El año pasado leí una veintena de libros, siendo mi año de más lectura en al menos un par de décadas. Este año voy por el mismo camino. De alguna forma, y sin tener claro el motivo, he recuperado el gusto por la lectura y me es difícil pasar un día sin dedicar al menos media horita a leer.
A diferencia de años anteriores en los que tenía que hacer memoria para seleccionar siete libros con los que continuar la racha de recomendaciones por Sant Jordi, en esta ocasión la dificultad está en listar aquí
solo siete libros. La parte buena es que me puedo dar el lujo de recomendar los más destacados, sin garbanzos negros.
CHRIS MILLER - Chip War
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Sinopsis: En los laboratorios de Silicon Valley, hace más de seis décadas, se sentaron las bases tecnológicas de una revolución que continúa acelerando...
Mi libro favorito de los últimos meses. Miller empieza relatando la invención de los circuitos integrados y los primeros chips, identificando a las personas y las empresas que sentaron las bases de la revolución digital. Continúa explicando la evolución de la industria a través de múltiples evoluciones tecnológicas, hasta llegar a nuestros días. Y todo esto con la vista puesta no solo en la tecnología sino también en la geoestrategia, dando una visión completa de los chips como la materia prima que mueve el mundo.
Desde los primeros circuitos a la fotolitografía EUV o los transistores FinFET, es cierto que no profundiza mucho tecnológicamente pero sí da una base sólida sobre la que ampliar conocimientos usando otras fuentes. También permite conocer el papel de cada empresa implicada en el mundo de los chips, desde Nvidia como suministrador de los mejores chips para inteligencia artificial a la importancia de Qualcom en las telecomunicaciones, pasando por las todopoderosas TSMC y ASML.
La única pega de este libro es que en un par de años ya estará obsoleto.
Año: 2022
Páginas: 464
Leído en inglés.
Título en español: La guerra de los chips.
Valoración: Recomendable para quien desee conocer de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos en el mundo de los chips.
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MATTHEW WALKER - Why We Sleep
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Sinopsis: En un mundo donde dedicar tiempo a dormir es casi un lujo, hay un hombre obsesionado con darle la importancia que merece...
Pasamos un tercio de nuestra vida en coma y nadie sabe por qué. El autor, investigador del sueño desde hace más de dos décadas, presenta de forma amena el estado actual de la ciencia en todo lo relativo al sueño. Desde la química del sueño a sus fases NREM y REM, enfatizando por supuesto todos los efectos negativos de la privación del sueño, este libro arroja luz incluso sobre el funcionamiento de la memoria y las mecánicas del ritmo circadiano.
Este es un libro que literalmente cambia la vida de todos sus lectores, pues es imposible leerlo y no colocar el sueño en la parte alta de la escala de prioridades.
Año: 2017
Páginas: 368
Leído en inglés.
Título en español: Por qué dormimos.
Valoración: Recomendable para todos porque dormir es una actividad que tiene mucha más importancia de la que le solemos dar.
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PHIL KNIGHT - Shoe Dog
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Sinopsis: Un hombre empeñado en calzar a los corredores estadounidenses y dispuesto a arriesgarlo todo hasta conseguirlo...
La historia de Nike relatada año a año, desde su fundación hasta su salida a bolsa, en primera persona por su fundador. Es apasionante leer cómo durante tantos años fue capaz de mantener la tendencia positiva, resolviendo múltiples crisis de liquidez por dedicar siempre todos los recursos al puro crecimiento.
Me hace pensar cuántas historias existen de personas igualmente meritorias, pero a las que en un momento dado les falló esa salvación de última hora que sí bendijo a Nike varias veces.
Año: 2016
Páginas: 386
Leído en inglés.
Título en español: Nunca pares.
Valoración: Recomendable para cualquiera con interés en conocer los inicios de una de las marcas más icónicas del mundo.
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JIM COLLINS & JERRY PORRAS - Built to Last
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Sinopsis: Algunas empresas destacan por tener largas trayectorias de crecimiento y buenos resultados mientras sus comparables se quedan estancadas...
Este libro intenta explicar por qué algunas empresas sobreviven décadas e incluso siglos, sin dejar de crecer en dirección a la excelencia. Más allá de los números, se centran en listar una serie de cualidades relacionadas con valores y la cultura corporativa.
Establecen comparaciones entre empresas visionarias y sus comparables menos afortunados. Pese al paso de tantos años desde su publicación, en la mayoría de las 18 parejas la empresa visionaria mantiene su buen desempeño, demostrando que la cultura tiende a perdurar más que las personas.
Año: 1994
Páginas: 342
Leído en inglés.
Título en español: Empresas que perduran.
Valoración: Recomendable para directivos que buscan construir organizaciones sólidas y para inversores que quieren aprender a detectarlas.
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STEVEN LEVITT & STEPHEN J. DUBNER - Freakonomics
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Sinopsis: Se pueden ver sucesos y situaciones cotidianas con la mirada de siempre o a través de las gafas de la economía y los incentivos...
Los incentivos lo explican todo, incluso asuntos que normalmente se abordan desde un prisma sociológico como la criminalidad, la educación o el tráfico de drogas. Al libro le falta un hilo conductor porque va saltando entre historias inconexas, como si fuera una recopilación de artículos (spoiler: lo es), pero resulta muy interesante, ameno y sencillo de leer. Eso sí, plantea visiones poco habituales que hay que recibir con la mente bien abierta porque en ocasiones pueden colisionar con lo políticamente correcto.
Año: 2005
Páginas: 336
Leído en ingles.
Título en español: Freakonomics.
Valoración: Recomendable para personas curiosas y con mente abierta.
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JUAN RAMON RALLO - Liberalismo
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Sinopsis: Un ejercicio explicativo de qué es el liberalismo y lo que supondría su aplicación...
Rallo enfrenta la mala fama del liberalismo con una explicación académica de sus pilares fundamentales, para que luego cada cual decida qué partes le encajan y cuáles no. Hay una parte teórica, muy teórica, seguida de una parte más práctica en la que se enfrenta al liberalismo con otras ideologías.
Antes de odiar algo es bueno entenderlo, y este libro permite justo eso.
Año: 1985
Páginas: 292
Leído en español, su idioma original.
Valoración: Recomendable para quienes quieran profundizar en la teoría del liberalismo económico y social.
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HANS ROSLING - Factfulness
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Sinopsis: Frente a la visión catastrofista de las noticias y el subconsciente colectivo, los datos cuentan una historia muy diferente...
Vivimos bajo un intenso bombardeo de malas noticias y comentarios negativos que nos hacen ver el mundo con pesimismo, como si las cosas estuvieran cada vez peor. Los datos muestran una realidad opuesta; se analice el parámetro que se analice, las cosas están mejor que nunca y seguimos mejorando. Educación, pobreza, desigualdad, acceso a sanidad básica... todo mejora en todo el mundo.
Rosling adoptó como objetivo vital divulgar esta realidad a través de datos objetivos. Este libro, publicado de forma póstuma, es su obra final. Un legado de optimismo objetivo frente a la espiral de malas noticias basadas en anécdotas.
Año: 2018
Páginas: 352
Leído en inglés.
Título en español: Factfulness.
Valoración: Recomendable para cualquiera que quiera ver el mundo con un poco más de optimismo.
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Termino con un saludo cariñoso y una recomendación: Leed, maldita sea, leed.

Sin saber muy bien cómo, ya es Navidad otra vez. Este año celebro estas
fiestas en Corea, donde estoy por tres meses visitando a la familia gracias a
las bondades del
trabajo en remoto.
Es curioso el caso de Corea en lo que respecta a la Navidad. Hay muchos
adornos en comercios y también en ciertos lugares públicos, y en los centros
comerciales es común que suenen villancicos. Sin embargo, solo los cristianos
viven el espíritu navideño, mientras que para la mayoría de la población son
solo un par de festivos sin gran significado.
Ya hablé en su momento de algunas curiosidades de la Navidad coreana, como
la omnipresente Salvation Army o
las 33 campanadas de año nuevo. Otra costumbre sorprendente es que la comida típica de Navidad en Corea es
una tarta y en Japón es pollo frito, pero ya contaremos esas historias en otro
momento.
Echando la vista atrás una vez más, me doy cuenta de que los últimos doce
meses fueron bastante buenos. He trabajado mucho pero también pude dedicar
tiempo a dos aficiones tan básicas como placenteras, que son correr y leer.
Recibí la
visita de la familia
en enero y febrero, en marzo hice
una escapada
a Corea, en verano estuve
dos meses, y ahora estoy aquí de vuelta. Además, en verano visité Japón y en enero
pondré pie por primera vez en Vietnam, Singapur y Malasia.
El año pasado marcaba cinco objetivos y he cumplido tres y medio, me quedaron
pendientes la reunificación (la familiar, que la intercoreana me queda grande)
y publicar un segundo libro (entre grandes comillas).
Para 2025, influenciado por
los OKRs, voy a marcar metas un poco más ambiciosas.
- Salud. Volver a correr un medio maratón en menos de 1h50min.
-
Dinero. Aumentar la cartera un 20 % entre reinversión y nuevas
aportaciones.
- Amor. Reunificación familiar, donde sea.
-
Cultura. Leer al menos doce libros (este año he leído nada menos que
veinte) y ahora sí publicar otro en Amazon.
Termino la felicitación de este año con una viñeta que me hizo reír a
carcajadas, obra del gran
Twonks.
Si no lo pillas, mira una vez más
este vídeo navideñoño.
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
메리 크리스마스! 새해 복 많이받으세요!
MERRY CHRISTMAS AND HAPPY NEW YEAR!
¡BO NADAL E MELLOR ANINOVO!

Hoy se cumplen quince años desde que este blog publicó su primer post. Una
década y media lanzando al éter de internet mis experiencias y reflexiones,
unas veces intentando aparentar neutralidad y otras veces mostrando mis
entrañas por encima de lo que la prudencia recomienda. Quince años de
presencia blogueril, y lo que nos queda.
Como viene siendo costumbre, no hay modificaciones en el blog salvo algún
pequeño apaño para reparar las cositas que el tiempo va rompiendo. Que siga funcionando todo, o casi todo, ya me parece mérito suficiente. Por ejemplo, Google vuelve a
indexarme con cariño.
En las redes sociales, subo algún vídeo a
YouTube
de vez en cuando, sobre todo shorts cuando viajo. También he aumentado algo el
uso de
Twitter, que es un entorno mucho menos tóxico desde que aplico el botón de mute a
las cuentas que no me aportan nada más que bilis. A lo que no le acabo de
encontrar el gusto es a Instagram, y es posible que pronto abandone de forma
definitiva esa red de vidas redondas en fotos cuadradas. El resto de redes
sociales para mí son inexistentes.
Poco más que contar, solo añadir que ojalá nos veamos todos en doce meses para
celebrar otro año en la blogosfera.

En el viaje de vuelta de este reciente viaje a Corea tenía un trasbordo de
once horas en el aeropuerto de Helsinki, en Finlandia. Demasiado tiempo para
pasar deambulando por el aeropuerto, sobre todo tras un vuelo de catorce
horas. Sí, has leído bien, el vuelo Seúl-Helsinki que solía ser de nueve horas
ahora tarda cinco horas más porque no se puede sobrevolar Rusia.
Buscando opciones de hoteles cerca del aeropuerto donde echar una cabezada
encontré una sala de habitaciones, que llaman "pods", dentro del mismo
aeropuerto. Las habitaciones son un espacio de unos tres metros cuadrados con
un sofá cama, una manta y una mesita. Lo mínimo de lo mínimo. Lo más parecido
a un hotel cápsula en Europa.
Aunque el espacio sea ínfimo, dispone de aire acondicionado, o más bien
calefacción, Wifi y enchufe. Y eso es todo en cuanto a servicios, porque
aunque en la zona de recepción se puede ver una máquina de café resulta que es
de pago y a precio finlandeses. Incluso el meadero más cercano está fuera de
las instalaciones del hotelillo.
El proceso de reserva y uso es todo online. Se puede reservar por internet y
se recomienda hacerlo con varios meses de antelación porque hay muy pocas
habitaciones. El coste es 11 euros/hora, que resulta bastante razonable.
Quince minutos antes de la hora llega un código pin por email. A la hora en
punto se puede introducir el pin en la puerta y entrar. Al terminar el tiempo,
se sale y listo. Ni check-in ni check-out ni nada. Fácil, rápido y online.
Perfecto para tímidos y asociales.
El tiempo máximo que se puede reservar es de siete horas. Imagino que esta
limitación de tiempo, que parece absurda, se debe a alguna regulación y que al
estar por debajo de ocho horas y no tener camas se salvan de ser considerados
un hotel y se categorizan como sala de descanso o algo así. Es que no hay otra
explicación. Todos los sinsentidos en Europa proceden de alguna regulación.
Ay, la burocracia uropea que todo lo entorpece.
Lo más llamativo de estos pods es que la pared que da al pasillo es un gran
cristal que permite ver lo que hay dentro. Al entrar, este cristal se
oscurece, con el mismo sistema del
monorraíl de Daegu, y en teoría mantiene la privacidad durante la estancia. Hay que hacer un
acto de fe con esto.
La experiencia fue bastante bien. La zona es silenciosa y lo único que me
molestó fue la luz del pasillo una vez que salió o entró alguien, ya que el
cristal aunque se ponga opaco deja pasar bastante luz del exterior. Pude
dormir al menos seis de las siete horas y al terminar, como todavía tenia
bastante tiempo y algo de hambre, busqué algo que comer.
Comprando precios, vi que merecía la pena pagar 25 euros por entrar en un
lounge justo al lado de la puerta de embarque. No era un lounge de aerolínea
sino una empresa que se montó una especie de bufet cutre con sofás. Pues ni
tan mal, pude comer y beber todo lo que quise y salir justo en el momento del
embarque. Quizá abusé un poco de panes y bebida, por lo que salí pensando
aquello de que a un bufet #nuncamais.
En total, esta combinación de vuelos, hotelillo y lounge salió bien. Espero
repetirlo.
Termino con un minivídeo que grabé de la habitación, donde se aprecia mucho
mejor que en las fotos.
No pongo enlaces porque este sitio cambia de nombre con frecuencia. Cuando
reservé se llamaba GLO Hotel Airport y cuando lo usé ya era Comfort Hotel Xpress
Helsinki Airport Terminal. Si buscas "Helsink airport pod hotel" seguro que lo
encuentras rápido. En cualquier caso, una muy buena opción para descansar en el
Aeropuerto de Helsinki.

