Ya para qué me hacía güey: me costaba mucho trabajo escribir en este blog porque ya no soy la misma chica de tenis de colores y trastornos alimenticios que abrió "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" en el verano de 2004. Ya no tengo el mismo estilo ni el mismo desparpajo ni el mismo calzado. YA SOY UNA SEÑORA. Sin camioneta pero con cremas antiarrugas. Sin hijos pero con gatos. Sin desayunos en Prado Norte pero con huevos orgánicos en el refri. Sin portavasos pero con vinos medio buenos. Sin casa propia pero con deudas. Etcétera.
Por eso abrí un nuevo blog: Crisis de los 30, en el que, a partir de mis ahora 28 y hasta que me empiece a dar la crisis de los 40, escribiré de mi nueva vida como no-tan-joven.
Ái nos vemos.
Soñé que se organizaba un "viaje escolar" a Querétaro, pero yo era la yo actual y mis amigos mis amigos actuales. La cita era por el paradero de Indios Verdes, y yo llevaba puesta la ropa con la que viajaba cuando estaba en la universidad: unos pantalones cargo ñegros que habían pertenecido a Mario, nada lindos pero con miles de bolsas; una chamarra pachona (¿se acuerdan del boom de las chamarras pachonas hace diez años?) azul rey que me compré en Zara (TODO MUNDO la tenía, chicas, seguro las ubican) y una camiseta blanca que me quedaba grande.
Soñé que un güei me llamaba por teléfono y yo no sabía quién era, pero quedaba atrapada en una de esas situaciones en las que es muy tarde para confesar que no sabes quién es la persona con la que estás hablando y pretendes que sí y sigues la conversación con la esperanza de que te caiga el veinte en cualquier momento. Yo estaba ocupada y NO quería hablar con él, pero cual poster de The Oatmeal (clic) no había forma de cortarlo. Así que de pronto una fuerza extraña se apoderaba de mí y le decía: cabrón, ME VALE MADRES todo lo que me estás diciendo. Pero inmediamente me sentía culpable y le pedía perdón, le decía que no había querido decir eso (jaja), que estaba estresada y "en mis días" (aunque no fuera cierto) y que en realidad lo tenía yo en muy alta estima y que me interesaba muchísimo cada una de sus palabras. ¡Y ni siquiera sabía quién era el cué!
¿Interpretaciones? Que soy una pinche blandengue.
Por cierto, el otro día soñé con el holocausto zombie, y al final éramos tantos los sobrevivientes que pensaba: qué holocausto zombie tan chafa.
Y por-por cierto, no había posteado porque muchos días estuve sin poder dormir chido, culpa de un síntoma horrible de la hepatitis que es la comezón en todo el cuerpo. Pero Jony ya me mandó unas pastas bien poderosas para eso, aparte de que ya está más leve. Voy mejorando y dicen que hasta me veo menos amarilla. Seguiré informando.
En algún momento de la noche soñé que iba a Colima y conocía a Sv Alteza, y nos caíamos bien y yo le caía bien a sus gatitos y los gatitos me caían bien y todo estaba muy bien bien bien. En la tarde ella se iba a trabajar y yo me ponía a turistear y me encontraba a Araceli andando en bici y a Andreinski, que aprovechando la cercanía de Guadalajara también habían ido a pasear. Me daba mucho gusto verlas a todas.
Luego soñé que siempre sí iba a Tokio (¡aún te maldigo Air Canada!). En el aeropuerto conocía a una japonesa que hablaba español y que era lindísima. Me llevaba a una especie de "taller de artesanías" que era como un Bazar Fusión pero 829374832947 veces más chido. Mi hotel era muy chiquito y en el restaurante se comía delicioso (más antojos de hepatitits: noodles). Y una tarde iba caminando con mi japonesa, con Cory-de-la-prepa-ahora-de-Suecia y con un tipo misterioso, que de repente se paraba a hacernos peinados y maquillarnos a todas, así de la nada. Y yo pensaba: ¿por qué estoy desperdiciando mi tiempo de esta manera, dejando que un güei me depile las cejas en pleno Tokio?
También soñé que me cancelaban todas mis tarjetas de crédito "por participar en juegos de azar". Yo que ni sé jugar póquer. Y ya me iba a empezar a pelear cuando me desperté, fiuf, qué bueno.
Y lo más importante: soñé que me tomaba un licuado de plátano como el que me antojó Aniuxa anoche con un tuit, así que hoy me desperté a comer all bran con plátano y soy muy feliz.
Soñé que estaba en la universidad, preparando una "exposición" (ese método infalible que usan los profes para huevonear y asegurarse de que sus alumnos no aprendan nada y se aburran a muerte durante dos horas) sobre evolución del lenguaje en primates. Las fotocopias que nos daba el profe, eso sí, estaban poca madre, así que yo no sufría con mis labores.
De pronto me daba cuenta de dos cosas. Una: que estaba haciendo las cosas bien, o sea, mal para la UNAM, porque explicaba las cosas e incluía chistecitos e información actualizada que había encontrado en otros lados (en internet pues), en lugar de ennumerar conceptos "resumidos" dentro de un "esquema" bonitamente dibujado con plumón en un pliego de papel bond de cuadritos (antecedente histórico del pagüerpoint... un momento, sospecho que siguen en el papel bond). Y dos: las fotocopias estaban en inglés, o sea que sí, tendría que hacer mi esquemita traducido fielmente porque mis compañeritas, víctimas de las irrisorias clases de pollito-chicken nivel secundaria y prepa, habían pasado el resto de sus vidas muy ocupadas viendo canal 2 (y luego viendo canal 11 para "tapar" su fechoría) como para aprender un idioma extranjero, y entonces mi exposición sería su única fuente de información para estudiar para el examen (la base misma de su educación).
