Católica les había prohibido, como por ejemplo los préstamos con interés.
Las ideas Calvinistas se extendieron por Francia (donde se conoció como hugonotes a sus seguidores), por los Países Bajos e Inglaterra. En Escocia se convertió en la Iglesia Presbiteriana, por estar fuertemente influenciada por los ancianos.
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¿Imagináis una Suiza de viñedos y grandes bodegas? Parece un poco lejos de lo que en realidad creemos que es el país helvético. Todos recurrimos siempre al tópico de las grandes montañas nevadas, las casitas de madera y los lagos de enorme belleza, pero en este país sin duda hay sitio para todo. Porque su gastronomía no solo se basa en quesos y chocolate.
En Suiza también hay vinos, y muy buenos. Tanto como para hacer que este lugar sea uno de los mayores consumidores del mundo. Algunos de los mejores, una tercera parte de todo el país, proceden del cantón del Valais, la mayor región productora vitivinícola suiza. El clima (muy frío en invierno, suave en verano y con muy pocas lluvias) y la situación geográfica, protegida por los Alpes, permite este tipo de cultivo.
Por todo el territorio hay repartidas una gran cantidad de bodegas y cooperativas. Las escarpadas laderas del Valais están llenas de viñas. Es curioso porque cuando las observas desde la carretera piensas cómo demonios se puede trabajar en un lugar tan abrupto. Pero cuando visitas cualquier bodega te explican que precisamente la orografía del terreno tiene mucho que ver con la calidad y el sabor diferente de los vinos.
La mayoría de estos vinos se venden y se consumen fundamentalmente dentro de la propia Suiza. Hay variedades realmente muy conocidas entre los gourmets de la zona, como la de Syrah o Pinot Noir entre los tintos, o las de Petite Arvine o Fendant entre los blancos.
Lo de los vinos de Valais no es en absoluto nada nuevo. La tradición vitivinícola de la zona ya fue explotada en su momento por los romanos, aunque fueron los monjes cristianos de los monasterios cercanos los que, necesitando el vino para las misas, le dieron auge. Por todo el cantón hay numerosas rutas que os llevan a conocer las bodegas y los pueblos que se dedican casi en exclusiva al cultivo de las cepas.
Hay uno en especial que seguro que os deja una profunda huella en vuestra memoria si vais en la época señalada. Se trata de Visperterminen, que cuenta en la actualidad con el viñedo más alto de Europa. Allí cada sábado del mes de septiembre se celebra la Fiesta del Vino, un evento que a buen seguro os deleitará.
Ni que decir tiene que esta Suiza de viñedos y bodegas tal vez nos resulta algo diferente de la que tenemos siempre en mente, ¿verdad? Es hora por tanto de descubrirla y paladearla.
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