Este verano he hecho algo nuevo: pasar dos meses teletrabajando desde Corea.
Quizá lo único bueno que nos ha dejado la pandemia es una mayor flexibilidad
en cuanto al trabajo en remoto. A pocos días de mi regreso, creo que ya puedo
hacer balance de esta experiencia.
Lo primero y más importante era compartir tiempo de calidad con la familia.
Fue estupendo estar juntos sin mirar el calendario de reojo. Las niñas cada
vez pasan menos tiempo en casa porque están muy ocupadas con escuela y
academias, y cuando regresaban yo estaba trabajando, pero aun así compartimos
mucho tiempo. Además, llenamos fines de semana y vacaciones con actividades y
viajes.
El viaje principal fue la semana que pasamos en Japón, concretamente en Nagoya
y Kioto. Un viaje estupendo en el que pudimos visitar el Parque Ghibli, el
castillo de Nagoya, el Museo de Toyota, el Acuario del Puerto de Nagoya y
varias atracciones tradicionales de Kioto como el templo Kiyomizu-Dera, el
templo Tenryu-ji, el santuario Fushimi Inari, el templo Nishi Hongwan-ji y el
templo Higashi Hongan-ji. Además pernoctando en buenos hoteles y comiendo
cosas ricas. Eso sí, el calor que hay en el sur de Japón en verano es tan duro
como el de Corea o incluso peor.
Qué decir de la comida. Me encanta la gastronomía coreana y estos dos meses
disfruté como nunca. Incluso hicimos alguna visita a un bufet de sushi y otras
cosas (#nuncamais).
Lo peor fue el calor. Julio es el mes del
jangma
y agosto también es caluroso y húmedo. Es terrible estar todo el día sudando y
no poder descansar bien de noche porque la temperatura mínima no baja de 28
grados durante semanas. No hay remedio para esto salvo refugiarse en
cafeterías o bibliotecas en los ratos libres, trabajar con un ventilador al
lado y tomar café con hielo cada dos por tres. Es la peor época del año para
visitar Corea pero quería estar durante las vacaciones escolares, así que ya
iba mentalizado sobre esto.
En cuanto al trabajo en sí, creo que la experiencia fue satisfactoria. Tenía
tres problemas potenciales en la cabeza y ninguno se materializó. El primero
era el horario debido a la diferencia de siete horas entre España y Corea,
pero trabajando de 13:00 a 21:30 en Corea (6:00 a 14:30 en España) pude
coincidir tiempo suficiente con el equipo. El segundo eran las llamadas
telefónicas porque para evitar roaming deshabilité la SIM del trabajo (oh, el
placer de hacer esto), pero lo cierto es que desde que me ocupo de asuntos
generales y no de clientes o proyectos concretos, el número de llamadas
telefónicas ha bajado de 20-30 al día a prácticamente cero; desvío al teléfono
general de llamadas externas y uso de Teams para comunicaciones internas y
asunto arreglado. El tercero era la distancia, ya que soy un firme defensor de
que el trabajo presencial es más efectivo que el remoto; sin embargo apenas se
notó por varios motivos, como que el verano es algo más pausado, que al final
solo fueron dos meses y que ya estamos muy acostumbrados a que siempre haya
gente en teletrabajo y tenemos herramientas y sistemas para que todo fluya lo
mejor posible.
En resumen, que laboralmente muy bien y espero que no haya obstáculos para
repetirlo. Teletrabajar todo el tiempo no me parece una buena opción,
como ya decía hace años, pero para períodos temporales de dos o tres meses no veo problemas.
Algo inesperado de la visita es que leí muchos libros. Hacía años que no tenía
un ritmo de lectura así. Empecé con
la colección de Harry Potter, que le compré a Sonia para que practique español y aproveché para leer los
cuatro primeros (el quinto me lo traje para leer en España). También fuimos
bastante a bibliotecas públicas y tomé prestados varios libros. Primero leí
Shoe Dog
de Phil Knight, la historia autobiográfica de los primeros años de Nike, desde
que Blue Ribbon importó las primeras zapatillas japonesas hasta la salida a
bolsa; un libro ameno e instructivo sobre negocios al límite y la importancia
de rodearse de personas inteligentes, trabajadoras y hambrientas. Después
Please look after mom, una novela de gran éxito de la surcoreana Shin Kyung-sook que deseaba leer
desde hacía años y que me encantó; se disfruta más sabiendo algo de la cultura
coreana, pero no es imprescindible para disfrutar de esta emocionante oda a la
maternidad. Por último leí
Measure what matters
de John Doerr,
una apología de los OKR (objetivos y forma de medirlos) y la
metodología CFR para evaluación continua de equipos, un libro que se lee fácil
e incluye muchas historias en primera persona sobre Google y otras startups.
Ahora a intentar mantener el ritmo de lectura también en España.
Termino con un vídeo resumen donde recopilo los shorts que fui publicando
durante el viaje.
Espero regresar a Corea próximamente, quizá ya en diciembre, para pasar otros
dos o tres meses teletrabajando y disfrutando de mi segundo país.

Las bibliotecas públicas son un servicio fantástico. Entras en una, buscas
entre los libros disponibles, y cuando encuentras algo de interés lo puedes
leer allí mismo, cómodamente en silencio, con calefacción en invierno y aire
acondicionado en verano. Es más, te lo puedes llevar a casa para leerlo a tu
ritmo. Las bibliotecas son tan estupendas que si no existieran, habría que
inventarlas.
Una de mis contradicciones personales es que, habiendo dicho lo anterior, no
estoy registrado en ninguna biblioteca desde hace décadas. Otra todavía mayor
es que no las uso en España pero sí en Corea, gorroneando la suscripción de mi
paciente esposa. El castigo que recibo por estas contradicciones es que en las
bibliotecas
coreanas
hay montones de libros... en coreano. Por tanto, en vez de poder elegir entre
el vasto catálogo de estos centros del conocimiento, me tengo que conformar
rebuscando en la limitada sección de libros en inglés.
Como no hay mal que por bien no venga, y como -drogas aparte- no hay nada
mejor que las restricciones para estimular la creatividad, a veces termino
leyendo libros que no me atraen demasiado pero que resultan ser mucho más
interesante de lo esperado. Así es como se cruzó en mi camino
Measure What Matters, el libro donde John Doerr hace apología sin rubor de los OKRs como sistema
ideal para el fomento de todo lo bueno en el mundo empresarial. Llevaba yo un
tiempo dando vueltas a sistemas de establecimiento y seguimiento de métricas y
objetivos, que fueran de aplicación en mi empleo, y el evangelio del amigo
Doerr me convirtió en devoto a los tres capítulos.
Un OKR (Objective and Key Results) se basa en dos componentes
fundamentales: un Objetivo, que es lo que se quiere lograr, y varios
Resultados Clave, que definen cómo se medirá el progreso hacia ese objetivo.
No confundir con los famosos KPI (Key Performance Indicator), que no
son más que métricas medibles y objetivas para evaluar la evolución de
determinados aspectos. Por ejemplo: puede haber un KPI que vigila la
facturación por empleado para asegurar que se mantiene estable o tiende a
crecer, y un OKR para aumentar la facturación un 50 % a base de un plan de
expansión geográfica y una campaña de marketing.
Los OKR ofrecen varios "superpoderes" a las organizaciones. En primer lugar,
permiten un enfoque y priorización claros, lo que ayuda a las empresas a
centrarse en las iniciativas más importantes. Además, fomentan la alineación
y conexión entre los diferentes niveles de la organización, garantizando que
los objetivos individuales estén vinculados al plan general. Esta
metodología también promueve un seguimiento basado en datos, con revisiones
periódicas y una reevaluación continua del progreso. Por último, los OKR
motivan a las personas a esforzarse y superar sus límites, promoviendo metas
ambiciosas.
Para implementar una metodología basada en OKR de manera efectiva, Doerr
sugiere establecer objetivos claros y específicos, así como definir
resultados clave que sean medibles y verificables. Para mantener el enfoque,
es recomendable limitar el número de resultados clave a entre tres y cinco
por objetivo, combinando mediciones cuantitativas y cualitativas que
permitan evaluar el progreso en revisiones periódicas. Un punto importante
es que los resultados clave se pueden evaluar de forma objetiva (o se
consigue o no se consigue), mientras que la valoración de los objetivos
puede ser subjetiva e incluso puede derivar en la modificación del objetivo
antes de su final. Por ejemplo, un objetivo de expansión en Portugal y
Francia se puede considerar un éxito sin haber conseguido ninguna venta en
Francia si el negocio en Portugal supera las expectativas; e incluso puede
eliminar Francia de la ecuación ya en la primera revisión.
Existen diferentes tipos de objetivos dentro del marco de los OKR.
Los objetivos comprometidos son aquellos esenciales para el funcionamiento
de la empresa, mientras que los objetivos aspiracionales son desafiantes y
están diseñados para impulsar la innovación. Esta dualidad permite a las
organizaciones equilibrar la necesidad de cumplir con tareas críticas
mientras fomentan la creatividad y el crecimiento. El impacto de los OKR en
las organizaciones es significativo porque cambia la filosofía de trabajo,
alineando a toda la organización hacia lo verdaderamente importante.
Históricamente, el
origen de los OKR se remonta a la década de 1950
con Peter Drucker, quien propuso la gestión por objetivos (MBO, Management
by Objectives) para abordar la falta de visión global en las empresas. En la
década de 1970, Andy Grove, CEO de Intel, desarrolló los OKR basándose en el
método MBO, combinando objetivos ambiciosos con resultados clave medibles.
John Doerr trabajó con Grove en Intel, y después se dedicó a hacer apología
de esta forma de gestión. Introdujo los OKR en Google en 1999 y más tarde se
extendieron como un virus entre empresas tecnológicas como LinkedIn,
Twitter y Uber.
En este punto, con tanta teoría, llega el momento de poner un ejemplo
aplicable al ámbito personal. Imagina que, como el 95 % de la población,
deseas perder algo de peso. Ese sería el objetivo: perder peso. El siguiente
paso es definir un plazo y un valor numérico: por ejemplo pasar de 90 a 75
kilos en un año. A continuación se definen unos resultados clave, por ejemplo
estos: 1) apuntarte a un gimnasio, 2) acudir al gimnasio al menos tres días
por semana, 3) limitar la comida basura a un máximo de dos días al mes, 4)
caminar al menos 70.000 pasos semanales, y 5) perder al menos un kilo al mes.
Puedes hacer una evaluación mensual, y parece claro que si cada mes has
cumplido los cinco puntos, al cabo de un año habrás perdido esos 15 kilitos.
Tal como lo veo yo, ya de vuelta al ámbito corporativo, se puede diseñar un
sistema de seguimiento de métricas y objetivos como este:
-
KPI. Se establecen entre tres y siete KPI por área, división o
departamento, buscando que representen métricas fundamentales sobre la
evolución del negocio y el desempeño del departamento. Estos KPI se
actualizan mensualmente (idealmente se podrán consultar en un dashboard
automatizado) y se comparan con el valor en años anteriores. Los KPI no
cuentan la historia completa, que para eso estaría un ERP o sistema
similar que permita bucear en los datos, pero sí permiten detectar de
forma temprana desviaciones para investigarlas antes de que se conviertan
en un problema.
-
OKR. Cada año (o cada trimestre en caso de sectores muy dinámicos
como una start-up tecnológica), se establecen entre dos y cinco OKR para
cada directivo, quienes a su vez los trasladarán a sus subordinados en
forma de cascada. El responsable marca el objetivo, consensua la magnitud
y los tiempos con el ejecutor, y este define los resultados clave que le
guiarán hacia la consecución del objetivo. Después, ambos hacen revisiones
mensuales en las que los resultados clave son evaluados de forma objetiva
y los objetivos se valoran de forma más flexible.
Un par de años iterando con este sistema y la empresa habrá crecido o no, pero
lo que es seguro es que nadie se ha dormido en los laureles.
El siguiente paso es llevar esta filosofía al ámbito personal, quizá con
plazos más largos. Ya se sabe que sobrestimamos lo que podemos lograr a corto
plazo y subestimamos lo que es posible a largo plazo. Así pues, marquémonos
algún objetivo ambicioso a diez o veinte años vista, y unos cuantos resultados
clave que guíen en la buena dirección. Cualquier cosa con tal de no caer en el
conformismo.
Por cierto, en el libro, Doerr también presenta el concepto CFR
(Conversations, Feedback and Recognition) como método para hacer seguimiento
efectivo de empleados. Como en este post ya hay siglas suficientes, vamos a
dejar este tema para otra ocasión.
Si has llegado hasta aquí es porque el tema te interesa. No era mi intención
promocionar el libro pero mira, si quieres puedes comprarlo aquí:
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Me encanta la gastronomía coreana y nunca me cansaré de elogiar los numerosos
platos que me tienen loco. Hoy, por ejemplo, este post va dedicado al pajeon
(파전), una especie de tortilla de harina y huevo con cebolleta. La
composición de la palabra no podría ser más sencilla, ya que pa (파) significa
cebolleta y jeon (전) es una torta, tortilla o panqueque.
El pajeon es un plato coreano muy típico que se puede encontrar en muchos
restaurantes por un precio típico entre 15.000 y 20.000 wones (de 10 a 14
euros). Es una comida que harta bastante porque tiene harina y huevo. Al mismo
tiempo, la considero saludable porque lleva vegetales y se suele servir sin
salsas. Es suficiente para una persona, a veces para dos, y de todas formas
siempre se puede completar con los típicos banchan de acompañamiento, que en
el caso del pajeon suelen incluir pimientos crudos. Los ajeossis entendidos en
maridaje lo acompañan de makgeolli, una especie de cerveza de trigo y arroz.
Es muy típico que se añadan ingredientes como calamar, gambas y almejas,
pasando a llamarse haemulpajeon (해물파전), ya que haemul (해물) significa
"frutos del mar". Otros añadidos típicos son pimiento, a veces picante, y
setas.
El pajeon también se puede preparar en casa, aunque es difícil conseguir una
buena consistencia sin aumentar mucho la proporción de masa. Por eso, es uno
de esos platos que merece la pena comer fuera, ya que en los restaurante
consiguen pajeons con muy poca masa y sin embargo muy consistentes. Pura magia
lo de las ajummas de esos sitios.
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Pajeon casero, elaborado con mucho arte por mi asombrosa suegra.
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Hay más tipos de jeon. El buchujeon (부추전), por ejemplo, sustituye el pa por
buchu (부추, Allium tuberosum), que es un vegetal muy parecido. En otra liga
está el gamjajeon (감자전), que se hace con patata y ya es algo bastante
diferente. Típico de Gangwon-do, por supuesto, donde todo lleva patata. Y no,
no se asemeja a la tortilla española.
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Buchujeon alucinante con un 99 % de buchu que se mantiene unido por
magia ancestral.
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Gamjajeon de Gangwon-do, la Galicia coreana donde la patata es
abundante.
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Hasta aquí mi oda al pajeon, uno de mis platos coreanos favoritos. Si viajas a
Corea, no dejes de probarlo.