Y yo me enojaba mucho. Como en los viejos tiempos.
Soñé que, aún con hepatitis, iba a una fiesta-reunión en casa de Niche y Sof. Llegaba yo muy guapa y arregladita para que nadie se fijara en mi color amarillo. Corte a: estaba entrada la madrugada en un Walmart comprando una botella de Jack Daniel's. Me espantaba muchísimo, porque no recordaba absolutamente nada después de que llegaba y me sentaba y me servía un vasito de agüita de limón. Eso quería decir que LE HABÍAN PUESTO ALGO A MI BEBIDA, alcohol específicamente, y que mi hígado enfermo había provocado que me diera blackout desde el primer sorbo. ¿Cuánto habría tomado? ¿Me iba a morir? ¿Por qué lo habían permitido mis amigos? ¿Querían matarme? ¿Por qué no también me dieron tachas y aspirinas y medicinas procesadas vía hígado? SNIFF.
Luego desperté y vomité mi Gatorade de limón.
(post largo y aburrido)
Creo que es la banda que más veces he visto en vivo. No sé ni por qué soy fanssss porque tocan "música para músicos" y yo soy toda ignorantota. Seguramente los empecé a escuchar sólo para impresionar chicos (pasaron meses pa que yo les diera el golpe, a Dream, no a los chicos) pero al final me clavé con Scenes from a Memory, que era el que sonaba entonces, y luego con todos los demás y ya me gustaron-gustaron y heme aquí, más de diez años después, escuchándolos en una noche de domingo.
La primera vez que los vi tenía poco de haberme vuelto fans-de-verdad y no los conocía mucho, pero aun así llegamos tempranito al Auditorio Nacional a comprar boletos "de los más caros". Mario, Edemege y yo conseguimos una muy decente tercera fila lateral (lado derecho, el de Petrucci). ¡No encuentro mi boleto para postear foto! :-(
Durante el concierto, el 27 de agosto de 2000, Edemege tocaba el air-keyboard de una forma TAN clavadota y ridícula que Mario y yo hasta la fecha nos burlamos. Aquí el playlist:
Cuando trabajaba en Chilango, una vez me encargaron un recuadrito para un reportaje sobre la rivalidad entre defeños y satelucos, con opiniones de escritores y famosos y cronistas al respecto. Sopitas me dijo cosas muy chistosas, como que en Satélite todo era copia chafa y que casi casi tenían el Charlies and Carlos y así. Alfredo Jiménez no se acordaba de nada, pero me pidió que le hablara en la noche a ver qué se le ocurría; cuando le llamé había escrito una minicrónica de una supuesta pelea entre unos borrachos de Satélite y unos de acá (ahí fue cuando escuché por primera vez la palabra "incróspito", que es de mis favoritas), y me la "dictó". A Ángeles González Gamio la agarré mientras estaba comprando cosas en el supermercado. Juan Villoro me escribió un textito que copy-pastearé al final de este post.
También llamé a Monsiváis. La conversación fue la siguiente:
Yo: Hola, ¿Carlos?
Monsi: Sí.
Yo: Soy Tamara, de la revista Chilango. Te llamo porque estamos haciendo un reportaje sobre la legendaria rivalidad entre chilangos y satelucos, ¿qué opinas al respecto?
Monsi: No existe tal rivalidad. Es un invento.
Yo: Eeeem, bueno, ¡gracias!
FIN.
Me hubiera gustado platicar más con él. Sniff. Nunca lo entrevisté ni platicamos ni nada.
Por cierto, el recuadro de Chilango nunca se publicó.
**
Aquí el texto inédito de Villoro:
Conozco Ciudad Satélite desde sus orígenes. Unos primos míos vivían en Echegaray y me gustaba mucho el camino rumbo a las Torres de Satélite, el paisaje más futurista de principios de los años 60 (las torres son del 59). Me acuerdo de un anuncio en el que el nuevo suburbio de la capital era promovido ¡por unos marcianos!, los habitantes perfectos para una zona tan nueva.
Como yo era fan de los "Supersónicos", pensaba que muy pronto Ciudad Satélite iba a ser recorrida por naves espaciales. Estaba de moda descubrir ovnis y, como el DF es una de las ciudades que ha tenido más contactos del "tercer tipo", parecía lógico desembocara en Ciudad Satélite, una plataforma para extraterrestres. Con los años, el lugar se volvió menos cósmico. Cuando estudiaba secundaria, Satélite fue para mí el bastión de las discotecas con cintas. En el DF el sindicato de músicos obligaba a tener conjuntos, de modo que las nuevas discos se fueron al Estado de México. En Satélite no proliferaron las pistas de aterrizaje que auguré en mi infancia sino centros comerciales de inspiración texana. El lugar ya se parecía menos al espacio exterior que a Laredo. Todo esto a orillas del Periférico. Calles adentro, Satélite seguía siendo misteriosa. Los circuitos tenían curvas muy pronunciadas y parecían volver sobre sí mismos como si conformaran un laberinto. Las calles ostentaban raras placas heráldicas, dignas de un medioevo imaginado en un lugar sin castillos (Arkansas o Toluca).
