Uno de los mejores momentos como lector fue encontrar las Vidas Imaginarias de Schwob. El otro es probablemente recibir el primer volumen de las Obras Completas de Borges, o comprar por precio de huevo la poesía -casi- completa de Pessoa. Siento una emoción harto cercana a esos recuerdos cuando paso cada página de la Antología de Spoon River. Ya que sus derechos pasaron a dominio público,
Estaba en una casa antigua. Cortinaje pesado y grueso que dejaba poco espacio a la fuerza de la luz, aunque dentro no habían penumbras sino claridad sepia. Hay varia gente del trabajo, con la cual apenas tengo relación directa. Se trata de una reunión importante, tensa, decisiva creo. Por lo mismo no sé qué hago aquí, pero estoy y en el sueño no me lo cuestiono. Supongo que la reunión tiene un
Yo a Felisberto Hernández llegué tal como llegué a Topor o Balzac: porque estaba en la biblioteca que heredé de mi abuelo. Que la heredé por defecto, quiero decir, porque nadie más le siguió los pasos leyendo ni menos queriendo guardar esos libros. Entonces ahí estaba ese libro, Las Hortensias, que leí en muy poco tiempo. Una edición de Lumen de 1974 con una portada evocadora de pesadillas
Hace poco el escritor argentino cumplió 64 años, y por mucho tiempo más se publicarán varias de sus novelas al año, sin contar sus traducciones, ensayos ni conferencias alrededor del mundo. Aira está en todos lados, sólo es cosa de saber mirar. Llegar a Aira es un accidente. Provocado o no, deseado o no. A fin de cuentas leerlo es caer en enojo y deslumbramiento. Si se vence una novela, y se
Paso y paso las páginas de Galveston de Nic Pizzolatto. En menos de un día alcanzo un tercio. Este año leí por fin Bouvard y Pécuchet. Una locura de principio a fin. Me sentí de nuevo metido dentro de alguna historia enciclopédica de Papini, con una poco del vértigo y el absurdo de Vian. Pero todo antes de ellos y su escritura, fundándolos quizás, diciéndoles qué y cómo violenta (pero
Hace muchas décadas, cuando Armando Uribe Arce contaba con tiernos dieciséis años, tenía de profesor a Roque Esteban Scarpa (premio nacional de literatura 1980) que le contaba maravillas sobre Balzac. Uribe tenía la intención de leerlo, pero el francés estaba incluido en el Index de la Iglesia Católica, lo que significaba la inmediata amonestación moral de cualquiera que leyese
Durante un congreso de literatura organizado en Chile, Gonzalo Rojas y Juan Rulfo se aburren. El poeta chileno prepara una visita del mexicano a la casa de Neruda en Isla Negra. Rulfo ya había dejado de escribir hace varios lustros. Refiere Vila-Matas: «Cuando le preguntaban por qué ya no escribía, Rulfo solía contestar: Es que se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las
Hace pocas semanas se concentraron en Rancagua una treintena de bandas de metal, en un festival nutrido, diverso y sorprendente. ¿De dónde salen estas hordas de negro? Alguna posible respuesta hay en Pájaros Negros de Patricio Jara (Ediciones B, 2012), que luego de excelentes novelas publica esta breve cartografía del metal chileno. Pero antes que eso, Jara pretende hacerse a sí mismo
La más exitosa obra teatral chilena no ha sido del ICTUS, no ha sido La Negra Esterni La Pérgola de las Flores, sino El Prestamista, de Fernando Josseau, que llevó a unos cuantos millones de espectadores sólo en Chile, se ha estrenado en cerca de 150 teatros alrededor del mundo y ganó casi todo lo por ganar. Excepto, claro, un lugar en el recuerdo nacional. En julio de 1956 se
El estreno del filme Los Miserables, pone de relieve la extraña y lejana relación que mantenemos con la lectura. Ésta, llega bajo el mote de ser la adaptación del musical del mismo nombre. ¿Y Victor Hugo? Mal, gracias… En la cuenta de twitter del crítico de cine Daniel Villalobos, se puede leer la siguiente anécdota: le llama una periodista pidiéndole una cuña sobre Los Miserables. Él
El año 2012 cierra con un lanzamiento esperado. Mocha Dick es la historia de la mítica ballena blanca, con elementos mapuches, y referencias al imaginario de Coloane o al de Mampato. Esta publicación se suma a la del año pasado, donde también Francisco Ortega las hizo de guionista: 1899 es una ucronía que transcurre en la Guerra del Pacífico donde Chile gana gracias a una