Garrison Keillor es un locutor radiofónico estadounidense que durante muchas
décadas llenó las frías mañanas de Minnesota con noticias e historias. Para
poder expresar al inicio de cada día, y de forma convincente, la ilusión y
optimismo que él mismo no sentía, empezó a presentar patrocinadores
imaginarios como Powdermilk Biscuits, las galletas que consiguen que las
personas tímidas se levanten de la cama y hagan cosas.
Poco a poco fue hilando un universo de productos imaginarios y simpáticas
historias cotidianas que situó en un pueblo, por supuesto imaginario, llamado
Lago Wobegon, una palabra derivada de la expresión india que significa
"el lugar donde te esperamos tres días bajo la lluvia". Cada día presentaba
una sección llamada "Noticias de Lago Wobegon", empezando con la famosa frase
"Bueno, esta ha sido una semana bastante tranquila en Lago Wobegon..." y
terminando con la aún más célebre "Estas son las noticias desde Lago Wobegon,
donde todas las mujeres son fuertes, todos los hombres son guapos y todos los
niños están por encima de la media".
Todos los niños están por encima de la media... ¿Cómo es eso posible? Esta
paradoja da nombre al Efecto Lago Wobegon, que no es más que un nombre
alternativo para la Superioridad Ilusoria, un sesgo cognitivo por el
cual las personas sobreestimamos nuestras capacidades en relación a las
personas que nos rodean. Probablemente has oído hablar del estudio en el cual
el 88 % de conductores se declaró mejor que la media, pese a que el estudio
fue realizado entre personas hospitalizadas por accidentes de tráfico.
Piensa por un momento en tu caso particular y compárate con tus compañeros de
clase o de empleo. Probablemente pienses que los demás son más lentos, menos
puntuales y menos productivos que tú. De la misma forma, los músicos de una
banda creen que los demás no les saben llevar el compás. Los jugadores de un
equipo de baloncesto se lamentan porque sus compañeros no entienden sus
jugadas. Y todos los padres consideran que sus hijos son los más guapos y los
más listos, y por supuesto todos están equivocados excepto yo porque mis hijas
efectivamente son las más guapas y las más listas.
En una vuelta de tuerca, los académicos Justin Kruger y David Dunning
publicaron un estudio en 1999 afirmando que la Superioridad Ilusoria es
variable y depende del grado de competencia. Concretamente, que a menor
habilidad mayor es la diferencia entre el nivel real y el nivel autopercibido.
Es decir, que cuando una persona está comenzando a aprender algo, cree que
sabe mucho más de que realmente sabe. Un par de ejemplos serían el guitarrista
que se ve al nivel de Jimmy Page cuando aprende los acordes del
Stairway to heaven, o el tenista que se considera Rafa Nadal el día que devuelve la primera
bola de revés.
Esto es lo que se conoce como
Efecto Dunning-Kruger, y es una
explicación muy buena de por qué las redes sociales están llenas de imbéciles
proclamando estupideces con la máxima convicción. Y cuando el tema tratado
tiene más de opinión que de datos, tenemos un caso de manual de la
Ley de Controversia de Benford (
este Benford no, otro) y lo mejor es salirse de la discusión. Por cierto, ChatGPT afirmando
falsedades como si fueran verdades universales también podría representar un
caso claro de Dunning-Kruger, siendo el primer sesgo cognitivo de un ente
no biológico.
El efecto de este sesgo se atenúa confirme se va progresando en un
conocimiento o habilidad. Así, un estudiante de matemáticas se cree una
eminencia haciendo ecuaciones de segundo grado pero un ignorante cuando
resuelve integrales por residuos. O un chaval se ve en la NBA cuando mete tres
triples consecutivos pero un jugador profesional se desespera cuando falla dos
tiros libres seguidos. En el otro extremo, los expertos en una materia tienden
a infravalorar sus conocimientos, siendo muy conscientes de lo mucho que no
saben.
Esto nos lleva al Síndrome del Impostor, un fenómeno por el cual muchos
grandes profesionales viven con la sensación de que ocupan una posición para
la cual no están capacitados, y por mucho que se esfuercen siempre sienten que
no rinden lo suficiente. Este sentimiento de ansiedad, que se sufre en
silencio como una suerte de almorranas mentales, es muy común en cargos de
responsabilidad.
En un caso extremo, Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la luna,
dijo en una convención de artistas y científicos: "¿Qué demonios estoy
haciendo aquí? Todos estos han realizado cosas asombrosas. Yo simplemente fui
a donde me enviaron".
Al final le habrá que dar la razón a Sócrates cuando decía aquello de "Yo solo
sé que no sé nada".
Otra vez estamos en San Jordi y de nuevo tengo que elegir entre publicar un post sobre rosas o sobre libros. Tras deliberar intensamente durante casi dos segundos, ataco un año más con siete libros que he leído recientemente. Vuelve a dominar la temática financiera, ya que hace bastante tiempo que no me sumerjo en una obra de ficción.
Empezamos con dos libros con títulos muy similares pero temáticas bastante diferentes.
MALCOLM GLADWELL - Outliers
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Sinopsis: Las personas más destacadas en campos como el deporte, el software o la música brillan por sus excelentes cualidades, muy superiores a las del resto de personas, sin saber que dependen de factores exógenos más de lo que parece...
Desde la influencia del mes de nacimiento en el rendimiento de los deportistas al trasfondo que comparte la generación pionera en el desarrollo de software, pasando por la influencia entre el tipo de agricultura y el rendimiento en matemáticas o la famosa regla de las 10.000 horas que da nombre a mi web para practicar idiomas, Gladwell plantea un revelador viaje por diferentes talentos para demostrar que los motivos por los que algunas personas destacan sobre el resto no siempre dependen solo de sus características innatas y su mayor perseverancia, sino que otros factores como la suerte o el entorno influyen más de lo que pensamos.
Año: 2008
Páginas: 320
Leído en inglés.
Título en español: Fuera de serie.
Valoración: Recomendable para quien quiera profundizar en la influencia de factores incontrolables sobre el destino de las personas.
→ Comprar
en Amazon.
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WILLIAM THORNDIKE - The Outsiders
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Sinopsis: Historia y técnicas de nueve CEOs que consiguieron rendimientos superiores de formas poco usuales...
Thornkdike presenta a nueve CEOs de empresas de diferentes épocas y sectores, aunque todas de Estados Unidos, y explica cómo consiguieron retornos muy superiores a la media aplicando métodos poco habituales en su tiempo. Algunos de los personajes son poco conocidos y otros son tan famosos como Warren Buffett, pero todos tienen en común unas ideas personales que supieron aplicar a lo largo de muchos años, frecuentemente en contra de las recomendaciones de su entorno.
Año: 2012
Páginas: 272
Leído en inglés.
Título en español: Los outsiders.
Valoración: Recomendable para quien quiera conocer por qué dirigir una empresa no es sencillo y cómo diferentes circunstancias demandan métodos particulares.
→ Comprar
en Amazon.
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AGUSTIN GRAU - 100 ingresos pasivos
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Sinopsis: Hay muchas formas de ganar dinero dedicando un tiempo limitado, aunque nadie dice que sea fácil...
El autor enumera cien formas diferentes para generar rentas pasivas, esto es que tras un empujón inicial sigan generando ingresos con muy poca dedicación de tiempo. Algunas de las formas están más que comentadas en múltiples medios, otras son muy originales y otras son difícilmente viables. Lo más interesante de este pequeño libro es ver cómo puede haber oportunidades de negocio detrás de cada acción cotidiana. La mayor pega es que es muy superficial, presentando las ideas de forma muy simplificada y obviando sus problemas y dificultades.
Año: 2016
Páginas: 86
Leído en español, su idioma original.
Valoración: Recomendable para quienes quieran montar un pequeño negocio personal y necesiten un poco de inspiración.
→ Comprar
en Amazon.
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GREGORIO HERNÁNDEZ
Educación financiera avanzada partiendo de cero
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Sinopsis: Si en las escuelas no se enseña educación financiera, aquí está Gregorio para solucionar el entuerto...
En este libro se hace un repaso por conceptos básicos como inversiones, deuda y patrimonio, además de explicar algunas formas de inversión como la renta fija y los inmuebles. Además de explicar conceptos, el libro intenta consolidar la idea de que las finanzas personales merecen nuestra atención y que deben ser tratadas como si cada persona fuera una pequeña empresa.
Año: 2011
Páginas: 157
Leído en español, su idioma original.
Valoración: Recomendable para quien quiera afianzar conceptos básicos y seguir cambiando el chip hacia unas finanzas personales más responsables.
→ Comprar
en Amazon.
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CHARLES-ALBERT POISSANT & CHRISTIAN GODEFROY
Mi primer millón
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Sinopsis: Breves biografías de diez millonarios hechos a sí mismos...
Este libro presenta a diez personas que fueron capaces de levantar fortunas en diferentes épocas y sectores, intentando explicar los motivos de su éxito. Como defectos, peca bastante de sesgo de supervivencia, ya que probablemente muchas personas con comportamientos similares se quedaron por el camino- También tiende a simplificar carreras muy largas y complejas en pocos puntos demasiado simples. Sin embargo, siempre resulta interesante conocer los datos básicos de la vida de gente tan dispar como Walt Disney, Rockefeller o Steven Spielberg. Es entretenido pero no tan instructivo como podría.
Año: 1985
Páginas: 292
Leído en español.
Título original en francés: Les dix hommes les plus riches du monde.
Valoración: Recomendable para quienes busquen fórmulas mágicas pero luego se conformen con una explicación de conceptos básicos.
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en Amazon.
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INVERTIR EN DIVIDENDOS - La independencia financiera (Ed. 2017)
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Sinopsis: En la era dorada de los blogs, había auténticas enciclopedias generadas de formas desinteresada por personajes anónimos...
Invertir en Dividendos era un blog dedicado a lo que su nombre indica. El autor, en un momento dado, hizo una recopilación de sus artículos y la pulió hasta darle forma de libro. Directo, honesto y sin complicaciones innecesarias, este es uno de los mejores libros sobre inversión en dividendos que me he cruzado. Aunque los ejemplos ya están bastante desactualizados, lo guardo como una joya que sirve también para consultas ocasionales.
Año: 2017
Páginas: 203
Leído en español, su idioma original.
Valoración: Recomendable para inversores interesados en el mundo de los dividendos.
→ Se podía descargar de forma gratuita en un blog que ya no existe.
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SUN TZU - El arte de la guerra
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Sinopsis: Hace 2.500 años, un general chino puso por escrito sus conocimientos tácticos sobre las batallas...
El Arte de la Guerra es un libro muy referenciado por sus aplicaciones a diferentes aspectos de la vida moderna, como los negocios o las relaciones personales. Sin querer quitarle mérito, me cuesta extrapolar estas lecciones de táctica militar con más de dos milenios de antigüedad a la vida civil actual. Leerlo no está de más, ya que es cortito, pero me resulta más interesante el hecho de que siga siendo libro de texto en academias militares asiáticas.
Lo que más disfruté de esta lectura fue la preciosa edición en pequeño formato y tapa dura de la librería Lello de Portugal.
Año: siglo V a. C.
Páginas: 88
Leído en español.
Título original en chino: 孫子兵法.
Valoración: Recomendable para militares asiáticos y curiosos occidentales.
→ Comprar
en Amazon.
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Espero que disfruta de la lista y le des una oportunidad a alguno de estos libros, porque leer cualquier cosa siempre será mejor que no leer.