He conocido a algunos eminentes satelucos, como Oscar Sarquiz, máximo conocedor del rock en México; Emilio Ebergenyi, inolvidable locutor del programa que escribí para Radio Educación ("El lado oscuro de la luna"); los miembros de Café Tacuba, mi banda nacional favorita; Julieta García González, autora de la novela "Vapor", y muchos otros. Sin embargo, la relación con la punta norte de la ciudad dejó de ser fluida cuando el tráfico convirtió el traslado en un verdadero camino de expiación. A partir de ese momento cristalizó el dicho: "No hay pasión que dure más allá del Toreo". Si conocías a una chica fantástica que vivía en Satélite y tú vivías en Tlalpan, estabas perdido. Creo que la dificultad de acceso nos obligó a pensar que los sateluctos no eran tan interesantes como nos habían parecido, que carecían de la cultura de Mesoamérica y en cierta forma pertenecían a Aridoamérica. La culpa la tuvieron los coches y la solitaria vía de acceso, el intransitable periférico. Para mí, sigue siendo el lugar ideal para que aterricen los marcianos.
Fotos sin orden ni progreso porque qué cansada estoy, uf, no había caminado tanto en milenios.
El tortamóvil:
Me volví loca en las tiendas de a dólar de Mission:
¡NO PERDIENDO EL TIEMPO!
Tarjetas telefónicas:
(mi favorita)
El Roccapulco:
Playeras cristianas:
¡MILES!
La Condesa llega a SF:
Me gustó:
Chairismo:
Un muralista que sí se divierte con lo que hace:
Tortas:
Un muralista que NO se divierte con lo que hace (¡sino que SUFREcomoprecious!):
Muralista más alivianado:
La calle 24:
Un dueño de lavandería que se divierte con lo que hace:
Otro:
Qué bonito:
Peor que el metro Xola: "tenemos una palmera afuera del changarro, ¿cómo le ponemos?":
Puebla en la 24:
Guapos:
¡ALTO! Peinados:
¿Cuántos tamale? Un tamale:
Y el cartel del festival Vivo Latino es:
Charro futurista:
¿De quién es la iglesia?
Yeah:
Me gustó:
Se me antojó tanto el pan, pero qué fail venir a comprarlo acá:
Otros muralistas que NO se divierten:
Lo que sí me andaba comprando eran unas pupusas, quizá mañana:
Iglesia aburrida:
Casa con HARTAS plantas en la banqueta:
Jijiji Charlie es como el Roma:
Los chairos y sus obviedades:
Hermanitas diseñadoras:
Más pupusas:
Latinasia:
Angelitos del terror:
En este lugar dicen tener la torta cubana más grande del mundo:
Pero el dibujito se ve muy modesto:
¡La esperadísima foto de la única caja de cereal que encontré en una tienda de un dólar!
Mario Bros con bigote que parece boca:
Yo quiero que en mi boda se desbloqueen iPhones:
AMÉ esta tienda de todo a dólar:
Manejaban objetos maravillosos tales como LOS NOVIOS BAJO UN SANDWICH GIGANTE:
Y... uf uf uf uf uf uf. ¡La lámpara de las torres gemelas!
Es EL MEJOR OBJETO de la historia.
El delfín gruyere:
El yísus de "¿A mí qué me ves?"
El póster de los Obama onda The Cosby Show:
Se referían a uno como "Sr. Costumer":
Ex cines:
¿A qué se referirán con ORO?
Guatemala, famoso por su pan:
De este letrero no me interesa el "decea", pero cuando lo vi pensé que decía AVIÓN en vez de Avon y me dio mucha risa. ¡Plop!
Mi cena thai:
Más latinasia:
El salón de belleza de Edemege:
Mis compras del día:
Y ya.
***
BONUS: fotos que no tomé hoy pero que apenas descargué.
1. Las únicas fotos que tomé de la boda de Uri y Aura:
2. El cartoncito vacilador que venía con la funda que le compré a mi nuevo telefóno, junto a una no menos vaciladora postal el Tenampa:
Y ya. Pronto: más cosas.
Este número de Gatopardo ha estado maldiiiiitoooooo. Se han caído como mil millones de textos, ha habido "bien poquito internet", la luz se ha ido a cada rato, etcétera.
Hoy estábamos ái nomás cuando se fue la luz, así, completamente. En lo que esperábamos a que regresara nos sentamos en el lobby a platicar sobre diversos temas que interesan a la juventud de hoy, tales como: la dieta de los tópers, Twitter, antros gay.
Cuando al fin hubo energía de nuevo, ocurrió un misterio digno de Scooby Doo: un cacho del piso HABÍA DESAPARECIDO. Así, de la nada. Tablones de "piso laminado" habían sido arrancados de su lugar. Paredero: desconocido. ¿Qué pasó?
Creemos que @guatopardo tuvo algo que ver.
Crecí con una mamá que cada día era (y cada día es) más izquierdosa, sin caer en monstruosidades senderodelpejistas, porque es crítica y todo eso. Pero desde que presencié su indignación en 1988 yo supe quiénes eran "los malos" y quiénes "los no tan malos".
Luego estudié en la UNAM, donde los izquierchairos son la clase dominante, y aunque nunca encajé, estuve siempre de su lado, aunque me pintara el pelo y prefiriera Nation of Rebels sobre Das Kapital y a Huxley sobre Castaneda y a Auster (sí y qué) sobre, no sé, Benedetti y esos güeyes. A pesar de "no ser como ellos", sí era bien fundamentalista, y le gruñía a los que compraban el Reforma y se asumían de derecha.