Bisama ha publicado ya dos libros de crónicas, cuatro novelas, y una antología crítica:Cien libros chilenos. No es sencillo decir ‘de qué van’ sus novelas. No al menos si no se han leído una par de ellas. Para Caja Negra (2006), Bisama no tenía tapujo alguno en crear una enciclopedia apócrifa de una inexistente industria de Cine-B chileno, con toda la genealogía de sus productores,
Hay algunas empresas en que el método adecuado es un desorden cuidadoso Moby Dick 1. Recurrir a operaciones intelectuales manidas, repetidas hasta el hartazgo, tiene por supuesto el defecto de no decir nada al lector, pero por el otro lado pone el tema a tratar dentro de un horizonte conocido, familiar digamos. 2. Por lo mismo, no se mencionará en absoluto lo de la muerte del
Son ese tipo de amarres de la realidad ante los que uno dice: "aaaaaah, ¡no!". Paso a enumerar. 1. Hace un par de días me dí unas vueltas por la Galería Veneto. La de los libros viejos en aquella galería frente a Miguel Claro, al costado del Passapoga. Aparte de encontrar una edición bilingüe preciosa de la poesía completa de Carver, me topé con un libro que sin tener nada de
Notas a Dormir al sol - es apresurada, impulsiva, un torbellino y un torrente textual que sin ser la manida stream of consciousness, arrastra al lector al vórtice preparado por Bioy Casares. - La pasividad de Lucho (el protagonista) es equiparable a la del primitivo frente al devenir de la naturaleza, o en general, de todo lo que se presente como enigma. Su ignorancia permite que le embauquen
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Simónides, poeta griego clásico, fue contratado para declamar en la casa de cierto militar cuyo nombre no recuerdo. El bate engalanó su discurso con múltiples referencias a Cástor y Pólux, gemelos heróicos hijos de Zeus. Tantas fueron estas referencias, que el militar amenazó a Simónides con pagarle únicamente la mitad de lo convenido. En ése momento le avisan al poeta, con urgencia, que le
+ Fun Home, Allison Brechdel. Aprendo un nuevo término: slice of life. Éste ‘tragicomic’ pertenece al género: rebanadas/trozos de la vida, una autobiografía fragmentaria, o sincera. Quiero decir que es fragmentaria en el sentido literario, pero es plenamente completa si se la toma por el lado vivencial… Brechdel relata su vida familiar temprana y adolescente junto a un padre —casi de entrada lo
Ciertas consideraciones: Llego a Gabriel Rodríguez por la lista de colaboradores confirmados para el comic Karma police de Baradit. Desde ahí a su obra Locke & Key hay un paso, mínimo, pero paso al fin. Rodríguez dibuja y Joe Hill (hijo de Stephen King) escribe las historias, cuyo primer arco se titula “Welcome To Lovecraft”. Habrá que leerlo antes que lo caguen haciendo una película. En
«Después de diversos avatares, provocados tanto por la malignidad de los seres humanos o de las cosas como por las inexorables leyes de la probabilidad, se reunió ante la puerta de la sala de juntas la casi totalidad de los convocados, que fueron introduciéndose en dicho lugar tras los frotamientos palmarios y las eyaculaciones de saliva aspergeada que son de uso en las sociedades civilizadas y
1. El mundial pasado. Nos juntamos a ver un partido de Japón contra no recuerdo qué otro equipo. Junto a amigos, igualmente me sentí extraño, hablando de cuestiones de las que apenas sé, tanteando un terreno guiado sólo por el instinto del fútbol metido en la cultura de este país miserable. 2. Francia ’98. Junto a un amigo nos pusimos en cada partido al fondo de la sala de clases, tirándoles
Hace unas semanas en la Feria del Libro Usado estoy parado revisando los cajones de libros a mil pesos. Una tipa al lado se excita encontrando Los altísimos de Hugo Correa. La maldigo entre dientes viéndola alejarse con su nueva joya, que por lo menos, parece apreciar. En las mismas cajas me topo con El caos de Juan Rodolfo Wilcock. Recordaba en esos momento un cuento suyo, que venía en la
1. Mi suegra se sienta con el libro entre las manos. Pregunta qué tal es. Le respondo que muy bueno. Quizás hasta le haya dicho “la raja” o “terrible de bueno”. No lo sé. Entonces se sienta con Rabia de Sergio Bizzio y va a comenzar a leerlo. Pero yo ya sé cómo inicia, y mi mujer también. Entonces ella me mira con mezcla de risa y alarma, con los ojos bien abiertos tanto como los míos, y con un