Un mes después de la visita familiar en España, me tocó a mí devolver la
pelota con un viaje relámpago a Corea. Todo empezó con una inocente búsqueda
de vuelos por Semana Santa. Encontré alguna opciones a precios razonables y
cuando me quise dar cuenta ya tenía billetes para volar cuatro días más tarde.
Sobre el viaje, poco que contar. Estuve en Corea apenas ocho días pero fueron
días de calidad. Desde la llegada por sorpresa y la cara de incredulidad de
las niñas al verme, hasta la partida y el consecuente desconsuelo, pudimos
disfrutar de satisfactorios días familiares, buena comida y un agradable
tiempo primaveral.
Un punto destacado fue la facilidad para hacer el viaje pese a los tres vuelos
de ida y tres de vuelta, además del autobús o tren para moverse entre capital
y Daegu. También los efectos casi nulos del jet lag. Todo esto me hace pensar
que debería viajar con más frecuencia. Incluso, estirando un poco la
imaginación, miro de reojo la posibilidad de una vida a caballo entre las dos
tierras.
Mientras tanto, voy a dejar por acá el documento gráfico compartido durante el
viaje
por Instagram. Suscríbete si estás cansado de ver solo cosas bonitas y te apetece ver
reflejos del mundo real.
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Allá vamos otra vez.
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A por el segundo. |
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En un ratito embarcamos al tercero.
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Primera cena: sundubu (guido de tofu) con dolsotbap (arroz a la piedra)
y galbi (costilla de vacuno).
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Maravillosos los autobuses limusina de Corea.
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Ya tenía ganas de un buen pajeon (파전, tortilla de cebolleta con trozos
de calamar).
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Hambre de sushi. |
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Esto es un banchan de pieles de pez globo. No se desaprovecha nada.
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Samgyekalgugku, una mezcla entre samgyetang (sopa de pollo con ginseng y
azufaifa) y kalgugsu (fideos cortados a cuchillo). Bueno para un
día de lluvia como hoy.
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Café en hanok, la combinación perfecta de cultura tradicional y obsesión
moderna.
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Fui a un bufet y este plato de sushi fue la primera ronda de muchas.
Nunca más a un bufet.
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Lo bueno dura poco. Ya embarcando de vuelta hacia Europa.
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Y ya de vuelta en el terruño.
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En Corea los libros son más baratos y este es mi botín. *El de
Carnegie y el de Hill tienen títulos horribles, que debían estar de moda
cuando se publicaron en los 1930s, pero las referencias son muy
buenas.
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Los chicles coreanos procrastinan. 다이어트는 내일부터 = dieta desde
mañana.
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Pues eso, que mañana empiezo la dieta.

En Corea las vacaciones escolares por cambio de curso son en enero y febrero.
Aprovechando esto, se vino la familia a recordar cómo era la vida prepandemia
y, de paso, dedicar una semana a viajar por el sur de España. El objetivo era
visitar varios puntos destacados, con una ciudad por día, y hacer los
desplazamientos en coche pero evitando ningún viaje de más de cuatro horas.
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Plaza Mayor de Salamanca.
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Empezamos con una parada técnica en Salamanca para respetar la regla de las
cuatro horas. Aquí hicimos noche tras un agradable paseo por el centro
histórico, unos minutos buscando la rana en la calavera y una copiosa cena que
incluyó un cuarto de cochinillo.
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Escultura de Margarita Xirgu en el teatro romano de Mérida.
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De camino al sur hicimos un alto en Mérida para estirar las piernas y visitar
el Teatro Romano, que merece mucho la pena pese a su mal estado y una entrada
en mi opinión cara. Llegamos a Sevilla casi de noche y con amenaza de lluvia,
pero aún nos dio tiempo de dar un paseo por los alrededores del hotel.
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Catedral de Sevilla.
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Sevilla fue la única ciudad en la que pasamos dos noches, con un día en medio
dedicado al turisteo sin desplazamiento en coche. Pateamos la Plaza de España,
el Parque de María Luisa, la Torre del Oro, el Alcázar, la Catedral y su
Giralda, la Plaza de las Setas, la Iglesia Colegial del Divino Salvador, y
poco más porque la amenaza de lluvia se hizo realidad por la tarde y hubo que
cobijarse. Me gustó especialmente el Alcázar, mucho más grande y más bonito de
lo que esperaba. También la tumba de Cristóbal Colón en la catedral, un
monumento más imponente de lo que pensaba.
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Cueva de Nerja. |
Al día siguiente visitamos la Cueva de Nerja y la propia Nerja, donde vi al
Barco de Chanquete y conté a mis niñas cómo Verano Azul fue una serie que
marcó a una generación. Terminamos en Frigiliana (Frigilandia) subiendo,
bajando y comiendo una pizza entre señoras que celebraban la vida a carcajada
batiente.
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Callejeando por Málaga.
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En Málaga visitamos el Museo de Picasso y su Casa Museo. Y de ahí a Granada,
donde hicimos noche en una estupenda habitación doble delande de la Alhambra.
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La Alhambra de Granada.
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Visité la Alhambra de Granada hace más de veinte años en una excursión
escolar, pero no recordaba mucho excepto un incidente con "huevos explosivos".
En esta visita sí pude disfrutar de uno de los monumentos que mejor definen a
España. Además, en la ciudad desvirtualicé a un compañero Oldering más bueno
que un cacho de pan.
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Palacio Real de Aranjuez.
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Amanecimos en Aranjuez con tiempo para comer los mejores croissants de mi vida
y visitar el Palacio Real, tras lo cual rompimos la regla de las cuatro horas
con un retorno a casa del tirón, solo interrumpido con el clásico
avituallamiento en Quintanilla de Urz, comedero de referencia por estar a
medio camino entre Galicia y Madrid.
Como bonus del viaje, una multa de tráfico, catas diarias de desayunos buffet
y subida de nivel en mi plataforma de referencia para reserva de hoteles.
Y tras el viaje, unas semanas de vida en familia en las que incluso pudimos ir
a la playa varios días. Qué bien se vive en buena compañía.

Leía en diciembre que en Seúl se han puesto en marcha algunas líneas nocturnas
con autobuses autónomos. Me alegró saber que Corea sigue siendo
pionera en nuevas tecnologías
y que el mundo sigue avanzando, pero un par de párrafos después saltaba la no
sorpresa: "los autobuses tendrán a una persona vigilando su buen
funcionamiento".
Es decir, que el autobús funciona solo, sin conductor, pero lleva a bordo a
una persona "vigilando".
Esto ya lo viví en la línea 3 de metro de Daegu, el
famoso monorraíl (
♪♫♪monorraíl♪♫♪), que también tiene trenes autónomos con una persona vigilando. En
aquella ocasión, los trenes estuvieron funcionando sin vigilante durante dos o
tres semanas, pero las presiones del sindicato forzaron a poner un vigilante
en cada tren "para calmar la preocupación ciudadana" (preocupación
inexistente) como "medida temporal" (que años más tarde sigue vigente).
Y así seguimos, con un chico en cada tren que no hace nada de nada, ya que no
tiene control directo sobre el tren y en caso de incidente lo único que podría
hacer es llamar por teléfono a la central, exactamente igual que cualquier
pasajero. Como era muy cantoso tener a una persona cobrando un salario público
por ver por la ventanilla, les dieron una carpetilla con papeles y van
anotando la hora de llegada a cada estación, un dato que ya queda registrado
en el sistema informático de control de los trenes, pero bueno, que no se note
tanto que no aportan ningún valor.
Ahora en Seúl se da la misma situación: autobuses autónomos pero con personas
vigilando "por si acaso". Otra medida temporal que me sorprendería que no
siguiera igual dentro de diez años. Con lo cual, se gasta dinero extra en
sistemas de conducción autónoma pero no se ahorra el salario del conductor.
¿Cuál es la ventaja? Ninguna, aparte del orgullo de poner a Corea a la
vanguardia de la tecnología y uri nara mansé.
Dicho todo esto, ojalá en unos años todos los trenes y autobuses sean
autónomos. Está bastante claro que, aunque los sistemas autónomos no son
completamente seguros, la incidencia de accidentes es menor que con
conductores humanos.
Tan solo pido que no programen la conducción de los buses con la misma
personalidad que los buseros coreanos.
- TARSU, ¿cuál es tu nivel de agresividad al volante?
- 150 por ciento.
- Bájalo al 75 por ciento, por favor.

¿Ya ha pasado otro año? ¿En serio? No me puedo creer cómo el tiempo se acelera
conforme se va ganando edad.
Con 2023 a punto de cerrarse, miro hacia atrás y veo doce meses de mucho
trabajo y una cierta dosis de hedonismo, entendiendo como placer el ejercicio
y la lectura. Lo mejor del año fue la
visita familiar estival. Lo peor, sin duda,
las ausencias que nos quedan.
Ojo con 2024, que será año del dragón según el horóscopo oriental. Soy muy
optimista con el año que está a punto de comenzar, seguro que pasan muchas
cosas y seguro que serán para bien.
Como me está quedando muy vacío este post, voy a dejar por aquí algo que hago
todos los años aunque no de manera pública. Aquí quedan mis objetivos para
2024:
-
Salud. Seguir haciendo ejercicio 2-3 veces por semana y mantener una buena
alimentación para conservar la buena salud. Y bajar a 83 kilos (ahora 85).
-
Dinero. Aumentar la cartera un 20 % entre reinversión y nuevas
aportaciones.
- Amor. Reunificación familiar, donde sea.
-
Cultura. Leer al menos cinco libros (este año he leído siete). Ah, y
publicar uno en Amazon que se sume
al de finales de 2022.
-
Profesión. Consolidar mi posición actual. Y si tocase emigrar, aterrizar
de la mejor manera posible.
Nada más. A quienes pasáis por este rincón digital, ya sea por fidelidad o por
rebote, os deseo unas muy felices fiestas en familia y un fantabuloso año
2024.
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
메리 크리스마스! 새해 복 많이받으세요!
MERRY CHRISTMAS AND HAPPY NEW YEAR!
¡BO NADAL E MELLOR ANINOVO!

Hoy traigo una interesante historia, que leí hace ya tiempo y me he vuelto a
cruzar un par de veces recientemente.
Un campesino chino vivía con hijo. Un día se escapó el caballo con el que
araban la tierra. Los vecinos le consolaban por su mala suerte, y el
campesino respondía: "Mala suerte, buena suerte, ya veremos".
Unos días más tarde, el caballo regresó y trajo con él un caballo salvaje de
la montaña. Los vecinos le felicitaban por su buena suerte, y el campesino
decía: "Buena suerte, mala suerte, ya veremos".
Su hijo fue a domar el caballo salvaje, pero este reaccionó con violencia y
el hijo se rompió una pierna. Los vecinos se lamentaban con el campesino por
la lesión del hijo, que no podría ayudar al padre en una buena temporada.
"Mala suerte, buena suerte, ya veremos", respondía el campesino.
Poco después, pasaron los enviados del emperador reclutando jóvenes para la
guerra. Como el hijo del campesino no podía caminar, lo excusaron y se libró
de una muerte probable. Los vecino congratulaban al campesino por su buena
fortuna, y este respondía: "Buena suerte, mala suerte, ya veremos".
Probablemente ya hayas visto esta parábola taoísta en alguna red social. La
rescato en mi blog porque me parece interesante la actitud del hombre ante los
golpes de buena y mala suerte. En vez de alegrarse por su fortuna y lamentar
sus infortunios, su actitud es simplemente aceptar lo que sucede. Además,
tiene claro que la suerte puede cambiar de repente y sin motivo.
Esto encaja bastante bien con la filosofía estoica que tan de moda se ha
puesto de un tiempo a esta parte, y que voy a resumir en cinco preceptos:
- Busca la felicidad, rehúye hábitos y personas tóxicos.
- Vive en plenitud, cultivando cuerpo y mente.
-
Mantén la armonía con quienes te rodean, haz el bien siempre que sea
posible.
- Centra tus esfuerzos en aquello que puedes controlar.
-
Acepta lo que suceda en aquellos ámbitos que están fuera de tu control.
Me gusta el estoicismo como filosofía de vida. Cada vez más.

En otoño se acortan los días, caen las horas, bajan las temperaturas, aumenta
la melancolía, y este blog cumple años. Hace ya catorce años desde que en
octubre de 2009 decidimos iniciar una bitácora. Mucho ha cambiado internet
desde entonces, incluido el descenso a los infiernos de la blogosfera en
general, pero este espacio sigue vivo.
No ha habido mucha novedad en los últimos doce meses. Ningún cambio estético
ni mejora sustancial. La mayor novedad quizá sea que Google ya no me trata con
cariño y últimamente procrastina a la hora de indexar mis posts.
Aun a trancas y barrancas, trato de mantener un ritmo de publicación de un
post al mes. Entre los temas dominantes históricamente, sobre todo Corea y
viajes, también cultura y curiosidades, ahora se van colando posts de finanzas
y psicología. Y por supuesto mis quebraderos de cabeza personales.
Mi post favorito del último año es, aparte de
esta curiosidad matemática, el anuncio de la publicación de mi primer libro. Si medio SP500 está
montado en la ola de la inteligencia artificial,
yo no podía ser menos.
Sobre las redes sociales en general, sigo prácticamente desconectado de todas.
Subo una foto a Instagram de cuando en vez, uso YouTube como espectador y
Twitter en modo lector, y el resto no las toco ni con un palo. Bueno, he
empezado a darle uso a LinkedIn, por temas de prospección comercial y
reclutamiento. Me asombra, por cierto, el alto precio y muchas restricciones
que pone Microsoft al acceso a datos que los usuarios introducen de manera
voluntaria.
Y nada más que decir por ahora. Terminaré a la viaje usanza, creando un poco
de hype con aquello de "ojo, que se vienen cositas".