Me acuerdo que pensaba: JAMÁS haría amistad con alguien de derecha. Ps sí. Le dejé de hablar a Edemege por años, sólo porque era de derecha. Días antes de las elecciones de 2006 casi me enredo en una pelea de cantina con una viejas como de Quiero ir al antro que dijeron al micrófono "viva Calderón". "Qué oso we". Era BIEN prejuiciosa y despreciaba cualquier cosa que fueran zapatos-gel-empresas-marcas-dinero.
Eso fue hace tres años y medio, y ahora soy otra. Sigo del mismo lado, pero ya no odio a nadie nomás por su postura política. He TENIDO ONDAS con güeyes que votaron por Calderón (¡hola!). Descubrí a un papá gringo republicano y me llevo MARAVILLOSAMENTE bien, lo adoro. He agarrado borracheras con gente que detesta todo lo que huela a izquierda. Recuperé mi amistad con Edemege y eso me hace muy feliz.
Pero no se trata nomás de la "tolerancia" ante lo que piense el otro. Ya tampoco desprecio todas las ideas de derecha. Aunque mi mamá me regañe, sí estoy de acuerdo con algunas (poquitas) cosas que Edemege dice sobre cómo debe ser la economía de un país. Porque no todo lo que sea izquierda es válido ni bueno nomás porque está de ese lado, ni al revés con la derecha.
Y no me toca a mí armar propuestas ni nada porque soy ciudadana de a pie y me dedico a escribir de taquerías y "celebridades", tampoco sé mucho de política ni de economía ni me pondría a los putazos con nadie a hablar detalladamente de eso, PERO estaría bueno que alguien tuviera un plan mixto, izquierdichido, que incorporara las cosas buenas de aquel lado y se deshiciera de los vicios sesenteros que ya no vienen al caso en pleno 2010. Y lo más difícil: que lo aceptáramos.
Pero podemos empezar por no insultarnos, primero entre los de la misma postura, luego en los de una postura y otra, luego todos juntos como hermanos etcétera. "Tssss buena vibra gooooooooei".
Ya me voy a dormir, mañana reviso el texto, si hay erratas "ustedes disculparán".
Hace 10 años me tocó la huelga de la UNAM. Yo estaba en la prepa y, como ya he confesado, temas como Metallica o mi novio Dagoberto me importaban más que las cuotas. PERO sí me importaban y yo apoyaba el movimiento e iba a las asambleas y marchas y así y veía el 40 y me emocionaba mucho cuando al Mosh hacía mierda a los de derechadederecho.
Pero había un problema. Yo no pertenecía al movimiento. ¿Por qué? No era lo suficientemente bonita, segura, hippie y de abolengo izquierdoexquisito. Vamos, ni siquiera vivía al sur de la ciudad goooooei. Los chairos del CGH de Prepa 6 nunca me hicieron el feo explícitamente... pero ps tampoco me veían con buenos ojos. Una metalerita como yo jamás sería parte de su élite de chairas hijas-de-refugiados-chilenos que corrían semidesnudas --sin celulitis-- por el patio. Para ahorrarme desprecios empecé a apoyarlos desde lejos y nomás iba a las marchas a fundirme entre un montóndegente.
Al final toda la cosa cegehachera terminó hecha pedazos, los forevers ultras partiéndole la madre a los moderados y los moderados enfurruñados y la intransigencia generalizada y la gente que se fue a escuelas patito y bolas periquín: la PFP. Y claro, ese 6 de febrero todos chilli chilli, ¿no? Ya pa qué.
Ahora los que vivimos la huelga tenemos entre mi edad y... ¿36? Más o menos. ¿Y aprendimos algo? Pos no. La izquierda está dividida, huy, qué novedad. Básicamente porque el perredé la ha cagado horrible, todos han metido las patas. Pero, ¿y nosotros? Chale. Hay TANTO odio. TANTO.
Hoy todo pasó en Twitter. Un güei del Sendero del Peje se puso a insultarme, a decirme frívola y gorda (¡chocolate por la noticia!). Así, a lo pendejo. Y, bueno, absolutamente todos los días hay gente que me dice frívola y pendeja y gorda y cosas peores, así que eso me vale madres, pero me preocupó que viniera de un güei que da la cara por un movimiento pejista, y que insulta a todos con la misma pinche mala leche. Especialmente a los que están...de su lado.
Leyendo más timelines me topé con sombrerazos entre izquierdosos de distinto grado de rojismo (y no todos de SDP). Inteligentes unos, chingones; lamentables otros, así, de tristeza. Pero sombrerazos y encono y, chale, verdadero odio entre ellos. Así, todo visceral y triposo.
¿Así vamos a seguir para 2012? ¿Con una clase media que vote por la derecha (¡otra vez!) por el miedo de que unos porros como los del Twitter tengan aunque sea un meñique metido en el poder? ¿Con unos porros extremos que prefieran que gane la derecha con tal de que no haya güeyes moderados en los partidos? ¿Con una izquierda fundamentalista como de profe maloso de la UNAM que descarte tajantemente cualquier forma creativa/diferente/divertida de hacer política, y grupos creativosdiferentesdivertidos que manden a la verga la política porque no están dispuestos a fumarse el odio injustificados de una pandilla instalada en otro siglo? ¿Con madrizas en el Covadonga y los karaokes? ¡No mamar!