Revisando una tabla de cifras en la oficina, ante la tentación de rellenarla
de manera aleatoria, me vino a la cabeza una curiosidad que leí en algún sitio
sobre la detección de fraudes contables mediante una ley matemática
completamente contraintuitiva. La anécdota explicaba cómo una de las pruebas
del fraude contable de Enron, uno de los grandes escándalos financieros de las
últimas décadas, se basaba en que los números de sus estados contables no eran
reales porque la distribución de las primeras cifras de estos números no era
natural.
El escándalo de Enron fue tan importante que no solo causó su quiebra
sino que también se llevó por delante a una de las principales auditoras
del mundo, Arthur Andersen, pasando del Big 5 al Big 4 actual. Eso, sin
embargo, es otra historia. Hoy centrémonos en las matemáticas.
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Frank Benford (1883-1948).
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La
Ley de Benford, también conocida como Ley de los Números Anómalos o
Ley de las Primeras Cifras, dice que en un grupo de números tomados de
mediciones o contajes reales, la distribución de las primeras cifras de dichos
números no es equitativa sino que los números bajos aparecen con mucha mayor
frecuencia. Es decir, que en un grupo de números aparecerá como primera cifra
el 1 con una frecuencia mayor que el 5, y el 6 aparecerá más frecuentemente
que el 9.
Esto es completamente contraintuitivo, pues la lógica indica que en un grupo
de números a priori aleatorios la distribución de las primeras cifras debería
ser más o menos del 11,1 % para cada número del 1 al 9. Y esto puede ser así
cuando los números son generados "a mano", como en las cuentas ficticias de un
fraude contable, pero cuando tratamos con mediciones tomadas en la naturaleza
la Ley de Benford se cumple con una precisión asombrosa.
Por ejemplo, tomando las longitudes de los ríos de Europa, el 1 aparece como
primera cifra en aproximadamente el 30 % de los números, el 2 en
aproximadamente el 18 % de los casos y el 9 en menos del 5 % de los números.
Lo mismo sucede con medidas como las superficies de islas del mundo, la
población de países, el número de castañas en cada árbol o la cotización de
empresas de un índice. Y lo más curioso es que la distribución se mantiene con
independencia de la unidad de medida, ya usemos kilómetros o millas, euros o
dólares.
La Ley de Benford no se cumple, sin embargo, cuando hay alguna condición
intrínseca a las mediciones o la característica medida no es lo
suficientemente heterogénea. Por ejemplo, no aplica en alturas de personas
porque casi todas las medidas están entre 1,50 y 2,00 metros. Tampoco aplica
en número de habitantes de pueblos, ya que se suele definir pueblo como una
población con un número de habitantes entre 500 y 2.200 personas.
En general, la Ley de Benford tiende a cumplirse siempre que los grupos
numéricos provengan de mediciones naturales, sean suficientemente amplios y
estén libres de condiciones. Se cumple a rajatabla si además las mediciones
abarcan varios órdenes de magnitud.
Matemáticamente, la Ley de Benford se representa con la fórmula P(d) =
log(1+1/d), donde P es la probabilidad y d es la cifra en cuestión.
Calculando, las probabilidades de cada cifra son 30,1 % para el 1; 17,6 % para
el 2; 12,5 % para el 3; 9,7 % para el 4; 7,9 % para el 5; 6,7 % para el 6;
5,8% para el 7; 5,1 % para el 8 y 4,6 % para el 9. Esto, además, se cumple
para números con cualquier base, no solo con base 10 sino también por ejemplo
para números en hexadecimal. Llevando el tema al extremo, podemos calcular que
en binario la probabilidad de que un número empiece por 1 es del 100%, como es
lógico.
Profundizando un poco más en esta curiosa ley, podemos ver que complicando un
poco la fórmula se puede aplicar no solo a la primera cifra sino a cualquiera
de las cifras de un grupo de números, aunque cada vez la distribución tiende a
ser más equitativa. A partir de la tercera cifra la distribución ya es casi
del 10% para cada número entre 0 y 9.
Por tanto, y volviendo al primer párrafo, vemos que la mejor forma de cubrir
una tabla de forma aleatoria no es con un generador de números aleatorios tal
cual, sino que hay que incluir alguna condición para dar mayor peso a los
números que comienzan con cifras bajas. Solo con esta regla se conseguirán
números aleatorios realmente naturales.
Lo dicho, la aleatoriedad es más complicada de lo que parece a simple vista.
Puedes profundizar algo más en esta curiosidad
viendo la Wikipedia.

Tres años después de marcharse a Corea a pasar un verano de liberación tras
varios meses de
encierro por el coronavirus. Tres años después de que el viaje de vuelta fuera cancelado a causa de las
restricciones por culpa del maldito bicho. Tres años después, las chicas
volvieron a España para hacer una visita de tres semanas.
Fueron tres semanas de tiempo familiar, reencuentros, buena comida y bastante
playa. Tenía planificados varios viajecitos cortos y otros planes para
aprovechar el tiempo al máximo, pero al final casi no salimos del pueblo.
Llegado el momento, apetecía más simplemente pasar una tarde tranquila
que montarse en el coche. Hablamos, paseamos, jugamos, fuimos a la playa,
vimos series y películas por la noche, cocinamos y comimos... y así como
llegaron se marcharon. La sensación de fugacidad fue similar a
mi visita a Corea del año pasado.
Sonia ya está en Secundaria y en verano solo tienen una breve pausa de tres
semanas, llena además de deberes que iba haciendo por las mañanas. La pausa
escolar entre enero y febrero es más larga, pero faltaba mucho y no quisimos
esperar. Además, se disfrutan más tres semanas en verano, cuando hace buen
tiempo y los días son largos, que un mes y medio en invierno con frío, lluvia
y días cortos y oscuros.
¿Y ahora qué? Esa es la gran pregunta. El Covid ya se terminó y toca volver a
unir nuestra pequeña familia de una vez. El mayor problema es que yo tengo mi
vida en España (empleo, padres, entorno) y ellas ya se hicieron coreanas de
nuevo (escuelas, suegros, etcétera). Esperaremos hasta octubre por un trámite
pendiente, pero ahí se solventará esto de una manera o de otra. O se vuelven a
España a continuar lo que empezamos
hace seis años, o me marcho yo a Corea
como hice hace trece veranos. Lo que no haremos es seguir con este juego de "ya veremos en tres
meses...".

En lo que va de año he perdido a varias personas cercanas. La mayoría ya
mayores pero alguno joven también. Hasta cuatro bajas concentradas en apenas
dos meses entre familia y amigos. Todos buenas personas, gente de la que se
quiere tener cerca.
Por muy presente que se tenga aquello de que la vida es breve y hay que
aprovechar cada instante, en momentos así es inevitable darle darle vueltas a
la cabeza. Surgen reflexiones sobre lo hecho y lo pendiente, sobre los planes
aplazados y el poco tiempo que quizá quede para intentarlos. Pensamientos
sobre si merece la pena sacrificar unas cosas en pos de otras, sabiendo que
todo puede cambiar en un instante.
Vuelven recuerdos de los momentos compartidos con quienes ya no están, pues
eso es lo que nos queda: recuerdos. Todo es fugaz y lo único que importa son
los recuerdos que nos dejan, así como los que dejamos. Más allá de la cortina
de hedonismo y comodidades materiales con la que envolvemos nuestro día a día,
todo se reduce a interacciones humanas. Sabiendo eso, merece la pena hacer un
esfuerzo para que sean positivas. La vida es demasiado corta como para ser
mala persona.
Dejando de lado estas ideas trascendentales, queda un reposo de tristeza y una
sensación de inevitabilidad. A mis abuelos siempre los vi "viejos", por lo que
su marcha hace ya años no me sorprendió. Sin embargo, a mis tíos los conocí en
su plenitud, siendo personas fuertes, alegres y trabajadoras. Ahora que no
están, no puedo dejar de pensar que yo los vi como la nueva generación me ve a
mí ahora, y que tal como los veo yo a ellos ahora la nueva generación me verá
a mí en unos años. En román paladino, que nos vamos haciendo viejos y no hay
forma de evitarlo.
La vida es una cuenta atrás en la que escuchamos el tic-tac pero no alcanzamos
a ver las manillas del reloj.
Queda también la sensación extraña de que mis primeros pagadores ya no
existen. Cuando era un chaval, mis primeros trabajos fueron como albañil
echando una mano a mis tíos. Sin ninguna habilidad pero con mucha ilusión, me
gané mis primeras pesetas haciendo masadas y cortando plaqueta con la radial.
Hace casi tres décadas de aquello, pero en cierto modo parece que aún fue
ayer.
Ante todo esto la única protección posible es el estoicismo. La capacidad de
aceptar lo inevitable, sin ocultar emociones, pero al mismo tiempo sin dejar
que nos afecten demasiado. Concentrémonos en las parcelas que están al menos
parcialmente bajo nuestro control, y limitémonos a aceptar aquello que no
podemos controlar.
"La vida sigue", que dice el omnipotente refranero.

Existen muchas leyes, principios y teorías que intentan explicar diversos
comportamientos sociales de un modo humorístico. Seguramente conozcas la Ley
de Murphy, esa que dice que si algo puede salir mal saldrá mal, pero muchos
otros enunciados de un estilo similar. Lo bueno de estas frases ocurrentes es
que suelen condensar verdades como puños y, si se reflexiona un poco, pueden
proporcionar valiosas enseñanzas.
Uno de mis favoritos es el Principio de Peter, según el cual "un
empleado tiende a subir hasta su nivel de incompetencia". No menos brillante
es su corolario: "con el tiempo, todos los puestos tienden a ser ocupados por
empleados incompetentes en sus tareas".
La primera vez que oí hablar del Principio de Peter pensé que era un chiste,
pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un concepto muy interesante y
con mucha más miga de lo que parece en una primera aproximación.
El Principio de Peter explica que las promociones en una jerarquía se basan en
los méritos conseguidos con desempeños anteriores, de forma sucesiva hasta que
desaparecen dichos méritos. Es decir, a la hora de escoger un jefe de equipo
se asciende al empleado más eficiente del grupo. Y para escoger un jefe de
división, se elige al mejor jefe de equipo. Sin embargo, las habilidades
necesarias en cada puesto son diferentes, de forma que un programador
excelente puede ser un mal gestor de equipos de trabajo, y un buen gestor de
equipos puede ser un pésimo jefe de producto porque es muy bueno manejando
técnicos pero muy malo relacionándose con clientes. De esta forma, cada
trabajador va ascendiendo hasta llegar a un puesto para el cual es
incompetente, en el cual se queda estancado pues deja de ser considerado para
nuevas promociones. Este estancamiento se llama la meseta de Peter.
Esto no solo daña a las organizaciones, que pierden un buen mecánico para
conseguir un mal jefe de taller. También perjudica a las propias personas
ascendidas, ya que la mejora en salario y estatus puede no compensar la
pérdida de motivación. En una dimensión mayor, este fenómeno supone una enorme
pérdida de productividad y felicidad para toda la sociedad.
No hay formas sencillas de resolver el problema, pues todas pasan por cambiar
los métodos para decidir ascensos. Una forma es eliminar los ascensos y
siempre llenar los huecos con nuevas contrataciones, lo cual tiene el
inconveniente de eliminar el factor motivacional que supone la posibilidad de
crecimiento interno, aparte de que el conocimiento previo de la organización
suele ser un factor muy útil a la hora de liderar. Las otras formas son
todavía más extrañas, por ejemplo realizar los ascensos al azar, ya que un
dependiente poco competente puede tener mejores dotes para gestionar el grupo
que un dependiente cuyas ventas son mucho mejores.
Por otro lado, si los ascensos desaparecen como premio para los trabajadores
competentes, debe haber alguna otra forma de recompensar la eficiencia y el
esfuerzo. Esto nos lleva a una cuestión interesante: ¿por qué se ve tan
extraño que un subordinado tenga mejores condiciones (tanto salariales como de
otro tipo) que su superior? Esto que es común en el fútbol, donde los
jugadores cobran mucho más que el entrenador, es casi inaudito en el resto de
empresas y organizaciones.
La solución ideal sería decidir los ascensos basándose en las cualidades
necesarias para el nuevo puesto, más que en el desempeño anterior que está
basado en unas cualidades diferentes. Esto suena muy bien pero es muy difícil
de llevar a la práctica, pues las cualidades son cada vez más difíciles de
evaluar según se va ascendiendo en una jerarquía. Es fácil decidir quién es el
mejor programador para un juego de plataformas en Android, pero muy complejo
saber quién es mejor para decidir si una empresa de cámaras debería pasarse al
mundo digital o seguir con los carretes.
Hay un factor muy importante en todo esto, que es el paso de seguidor a líder.
Es muy distinto seguir las instrucciones recibidas y ser la persona que da las
instrucciones. En casi todos los puestos hay una parte de seguidor y una parte
de líder, pero las personas normalmente funcionan mucho mejor en una de estas
facetas.
Curiosamente, en Corea, donde el Principio de Peter se manifiesta en todo su
esplendor, se aplica una solución que atenúa sus efectos. Los ascensos son
decididos más por la edad y antigüedad en la empresa que por el desempeño o la
capacidad, de forma que los empleados van subiendo en la jerarquía hasta
alcanzar su nivel de incompetencia. En ese punto, si ya no aspiran a seguir
subiendo, son reemplazados por la nueva generación que empuja desde abajo.
Cada año, miles y miles de ajeossis de 50 o 60 años salen de las empresas
coreanas con una indemnización bajo el brazo, la cual suelen usar para para
montar una cafetería o tienda de pollo frito.
Una solución que me gusta bastante consiste en cambios periódicos a nivel horizontal. Sin embargo, normalmente solo es posible a alto nivel, ya que es más fácil un cambio en directores de fábricas que un cambio entre el jefe de administración y el jefe de mantenimiento preventivo, por ejemplo.
En los últimos meses he participado en el proceso de reorganización de una empresa, lo cual me ha dado pie a reflexionar sobre estos temas. Hay decisiones que parecen triviales pero son verdaderas trampas capaces de dinamitar una organización, y pocas cosas son tan valiosas en una jerarquía como la paz y la armonía. En ocasiones hay que sacrificar un poco de eficiencia solo para evitar la aparición de cuchillos voladores.
Termino con el dato de que el Principio de Peter fue formulado por el
canadiense Laurence Johnston Peter, quien incluso publicó
un libro en 1969
explicando sus conclusiones.

A la hora de tomar una decisión hay que analizar las ventajas y desventajas de
cada una de las opciones disponibles. Cuanto más importante sea la decisión,
es decir cuanto mayores puedan ser las consecuencias de una elección errónea,
más tiempo habrá que dedicar a ponderar las posibilidades. Sin embargo,
reflexionar demasiado sobre las opciones, normalmente en escenarios de
información incompleta, puede causar la imposibilidad de elegir una de las
opciones disponibles. Esto es lo que se llama parálisis por análisis (
analysis paralysis
en inglés).
En decisiones triviales no es necesario reflexionar sobre las posibles
consecuencias. Podemos hacer una elección en segundos y sin esfuerzo, muchas
veces de forma intuitiva usando lo que Daniel Kahneman llama el "Sistema 1".
Entre poner unos calcetines negros o unos calcetines grises, agarramos de
forma inconsciente los que estén más a mano.
Lo mismo sucede en
elecciones donde todos los resultados son favorables. En igualdad de
escenarios pueden darse diferentes elecciones porque cualquier opción juega a
nuestro favor. En el supermercado, salvo que haya una gran diferencia en
el precio o estado del producto, metemos al carro peras o manzanas según lo
que apetezca más en el día, ya que ambas frutas son ricas y saludables.
La decisión se vuelve más complicada cuando se da uno de estos factores:
información incompleta o consecuencias graves.
La información incompleta hace que las consecuencias sean difíciles de
calibrar. Al elegir entre dos empleos hay algunos datos conocidos, como el
salario y lugar de trabajo, pero normalmente desconocemos cosas tan
importantes como el ambiente laboral, el detalle de las tareas a realizar o el
futuro de la empresa. Lo mejor que se puede hacer es apoyarse en los datos
conocidos y tomar una decisión con la confianza de que lo desconocido no
afectará demasiado. Esto es relativamente sencillo en decisiones con vuelta
atrás, en las que si la opción elegida no sale como estimábamos no sea
demasiado complicado hacer un cambio.
La gravedad de las consecuencias, sin embargo, es más complicada de
gestionar. Cuando una elección equivocada pueda acarrear daños irreparables,
ya sean físicos, sociales o económicos, no queda más remedio que dedicar a la
decisión el esfuerzo que esta merece. En el mejor de los casos, la información
es completa y será sencillo identificar la mejor opción de forma objetiva. Por
ejemplo, ante una enfermedad grave, casi siempre la mejor opción es someterse
a tratamiento, pese a los posibles efectos secundarios.
Llegamos por último a las
decisiones con información incompleta y consecuencias potencialmente
catastróficas. Cuando sumamos a la ecuación sistemas complejos, en los que las partes
interactúan entre sí de formas no siempre predecibles, tenemos el cóctel
perfecto. ¿Cómo tomar una decisión con efectos potencialmente irreparables,
cuando es imposible saber el desenlace exacto de cada opción? Aquí es cuando
llegamos a la parálisis por análisis, que puede llegar a bloquear al individuo
y terminar causando un daño mayor que cualquiera de las opciones posibles. A
veces, a falta de una opción perfecta, cualquier decisión es mejor que la
ausencia de decisión.
Sin embargo, ante condiciones perfectas de escasez de información y
potenciales consecuencias catastróficas, la decisión es más sencilla que nunca
porque se puede argumentar ausencia de responsabilidad. Con una bomba a punto
de explotar, debiendo cortar el cable rojo o el azul, se puede cortar
cualquiera de ellos sin temor porque incluso cortando el equivocado no habrá
remordimientos.
Otro caso de parálisis por análisis se da cuando existe una gran cantidad de
información, ya sea completa o no. En estos casos se puede caer en un
bucle infinito de estudio, provocando un eterno aplazamiento de la
decisión. Por ejemplo, ante la decisión de dónde invertir nuestros primeros
ahorros podemos analizar durante meses las bondades de la renta fija frente a
la renta variable, pasando por inmuebles, fondos de inversión o
la montaña rusa de las criptomonedas. Nuevamente, la peor elección es la ausencia de decisión. Una frase que
resume bien esta situación es "lo perfecto es enemigo de lo bueno".
En el lado opuesto a la parálisis por análisis tenemos esa costumbre de
Silicon Valley de "fake it till you make it", consistente en mover primero e
ir decidiendo después, cuando ya se conocen los resultados de las primeras
elecciones. Esta actitud puede resultar útil en entornos que cambian muy
rápido, como las nuevas tecnologías, donde la velocidad de acción es más
importante que la perfección de las acciones tomadas. Si además resulta
sencillo adaptar los pasos dados a las nuevas condiciones ambientales, de
forma que ningún error es definitivo, sin duda lo más recomendable es mover
primero y pensar después.
Dejo aquí estas ideas, ya que personalmente estoy otra vez ante una decisión
compleja. Tras dos años de paréntesis obligado
por el Covid, el último año quizá se podría calificar de parálisis por análisis. La
solución pasa por tomar una decisión pronto, sabiendo que quizá no sea la
mejor, pero asumiendo también que enderezar errores puede resultar imposible.
Un año más, llega San Jordi y el Día del Libro. Como ya es costumbre, presento siete libros que leído recientemente. Algunos los recomiendo y en otros lo que recomiendo es mantenerse a distancia. Al igual que el año pasado, dominan las obras financieras, pero también hay un toque de emprendimiento e incluso de filosofía. Espero que disfrutes de la lista de este año.
MARY BUFFETT & DAVID CLARK - Buffettología
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Sinopsis: La exnuera de Warren Buffett decide aprovechar su pasada cercanía al oráculo de Omaha para escribir un libro sobre inversiones...
Este libro es un resumen de la filosofía de inversión de Warren Buffett, gestor de Berkshire Hathaway y considerado uno de los mejores inversores de la historia. A falta de un libro escrito por el propio Buffett, esta es quizá la mejor obra sobre el origen y forma de invertir de alguien que es referencia para tantos. Dos puntos a favor de esta obra son que presenta ejemplos concretos y explica la evolución de Buffett desde aprovechador de colillas a vigilante de la calidad de los negocios.
Año: 1997
Páginas: 318
Leído en español.
Título original en inglés: Buffettology: The previously unexplained techniques that have made Warren Buffett the world's most famous investor.
Valoración: Recomendable para quienes deseen introducirse en la filosofía de inversión de Warren Buffett.
→ Comprar
en Amazon.
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TIMOTHY FERRIS - La semana laboral de 4 horas
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Sinopsis: Tim Ferris cambió su vida para mejor y ahora vive de explicar a otros cómo hacer lo mismo...
Este es un libro muy famoso entre emprendedores y practicantes del nomadismo digital. A mí no me gustó por dos motivos. El primero, que adolece del defecto de tantas obras norteamericanas que dedican cientos de páginas a explicar y repetir de varias formas una sola idea central que bien se podría resumir en un par de páginas. La segunda, que el libro se ha pedado desfasado y presenta numerosos ejemplos de lo que era el incipiente mundo de internet a principios de siglo. Las oportunidades están ahí, sin duda, pero este libro ya no resulta útil nada más que para cambiar el chip, y para eso basta con leer el primer capítulo. Ell resto es paja.
Además, resulta difícil tomarse en serio un libro que habla de una nueva forma de trabajar de manera más eficiente pero en la portada pone un hombre tirado en una hamaca tropical.
Año: 2007
Páginas: 480
Leído en español.
Título original en inglés: The 4-hour work week: Escape the 9-5, live anywhere and join the new rich.
Valoración: Recomendable para quienes quieran vivir mejor trabajando menos y no les importe leer 400 páginas de humo.
→ Comprar
en Amazon.
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BENJAMIN GRAHAM - El inversor inteligente
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Sinopsis: Benjamin Graham es considerado el padre de la inversión en valor, y es tomado como referencia intelectual por figuras de la relevancia de Warren Buffett...
Escrito originalmente en 1949 y revisado por última vez en 1973, este libro es quizá el primer intento serio de describir formas racionales de inversión en valores basadas en el análisis riguroso de los fundamentales de las empresas. A día de hoy, sin embargo, resulta una obra árida y desfasada. Las partes sobre psicología de los mercados siguen siendo muy buenas, pero las explacaciones más técnicas han perdido casi toda su utilidad. En mi opinión, hay al menos un par de docenas de libros sobre el tema que se deberían leer antes de llegar a este.
Año: 1949 / 1973
Páginas: 808
Leído en español.
Título original en inglés:
The intelligent investor.
Valoración: Recomendable para inversores expertos que quieran profundizar en las raíces históricas del value investing.
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JOEL GREENBLATT - El pequeño libro que aún vence al mercado
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Sinopsis: Joel Greenblatt es un exitoso inversor convencido de haber encontrado una fórmula mágica para multiplicar el dinero en el mercado de valores...
Con la falsa promesa de una fórmula mágica para ganar dinero sin esfuerzo, algo que cualquiera con dos dedos de frente debería saber que no existe (y si existise, nadie la compartiría), Greenblatt presenta una explicación amena sobre algunos conceptos muy importantes a la hora de seleccionar buenas empresas. El resumen de la "fórmula" es elegir acciones con PER bajo y ROIC alto, es decir, empresas baratas y buenas, excluyendo empresas pequeñas, financieras y utilities. Aunque el resumen no sea más que esto, el libro está bien escrito y merece la pena leerlo completo
Año: 2006 / 2010
Páginas: 224
Leído en español.
Título original en inglés: The little book that still beats the market.
Valoración: Recomendable para quienes busquen fórmulas mágicas pero luego se conformen con una explicación de conceptos básicos.
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CHRIS GUILLEBEAU - 100 euros startup
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Sinopsis: No te lo vas a creer pero hoy en día es posible empezar un negocio sin apenas invertir dinero...
Mezcla heterogénea y poco ordenada de conceptos e ideas para empezar a ganarse la vida como autónomo dedicado a la pasión personal, adornando el relato con variopintos ejemplos de éxito. Todo muy bonito sino fuera también un ejemplo de manual de sesgo de supervivencia, ya que por cada ejemplo de éxito hay cientos de soñadores estampados contra la realidad.
Año: 2012
Páginas: 240
Leído en español.
Título original en inglés: The $100 Startup.
Valoración: Recomendable para inocentes que quieran ganar más trabajando menos y todavía no sepan que internet es un mundo lleno de posibilidades.
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LOWELL MILLER - The single best investment
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Sinopsis: La mejor inversión es comprar acciones de empresas con dividendos crecientes...
En este libro se presentan conceptos relacionados con la inversión en buenas empresas que reparten dividendo, concretamente buscando dividendos crecientes. Va más allá del típico libro introductorio a la inversión, por lo que es una lectura de segunda ronda después de un primer contacto con libros básicos de esos de "cambiar el chip". Resulta muy útil para profundizar en la inversión en dividendos, una vez el inversor va encontrando su estilo.
Año: 2006
Páginas: 258
Leído en inglés.
Título en español: La mejor inversión.
Valoración: Recomendable para inversores en busca de dividendos crecientes que quieran profundizar un poco en conceptos de inversión DGI.
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en Amazon.
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ERIC JORGENSON - El Almanaque de Naval Ravikant
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Sinopsis: Naval es un inversor de capital riesgo en empresas tecnológicas, con una faceta de filósofo en Twitter...
Este libro es una recopilación ordenada de tuits de Naval sobre diferentes temas. Es una obra breve, que parece un listado de aforismos. Se puede leer en orden o saltando de página en página, y siempre tomándose tiempo para meditar unos segundos sobre cada frase. Hay mucha sabiduría en estas frases, y se aprecia mucho mejor en formato libro que en Twitter.
Año: 2020
Páginas: 188
Leído en español.
Título original en inglés: The Almanack of Naval Ravikant: A guide to wealth and happiness.
Valoración: Recomendable para tuiteros filosóficos.
→ Comprar
en Amazon.
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Este año hay partes de cal y partes de arena. Si te atreves con uno de estos libros, deja tu opinión en un comentario. Mientras tanto, ¡feliz Día del Libro!
Qué es el dinero
25 Mar 2023 1:58 AM (2 years ago)