Oquei, oquei, estoy "diciendo de cosas" del profe malo de la UNAM y así, pero yo no lo insulto ni se la hago de pedo. ¿Él me la hará de pedo? Pueque. He ahí el problema.
Todo es tan simple: ¿De qué lado estás? ¿Del mío? Chido: manifiéstate como se te dé la gana, yo te respeto, respétame, y si es posible unamos fuerzas. Convenzamos de a poquito a la gente en forma pacífica. No insultos: argumentos. Izquierda amigable. ¡Por favor!
Y ya me voy a dormir. Debí hacerlo hace horas, pero como que tenía que escribir de todo esto.
Amigos de derecha: Ya saben cómo soy, vayamos por unas chelas a hablar de otras cosas.
Lectores de izquierda: Adelante, insúltenme. O no.
El siguiente diálogo es recurrente:
Alguien: ¿Y dónde trabajas?
Yo: En una revista.
Alguien: ¿Qué revista?
Yo: Gatopardo.
Alguien: ¡Ah claro! ¡Es muy buena!
Yo: ¿Verdad que sí?
Alguien: Sí, me encanta. Es la de teatro, ¿no?
Yo: Eeeeem. No. Esa es Paso de Gato.
Próximamente: Paso de Gatopardo, la revista de crónica de teatro latinoamericano.
Edemege y su roomie Matt son los mejores ejemplos del arquetipo "enemigo del chairo". Son BANQUEROS, de derecha, sólo piensan en dinero y en viejas buenísimas, son todos elitistas y critican con mala leche a la gente "sin estilo", mientros ellos nomás visten marcas como Paul Smith, D&G, Hugo Boss y desas para a las que a nosotros no nos alcanza. Y qué y qué con todo eso, son unos tipazos, talentosos y divertidos, e hicieron mi viaje a Londres mil veces más chingón. Los quiero, chicos.
Pero ya me estoy "yendo por las ramas".
Un día de mi vacación estaba yo bañándome casa de estos güeyes, y me di cuenta de que tienen mucho producto metrosexual. No sólo bronceador del que es como pinturita, sino bloqueadores solares para cuando van a las islas griegas. También cremas hidratantes y perjumes y champús que huelen rico. Y también tienen medicinas, harrrtas medicinas, desde su completísima colección de analgésicos hasta cosas anfetaminosas más interesantes. Y luego salí del baño y me tropecé con un paraguas, porque tienen paraguas por todo el departamento, básicamente porque ps viven en Londres y llueve todo el pinche tiempo.
Y todas esas cosas tampoco son chairas. Claro, el bronceador de pinturita y los perjumes y el Adderall son prescindibles, ¿pero y lo demás?
A lo largo de tantos años de convivencia cercana con chairos he aprendido a comprender muchas de sus excentricidades, pero hay tres que nomás no:
1) Los chairos no usan bloqueador solar. JAMÁS. No importa que sean morenazos protocubanos o pálidos como pancito sin hornear. Se van a la playa (a Maruata goooooei) y dejan que el sol los queme así, directo, sin intermediarios. ¿Por qué? No sé. Quizá porque el sol es natural gooooei, no puede ser malo goooooei. O porque lo que realmente provoca el cáncer en la piel son los químicos del bloqueador.
2) Los chairos, como todos nosotros, se enferman. Nomás que ellos no toman medicinas. ¿Chairo agripado? Nada, si acaso té de abango. ¿Chairo con diarrea? Nada, si acaso una manzana. ¿Chaira con cólicos? Nada, si acaso un té de canela. ¿Chairo con dolor de cabeza? Nada, si acaso un toque. ¿Chairo deprimido? Flores de Bach. ¿Chairo realmente enfermo? Homeopatía.
3) Los chairos no usan paraguas. Puede hacer un frío de la chingada y estar el cielo cayéndose a pedazos, pero ellos jamás comprarían un paraguas, ni aceptarían que alguien les prestara uno. Tampoco les gustan los impermeables. Nada, nunca, jamás. Si acaso un coche, porque coches sí tienen los chairos. Pero paraguas no, y no entiendo por qué: los bloqueadores y las medicinas alópatas son malévolas y así, ¿pero los paraguas? No dan cáncer ni dañan ninguna ideología, ¿entonces?
Chairos, explíquenme. Ojo: a ustedes también los quiero.
***
Ya ni lo anuncié por andar vacacionando y aterrizando, pero esta semana sí hubo Podcats:
Desde el lunes ya está onlain el nuevo episodio de El Podcats, pero yo andaba en Berlín, en el hotel Intercontinental porque a Edemege le gusta creerse Obama o Iron Maiden, y ahí el internet costaba una cantidad estúpidamente alta de euros. O sea que tuve a Tomaso (mi computadora) guardado todos esos días en la caja fuerte. Pero ahora volví a Londres y ya estoy instalada en el depa de Edemex, lavando ropa en su lavadora inteligente.
Así que acá les dejo El Podcats, o bájenlo de iTunes Store aquí.
¡Ya está el segundo episodio de El Podcats!
Gonzalópolis y yo ya tenemos Podcats. Este es el primer episodio.
Pues sí. En caliente ni se siente. Ái les voy:
Desde que Pacho me platicó que era posible que el mismísimo Houellebecq estuviera en Poesía en Voz Alta, me recontraemocioné y lo tuiteé y retuiteé y no logré imaginarme cómo sería ver en un escenario a un tipo que admiro TANTO pero que a la vez me parece tan maloso.