Qué es el dinero, menudo título para un post. A primera vista parece una
pregunta sencilla, pero a la hora de articular una respuesta empiezan los
titubeos. Dinero son los euros que llevo en el bolsillo, claro. También son
dinero los bits guardados en la web del banco, pero hay dudas sobre si contar
lo metido en cuentas a plazo fijo, sobre todo si hay restricciones a la
retirada. En la web del broker cuentan los bits del saldo en efectivo pero no
las acciones por muy líquidas que sean. Las pesetas eran dinero pero no queda
claro qué son ahora, una vez que el Banco de España ya no las acepta. Los
doblones de oro está claro que no son dinero, por mucho valor que atesoren.
Los billetes del Monopoly podrían ser físicamente equivalentes a billetes de
euro, pero seguirían sin ser dinero. Del bitcoin y resto de criptos mejor ni
hablar.
Dudas y más dudas que podemos intentar aclarar recurriendo a las cinco
características que comúnmente se exigen para que algo sea dinero:
-
Estandarizado. Cada unidad debe tener las mismas características, o de
lo contrario cada intercambio tendría que ser precedido por una
valoración del dinero usado.
-
Reconocible. Debe ser conocido y tener un valor aceptado por la
sociedad.
-
Divisible. Debe servir tanto para grandes transacciones como para
pequeños intercambios.
- Transportable. Debe poder ser transportado con facilidad.
- Durable. Debe permanecer sin cambios a lo largo del tiempo.
Aparte de estas características, el dinero debe servir para tres funciones:
-
Unidad de cuenta. El dinero debe servir para expresar el valor de bienes y
servicios muy heterogéneos.
-
Medio de intercambio. El dinero debe poder ser usado para intercambiar
bienes y servicios.
-
Reserva de valor. El dinero debe tener un valor mantenido en el tiempo,
sin grandes oscilaciones ni devaluaciones.
En base a estas tres características, podemos jugar a identificar qué es y no
es dinero.
-
Los billetes del Monopoly no son dinero porque no son reconocibles fuera
del juego.
- Las patatas no son dinero porque no son durables.
-
Un terreno no es dinero porque no es transportable ni está estandarizado.
-
Unas clases de matemáticas no son dinero porque no son transportables ni
divisibles.
-
Un disco de Led Zeppelin no es dinero porque no es reconocible salvo por
la gente con buen gusto musical.
-
Los euros, y el resto de monedas fiat, podrían ser dinero en teoría, pero
en la práctica no lo son porque fracasan como reserva de valor. Ni
siquiera hay que ir a
ejemplos extremos, sino que basta ver la evolución de precios durante los últimos 50 años
en cualquier país.
-
El oro no es dinero porque no es práctico como medio de intercambio.
-
El bitcoin y demás criptomonedas no son dinero porque no son prácticas
como medio de intercambio, además de que su utilidad como reserva de valor
es todavía muy dudosa.
-
Las obras de arte no son dinero porque no están estandarizadas ni son
reconocibles ni divisibles, ni transportables en muchos casos.
Sorprende que aplicando todo esto no se pueda considerar los euros, dólares ni
wones como dinero. Mientras los gobiernos sigan forzando inflación y no
tengamos una cierta garantía de que un euro de dentro de 20 años tenga un
valor similar al de hoy, aceptar moneda fiat será un mal necesario. Este es el
motivo por el que
muchas personas abrazan el bitcoin
como una moneda mucho mejor, lo cual no deja de ser salir de la sartén parta
caer al fuego.
Una derivada interesante es que, en un mundo regido por el dinero fiduciario,
puede ser dinero cualquier cosa siempre que un número relevante de personas le
otorguen un valor. Nada impide que se empiece a pagar con cromos de Panini de
la Liga de 1990, siempre que suficientes vendedores los acepten. Si los
gallegos nos ponemos de acuerdo, podrían ser dinero los chocos de la ría.
Incluso los NFTs tuvieron su momento de gloria.
El límite viene dado por el Estado al aceptar el pago de impuestos solo en la
moneda de su elección. Por mucho que comerciemos en el día a día con cromos de
fútbol, a la hora de la verdad tenemos que seguir usando el euro. De aquí la
diferencia entre fiduciario (creído por la mayoría) y fiat (creado a golpe de
decreto oficial).
De toda la historia y evolución del dinero me gustaría mencionar como punto de
inflexión la abolición del patrón oro por Richard Nixon en 1971. Aunque el
patrón oro se mantenía de forma renqueante desde los acuerdos de Bretton Woods
de 1944, fue la gran deuda causada por la Guerra de Vietnam lo que llevó a
Nixon a eliminar definitivamente la convertibilidad del dólar al oro. Desde
entonces, el dinero no tiene más valor que el otorgado por la confianza de los
ciudadanos, ya que no tiene nada detrás que lo respalde. Por supuesto, libres
ya de ataduras, los gobiernos están lanzados en una espiral de gasto sin
control que hace que el dinero valga cada vez menos, y cuya mayor víctima es
siempre el pequeño ahorrador.
Para los defensores del trueque como forma ideal de intercambio, también tengo
un comentario. El problema del trueque es doble: por un lado, la
obligatoriedad de que coincidan las ofertas y demandas de todas las partes
(chico con peces en busca de huevos encuentra a chica con huevos en busca de
peces), y por otro la necesidad de que el valor sea similar entre lo ofrecido
y lo demandado por cada participante. De lo contrario, o se apela a la
generosidad o es necesario establecer alguna forma de valorar la diferencia
para compensarla con posterioridad. Y cuanto mayor es la tribu, menos
generosidad y más necesidad de cuantificar. Esta forma de valorar la
diferencia, idealmente, se debería materializar en algo estandarizado,
reconocible, divisible, transportable y durable. Es decir, dinero.

De entre los varios libros que encajan en la categoría de cambio de chip
financiero, el más popular es el
Padre Rico, Padre Pobre
de Robert Kiyosaki. Dentro de esta obra, que por otra parte no está exenta de
errores y simplezas, la idea más famosa y que más perdura en los lectores es
el famoso cuadrante del flujo de dinero. Esta idea la extendió posteriormente
en otro de sus libros, titulado
El cuadrante del flujo de dinero, siguiendo esa costumbre tan norteamericana de escribir un libro de 300
páginas alrededor de una idea que se puede explicar en cinco minutos.
La idea es muy sencilla: existen cuatro formas fundamentales de conseguir
ingresos. Cada una de estas formas se representa con una letra en un cuadrante
imaginario.
El
empleado (E) trabaja por cuenta ajena, en una labor que se reduce a
intercambiar tiempo por dinero. Está sujeto al devenir de la empresa para la
cual trabaja y no tiene un control real sobre el futuro de esta. Suele estar
sujeto a un horario y ubicación fijos. Su progreso financiero depende de
promociones laborales que pueden llegar o no, pues tampoco dependen de él, por
mucho que pueda incrementar sus probabilidades a base de esfuerzo y
eficiencia.
El autónomo (A) trabaja por su cuenta para varias empresas, de forma
que su devenir no está ligado a un solo pagador. Tiene algo más de libertad en
cuanto a horarios y ubicaciones, aunque frecuentemente acaba más "preso" que
un empleado. Su progreso financiero depende completamente de él, ya que es
función directa de su desempeño. Sin embargo, al final también está
intercambiando tiempo por dinero y sus ingresos se ven limitados por la
cantidad de tiempo disponible.
El dueño (D) es propietario de una empresa en la que cuenta con
empleados. Su gran ventaja es que se apalanca en el tiempo de otros, por lo
que en teoría sus ingresos no tienen límite. Cuando las cosas van bien, puede
reducir mucho su tiempo dedicado a trabajar. Su mayor riesgo es que, al igual
que el empleado, sus ingresos dependen de una sola fuente, sobre la que no
tiene todo el control.
El inversor (I), por último, usa su dinero para adquirir activos
que le proporcionan ingresos. Estos activos pueden ser inmuebles para
alquilar, acciones de empresas o una simple cuenta bancaria a plazo fijo,
entre muchas otras opciones. Puede diversificar sus fuentes de ingresos y
estos no dependen del tiempo empleado. Se podría decir que su dinero trabaja
para él.
Sobre este cuadrante se podrían dibujar algunos ejes: uno del esfuerzo (de
abajo a arriba), otro del tiempo dedicado (de derecha a izquierda), otro de la
libertad de acción (de arriba a abajo) y otro de los ingresos posibles (de
izquierda a derecha).
Hay un camino posible que algunas personas consiguen transitar, pasando de
empleado a autónomo, después a dueño (empresario) y por último a inversor. Se
puede saltar alguno de los pasos intermedios, por ejemplo pasando de empleado
a empresario sin ser autónomo, o empezando como autónomo sin ser nunca
empleado por cuenta ajena. Sin embargo, pese al empeño de los defensores de la
independencia financiera, es muy complicado pasar directamente de empleado a
inversor a menos que haya un factor inusual como una altísima remuneración,
una herencia o una lotería.
Este cuadrante del flujo del dinero sirve sobre todo para entender
dos conceptos muy importantes:
Uno, que el empleado y el autónomo tienen un límite claro a sus ingresos, que
es su tiempo disponible para trabajar. Por contra, el empresario se apalanca
en el tiempo trabajado por sus empleados y en principio no hay límite al
número de empleado que puede tener una empresa. El inversor va un paso más
allá, y es su dinero quien trabaja para él.
Y dos, que es importante adquirir activos que generen ingresos y evitar los
pasivos que solo generan gastos, entendiendo por activos y pasivos no la
definición contable sino la del propio Kiyosaki. Una acción de Inditex es un
activo porque da derecho a dividendo, un perro es un pasivo porque hay que
pagar veterinario y seguro. En otros casos la clasificación no está tan
clara, por ejemplo un piso desocupado es un pasivo pero ese mismo piso
alquilado es un activo, y un coche es un pasivo pero puede ser un activo si
nos permite ir a trabajar.
La virtud del cuadrante del flujo de dinero es que muestra de manera
esquemática una serie de conceptos básicos para entender las finanzas
personales, y facilita a las mentes inquietas una serie de reflexiones que
precisan de algún tipo de chispa para arrancar. No es casual que Padre Rico, Padre Pobre sea el libro más citado entre los nuevos inversores.

La lotería es un impuesto voluntario sobre el desconocimiento de estadística.
Esta cita sin autor aparente es usada con frecuencia para descalificar a
quienes participan en juegos de azar. La lógica dice que si la esperanza
matemática es negativa, la decisión correcta es no jugar. Y por supuesto la
esperanza matemática siempre es negativa, porque de lo contrario el emisor de
la lotería estaría en quiebra.
Sin embargo, no parece que el juego en loterías decaiga, más bien al
contrario. Quizá el motivo no haya que buscarlo en las matemáticas sino en la
filosofía. Comprando una participación de lotería no solo se adquiere una
pequeña probabilidad de recuperar lo gastado y una remotísima opción de
alcanzar la riqueza. No, lo importante no es eso sino la esperanza, ya que la
posesión de un billete de lotería proporciona la esperanza, aunque sea
temporal, de una solución mágica a todos los problemas.
Una participación de lotería no es un intento desesperado de conseguir dinero
fácil, sino una forma sencilla de lograr paz mental. El problema es que esa
paz solo dura los días faltantes hasta la celebración del sorteo. Así, la
rentabilidad no se mediría en esperanza matemática, que por cierto es la
cantidad media recuperada por cada unidad monetaria gastada, sino en el precio
de cada día de paz mental logrado con la compra.
Mi conclusión por tanto es que lo importante no es el tamaño del posible
premio, ni siquiera la probabilidad de conseguirlo, sino que el precio de la
participación sea bajo y, sobre todo, hacer la compra con la mayor antelación
posible.
PROBABILIDADES
Pero yo no venía aquí a filosofar, sino a dejar negro sobre blanco cuál es esa
esperanza matemática en algunos de los juegos de azar más populares en España.
Como preámbulo, un poco de estadística. La probabilidad de acertar 6 números
entre un total de 49 posibles se expresa como el inverso del número de
combinaciones posibles, es decir 1/C(49,6). El número de combinaciones C(49,6)
se calcula como 49! / (6!x(49−6)!), donde el símbolo ! indica el factorial de
un número (3!=3x2x1=6). Cuando la combinación incluye varias elecciones, por
ejemplo 6 números de 49 y un reintegro entre 10 disponibles, el número de
combinaciones totales es la multiplicación de ambas combinaciones, en el
ejemplo sería C(49,6)xC(10,1), y la probabilidad sería el inverso 1 /
C(49,6)xC(10,1).
Si no es obligatorio acertar todos los números sino solo 5 aciertos entre los
6 números marcados de entre 49 posibles, y además que el número faltante
coincida con el complementario (número adicional elegido entre los no
premiados), el número de combinaciones totales es el mismo pero el número de
combinaciones ganadoras no es 1 sino C(6,5)xC(1,1), ya que el número elegido
no premiado debe coincidir con ese número complementario. Por tanto, la
probabilidad no es 1 / C(49,6) sino C(6,5)xC(1,1) / C(49,6).
Por último, para calcular la probabilidad de acertar 5 de los seis números y
fallar también el complementario, el número de combinaciones totales sigue
siendo el mismo pero el número de combinaciones ganadoras pasa a ser
C(6,5)xC(42,1), donde el 42 indica el número de opciones no premiadas
eliminando los 6 números ganadores y el complementario. Por tanto, la
probabilidad es C(6,5)xC(42,1) / C(49,6).
BONOLOTO
Vale, pues vamos al lío. Empecemos con la Bonoloto, que es la más sencilla de
calcular por ser simplemente 6 números entre 49 opciones. Las combinaciones
posibles son por tanto C(49,6) = 13.983.816.
-
Primer premio de 6 aciertos. La probabilidad es 1/C(49,6) = 0,0000071% o
una entre casi 14 millones.
-
Premio de 5+C (5 aciertos más complementario). La probabilidad
es C(6,5)xC(49,1) / C(49,6) = 0,000043% o una entre 2,3
millones.
-
Premio de 5 aciertos. La probabilidad es C(6,5)xC(42,1) /
C(49,6) = 0,0018% o una entre 55.491.
-
Premio de 4 aciertos. La probabilidad es C(6,4)xC(42,2) /
C(49,6) = 0,096% o una entre 1.032.
-
Premio de 3 aciertos. La probabilidad es C(6,3)xC(42,3) /
C(49,6) = 1,76% o una entre 57.
-
Para el reintegro, por supuesto, la probabilidad es 1 / C(10,1) = 10% o
una entre 10.
Sumando todas las probabilidad, tenemos un porcentaje total del 11,85 % de
conseguir algún premio.
LOTERÍA PRIMITIVA
Para la Lotería Primitiva se repiten las mismas probabilidades, con la adición
de un premio especial que a los seis aciertos suma el reintegro.
-
En este premio especial se multiplican las combinaciones posibles hasta
139.838.160, mientras que la probabilidad pasa a ser C(6,6)xC(1,1) /
C(49,6)xC(10,1) = 0,00000071% o una entre 139,8 millones.
Sumando todas las probabilidad, tenemos un porcentaje total también del
11,85 % de conseguir algún premio, ya que ese premio especial tiene una
probabilidad tan remota que solo altera este porcentaje en el sexto decimal.
GORDO DE LA PRIMITIVA
En el caso del Gordo de la Primitiva cambia la mecánica, pues se escogen 5
números de entre 54 y un número clave entre 10. Así, el número de
combinaciones diferentes es C(54,5)xC(10,1) = 31.625.100.
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Primer premio de 5+1 (5 aciertos más el número clave). La probabilidad
es 1 / C(54,5)xC(10,1) = 0,0000032% o una entre casi 31,6 millones.
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Segundo premio de 5+0 (5 aciertos sin el número clave). La probabilidad
es C(5,5)xC(9,1) / C(54,5)xC(10,1) = 0,000028% o una entre casi 3,5
millones.
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Tercer premio de 4+1. La probabilidad es C(5,4)xC(49,1) /
C(54,5)xC(10,1) = 0,00077% o una entre 129.082.
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Cuarto premio de 4+0. La probabilidad es C(5,4)xC(49,1)xC(9,1) /
C(54,5)xC(10,1) = 0,007% o una entre 14.342.
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Quinto premio de 3+1. La probabilidad es C(5,3)xC(49,2) /
C(54,5)xC(10,1) = 0,037% o una entre 2.689.
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Sexto premio de 3+0. La probabilidad es C(5,3)xC(49,2)xC(9,1) /
C(54,5)xC(10,1) = 0,33% o una entre 299.
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Séptimo premio de 2+1. La probabilidad es C(5,2)xC(49,3) /
C(54,5)xC(10,1) = 0,58% o una entre 172.
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Séptimo premio de 2+0. La probabilidad es C(5,2)xC(49,3)xC(9,1) /
C(54,5)xC(10,1) = 5,24% o una entre 19.
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Octavo premio de 0+1 (Reintegro). La probabilidad es C(1,1) /
C(10,1) = 10% restándole la probabilidad de los otros resultados
con el número clave (5+1, 4+1, 3+1 y 2+1), dando 9,38 % o una entre
10,66.
Sumando todas las probabilidad, tenemos un porcentaje total del 15,60 % de
conseguir algún premio, un porcentaje bastante alto porque hay varios
premios relativamente probables.
EUROMILLONES
En el caso del Euromillones vuelve a cambiar la mecánica, pues se escogen 5
números de entre 50 y dos números de entre 9. Así, el número de combinaciones
diferentes es C(50,5)xC(9,2) = 76.275.360.
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Primer premio de 5+2. La probabilidad es 1 / C(50,5)xC(9,2) =
0,0000013% o una entre 76,2 millones.
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Segundo premio de 5+1 (5 aciertos sin el número clave). La
probabilidad es C(5,5)xC(2,1)xC(7,1) / C(50,5)xC(9,2) = 0,000018%
o una entre casi 5,4 millones.
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Tercer premio de 5+0. La probabilidad es C(5,5)xC(7,2) /
C(50,5)xC(9,2) = 0,000027% o una entre 3,6 millones.
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Cuarto premio de 4+2. La probabilidad es C(5,4)xC(45,1)xC(2,2) /
C(50,5)xC(9,2) = 0,00029% o una entre 339.002.
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Quinto premio de 4+1. La probabilidad es
C(5,4)xC(45,1)xC(2,1)xC(7,1) / C(50,5)xC(9,2) = 0,0041% o
una entre 24.214.
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Sexto premio de 4+0. La probabilidad es C(5,4)xC(45,1)xC(7,2) /
C(50,5)xC(9,2) = 0,0062% o una entre 16.143.
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Séptimo premio de 3+2. La probabilidad es C(5,3)xC(45,2)xC(2,2) /
C(50,5)xC(9,2) = 0,013% o una entre 7.705.
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Octavo premio de 3+1. La probabilidad es
C(5,3)xC(45,2)xC(2,1)xC(7,1) / C(50,5)xC(9,2) = 0,18% o una
entre 550.
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Novenopremio de 2+2. La probabilidad es C(5,2)xC(45,3)xC(2,2) /
C(50,5)xC(9,2) = 0,19% o una entre 538.
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Décimo premio de 3+0. La probabilidad es
C(5,3)xC(45,2)xC(7,2) / C(50,5)xC(9,2) = 0,27% o una entre
367.
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Undécimo premio de 1+2. La probabilidad es
C(5,1)xC(45,4)xC(2,2) / C(50,5)xC(9,2) = 0,98% o una entre
102.
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Duodécimo premio de 2+1. La probabilidad es
C(5,2)xC(45,3)xC(2,1)xC(7,1) / C(50,5)xC(9,2) = 2,6% o una entre
38.
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Decimotercer premio de 2+0. La probabilidad es
C(5,2)xC(45,3)xC(7,2) / C(50,5)xC(9,2) = 3,91% o una entre 26.
Sumando todas las probabilidad, tenemos un porcentaje total del 4,25 % de
conseguir algún premio.
QUINIELA
La probabilidad de acertar en la Quiniela se calcula de forma diferente, ya
que la mecánica es muy distinta. En la Quiniela se hacen 15 pronósticos, con
un bloque inicial de 14 partidos y un partido adicional que solo se comprueba
si se aciertan los 14 primeros, y pudiendo elegir en cada partido entre 3
resultados (1, X o 2). Primero, para calcular la probabilidad de acertar todos
los pronósticos según la cantidad de ellos se usan variaciones con repetición,
expresadas como x posiciones con y posibilidades, o V (y,x) = y^x.
Después, para calcular el número de combinaciones posibles de x pronósticos
dentro de 14 partidos, se usa la misma fórmula de combinaciones de las
loterías anteriores. Todo esto, por supuesto, asumiendo que es un juego
puramente de azar y ningún resultado es más probable que otro, lo cual
claramente no es cierto para las personas aficionadas al fútbol.
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Pleno al 15. La probabilidad es C(15,15)/V(3,15) o una entre 14.348.907.
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14 aciertos. La probabilidad es C(14,14)/V(3,14) o una entre 4.782.969.
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13 aciertos. La probabilidad es C(14,13)/V(3,13) o una entre 113.880.
- 12 aciertos. La probabilidad es C(14,12)/V(3,12) o una entre 5.480.
- 11 aciertos. La probabilidad es C(14,11)/V(3,11) o una entre 487.
- 10 aciertos. La probabilidad es C(14,10)/V(3,10) o una entre 59.
Sumando todas las probabilidad, tenemos un porcentaje total del 1,92 % de
conseguir algún premio. Insisto en que este cálculo supone completa
aleatoriedad en los resultados.
LOTERÍA DE NAVIDAD
Para la Lotería de Navidad, por cierto, el cálculo es todavía más sencillo. Si
se emiten 100.000 números y cada número va al bombo, la probabilidad de
cada premio es proporcional a la cantidad de números premiados. Todo esto
independientemente del número de series por número.
- Gordo (1 premio). La probabilidad es una entre 100.000.
- Segundo (1 premio). La probabilidad es una entre 100.000.
- Tercero (1 premio). La probabilidad es una entre 100.000.
- Cuartos (2 premios). La probabilidad es una entre 50.000.
- Quintos (8 premios). La probabilidad es una entre 12.500.
- Pedreas (1.794 premios). La probabilidad es una entre 55,74.
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Aproximaciones al Gordo (2 premios). La probabilidad es una entre 50.000.
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Aproximaciones al Segundo (2 premios). La probabilidad es una entre
50.000.
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Aproximaciones al Tercero (2 premios). La probabilidad es una entre
50.000.
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Centenas del Gordo (99 premios). La probabilidad es una entre 1.010,1.
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Centenas del Segundo (99 premios). La probabilidad es una entre 1.010,1.
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Centenas del Tercero (99 premios). La probabilidad es una entre 1.010,1.
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Centenas de los Cuartos (198 premios). La probabilidad es una entre
505,05.
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Dos últimas cifras del Gordo (999 premios). La probabilidad es una entre
100,1.
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Dos últimas cifras del Segundo (999 premios). La probabilidad es una entre
100,1.
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Dos últimas cifras del Tercero (999 premios). La probabilidad es una entre
100,1.
- Reintegros (9.999 premios). La probabilidad es una entre 10.
Sumando todas las probabilidad, tenemos un porcentaje total del 15,31 % de
conseguir algún premio. Por este motivo es el sorteo favorito de casi todos.
Bueno, por este motivo y por uno más poderoso todavía que es el miedo a ser el
único sin premio en un grupo de amigos, vecinos o compañeros de lo que sea.
ESPERANZA MATEMÁTICA
Ahora que ya tenemos calculados los porcentajes de probabilidad de cada
premio, para calcular la esperanza matemática de cada tipo de lotería hay que
considerar otros dos factores. Primero, el precio de una apuesta. Y segundo,
el montante medio de cada premio, para lo cual tomaré la media de los últimos
diez sorteos.
El resultado se muestra en las siguiente tablas.
Como se puede ver, si tenemos en cuenta la esperanza matemática de retorno del
gasto, lo más "rentable" (entre comillas muy grandes) es jugar a la Lotería de
Navidad. Y de entre las loterías por combinaciones, la más "rentable" (más
comillas gordas) es la Bonoloto, curiosamente un sorteo poco popular por la
percepción de que los premios son pequeños. Mención aparte para la quiniela,
que no se queda tan lejos y puede ser una opción interesante para futboleros
(pero ojo que Dunning-Kruger no hace prisioneros).
Espero que el ejercicio te haya resultado entretenido. Como nota final, decir
que esto no supone recomendación de participación en ningún sorteo. Lo más
rentable siempre será hacer aportaciones periódicas a un índice global como el
MSCI World o similar. John Bogle no jugaba a la lotería.
→ Al preparar este post me he apoyado en
esta web de cálculo estadístico.

El final de año se acerca. Otra vez. Y pronto el año 2022 dará paso a un año
2023 que llega cargado de oscuras premoniciones de crisis económica.
Por suerte, el futuro no lo conoce nadie y puede suceder cualquier cosa. Por
tanto, olvidemos los malos augurios y encaremos el cambio de año con alegría y
optimismo. Repetid conmigo: "2023 será un año genial". Y si no lo es, en doce
meses gritaremos lo mismo para 2024, y así hasta que acertemos.
Echando la vista atrás, lo mejor de 2022 fue sin duda
el viaje a Corea
y el reencuentro familiar. En comparación, el resto del año fue una hez
pinchada en un palo. Bueno, no tanto como eso.
En estos últimos doce meses hice algunas
cosas entretenidas. Cuidé mi alimentación e hice ejercicio, de forma que este 22 de diciembre
pude celebrar el Día de la Salud con conocimiento de causa, ya que hice el
reconocimiento médico anual justo dos días antes. También he aprendido
bastante sobre algunos temas que me interesan, como por ejemplo
las finanzas.
Y hace apenas unos días
he publicado un libro, que no he escrito yo pero casi. Es algo que me tomé como experimento y
prueba del proceso de autopublicación. La conclusión es que es muy sencillo.
Habrá que repetirlo.
Por contra, no he logrado dedicar el tiempo que esperaba a
la web para practicar vocabulario de idiomas. Intentaré darle un impulso en el año que está a punto de comenzar, pero
dependerá de qué suceda a lo largo del año.
Y es que el gran objetivo del año no es laboral ni económico ni está
relacionado con estas aficiones digitales que cultivo. La principal misión del
año es conseguir la reunificación familiar, sea como y donde sea.
Mientras tanto, desde este humilde blog te deseo una muy feliz Navidad y un
excelente año 2023. Mis mejores deseos para todas las personas que pasáis por
este rincón digital.
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
메리 크리스마스! 새해 복 많이받으세요!
MERRY CHRISTMAS AND HAPPY NEW YEAR!
¡BO NADAL E MELLOR ANINOVO!