Y el tiempo pasó de volada y de pronto ya era hoy y yo ya estaba colándome a las primeras filas del forito de Casa del Lago, nerviosilla y friolenta, para ver al mmMmMmmMMMmmmmaestro.
Pero antes, ¿por qué no?, hubo un acto abridor. A ver. Lo lógico hubiera sido poner a unos emos recitando poesía, así deprimidos y sin voluntad de vivir y con música de Panda (¿qué tocan los de Panda?). O panditas blackmetaleros. O Tohui (¿sigue vivo?). Pero no. Pusieron A UNOS CHAIROS.
Paréntesis. Si no han tenido el gusto/disgusto/depresión de leer a Houellebecq, deben saber que él DETESTA a los chairos. Digo, detesta a la humanidad en general, pero a los chairos más que a nadie. O quizá ái se vayan con los negros. ¡Menos mal que no eran chairos NEGROS!
Estos chairos eran en cliché total. Mugrosos coyoacaneros, no feos, de esos que en la prepa (de la UNAM o el Madrid o algo así) seguro eran los populares y trataban mal a los Houellebecqs de su salón. De esos cuya popularidad y no-fealdad no les sirvió de nada en la vida real posprepa, porque ahora a sus veinti o treintipico siguen en la forever total, con ideas fijas y anticuadas y, por supuesto, TOCANDO LOS TAMBORCITOS. Y eso era básicamente lo que hacían. Tumpacatapum, con una flauta transversa que la chairichairi hacía sonar como flautita de madera de Jorge Reyes, y una cantante que hacía "ouuuuu uuuooooo uuaaaa". Y la poesía, OH, la poesía. Justo cuando dije: Sólo falta que estos papanatas mencionen a los huicholes y al ojo de venado, POR SUPUESTO mencionaron a los huicholes y al ojo de venado.
Me imaginaba yo a Houellebecq petrificado, contemplando la escena con horror y exigiendo que lo llevaran de regreso a su hotel, al aeropuerto, a Irlanda (¿o a España?). Pero seguramente lo tuvieron guardado en una cápsula de silencio, porque al terminar los chairipacotilla él subió al escenario como si nada. UF.
Y del chou, qué les puedo yo decir. Leyó increíble, muy bien el acompañamiento musical de los hermanos Arreola, sus poEMOS desgarradores. Él de repente queriendo bailar, jiji, con una mano en el bolsillo y más arrítmico que yo.
Al final, después del aplausononón, dijo en un tono todo tímido: Gracias. Y soltó un jijiji de nervios y emoción. Lo amé tanto. Me conmovió TANTO.
Y ya. Salimos y vi a la pandilla y guara guara y así. Y entonces Pacho nos dijo: Vámonos al after.
Y zas que Falconi, Emilio y yo llegamos al after. Nos sentamos en la mesa de junto y platicamos y yo le veía su coronilla rala rala a Houellebecq, que estaba de espaldas. Y me tomé un solo güisqui, UN SOLO güisqui, y Pacho me dijo: Ven, te voy a presentar a Michel. Y yo: No no no no espérate no no no no espérateeeeee. Pero ya era muy tarde, él se había soltado con: Mira, ella es Plaqueta, una gran bloguera acá, y ella es superfansss tuya y te hizo un chorro de publicidad y.
Y le di la mano y lo miré a los ojos y me miró a los ojos y SONRIÓ.
Sí, ya sé que la gente normal sonríe, incluso los güeyes raros como Houellebecq. Pero, vamos, si han leído sus libros, saben que lo ÚLTIMO que podrían imaginar recibir de él es una SONRISA. UF.
Me cagué. No había preparado ni una frase inteligente. Me quería MORIR. Y como no sabía qué decir, y como ya me habían presentado como fans, pues solté frases de fans. "Qué oso we". Y me preguntó cuál era mi blog y me dijo que le anotara mi dirección en una libretitia, jiji, y se lo anoté (¡Salut Michel!). Ay, no no. En fin. Llegó un punto de silencio incómodo en que yo empecé a temer no tener nada con qué zafarme en toda la noche, pero entonces, como un milagro, apareció Xun. ¡XUN! Al que tanto quiero y hoy un poco más. Y me paré a saludarlo y salí corriendo.
SOY UNA MARICONA.
Lo sé. Era mi oportunidad para beberme tres güisquis al hilo y perder el miedo y soltarme a hablar hasta en francés (porque hablamos en un inglés horrible y yo no le entendía nada). Era mi oportunidad de platicar con él normalmente y descubrir un poquito de uno de mis autores favoritos, ya no como fan ni como periodista, sino como compañera de tragos.
PERO ME DIO PÁNICO.
Y me regresé a la mesa de todos los demás.
Entonces Arreola me dijo que qué pedo, que por qué me había apanicado. Y yo le expliqué que era muy difícil estar con alguien a quien admiras tanto y comportarte normalmente, especialmente cuando el idioma es un impedimento (en este caso doble). Y le pregunté: ¿Nunca te ha pasado? Y él: Huy, no, nunca, llevo años entrevistando gente, no, pa nada.
Y yo pensé: Es MUY distinto entrevistar a alguien. Por ejemplo, Felipe es más fans que yo y le hizo una entrevista formidable (¡búsquenla mañana en El Universal!), pero estoy segura de que no hubiera sido tan fácil para él estar en la misma mesa que Houellebecq, y MENOS si no hablara francés (que sí lo habla, osh, lo odiooooo y odioooo a la maestra de francés que me corrió de su clase hace más de cuatro años). Y estoy segura de que yo tampoco lo hubiera hecho mal y quién quita y hasta le caía bien. Ps sí. Si de un momento a otro me dicen así en frío: Mira, platica con James Hetfield, ps noooo, sería una imbécil, una completa estúpida, y temblaría y diría pura pendejada. Pero si me dieran una entrevista con él, sería bien distinto. Lo haría bien, me cae, ME CAE. O con Nick Hornby. O con Woody Allen. O con, no sé, eBoy. Etcétera.
En fin. Me escapé del lugar, me despedí de Houellebecq, me volvió a sonreír. Y yo me fui a comer tacos al Califake, que me supieron a CaliFAIL.
***
La prueba de que Houellebecq tiene corazón es que tiene UN PERRITO:
Si su vida es como en sus libros, el perrito va a morir prematuramente de una enfermedad muy dolorosa, y él sufrirá y sufrirá.
Hoy a medio espectáculo de Michel Houellebecq, del cual hablaré en un próximo post, me habló Niche. No le contesté porque soy una mujer muy educada y ni modo de responder "¡¿SÍ BUENO?!" como los nacos que iban al cine con celular en los noventa, además de que estaba yo bien clavada con la deprepoesía del ese francés cara-de-cera, casi con un nudo en la garganta y con la sensación de que todo es una mierda, como cuando leo sus libros.
Tons cuando terminó ya le hablé a Niche y me dijo: Qué pedo, ¿ya nunca vas a postear? Y yo: Mjmjmjm sí pero es que. Le expliqué lo que a todos, que es difícil retomar cuando ya perdiste la constumbre, que Twitter y que mucho trabajo y. Y ella: Cómo puedes abandonar algo que te ha dado tanto, ¡postea! Y yo como a Niche siempre le hago caso porque Niche es muy sabia, pensé: Sí no mames, tengo que volver.
Y volví.
Niche no fue la primera que me lo dijo. Le juré al Ornitorrinco, a Valsolar y a Boticapop en una ñoñireunión de la semana pasada que ya escribiría. También a Miranda Hooker. Y miles más. Pero como que me hacía güei y siempre encontraba el pretexto. Como cuando no vas al gimnasio, como cuando abandonas un curso a la mitad, como cuando le tienes que mandar un mail a alguien pero no quieres.
Pero ya. Pararé de mamar. Si tampoco es manda, digo. Posteo porque me gusta, y me cae gordo que se me había olvidado. Si escribir es lo mío, ps sí, aunque mis jeiters digan que no, es lo único que sé hacer. Tsssssó.
El primer título de este blog fue "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia". Y aunque estos meses han sido documentados en Twitter, ps pa qué hacerle a la mamada: NADIE se pone a leer tuits viejos, a menos que sea con fines documentales o acosadores. En cambio los posts sí, porque tienen más carnita y detalle y es más chido leer una croniquistoria que una serie de telegramas de 140 caracteres (sin menospreciar al Twitter porque cómo).
¿Y qué he hecho todos estos meses? Muchas cosas. Ya les contaré. Y las que vaya haciendo también.
El Suburbano se inauguró hace MILENIOS, pero nosotros no habíamos ido a conocerlo. Así que nos dejamos de mamadas y decidimos que el domingo 6 de septiembre iríamos a Cuautitlán
Izcalli en el tren de moda y de novedad.
El viernes anuncié con Los de la tarde mis planes y zas, que me llega una llamada misteriosa de una chica que decía trabajar en el Suburbano y se ofrecía a darnos un tour. Como no tenía voz de asesina serial ni de hater encubierta, dije: Órale vas.
El domingo llegué cruda cruda cruda a Buenavista, porque la fiesta de Niche estuvo bien buena. Ahí me reuní con la pandilla paseadora, compuesta por Jorge Pedro, Uriel, Aura, Mario y Bicho. Descubrimos la grandiosidad de las macetas del lobby de la estación, que son como vasos de café gigantes.
Cuando me invitaron a cotorrear con Biz Stone en el Auditorio Nacional dije: ¡Claro que sí! ¿O ustedes hubieran dicho que no? Huevos al que diga que nel, porque miente descaradamente.
Como mis jeiterrrs (porque son los que mejor se saben mi vida) y algunos lectores sabrán, mi experiencia hablando en público no ha sido muy buena que digamos. Clic, clic, aparte de otras que por pena no he posteado (aunque en esta me divertí y me fue bien). Esta vez creí que sería diferente, porque después de meses de hablar frente a la cámara pensé: Ay pues es igual.
Pero llegué y Matuk me dijo: No ps no es igual. Y me agarró el miedo.
La verdad que el asunto no tenía gran ciencia. Pero sí. Consistía en lanzarle preguntas a Biz, que ya llevaba yo pensaditas y alimentadas por las que me llegaron vía Twitter (¡gracias!). Lo malo es que yo no iba a hablar en english frente a 10 mil personas, y él no maneja el spanish, tons había que usar traductor simultáneo y estar quitarponiéndoselo de la oreja y suitcheando mentalmente entre un idioma y otro. Bueno. Aun con eso, creo que hice bien mis preguntas y él respodió cosas muy divertidas y elocuentes y así, y me hubiera encantado interactuar y que fuera como una charla, pero el tiempo era mínimo y por el desmadrito de los idiomas les hubiera explotado la cabeza a las traductoras y luego a mí y a él de paso y nos quedamos sin Twitter y pa qué queremos. Pero bien bien a pesar de eso.
Y luego vinieron las preguntas del público y todo valió madres. En vez de pasármelas anotadas en una tarjetita, las proyectaron en la pantalla que estaba detrás de mí. Y entonces: la miopía.
Paréntesis: Hace tiempo postié que ya me había comprado mis lentes. Pues semanas después mi mamá me dijo: Ay, te ves más bonita sin lentes. Y ahí va Plaqueta con su enormísima vanidad a decir: Ay, pues ya no los voy a usar. Y entonces he vivido miope por casi un año. Fin del paréntesis.
Total que las preguntas estaban a pocos metros de mí, pero en letras enormes y que se veían desenfocadas a esa distancia y que además eran blancas sobre fondo claro. BUENO. Con decirles que la primera pregunta que tuve enfrente ni siquiera la distinguí como tal, yo sólo veía manchas y creía que eran dibujitos. BUENO. Cuando me di cuenta de que ya era la pregunta, era demasiado tarde: el público me estaba comiendo viva.
Empecé a bromear sobre mi miopía y me juré concentrarme en la siguiente. Dije "ésta sí la leo a la primera". Pero no. Seguía sin ver nada, y como leía leeeento leeeeeento como niño desos de mi primaria de tabicón peludo que nomás no dan una, así de "a... qqq... u... é... n...", etcétera. "Qué oso we". Ya para entonces el público me chiflaba, pero yo de verdad no lograba ver nada, ¡desesperante!
Por fortuna sólo fueron tres. Nos fuimos, Biz brincó sobre un cacho de escenografía y la rompió. Jiji.
UF.
Todo eso frente a 10 mil personas.
UF.
Bueno, ps ya. El sábado estaré más tranquila en Aldea Digital, de nuevo con Matuk y los de Nerdcore e Isopixel y Bilbeny y ps la banda gooooooei pa platicar en vez de conferenciarrrr, ahí sin idiomas y con un público geek y además el mero mero mero día del FINAL DE TEMPORADA.
El sábado me uní al Pulquetour de los de Pulque Nuestro, que traen un chairoproyecto verdaderamente chingón: hacer un catálogo-guía-en-línea de las pulquerías que aún quedan, descubrir las más recónditas, y compartir la experiencia vía blog. Altamente recomendado. Ya les avisaré de los próximos recorridos, pa que se arme en grande y los pulqueros se queden "de a seis" al ver a tanta gente*. Por lo pronto, les cuento de los lugares a los que fuimos ese día:
1. El gorgeo (sic) de las aves.
Leonardo Da Vinci esq. Molinos, Mixcoac
Dicen que pulquería como-dios-mandaba, pero ahora es uno de esos bares espantosos con decoración seudoméxican, calendarios aztecas, barro pintado de dorado y pósters de nalgas de mujer con el logo del Cruz Azul. Hay toda clase de alcohol barato, y áaaai tienen tantito pulque, acidón-chafón. Ese día sólo tenían un curado, de guayaba, más soportable que el blanco, pero mñeeeé.
Mi vida es una serie de televisión. Se aproxima el final de la temporada. El capítulo de cierre será en una fiesta de Alón, dentro de semana y media, el día que hablo en Aldea Digital (ya me volvieron a poner en el programa).
Tantas cosas, buenas y malas y regulares y emocionantes y desgarradoras y confusas y.
El primer capítulo de la temporada siguiente será el 29 de septiembre, pero antes una pequeña vacación: me voy a República Checa. Quiobo. Una semanita. No me envidien, y lo digo en serio: será en un tour tour tour, así con periodistas del mundo e itinerarios y cena con el grupo folclórico y paseo en bici (no sé andar en bici) y avistamiento de aves. Bueno, sí está bueno, buenísimo de hecho, sólo que no es mi viaje ideal de caminar-y-perderme-en-la-ciudad, pero no mamar: soy no pocopaseada, sino CEROPASEADA, jamás he ido a Europa, me lo merezo yaaaaa, y cualquier cosa es absolutamente bienvenida. En diciembre me voy a Londres pero "esa es otra historia".
"Esa es otra historia", chale con la frase. Hoy platicando con un "connotado ex publicista" hice una referencia al comercial de Ferrero Rocher de las fiestas del embajador, y él no entendió. Le dije que estaría bueno que vendieran un DVD en el metro con una compilación de todos los comerciales de los últimos 30 años que se han convertido en referencia: Bety dientes feos, la Nana Chona, Vermox y la colita, Julio Regalado, Saúl Lizaso bebiendo Bacardí, Mijares comiendo Sabritas, los de Herdez con canción de Luis Miguel "si tú supieras cómo es rico el champiñón", la canción de Hermanos Vázquez, el jingle de juguetes Mi Alegría, etc.
En lo que posteo historias de verdad, ahí les va la sección publipost del post:
Ya está a la venta Gatopardo de este mes, pídanla a su voceador. Si no, vayan al sitio, lean mi reportaje de Diego Luna y José Mará Yazpik (paréntesis: Chema es el tipo más simpático y lindo y guapo) y ya entrados en gastos éntrenle al concurso pa ganarse un celular.
Fin del publipossss y del possss.